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Nunca me ha ido bien en el amor, me han hecho tanto daño que no
quiero volver a abrir mi corazón a alguien más. O eso pensaba hasta que te
conocí. Llegaste como un destello de luz, iluminando las tinieblas que me
cubrían, como un sismo tambaleaste todo mi entorno…
– Hola – me dijiste
con una sonrisa, que creí
que jamás había visto nada más perfecto que aquello.
Tu piel ligeramente bronceada me atraía, tu pequeño cuerpo me
invitaba a abrazarlo, tu estrecha cintura era un martirio para mis brazos, tu
alegre carácter me contagiaba, hice y hago cosas que jamás pensé en realizar
antes. Tus poses, tu cara, tus gestos, todo en ti me atraía.
No sé exactamente cómo fue que de mi realidad te escabulliste a
mis sueños… te soñé tantas veces… soñé el roce de tus manos, soñé tu dulce voz,
soñé con tus labios… te veía ahí a donde fuera, por todos lados te buscaba con
la mirada, quería saber más de ti. Hasta que el destino me dio la oportunidad
de ser cercano a ti… y, de mis sueños escapaste a mi corazón.
Sabía que me estaba aproximando peligrosamente a un barranco sin
fin, ese del que tanto huí… ese del que tanto temí, pero, aún así yo te abrí la
puerta de mi corazón, dispuse mi alma a ti y ahora me tienes a tus pies. Tú me
diste alas para volar.
Aún ahora me pregunto ¿Cómo fue que tú te fijaste en mí? Tú la
estrella que brilla con mayor intensidad, tú la más bella de las creaciones de
la tierra, tú pusiste tus castaños ojos en mí. En mí que no soy más que un
banal ser.
Recuerdo la tarde lluviosa en que tomaste mi mano por primera vez.
Pensaba en lo feliz que era con el simple hecho de caminar a tu lado. No
llevábamos sombrilla, la lluvia no era muy fuerte, pero aún así insistí en que te
cubrieras con mi sudadera. En ti se veía tan grande, tus cabellos mojados
escurrían en tu linda cara, mientras tú bailabas divertido bajo el agua.
¿Alguna vez existió algo más hermoso que tú? No, no lo creo. Sumido en mis
pensamientos te observaba con una tonta sonrisa en mis labios… te acercaste…
estabas tan cerca que mis manos amenazaban con traicionarme, pero fuiste tú
quien las tomo. En ese momento el mundo se detuvo, mi corazón latía tan rápido
que creí que saldría de mi pecho. Las personas suelen decir que cuando te
enamoras sientes mariposas en el estomago, muy seguro estaba que no eran
mariposas, fue una parvada de aves cantoras, sí, cantoras, pues podía escuchar la
música que producían en mi interior.
– Me gustas – dijiste con la
mirada en tus cordeles y tus manos aún sujetando las mías. ¿Cómo explicarte lo
feliz que fui? Después de creer que no existía mas felicidad que tocar tus manos,
tu siempre melódica voz dice lo que solo en sueños creía escuchar.
Me miraste… yo aún no
reaccionaba, seguía sintiendo fuegos artificiales en mi pecho… con tu
mirada me interrogabas en busca de una
respuesta, pero yo estupefacto no contestaba… sentí tus manos querer retirarse,
tus ojos castaños me rehuían y por ellos trataban de asomarse lágrimas que tu
orgullo no dejaría salir. Te soltaste y me diste la espalda… pensabas salir
corriendo ¿acaso creíste que yo no te amaba?
Te atrapé antes de que dieras siquiera un paso. Te abracé como tantas
veces soñé hacerlo… tu pequeña espalda pegada a mi pecho temblaba, te abracé
aún más fuerte, dándote la certeza de que no tenías porque huir.
– Te amo – esa fue, es y será
siempre mi respuesta. Dulces palabras te susurré al oído, mientras te sostenía
fuertemente entre mis brazos bajo esa ligera llovizna. A partir de entonces
caminamos tomados de la mano, aunque la sensación de aves en mi estómago perdura
como aquella primera vez.
Desde aquel día que apareciste en
mi vida soy dichoso, pero a veces quisiera tenerte solo para mí. Siento celos
incluso del viento, porque él puede acariciar con una brisa tu cara cada mañana
y yo he de esperar hasta que te hayas levantado y estés listo para salir. Eres
de las personas más vanidosas que conozco, pero se precisamente que esa es una
de las cualidades que te hice brillar. Quisiera poder pegarme al viento y así
mimarte por las mañanas.
Y, a pesar de todo, que difícil
es separarme de ti al caer la tarde. Me duele estar sin ti. No me dejas
quedarme en tu cama, después de todo no eres esa clase de chico. Por fuera
pareciera que eres muy liberal, rebelde, siempre a la moda, pero sé que eres un
romántico. Sé que amas que llegue con flores, te gustan los regalos, y si debo
decirlo de preferencia caros, pero sé también que adoras las sorpresas más
simples. Todo tú y tú compleja naturaleza me enamora.
¿Me preguntas por nuestro primer beso? Cómo olvidarlo, llevábamos
más de tres semanas saliendo, aquí y allá a donde tú quisieras. Realmente eres
incansable cuando se trata de compras, pero es tan divertido verte probarte una
y otra prenda hasta lograr la mejor combinación según tú. Yo realmente pienso
que con cualquier cosa que te pongas te ves adorable, pues a mis ojos eres
hermoso siempre.
Ese día nos encontrábamos en un festival, esperábamos por los
juegos artificiales. Entre tanta gente y tantas cosas que ver, algo llamo tu
atención, una vitrina llena de peces de colores. Desviaste tu mirada rápidamente
al recordar que debías ahorrar. Sonreí y compré un pececito para ti mientras tú
atención estaba dirigida hacia otro lado. Tu cara se ilumino por la sencilla
sorpresa.
– Te amo – dijiste mientras te
abrazabas a mi cuello con un solo brazo y con el otro sostenías tu regalo. Tu
rostro tan cerca del mío… lo tomé entre mis manos, suavemente me acerque a tus
labios, esos que ansiaba probar, y que por fin hacía.
Tus labios, nunca me cansaré de
besarlos, siempre tienen ese dulce sabor a manzanas. Unir nuestros labios se ha
vuelto un ritual sagrado para mí, empiezan suavemente pero pronto se funden
junto con nuestros ardientes deseos, abres ligeramente tu boca para dejarme
entrar y así entablar un juego con
nuestras lenguas.
Antes de ti no era más que un
zombie que caminaba junto con los demás, tú me haces ser diferente, me haces
ser mejor persona… ¡Tú me haces vivir!… ¡Tú eres todo lo que soñé!
Quiero ser tu aire, quiero que
con tú piel cubras mi soledad ¡Quiero estar junto a ti! Quiero verme reflejado
en tus ojos al dormir… quiero velar tus sueños… quiero verte despertar en mis
brazos… quiero beber de tu boca esa agua de vida que me das. Esta sed de ti no
será saciada nunca. Quiero perderme en tus ojos, tus labios, tu piel…
Ahora me dices que te vas ¿Te vas? ¿Estudiar lejos? Sé que es tu
sueño, pero ¿y yo? ¿Dónde quedo yo? Sí, soy egoísta, no me importa… yo te amo…
yo, yo… yo no podría estar sin ti…
Si tú te vas, mi amor, si tú te vas no habrá nadie que me saque de
mi encierro, porque eso pasará, no es chantaje ni nada por el estilo, pero me
conoces bien, sabes que me cuesta trabajo relacionarme con las personas, me
cuesto tanto abrir mi corazón de nuevo…
No te vayas… no me abandones… si tú te vas, te llevarás contigo la
luz y la felicidad que me brindas… me moriré en vida si te vas… necesito tu
amor para poder vivir…
Tu tierna mirada ve a través de
mí, sabes que no miento al decirte que agonizaré de dolor si te marchas. Sé que
también sufrirás sin mí, pero tú no eres de esas personas que renuncian a sus
sueños fácilmente.
– Ven conmigo – dices mientras
tomas mi mano. Te miro, sé que no me engañas, sé que quieres que vaya contigo,
pero también sé que no es la forma en la que quieres ir conmigo.
Tomo aire, me preparé muchas
veces para esto e hice mil y un planes para decirlo, pero ahora de la forma más
simple lo diré, porque eso soy, un ser sencillo. Del bolsillo de mi pantalón
saco una pequeña caja, me arrodillo… beso tu mano aún entrelazada con la mía…
– ¿Te casarías conmigo Jiyong
Kwon? – digo mientras abro la cajita descubriendo un anillo. Tu rostro se
ilumina, más de lo que esperé, realmente eres la más bella estrella que hay.
– ¡Siiiiiii! – gritas feliz
mientras te abalanzas sobre mí. Caemos al suelo y así tu arriba de mi, veo
lágrimas de felicidad en tu rostro – Si, Seunghyun, si quiero casarme contigo.
– Te amo – te susurro.
– Yo te amo más – me dices
mientras me besas.
Te abrazo muy fuerte, no
sabes la alegría que me has dado. Ahora
sí podré ir a donde tú vayas, podré velar tu sueño, seré la fuerza que
necesites para completar tus metas y tú, mi amor serás mi luz.
1 comentario:
Esta también me gustó... Deja el camino abierto a que continúe la historia :)
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