Hola a tod@s mis hermos@s lectores!
Este es un atento aviso de su servidora. No es excusa, pero este día no podré actualizar Love is Blue.
La razón, mi lap fue usurpada el día de hoy. Y desgraciadamente no cuento con un respaldo.
Sinceramente espero escribir algo antes del viernes.
Lamento mucho este inconveniente.
Pd. Tengan un muy bonito Año Nuevo y mis mejores deseos para ustedes y sus seres queridos!
martes, 30 de diciembre de 2014
martes, 23 de diciembre de 2014
LOVE IS BLUE: CAPITULO 8
El aspirar el frío aroma del
hielo no era lo que muchos consideraban exquisito, sin embargo, para el joven
de cabellos rubios era tranquilizador y un detonante para los sueños, sueños
que ahora se estaban cumpliendo. Quizá no era lo que él imaginaba cuando de
niño veía las competencias por televisión, ni tampoco cuando veía a los
patinadores amateurs en la pista, no, este mundo nada tenía que ver con ello,
no obstante, este era el lugar de sus sueños.
El sonido del hielo al resquebrajarse
finamente con la afilada cuchilla de sus patines, desplazándolo elegantemente
por el lugar. JaeJoong había practicado mucho, día y noche, casi sin descanso,
de no ser por YooChun, quizá tampoco hubiera comido o dormido, solo él podía
sacar a JaeJoong de sus afanosas prácticas. Solo él, pues YooChun era su
entrenador y amigo. Además, JaeJoong estaba dispuesto a colocarse entre los
mejores del mundo, para eso había trabajado arduamente.
Sonrió cuando se sintió observado
por una penetrante mirada. La conocía muy bien, tan potente como aquellos ojos
negros a los que pertenecían. La primera vez que la había visto fue tres años
atrás, correspondían a un hombre imponente, o al menos eso le pareció la
primera vez que lo vio, después, a pesar de su aspecto un tanto hosco,
descubrió en él a un perfecto patinador. Alto, pelo negro como el ala de un
cuervo, ojos negros penetrantes, piel tostada y nariz recta. El tipo era
sencillamente atractivo, músculos justos para levantar a su pareja como si
fuera pesara lo de una pluma. JaeJoong quedó maravillado por la gracia y la
forma en la que se movían, hasta que, la chica al ser levantada para dar un
giro, no hizo un aterrizaje perfecto, llevándola al frío hielo. El hombre que
había fascinado a JaeJoong volvió su mirada aún más dura, haciendo que la chica
temblara, y no por el frío.
—Es demasiado exigente —le había
dicho YooChun.
Aquel día, JaeJoong tuve que
darle al patinador la razón, no podías ganar las competencias con un corazón
blando. Ese día, JaeJoong se había presentado por primera vez en una
competencia bajo el nombre de Kim Hero. Si estuvo nervioso, jamás dejó que lo
notaran, pues, en cuanto pisó el hielo, varios rostros se giraron hacia él,
ninguno de ellos amistoso, simplemente lo vieron por lo que es, más
competencia. Los pocos rostros que no lo miraron con animadversión, lo miraron
como basura, lo consideraban poco para ser sus rivales, especialmente uno, un
chiquillo un poco más joven que él, pero con aires de grandeza.
Muy a su pesar, JaeJoong tuvo que
reconocer que aquel muchachillo estaba por encima de él, sobre todo después de
ver el despliegue de habilidades que mostró en la pista. Había nacido para eso,
y aún con su buena actuación, JaeJoong
quedó varios lugares debajo de aquel chico que se llevó el tan ansiado primer
lugar.
Después de eso, ese chico y
JaeJoong se encontraron varias veces en las competencias, dejando en claro que
el chico sería su más grande rival sobre el hielo.
—Técnica perfecta —le había
comentado YooChun una vez que miraban su rutina. —Aún así, le falta ese algo
que conmueva no solo a los jueces, sino también a los espectadores.
JaeJoong escuchó atentamente
mientras veía. Sí, su técnica era perfecta, pero su cara era una máscara de
emociones frígidas.
Con lo rápido que JaeJoong
ascendió en el mundo del patinaje, fue imposible para esos dos personajes no
notarlo. Uno, a pesar de competir en parejas, vio en JaeJoong un gran
potencial, y el segundo lo miró como un verdadero adversario.
Durante los años siguientes, se
vieron las caras en varias competencias, siendo algunas ganadas por JiYong, el
muchachillo que competía en la rama individual, y otras por JaeJoong. Ellos dos
conformaban la élite del patinaje artístico del país.
SeungHyun, conocido como TOP, el exigente compañero,
cambiaba de pareja casi cada torneo, miró en JaeJoong a la pareja perfecta, y
después de varias pláticas con YooChun y JaeJoong, finalmente el último,
accedió a ser su compañero, cumpliendo las exigencias del joven, que se había
transformado en uno de los íconos del patinaje varonil, muy diferente a la etérea
imagen de JaeJoong o Hero y JiYong cuyo nombre artístico es GDragon.
—Deberías verte, eres toda una
belleza patinando —le dijo una voz gruesa y varonil desde las gradas. JaeJoong
sonrió reconociéndolo. Hacía tres años que se conocían, dos años de ser
compañeros en el patinaje, pero año y medio de ser pareja sentimental.
Aún recordaba lo insistente que
había sido. JaeJoong, que se negaba a tener de nuevo una pareja, se mostraba
frío, cumpliendo las exigencias que SeungHyun marcaba en el hielo. Tuvo que
reconocer que de él aprendió muchas cosas. YooChun los entrenaba a ambos, esa
había sido una clara condición de JaeJoong para aceptar ser el compañero de
SeungHyun. Además de no abandonar la competencia individual.
Aunque, claro, SeungHyun supo
hacer bien su trabajo y pronto se gano un lugar en el corazón de JaeJoong, más
eso no significaba que JaeJoong volviera a perder la cabeza como cuando lo hizo
por un par de ojos color chocolate.
JaeJoong se acercó a SeungHyun,
quien colocó sus manos sobre su rostro y lo acercó para un beso. Beso que
JaeJoong correspondió.
—Estas inquieto —le dijo con su
voz grave. JaeJoong le sonrió. Por muy amurallado que tuviera su corazón, había
algunas grietas por las cuales las personas como SeungHyun entraban, dejándoles
ver a un JaeJoong totalmente distinto al frío competidor.
—Es, solo… el estar aquí —respondió.
No dijo que estar de nuevo en Corea, le inquietaba. Como bien sabido era, ellos
entrenaban en Japón, solo volvían por las competencias nacionales, quedándose
solo el tiempo justo. Sin embargo, la situación ahora era muy diferente, ya que
entrenarían aquí.
—Debes soportar, bebé. Tú familia
no se irá de Japon y podemos ir de vez en cuando.
JaeJoong volvió a sonreír. Cuando
salió con el corazón destrozado, buscó a su familia en el extranjero, viajando
junto a ellos y YooChun por alrededor de un año, hasta que se establecieron en
Japon, bueno, solo YooChun y JaeJoong, pero no bien habían pasado seis meses
cuando sus padres se instalaron de forma definitiva en el país. Ninguno
preguntó el porqué, solo lo recibieron con los brazos abiertos y consolaron su
dolido corazón.
—Me harán falta para las
competencias, su apoyo es muy importante para mí.
—Lo sé, amor. Pero ellos vendrán
para las finales, así que no podemos decepcionarlos y ni siquiera clasificar
¿eh?
—Cierto. Seremos los mejores —dijo
JaeJoong. Hizo un mohín y continuó: —Además le partiré el trasero a esa diva
del hielo —refiriéndose a su eterna rivalidad con JiYong.
SeungHyun rió fuerte. —Demuéstrales
quien es el Principe del Hielo.
—Odio ese mote.
***
YunHo entró a su apartamento,
nada sorprendido de ver a JunSu sobre la alfombra de la sala leyendo
animadamente una revista, comiéndose sus galletas con chispas de chocolate.
Solo rodó los ojos, agradeciendo haber escondido una caja entera en su
habitación.
—Has llegado —le habló sin
levantar la vista.
—Fue un día pesado —le dijo.
—Humm… cada día llegas más
cansado que el anterior. YunHo —lo miró a los ojos —estoy preocupado por tu
salud, los entrenamientos te dejan cada vez más agotado.
—Solo un poco, pero no puedo
simplemente dejar de ir a todos ellos.
—Pero si no los necesitas.
—Sí, los necesito, además sirve
para que el equipo vea que no tengo privilegios, y que si no asisto a todos es
por cuestiones personales. No quiero que digan cosas acerca del favoritismo o
así, quiero ser reconocido por mi propio esfuerzo. Eso y que no quiero
oxidarme.
—Bien.
YunHo sonrió. —¿Qué lees?
Los ojos de JunSu brillaron y
YunHo se arrepintió de haber preguntado. —¡Oh! Mira, este es el principal rival
para Hero en las competencias. —Le mostró el artículo. YunHo vagamente recorrió
con la mirada la página de la revista, sin mucho interés, aunque el chico que
se mostraba era lindo, con un cierto aire de inocencia, pero que
definitivamente su mirada expresaba arrogancia. —Es GDragon.
—Es lindo.
—¿Verdad? Aunque no tan lindo
como Hero… —JunSu inició de nuevo su perorata acerca de lo maravilloso que era
Kim Hero, dado que la exhibición estaba cerca, a la mínima mención del patinaje
o hielo, JunSu se soltaba a hablar de Kim Hero. Con una sonrisa condescendiente,
YunHo se levanto y fue a la cocina, escuchando a JunSu parlotear alegremente detrás
de él.
—¿Así que te está convenciendo
acerca de secuestrar al patinador? —ChangMin preguntó desde la puerta.
—No lo voy a secuestrar —dijo un
tanto exaltado JunSu. —Solo quiero verlo más de cerca, y que podamos tener una
charla, sentados frente a una caliente taza de café y…
—Y eso no será posible —irrumpió
ChangMin, atravesando la cocina para llegar hasta donde YunHo. JunSu lo miró
con enojo. —Seamos sinceros, la probabilidad de que eso suceda sin que tengas
que secuestrarlo es mínima.
—Para eso está YunHo —dijo con
seguridad. —Le estaba hablando acerca de eso y él me apoya incondicionalmente.
YunHo se atragantó con el agua
que estaba bebiendo. —Yo no sé de qué me estás hablando.
—Pero si hace un segundo me
habías dicho que sí —indicó JunSu con ojos de cachorrito.
—¿Eh? —YunHo abrió grandemente
los ojos. ¿De qué había estado hablando JunSu? Eso le enseñaba a no asentir
solamente a todo lo que JunSu decía.
—No estabas escuchándome. Te
comprometiste a prestarme tu ayuda para que conociera a Kim Hero.
—¿Y eso cómo lo haré?
—¿Cómo qué cómo? Pues tú eres el
gran U-Know YunHo. Debes tener contactos —dijo airadamente.
—Sabes bien que hay una abismo
entre uno y otro, ¿verdad? No porque se practiquen en el hielo todos conocemos
a todos —dijo entrecerrando los ojos.
—Lo sé, lo sé. Es solo que… —el
ánimo de JunSu decayó. —Es que de verdad quiero conocerlo.
—Hagamos algo —dijo ChangMin. —Vayamos
a esa exhibición y haremos todo lo posible por acercarte a él.
JunSu sonrió como un niño con un
juguete nuevo. ¿Quién podía negarse a tan tierna imagen?
—Bien, veré si hay algún conocido
de algún conocido que pueda darnos acceso a los camerinos —añadió YunHo.
JunSu chilló feliz. Sí, habían
hecho bien. Le ayudarían a conocer a su máximo ídolo.
—¿Por qué no me muestras unas
fotos del susodicho y del lugar? Quizá siempre sí podamos secuestrarlo —dijo
burlón ChangMin.
—¿De verdad podríamos traerlo a
casa? —preguntó esperanzado JunSu.
—No, no creo que eso sea posible —dijo
ChangMin, mientras comenzaba a hojear la revista que minutos antes tenía JunSu.
—Aunque a él, si quieres lo podemos secuestrar. Me apunto —señaló al chico.
—Ese es GDragon. Es la
competencia. No podemos secuestrar a la competencia. Bueno sí… —la mente de
JunSu comenzó a confabular cosas que asustarían a cualquiera. —Sí, deberíamos
secuestrarlo así Hero ya no tendrá rival y podrá acceder fácilmente a su boleto
para los olímpicos y…
—¿No sería eso perjudicial para
Hero? —preguntó YunHo. Le fascinaba como la mente de JunSu podía revolotear de
un lado al otro con tanta facilidad. —Además sería un golpe muy bajo al orgullo
de Hero si su principal rival no se presenta. —JunSu lo miró con incertidumbre,
como si no comprendiera lo que YunHo decía. —Sí, mira. Si fuera mi caso no me
gustaría ganar de esa manera, quiero probar que soy el mejor, porque vencí a
todos aquellos que estaban peleando el mismo lugar. Y, dado que es una
competencia individual, debo suponer que Hero no querría eso.
JunSu suspiró, meditando las
palabras de YunHo. —Supongo —dijo al fin.
Mientras JunSu y ChangMin se
ponían a investigar del lugar donde se llevaría a cabo la exhibición y hablando
de lo increíblemente atractivo que era Kim Hero y su espectacular técnica.
YunHo se dirigió a su habitación, estaba demasiado cansado para adentrarse en
cuestiones de belleza estética con el patinaje artístico.
Su teléfono vibró. Con pesadez
suspiró. No tenía que verlo para saber quién era. Decidido a no ignorar más
esos mensajes y llamadas, se recostó en su cama antes de devolver la llamada.
ChaeYoung le respondió sonriente.
—¡YunHo!
Cada vez que hablaba con ella se
sentía mal. No podía dejar de pensar en todos los sentimientos que ella le
provocaba. No la amaba, sin embargo estaba con ella. No le había prometido
nada, a pesar de eso, ChaeYoung se mantuvo a su lado. Ni siquiera tenían una
relación, aún así, sus padres creían que ella era la opción ideal. YunHo sabía
que era porque aún no conocían un mejor partido.
Con un suspiro saludó. —¿Cómo
estás?
—Bien. Quizá no tanto porque me
has estado ignorando —golpe directo. YunHo ni siquiera tuvo que mentirle
diciendo que estaba muy ocupado. —Tus padres me pidieron que me comunicara
contigo, quieren formalizar nuestra situación —dijo ella, aunque por el tono de
inquietud que se le escuchaba, ChaeYoung sabía que YunHo pospondría eso lo más
posible.
—Diles que eso no es posible. Me
comunicaré con ellos después. Ahora estoy demasiado cansado para carburar lo
que estas tratando de decirme.
YunHo escuchó un suspiro del otro
lado y se sintió como una mierda cuando ella respondió: —No te preocupes YunHo,
les diré que fui a verte pero que tus entrenamientos y tus estudios consumen
todo tu tiempo. Pediré a mis padres que nos concedan más tiempo. Después de
todo aún somos muy jóvenes para pensar en algo formal.
YunHo escuchaba cómo la voz de
ChaeYoung se quebraba cada que hablaba con él. Jamás había tenido el valor para
afirmar o negar nada, así que su relación con ChaeYoung siempre había sido
incierta. Nunca habían sido novios, pero ella se mantuvo a su lado todo el
tiempo, incluso cuando JaeJoong se fue y muchos los tildaron de inmorales y
desgraciados por haber lastimado así al bello JaeJoong. Con todo eso, ChaeYoung
se mantuvo firme, sin ninguna promesa de por medio, solo por el puro hecho de
fidelidad o culpa, YunHo nunca supo cual era la principal, porque sí, ChaeYoung
también se sentía culpable y los hecho ya nadie los podía borrar.
—¿Por qué no vienes en verdad? —preguntó.
Quizá no fueran novios, pero YunHo la consideraba amiga.
—¿Puedo?
—Claro. Tendré partido el fin de
semana, así que porque no te das una vuelta. Puedes venir y apoyarme como
solías hacerlo… —YunHo se quiso patear. Ella solía venir, hasta que lo
descubrió con un ligue de una noche. En ese momento YunHo no lo tomó en cuenta,
pues sabía que ellos no eran nada, pero la espinita de haber lastimado otro
corazón se quedó consigo. —También habrá una exposición de patinaje artístico,
si vienes iremos por ahí.
—Si. Está bien.
Colgó la llamada, YunHo se
recostó en sus almohadas. Nunca podría corresponder sus sentimientos, eso ambos
lo sabían. Pero YunHo tampoco quería alejarla. Era un maldito cobarde, porque
sabía que ella siempre estaría ahí para él, lo daba por sentado, comportara
como se comportara, ChaeYoung era la mujer ideal para ser su esposa. Solo que,
él no estaba listo para eso y quizá nunca lo estuviera.
***
Los días pasaron rápidamente. La
exposición sería en unas horas y JaeJoong estaba de lo más calmado, caminando
por un parque de Seúl. A pesar de los recuerdos que pisar su tierra le traía,
JaeJoong reconocía que nunca había venido a Seúl con YunHo, por el contrario,
Seúl solo traía vagos recuerdos de su niñez, y es que, al mudarse tan seguido, Seúl
fue una parada más.
Entró a una cafetería, sentándose
en una mesa junto a la ventana, donde veía a las personas pasar. Disfrutaría un
poco de su tranquilidad antes de adentrarse de nuevo en su frío mundo de hielo.
A partir de esta exhibición, vendrían las verdaderas competencias. No podría
bajar la guardia hasta haber obtenido su máximo.
Una pareja se sentó en la mesa
detrás de él, el chico más pequeño hablaba y hablaba como un pajarillo
alborotado. JaeJoong sonrió, le gustaban esa clase de personas con muchos
ánimos.
—Estoy muy emocionado, ChangMin —dijo
el chico. JaeJoong sonreía también, no era habitual ver chicos animados más que
en el público. Cuando las competencias estaban a la vuelta de la esquina, el
ambiente se tornaba gélido quizá hasta un poco hostil, por eso era
revitalizante escucharlo. —Será en unas horas, ChangMin. ¡Unas horas! —brincaba
emocionado en su lugar. —Por fin podré conocerle. ¿Te imaginas?
—No, no lo hago —le respondió el
otro muchacho, más alto y moreno. Su voz era grave, pero a la vez suave. JaeJoong
imaginaba que tendría un buen tono cantando. —Aún no me explico ¿cómo es que lo
hizo?
—Dijo que tenía un amigo que
conocía a un amigo que…
—Sí, sí. Estaba ahí. Es realmente
una estrella, nada le niegan, todos lo conocen y eso que casi ni se hace
publicidad porque llamaría más la atención.
—¡Oh, sí! Nuestro amigo es guapo,
pero no tanto como Kim Hero.
—Digamos que son bellezas
diferentes —añadió el otro chico llamado ChangMin. JaeJoong no los podía ver
pues estaba de espaldas a él, pero los vio entrar. —Es masculino, es adorable,
es un bombón, es una estrella, es U-know —dijo, sin duda remedando a alguien
pues su tono era como el de un presentador de boxeo.
La risa cantarina del otro chico
hizo a JaeJoong sonreír de nuevo. A veces extrañaba su tranquila vida, luego
recordaba la forma en que deslizarse sobre el hielo lo hacía sentir y su vida
tranquila se difuminaba.
—Tienes razón, Hero es más… hum…
da esa impresión de ser frágil, aunque estoy seguro que es solo eso, impresión.
Podría ser como esos icebergs, blancos translúcidos que hacen rebotar la luz en
sus siete colores, pero tan fuertes que no se resquebrajan fácilmente.
JaeJoong sonrió de nuevo. Ese
chico pensaba que él era una poesía.
—Y tan gélido como uno —agregó
ChangMin. —No por nada es el príncipe de hielo.
JaeJoong se sintió un poco frío.
Empezaba a creer que de verdad era ese ser, un ser etéreo que no conocía las
emociones.
—Ya te dije que no lo entiendes.
Es porque no lo conoces.
—Vuelvo a repetir, tú tampoco lo
conoces JunSu, entonces, ¿por qué te aferras a decir eso?
—Es simple, ChangMin. Nunca he
tenido la oportunidad de verlo en la vida real, pero he visto todas y cada una
de sus rutinas por televisión, incluso sus fotos, y créeme, sus rostro puede
ser una máscara indescifrable, pero no así sus ojos. Son tan expresivos, pero
solo para aquellas personas que lo saben ver. Yo no sé que le haya pasado, pero
sus ojos solamente cambian cuando pisa el hielo, después vuelven a ser
inexpresivos como todo él. Es por eso que se que es un ser incomprendido.
—Me sorprende que a veces seas
demasiado profundo, JunSu. No lo hagas, asustas cuando haces eso, mejor sigue
siendo el de siempre.
—Tonto.
—Mejor dime si vas a secuestrar
al rival de Hero, mira que estoy muy, pero que muy interesado en conocerlo.
—No, no lo haré. Sería un golpe
al orgullo de mi héroe.
—Vaya. Las palabras de nuestro
amigo se te han quedado grabadas. Le diré que te de charlas profundas acerca
del bien y el mal.
—Cállate —dijo riendo. —Pero, si
hablamos de masculinidad, el novio de Hero se da un buen entronque con nuestro
buen amigo.
—¿En serio? No me habías dicho
que la belleza de Kim Hero tenía pareja.
—Si, mira. TOP no sólo es su
compañero en las competencias, también es su pareja sentimental.
JaeJoong imaginaba que le estaba
mostrando una revista. Y sí, estaba de acuerdo con JunSu, su novio era muy guapo
y masculino, no le pedía nada a nadie.
—Humm pues tiene unos ojos que llaman
la atención. Cuerpo bien proporcionado, buenas facciones. En fin, creo que le
hemos encontrado un rival.
Comenzaron a reír de nuevo. La alarma
sonó, era hora de que JaeJoong regresara. Iría a arreglarse para la exhibición.
Con paso silencioso salió del lugar. La charla de los chicos lo revitalizó.
—U-Know —repitió. Estaba
sintiendo curiosidad por aquel que era rival para su pareja. —U-Know —dijo de
nuevo. No pudo evitar pensar que ese sobrenombre sonaba tan parecido a: —YunHo.
******************************************************************
N/A: Gracias a todos los que comentan este fic, realmente no saben lo que ayuda a un autor cuando se reciben comentarios. Espero que esta historia les esté gustando. Disculpen si hay algún error en la redacción, no tuve tiempo de revisarlo.
Por cierto ya casi es Navidad!!!! Espero estén disfrutando de sus vacaciones, y comiendo, como debe hacerse en estas fechas!!! XD
martes, 16 de diciembre de 2014
LOVE IS BLUE: CAPITULO 7
Cinco años después.
—¡Y ahí lo tienen, señores!
¡U-know YunHo, haciendo de las suyas! —se escuchaba una animada voz masculina a
través del megáfono.
Eso hizo que la gente comenzara a
corear —¡U-Know! ¡U-Know! —cuando YunHo se deslizaba rápidamente desde un
extremo de la pista hacia el otro con el puck siendo bien controlado,
esquivando a cualquiera de los contrarios.
Uno de los delanteros del equipo
contrario se acercó demasiado al costado de YunHo, la multitud dejó escapar un
“ohh” cuando YunHo lo rechazó fácilmente, logrando que el sujeto se golpeara
contra la pared. El delantero nuevamente intentó detener el ataque de YunHo, y
una vez más fue evadido. Entonces, el delantero se enojó. Olvidándose de las
reglas, el sujeto abordó a YunHo, cayendo ambos al hielo, envueltos en una
maraña de puños.
La multitud rugió ofendida. No
eran los únicos que se sentían ofendidos. Otro miembro del equipo de YunHo se
acercó, pero otro del equipo contrario entró en la refriega. YunHo no pudo
estar seguro de cuantos jugadores participaron en la reyerta, pero, cuando por
fin los árbitros lograron separarlos, sonrió con satisfacción al ver que, al
menos su equipo lucia unos decentes moretones comparados con los del equipo
contrario.
Al final, con todo y
amonestaciones, ganaron el partido.
—¡Hey, amigo! Siempre te luces
sobre el hielo —un miembro de su equipo se acercó a él, dándole amistosas
palmaditas en la espalda. YunHo sonrió, encogiéndose de hombros tomó sus cosas.
—¿No irás a festejar con nosotros?
—Tengo un proyecto que entregar.
Será otro día.
Jung YunHo llevaba una ajetreada
vida, durante el día era un estudiante universitario, por las noches jugador de
Hockey profesional. Había logrado repartir su tiempo de tal manera que no
afectaran sus actividades. Entrenaba todos los días, pero también asistía a
clases como cualquier alumno. En menos de un año obtendría su título, y quizá
con ello su vida como jugador de Hockey llegaría a su fin, pues se haría cargo
de la empresa familiar.
Sería una suerte si sus padres
fueran más abiertos en cuanto a su posición como jugador. Desde siempre, ellos
lo habían visto como un pasatiempo, uno donde era muy bueno y bastante famoso,
lo que les daba orgullo, pero no era algo para dedicarse a tiempo completo.
Metió su equipo dentro de la
cajuela de su auto y emprendió el rumbo hacia su departamento, donde
seguramente ya lo estarían esperando. Encendió la radio queriendo relajarse un
poco antes de adentrarse en una infinidad de textos y números, pero, la canción
que sonaba lo llevó a años atrás, años donde sus sueños eran ser jugador
profesional y la persona a su lado lo ayudaba en el camino.
Bleu,
bleu, l'amour est bleu
Berce
mon coeur, mon coeur amoureux
Bleu,
bleu, l'amour est bleu
Bleu
comme le ciel qui joue dans tes yeux
YunHo recordó sus años en
preparatoria, cuando JaeJoong estaba a su lado. Esa canción era la canción que
el viento les trajo cuando tuvieron su primera vez. YunHo no sabía si el amor
tenía un color, pero el azul definitivamente lo relacionaba con la pista de
hielo. Si bien, la primer capa era de un color blanco, cuando limpiaban la
pista se podía ver un azul tan tenue, que parecía ser irreal.
JaeJoong era así. Con su cabello
rubio, su piel casi tan blanca como la nieve, sus ojos negros de cervatillo y
sus labios abultados y rojos, figuraba ser un hada de las nieves. Si ellas
existían, seguramente serían como JaeJoong. Sin embargo, JaeJoong era real, o
había sido real. YunHo tenía fotografías y cartas que probaban que JaeJoong
realmente había estado a su lado por dos años, y después, simplemente
desapareció de la faz de la tierra. YunHo ni siquiera tuvo la oportunidad de
explicarse, no, más bien arrastrarse a los pies de JaeJoong.
JaeJoong se fue, se marchó para
jamás volver, llevándose consigo el corazón de YunHo. Y, aunque YunHo se sabía
culpable, eso no le impedía tener una pizca de resentimiento contra JaeJoong
por haberlo abandonado. A pesar de todo, YunHo jamás pudo olvidar los dulces
besos que JaeJoong le daba, o todo el amor que JaeJoong le profesaba. ¿Y qué
hizo él? YunHo echó todo por la borda, por cobardía y curiosidad desestimó el
verdadero amor.
ChaeYoung era una buena mujer,
pero ella no era JaeJoong.
YunHo golpeó fuertemente el
volante. Maldita sea, si él no hubiera sido tan cobarde, si él hubiera prestado
más atención a JaeJoong, si solo no hubiera besado a ChaeYoung frente a todo el
estadio, pero lo hizo. Ya no tenía sentido llorar sobre la leche derramada,
había perdido a JaeJoong. Sin embargo, vivía con la esperanza de volverlo a
encontrar, de volver a ver sus hermosos ojos negros, y, si JaeJoong se lo
permitía, YunHo pasaría el resto de su vida intentando hacerlo feliz.
—Llegaste antes de lo planeado.
No te esperaba hasta pasada la media noche —dijo un chico asomando la cabeza
desde la cocina.
—Tenemos un proyecto que entrega
¿no?
—Si, pero aún estamos a tiempo.
Podías salir y festejar su triunfo.
—¿Cómo sabes que ganamos?
—¡Por favor! Es obvio que con
U-Know YunHo jugando en la delantera, no hay portero que pueda esquivarte.
—No me estés adulando que me lo
creeré demasiado.
—Si, bien. La verdad es que quemé
la cena. ChangMin salió por algo que sea comestible. Y no me habla por haber
desperdiciando tal cantidad de alimentos.
YunHo rodó los ojos. Era común en
JunSu hacer ese tipo de cosas, el chico era naturalmente bueno, muy bueno, pero
era totalmente torpe. Así que, cuando se ofrecía a hacer algo, generalmente terminaba
de manera desastrosa. YunHo agradeció mentalmente que lo único quemado fuera la
cena y no toda la cocina, o peor, su apartamento.
—Has llegado —dijo una voz
molesta en la puerta. Un moreno alto entraba por ella con varias bolsas en la
mano.
—Humm.
—He tenido que gastar más de lo
debido, ya que ‘alguien’ quemó nuestra cena —enfatizó el ‘alguien’. ChangMin y
YunHo compartían los gastos del departamento desde primer curso, formándose
entre ellos una estrecha amistad, a pesar del carácter demasiado sincero de
ChangMin. JunSu había entrado en su vida meses después, su alegre y afable
carácter lo hacían lidiar bien con ChangMin.
—He dicho que lo siento. De
verdad te lo reembolsaré cuando tenga dinero —apuró a decir JunSu.
—¿Y eso cuando será? —preguntó incrédulo
ChangMin.
—Oh, bueno, yo… pronto.
ChangMin levantó una ceja. —Quizá
deberías vender tus entradas de esa muestra de patinaje artístico. No creo que
te den mucho, pero al menos podrías compensar lo de mi cena.
—Nunca. He esperado por esto
desde hace mucho. Además en la exhibición va a estar ¡Hero! ¿Puedes creerlo?
Tanto YunHo como ChangMin se
desconectaron de la conversación, abrieron las bolsas de comida y solo asentían
de vez en cuando, cuando JunSu los miraba directamente en su perorata acerca de
lo maravilloso que era el patinaje artístico, pero sobre todo, de ese patinador
al que JunSu rendía culto, Kim Hero.
Aunque YunHo estaba
constantemente en una pista de hielo, raramente se enteraba acerca de los demás
deportes que en ella se practicaban. Mucho menos si hablaban de patinaje
artístico, lo que enviaba a su mente de vuelta a JaeJoong. El sueño de JaeJoong
de ser patinador artístico. YunHo se preguntaba si lo había conseguido, o si
alguna vez JaeJoong pensaba en él, tanto como YunHo lo hacía. Así que, jamás
había asistido a una exhibición de esas o cualquier cosa parecida. Ni siquiera
se tomaba la molestia en leer las noticias de ese patinador que con tanto afán
JunSu trataba de mostrarle. Su vida, demasiado ocupada había impedido a YunHo
saber que lo que tanto buscaba estaba más cerca de lo que él esperaba, si tan
solo hubiese abierto más sus horizontes.
—Entonces, esta exhibición es
básicamente una competencia, van a mostrar sus mejores técnicas. Y Hero va a
asistir individualmente. ¿Les había dicho que compite en dos ramas?
—Si, JunSu. Sé casi todo sobre
Kim Hero, sé que compite de manera individual y en parejas, además de que fue
la estrella a pesar de haber debutado a los 18, no, casi 19 años. Que es todo
un ícono en la pista. Que las revistas de moda lo buscan para ser su modelo
pero él siempre declina las ofertas. Que es considerado por mucho un hada, y
todo eso. JunSu, me has repetido eso durante tanto tiempo que me lo sé de
memoria.
—Sí, exacto. Pero este año es más
importante. Serán las primeras rondas para los Olímpicos de Invierno en los que
Hero participará. Debutó poco después de los otros, así que no tuvo
oportunidad, pero esta ocasión se perfila como el mejor —decía JunSu con los
ojos brillando de emoción.
—No entiendo porqué te obsesionas
tanto. Ni siquiera lo conoces. —JunSu abrió la boca para replicar, pero
ChangMin se le adelantó. —Y verlo desde las gradas no es conocerlo. Además, si
mal no recuerdo, lo apodan el Príncipe del Hielo, por esa actitud fría que
tiene.
JunSu entrecerró los ojos. —Es
porque nadie lo comprende. Y eso del Príncipe del Hielo se lo pusieron esos
periodistas chismosos a los que Hero no les concedió una entrevista.
YunHo comía y escuchaba. Esta
conversación era común cuando había competencias de patinaje cerca. Específicamente
cuando Kim Hero competía.
—Tengo otro boleto más para la
exhibición. ¿Alguno le gustaría venir conmigo?
—¿Tu cita te cancelo? —ChangMin
dijo en tono burlón. JunSu infló los cachetes. —Bien. Iré y veré por mí mismo
la grandiosa gloria de Kim Hero. ¿No te molesta, verdad YunHo?
YunHo se encogió de hombros.
—Tengo entrenamiento.
—¡Dios! Tú no necesitas de esas
cosas —agregó JunSu.
—Si los necesito. Que falte a
muchos de ellos debido a las clases, no significa que no los necesite.
—Bien.
Con el estómago lleno, comenzaron
a hacer su trabajo, pero se quedaron dormidos al poco rato, cada uno soñando
sus propios sueños.
YunHo soñó con tener a JaeJoong
de vuelta en sus brazos, caminar por las calles de la ciudad tomados de la mano
y la hermosa sonrisa de JaeJoong. Al despertar solo quedó el sentimiento de
vació en su corazón, porque todo eso había sido solo eso, un sueño.
Su teléfono sonó. Un mensaje de
texto de ChaeYoung. YunHo ni siquiera se molestó el leerlo. Se dio la media
vuelta y cerró los ojos, esperando volver a ese mundo donde JaeJoong le
sonreía.
***
Kim JaeJoong caminaba por los
pasillos de la pista de patinaje. Las personas se detenían al verlo pasar,
otras, giraban la cabeza para poder admirarlo, pero JaeJoong no miraba a nadie,
solo caminaba siguiendo su rumbo.
Una puerta blanca con su nombre
al centro le indicaba su camerino. Tenía su propio espacio. Dentro de la
habitación se encontraba un chico, un amigo al que no había visto en mucho
tiempo.
—SuHyeon —susurró con sorpresa.
Con una sonrisa abierta el joven lo recibió. JaeJoong saltó sobre el chico
abrazándose a su cuerpo. SuHyeon le devolvió el abrazó.
—Si supiera que me recibirías
así, vendría más seguido —comentó burlón.
JaeJoong se restregaba contra el
grande pecho de su amigo. —No has venido en mucho, mucho tiempo.
—Lo lamento, estuve ocupado. Este
fue mi último año como universitario, no podía darme el lujo de desperdiciarlo.
—JaeJoong le envió una mirada asesina que hizo reír al otro. —Bien. Tenía
demasiadas tareas y proyectos que entregar. Casi no me dejaban tiempo ni para
dormir. —JaeJoong hizo un puchero antes de soltar a su amigo. —¿Cómo ha estado
todo por aquí?
—Igual que siempre.
SuHyeon le alborotó el cabello de
forma cariñosa. Él era el único que podía tomarse tantas confianzas, bueno él y
su entrenador Park YooChun. Ellos eran las únicas dos personas que conocían su
historia de principio a fin.
Después de aquella final en la
que YunHo besó a ChaeYoung, dejando claramente expuesto que su relación con
JaeJoong ya no significaba nada, mientras que para JaeJoong, YunHo significaba
el mundo. Después de todo el llanto que siguió, solo SuHyeon se mantuvo a su
lado. Aquel SuHyeon que lo molestaba por ser gay, ahora era quien lo cuidaba.
JaeJoong jamás podía pagar todo
lo que SuHyeon hizo por él. No solo cuido que nadie lo viera llorar, sino que
procuró sacarlo del estadio sin que nadie lo notara. Obtuvo sus papeles de fin
de curso y lo dio de baja en la escuela. Cuando JaeJoong le hizo saber que
perseguiría sus sueños, SuHyeon sonrió y le abrió la puerta para que pudiera
seguirlos. Cuando se mudó al extranjero con sus padres, fue SuHyeon quien le
presentó a Park YooChun, su mánager y entrenador. Y no solamente le dio su
apoyo moral, no, SuHyeon le ofreció el apoyo de la cadena comercial de la que
su familia era dueña. Sin su patrocinio JaeJoong sabía que no habría llegado
tan lejos.
La puerta volvió a abrirse,
dejando entrar a un hombre delgado, de cabello negro y bien parecido, Park
YooChun. YooChun tendría cerca de veinticinco o veintiséis años, demasiado
joven para ser un entrenador, pero el destino no había jugado en el equipo de
YooChun para cumplir sus sueños. Cuando JaeJoong conoció a YooChun, él se
estaba recuperando de una lesión. La cuchilla de los patines había cortado uno
de sus tendones, así que, a pesar de haberse recuperado, el patinaje artístico
o cualquier otro deporte, había quedado fuera de la lista de actividades.
JaeJoong solía pensar en las
cosas como destino, ambos se necesitaban, YooChun necesitaba volver a vivir, y
su vida era el patinaje, así que podría entrenar. JaeJoong necesitaba un
entrenador. Así fue como se iniciaron las cosas, pero la amistad debajo de todo
eso era real.
—¡Oh, SuHyeon! Perfecto —dijo el
pelinegro. —Hablemos de negocios.
—¿Has venido hasta aquí para
hablar de negocios? —dijo en un tono ofendido JaeJoong. SuHyeon se rió.
—Si hubieras aceptado ser la
imagen de la campaña publicitaria de aquella marca de ropa no estaría aquí
hablando de negocios.
—Nah. Sabes bien que ni siquiera
me gusta.
—No te tiene que gustar, se trata
de obtener fondos —comentó YooChun. JaeJoong hizo una mueca que le causo gracia
a los otros dos. —Hay una revista que está interesada en hacerte una
entrevista.
—No me gustan las entrevistas.
Todos esos reporteros son unas arpías. ¿Sabes que me han apodado el Príncipe de
Hielo? —Cuando ninguno de los dos dijo nada, JaeJoong resopló. —¿Desde cuándo
lo saben?
—Aquí la pregunta no es desde
cuando nosotros lo sabemos, sino más bien ¿cómo es que no te habías enterado?
—¡¿Qué?!
—Querido, te dicen así desde tu
debut.
JaeJoong abrió la boca indignado.
—Te has ganado ese mote a base de
tu sudor y esfuerzo. A excepción de nosotros dos y quizá tu novio, te muestras
distante y frió. A veces demasiado frío, como si no tuvieras sentimientos. Sí,
sabemos que tienes, y sí, también sabemos porque no dejas que nadie se te
acerque, pero recuerda que la cámara nada sabe de esto, por eso las personas
piensan que eres tan hermoso y tan frío como el hielo sobre el que patinas.
JaeJoong suspiró. No tenía nada
de rebatir. Lo que ellos decían era la verdad. JaeJoong no dejaba que nadie se
acercara lo suficiente para poder herirlo de nueva cuenta, por eso había erigido
unas barreras bastante grandes y gruesas a su alrededor.
—Bien, ¿entonces?
—¿Entonces qué?
—Entonces realizarás una
entrevista para esa revista de chismes, les contarás lo maravillosa relación
que tienes con ese novio tuyo y lo bonito de este deporte y sus competencias.
—Sabes que la mayoría se comporta
como una perra demente cuando hay competencias, eso para nada es bonito —comentó
SuHyeon, quien, por boca de JaeJoong sabía de todas las fechorías que trataban
de hacerle para que no estuviera al cien por ciento cuando presentara su
rutina.
—Solo le estás viendo el lado
oscuro. Cada paso, cada movimiento, los vestuarios, las canciones el sonido del
hielo, los aplausos, todo eso es lo que hace maravilloso a este deporte.
—Si tú lo dices.
JaeJoong sabía que SuHyeon
encontraba un poco femenino todo este asunto, pero valoraba enormemente el
esfuerzo que hacía por acompañarlo a tantas competencias como pudiera ir.
—Bien. Ahora que estamos todos de
acuerdo, es hora de entrenar —anunció YooCHun.
Cada entrenamiento se hacía más
duro que el anterior. JaeJoong sabía que YooChun deseaba que calificara para
los Olímpicos, que ese no solo era el sueño de JaeJoong sino también el de
YooChun, así que JaeJoong se esforzaba para no defraudar a todos aquellos que
habían creído en él.
Estar de nuevo en Corea le
producía nostalgia. Desde el momento en que salió del país huyendo de una mala
relación con YunHo, JaeJoong entrenaba en el extranjero, solo volvían al país
para las competencias, sin embargo, ahora que tenían todas las competencias en
un periodo corto de tiempo, se habían mudado a Seúl. El estar de nuevo en su
país, producía sentimientos extraños en JaeJoong. Solo rogaba por no volver a
toparse con Jung YunHo en algún lugar. A pesar de los años, lo que YunHo le
hizo era una herida que había cicatrizado, pero aún dolía.
JaeJoong miró la fría pista de
hielo y con sus patines puestos, comenzó a deslizarse suavemente sobre ella,
dejándose que todas sus emociones fluyeran a través de sí en cada movimiento.
Algún día se encontraría con
YunHo, porque el mundo es muy pequeño y más en ese mundo donde compartían un
mismo frio hielo por el cual deslizarse. Cuando ese día llegara, JaeJoong le
mostraría a YunHo que los sueños que un día dejó de lado por él, ahora vivían
dentro de JaeJoong con más fuerza y hacía todo lo posible por alcanzarlos.
JaeJoong sonrió con ese
pensamiento. Algún día…
martes, 9 de diciembre de 2014
LOVE IS BLUE: CAPITULO 6
La tormenta.
YunHo había ido corriendo a la
enfermería de la escuela, sin embargo, se halló con que su novio no estaba
allí. Confundido preguntó a la enfermera, pero notó que no se encontraba en el
lugar.
—No está en la enfermería —dijo a
su acompañante, un tanto frustrado de no saber donde estaba JaeJoong. —Sí es
una broma juro que les cortaré las bolas a todos.
—¿Quién bromearía con algo así?
—cuestionó ChaeYoung.
Estaba teniendo una amena charla
en la fuente de la escuela cuando uno de los jugadores pasó rápidamente por su
lado, al notar que eran ellos, se detuvo de golpe, anunciando que JaeJoong se
había lastimado y que quizá no volvería a jugar sobre la pista.
Con eso, la pequeña burbuja que
habían creado para ellos dos se rompió, trayendo de vuelta al verdadero YunHo,
al YunHo que no estaba deslumbrado por una linda y buena chica, al YunHo que le
brillaban los ojos de solo pensar en una persona, al YunHo que sonreía cada que
hablaban de JaeJoong, aunque ahora, sus ojos no brillaban con amor, tampoco
sonreía, ¿qué había estado haciendo él para descuidar a JaeJoong? Miró a su
alrededor, solo gente que conocía, pero ninguno tan importante como JaeJoong.
—Vayamos rápido a la enfermería
—ChaeYoung lo tomó de la mano, sintiendo extraño ese toque, demasiado amigable,
hasta podría decirse íntimo, como para que alguien que no fuese JaeJoong lo
hiciera. Así que, YunHo rápidamente se deshizo de él, sin siquiera notar la
mirada de profunda decepción que cruzó por ChaeYoung.
En la enfermería no hallaron a
nadie, YunHo estuvo tentado a pensar que fuese una broma, una broma de mal
gusto o una buena idea, dependiendo del vaso con el que se viera. Pero una
llamada a su teléfono decidió el rumbo de las cosas.
—Estoy en la enfermería, ¿Dónde
estás tú? —dijo al teléfono. —¿Qué? ¿En el hospital? —YunHo comenzó a
preocuparse más, si JaeJoong necesitó de un hospital, lo que le había ocurrido
seguro era grave.
Sin responder a ninguna de las
preguntas que ChaeYoung lanzaba a su paso, YunHo fue directo al hospital. Era
una suerte que el lugar se encontrara a menos de dos cuadras de distancia de la
escuela, fácilmente se podía llegar ahí caminando.
Entró desesperado, preguntó en
recepción y subió rápidamente los dos pisos de escaleras, ya que no tenía
paciencia para esperar por el elevador. Cuando llegó, algunos compañeros del
equipo estaban ahí haciendo preguntas a SuHyeon.
—¿Dónde está JaeJoong? —exigió.
—Descansando —respondió SuHyeon.
YunHo iba a replicar cuando un médico se acercó a SuHyeon.
—Afortunadamente el chico está
bien, no sufrió de alguna fractura, pero necesitará guardar reposo por algún
tiempo —dijo el médico.
—Nos encargaremos de ello
—respondió SuHyeon antes que YunHo dijera cualquier cosa.
El hecho de que SuHyeon se tomara
demasiadas molestias por JaeJoong, más el hecho de saber que no había estado
allí para su pareja, pero sobretodo la mirada de superioridad que SuHyeon le
brindaba, llevaban a YunHo al límite de sus nervios.
—No te tomes atribuciones que no
te corresponden.
—¡Oh! Yo solo hablaba por todos
en el equipo —respondió, pero es mirada que irritaba a YunHo no se iba.
—Claro, como si no hubiera visto
la especial forma en que lo tratas —YunHo quería descargar su rabia,
frustración y todo lo que llevaba dentro. Si él no hubiese sido deslumbrado por
ChaeYoung unos momentos, hubiera estado a lado de JaeJoong en el momento del
incidente, incluso puede que ni siquiera hubiera pasado nada sí él hubiera
estado a su lado, pero, no fue así.
—JaeJoong es especial para mí —dijo
SuHyeon, llevando a YunHo a dos niveles más en su rabia. —Además yo solo estaba
haciendo lo que el supuesto novio debió hacer, procurar de él.
—¿Qué estas tratando de decir?
—No estoy tratando de decir,
estoy diciéndolo. Si tú —picó con su dedo índice el pecho de YunHo fuertemente —no
hubieras estado de galán en la fuente, JaeJoong no estaría así.
Aquello cayó como balde de agua
fría sobre YunHo. JaeJoong lo había visto. No podía mentirle diciendo que solo
era una simple charla, porque él mismo sabía que no había sido así. Había estado
coqueteando con ChaeYoung, en la fuente que estaba al centro de la escuela, en
un lugar donde todos podían verlo y a él no le había importado.
En ese momento las puertas del
elevador se abrieron dejando ver a la menuda figura de ChaeYoung. Nadie dijo
nada mas las miradas decía mucho más que cualquier palabra.
—No lo hagas llorar de nuevo —le
dijo SuHyeon a YunHo en un bajo susurro que solo él escuchó. Después dio la
vuelta y salió por el elevador donde la chica aún estaba parada. La tomó del
brazo y dijo: —Vamos, nosotros estamos de más.
***
JaeJoong no supo cómo, pero se
hallaba en una cama en el hospital. Tenía un sencillo esguince en el tobillo,
lo que le impediría jugar al menos dos partidos. No era nada serio, solo un
moretón casi negro en el pie, pero le pedían guardar reposo. Suspiraba mirando hacia el blanco techo de la
habitación, tratando de no pensar en nada y en todo a la vez.
Un barullo se escuchó por el
pasillo, sus compañeros de habitación miraban curiosos a la puerta, los más
cercanos a ella aguzaban el oído para ver de qué iba el alboroto, pero para
JaeJoong solo era ruido.
La puerta se abrió dejando pasar
a varias personas, JaeJoong seguía mirando al techo, tratando de perderse en
ese infinito, pero cuando todos rodearon
su cama, tuvo que regresar a la realidad.
—¿Cómo te sientes? —preguntó uno
de los chicos. JaeJoong le sonrió, el muchacho se sonrojó.
—Un poco adolorido. Creo que no
podré jugar ante los Halcones el siguiente fin de semana, con los deseos que
tenía de patearles el trasero a los muy pretenciosos —dijo JaeJoong, alegrando
el ambiente con su sonrisa amable, sus ojos negros cálidos y su cabello rubio
brillante.
JaeJoong notó como YunHo
permaneció a su lado sin pronunciar ninguna palabra, tampoco intentó tocarlo, y
una parte del corazón de JaeJoong lloró por eso. De todas maneras no es como si
supiera cómo comportarse, YunHo no había hecho nada malo, bueno no había
cometido un engaño como tal, pero su corazón dolía por su comportamiento.
—JaeJoong —dijo YunHo al fin.
Todos guardaron silencio al instante.
—Bien muchachos, es momento de
irnos —dijo alguien. JaeJoong trato de evadir un poco más a YunHo, pero cuando
todos se hubieron ido, fue evidente que no sería por mucho más tiempo.
—JaeJoong —volvió a llamarlo con
un dejo de dolor en su voz.
—Estoy bien YunHo, ya escuchaste
al doctor ¿no? Solo es un esguince, aunque no podré jugar en algunas semanas.
¡Dios! Espero que no me quiten la beca por esto, yo no podría pagar la colegiatura y… —calló su
parloteo. Repentinamente su mente lo acribillaba con imágenes de YunHo y
ChaeYoung mirándose de forma especial, sus lágrimas salieron sin que las
pudiera controlar. —C-creo que mi tobillo duele más de lo que creía —trató de
cubrir.
Gris,
gris, l'amour est gris
Pleure
mon coeur lorsque tu t'en vas
Gris,
gris, le ciel est gris
Tombe la pluie quand tu n'es plus là
A YunHo le partió el alma verlo
así. Su estúpido comportamiento había herido más a JaeJoong que su lesión en el
tobillo. Abrazó a su novio, a la persona que más amaba, aunque a veces se
dejara deslumbrar, YunHo sabía que no sería nada si JaeJoong no estuviera a su
lado. No volvería a comportarse así, no dejaría que alguien más tratara de
meterse entre ellos.
***
A pesar de que las cosas
volvieron a su cauce natural, el comportamiento de YunHo había cambiado para
con ChaeYoung, si bien era amable y educado, ya no había esa extraña
comunicación con las miradas entre ellos. La química ahí estaba, pero YunHo no
dejaría que fuera a más.
JaeJoong se perdió dos partidos,
de los cuales se hizo notar como una de las figuras principales del equipo.
SuHyeon y YunHo eran muy buenos, pero hasta ellos le echaron en falta en la
delantera. Perdieron un juego y el otro lo empataron a duras penas.
—¡Agggr! Los Osos no van a dejar
pasar eso. Cuando nos encontremos en los playoffs, seguro nos harán pasar por
un infierno y no estoy hablando del partido. Te lo digo yo que ya he vivido
esto, esos malnacidos nos torturarán psicológicamente antes del juego. Esa es
su estrategia, debilitarte antes de que siquiera toques el hielo. Todas tus
redes sociales se saturaran con mala propaganda tuya, si, ya lo puedo ver.
JaeJoong escuchaba al portero
hablar, quería reírse por lo que decía, pero el chico parecía muy serio con ese
asunto. El año pasado, los Osos no pudieron llegar a los playoffs, por lo que
JaeJoong jamás supo acerca de la tétrica estrategia que el equipo usaba.
YunHo estaba hablando con el
entrenador, la temporada estaba llegando a su fin, y con ello daba comienzo a los
playoffs, una serie de juegos donde era ganar o ganar. Y este año, que se
perfilaban como los favoritos, el entrenador presionaba cada vez más a YunHo.
JaeJoong había decidido esperar, pero lo haría en el hielo, no para practicar jugadas,
sino para su verdadera pasión.
Como su tobillo estaba recién
curado, no se arriesgaría a dañarlo de nuevo, solo haría movimientos simples
que no implicaran algún salto. Su cuerpo se sentía vibrar de alegría cuando sus
pies se deslizaban por la fría superficie, era como si todo él entrara en
sintonía con el hielo que se rasgaba a su paso. Algún día, algún día JaeJoong
podría pararse en una pista con los ojos del público y los jueces para mostrar
una verdadera rutina… algún día.
Al llegar a uno de los extremos
de la pista vio a SuHyeon sonreírle, levantando sus dos pulgares. JaeJoong le
devolvió la sonrisa y comenzó a girar sobre su propio eje, estallando de
felicidad entre más rápido iba.
Al llegar a casa, JaeJoong aún se
sentía alborozado por haber patinado nada más por el puro gusto de hacerlo, con
una rutina simple que le devolvía esos sueños que había relegado.
—JaeJoong, tenemos que hablar —dijo
su padre cuando estaba sentados en la mesa a la hora de la cena. JaeJoong dejó
de comer, con los nervios de punta al ver el rostro serio de su padre. El
hombre miró a su esposa antes de continuar. —JaeJoong he sido transferido —anunció.
Eso traía muchas consecuencias, eso significaba que JaeJoong tendría que
mudarse a otra parte del país, a hacer amigos de nuevo y lo condenaba a tener
una relación a distancia con YunHo, eso si la arpía de su madre dejaba de
meterle a chicas a YunHo en la cabeza. —Esta vez es en el extranjero. —¡Oh! Bien,
eso era un poco más complicado, pero seguía teniendo los mismos problemas. —Recientemente
he sido promovido, así que me han dejado a cargo de algunos proyectos en el
extranjero.
—Eso es bastante bueno, padre —respondió
sinceramente JaeJoong.
—Si, es muy bueno, pero sentimos
que tengas que mudarte constantemente, por eso, en esta ocasión hemos decidido
algo diferente. Dado que ya eres mayor y que la escuela a la que asistes es muy
buena, consideramos que lo mejor sería que te quedaras aquí. El próximo año
será tu último de preparatoria, así que no veo porqué no puedas terminarlo
aquí, con el equipo de Hockey y YunHo a tu lado.
JaeJoong saltó de alegría. Sí, se
quedaría con YunHo.
***
YunHo comía despacio, estaba un
poco incómodo, pero debía aguantar ahí lo más que pudiera para no verse mal
educado. A su lado, ChaeYoung comía con gracia y delicadeza, había momentos en
los que YunHo quedaba embobado al verla llevarse el bocado a la boca. Después sacudía
su cabeza, pensando en la sonrisa de JaeJoong, pero, la cercanía de la chica lo
hacía olvidar a su pareja. YunHo sentía que se partía en dos en esos momentos,
cuando el amor de su vida estaba lejos y la tentación muy cerca.
No era la primera, y seguramente
tampoco la última, en la que los Han cenaban en casa de YunHo. Al parecer se
habían hecho muy amigos, por lo que era normal ir de visita seguido. ChaeYoung
era amiga, pero también representaba el acicate más grande entre el amor de
YunHo y JaeJoong.
YunHo trataba de mantenerla lejos
en la escuela y los entrenamientos, pero todo ese frío comportamiento se
derretía cuando estaban solos. No deseaba traicionar a JaeJoong, pero no podía
quitarse esas malditas ganas de probar los labios de la chica, de tomarla entre
sus brazos y estrecharla fuertemente, entonces, era cuando la imagen de
JaeJoong aparecía en su mente. YunHo estaba confundido.
—¿Te sientes bien? —preguntó
ChaeYoung.
YunHo asintió levemente, la miró
y dijo: —Lo siento.
—¿Por qué? ¿Por tu frio
comportamiento en la escuela? Lo entiendo —dijo ella con su característica voz
suave. —Sé lo mucho que significa JaeJoong para ti. Sé que debes estar
confundido y que lo menos que deseas hacer es dañarnos, pero, YunHo, me duele a
pesar de todo —sus rostros estaban demasiado cerca, si YunHo inclinara el
rostro un poco más, podría probar los labios rosas de ChaeYoung como tanto
había deseado.
El teléfono de YunHo comenzó a
sonar. Estuvo tentado a dejarlo pasar y besar apasionadamente a ChaeYoung, pero
por algún motivo lo sacó. JaeJoong era quien llamaba. YunHo mordió su labio, no
se dejaría seducir por ChaeYoung, pero tampoco la dañaría. Se alejó un poco,
pero no contestó la llamaba.
—¿No vas a responder?
—No, dejaré que siga sonando. Me gusta
la melodía —dijo sonriente, sin imaginar lo que JaeJoong quería decirle.
***
Con el equipo jugándose la vida
en los playoffs, JaeJoong había encontrado pocos momentos a solas con YunHo,
momentos que utilizaba para muchas cosas menos hablar. Así que no había tenido
oportunidad de decirle que sus padres se habían mudado al extranjero y que
ahora dependía enteramente de él.
JaeJoong estaba planeando tener
casi una vida en unión libre con YunHo. El semestre estaba a punto de acabar,
faltaban unas dos semanas para que el ciclo escolar terminara, entonces podría
ir de un lado al otro con YunHo. Claro, siempre y cuando ganaran el torneo, de lo
contrario tendría que soportar a un muy huraño YunHo.
Tal como el portero le había
dicho, los Osos iniciaron una campaña psicológica, que en lo personal no afectó
a JaeJoong, ya que la mayoría de las fotos que exhibían lo mostraban a él
tomado de la mano con YunHo o algunas similares donde se mostraban afecto.
JaeJoong sonreía, parecía más un álbum de parejas que un ataque. Sin embargo,
fue una foto la que lo golpeó. La foto traía una fecha reciente, en la imagen
se mostraba a YunHo y ChaeYoung muy cerca el uno del otro, dándose esa mirada
cómplice que destrozaba a JaeJoong. Esa imagen solo llegó a la bandeja de correo
de JaeJoong, por lo que nadie más que él supo de ella.
Durante el partido JaeJoong se
mantuvo concentrado. No sabía si la imagen era real o un fotomontaje, pero sin
duda habían conseguido desestabilizarlo, pero eso no se los haría saber. Este
partido era decisivo, con este se vería que iría a las semifinales. JaeJoong
brilló como toda una estrella en la pista, no dejándose llevar por una simple
imagen que quizá ni siquiera fuese real.
El partido finalizó con ellos
pasando a la siguiente ronda y unos Osos muy enfurecidos por haber sido
eliminados.
—¿Crees que fue una mentira,
muñequita? —dijo un defensa de los Osos. —Si no nos crees, ¿por qué no miras
por ti mismo? —Con la cabeza señaló detrás de JaeJoong. Cayendo en el juego,
JaeJoong miró. YunHo y ChaeYoung estaban juntos, era imposible no darse cuenta
la forma especial en la que se miraban, o lo delicada y cuidadosa que ChaeYoung
era alrededor de YunHo. Y, nuevamente, JaeJoong se sintió fuera de escena. —Es
más, ¿por qué no vienes a festejar con nosotros? Beberemos hasta ahogarnos en
alcohol —dijo tomándolo del brazo. —¿O es que prefieres verlos a ellos? —JaeJoong
no reaccionaba. —Ven, disfrutaremos mucho juntos —dijo eso en un susurro ronco,
casi sexual que asustó a JaeJoong.
JaeJoong trató de liberarse, pero
el defensa era mucho más grande y mucho más fuerte. Antes de que se pusiera a
gritar como niñita, SuHyeon llegó. Tomó el brazo del defensa de los Osos. —Es
momento de que lo sueltes, todo tu equipo se está yendo. —A pesar de que
SuHyeon no dijo nada amenazante, las palabras sonaron como tal. El defensa solo
sonrió de lado, levantó las manos en señal de rendición y se marchó. —¿Estás
bien, JaeJoong?
JaeJoong asintió. —Parece que te estás
volviendo mi salvador.
SuHyeon rió. —No, tú te estás
volviendo la damisela en peligro.
Riendo, ambos se dirigieron hacia
los vestidores. YunHo, aún con ChaeYoung a su lado, sintió una punzada, que más
bien fue una oleada de celos al verlos reir juntos. Pero, no se movió de su
lugar, SuHyeon estaba en lo cierto cuando dijo que él estaba haciendo el
trabajo que el novio debía estar haciendo.
***
Habían llegado a la final del
torneo. La algarabía en la escuela era tal que llevaban una semana de fiestas.
Además, contando que era la última del curso, incluso los profesores se sentían
felices. El partido se jugaría el jueves, el fin de curso era al día siguiente,
por lo que no tenía caso tratar de contener a los muchachos, no cuando tenían
más de tres años sin ganar un torneo.
“¡YunHo!” “¡YunHo!” se repetía
por doquier. Era de todos bien sabido que Jung YunHo, capitán del equipo de
Hockey, había llevado al equipo a la gloria, y estaban seguros que triunfarían.
Para muchos, YunHo era motivo de envidia, pero la mayoría lo envidiaba por dos
cosas, más bien dos personas, Kim JaeJoong y Han ChaeYoung. Kim JaeJoong,
jugador del equipo, el más pequeño, pero veloz y letal, era, además de eso, una
belleza encarnada, su rostro lo hacía parecer una muñeca de porcelana, pero sus
enormes ojos negros que miraban con calidez a todos, lo hacían ver como un
verdadero ángel. Han ChaeYoung, asistente del equipo, una mujer hermosa y
delicada, competía en gracia con Kim JaeJoong, pero su belleza no era tanta
como la del chico, sus demás cualidades eran lo que la hacían saltar al mismo
nivel. Y ambos, ambos enamorados de Jung YunHo.
Algunos rumores corrían por la
escuela, donde decían que JaeJoong era el novio y ChaeYoung la amante. Otros hablaban
acerca del amorío de YunHo con JaeJoong y de cómo solo había sido por
curiosidad, además ¿quién se resistiría a tal belleza? En donde pintaban a
ChaeYoung como la futura esposa. Muchos más circulaban, pero la mayoría se
centraba en ese tema y el triángulo amoroso.
Durante el partido, el estadio
entero los apoyaba. Las gradas vibraban con los golpeteos que el público daba
para animarlos. Los nombres de los jugadores resonaban en el lugar. El partido
se estaba jugando en un nivel extremo.
A JaeJoong le costó poco darse
cuenta que el equipo contrario no solo deseaba ganar, deseaban literalmente
hacerlos sangrar. Si hubieran sido señoras de la tercera edad, JaeJoong no les
hubiera tomado importancia, desgraciadamente los sujetos parecían unos matones
que se tambaleaban sobre el hielo con un stick en la mano.
Concentrándose en el juego,
JaeJoong barrió con el puck, deslizándolo suavemente por el hielo, sonrió con
satisfacción cuando el enorme y torpe defensa no pudo hacer nada cuando
JaeJoong pasó por su lado. JaeJoong sabía cómo iba a terminar el juego. Aún se
preguntaba cómo este equipo había llegado a la final, luego su aspecto de
matones y su comportamiento como tal, le respondió su pregunta.
Lanzó el puck con fuerza hacia la
portería, y tuvo la audacia para hacer un pequeño gesto de victoria cuando la
luz roja se encendió, marcando un punto para ellos. Eso fue sin duda un error. Ni
siquiera había llegado de nuevo a su lugar cuando el defensa al que pasó se lanzó
y se estrelló contra su flanco izquierdo, con lo que parecía ser la fuerza de
mil hombres. JaeJoong lo vio demasiado tarde y no pudo escapar de él, de manera
que fue estrellado entre la masa de hombre y la pared de la pista.
JaeJoong vio estrellas, vagamente
escuchó a la multitud abuchear al sujeto, que fue llevado a la celda de
penalización, pero que estaría suelto en el siguiente turno. JaeJoong sacudió
la cabeza, no era la primera vez que le hacían algo similar, pero sin duda, los
anteriores sujetos pesaban al menos diez kilos menos.
—JaeJoong —escuchó que gritó
YunHo.
—Estoy bien —dijo. No quería
salir del juego pareciendo un animalito asustado. No, él no era de esos, se
quedaría y les haría ver porqué estaba en el equipo, a pesar de ser el jugador
más pequeño no huiría.
JaeJoong patinó hacia el lado
derecho de la línea azul, a donde se dirigía originalmente antes de ser
arrollado y se enfrentó contra uno de los delanteros más grandes que había
visto. ¿Qué les daban a los jugadores de ese equipo para que todos crecieran el
doble? Cuando el tipo frunció los labios, JaeJoong vio venir el típico insulto.
—Hola, Campanita. ¿Dónde has
dejado a Peter Pan y todos los niños perdidos?
Se escuchó el silbato, de reojo
vio cómo YunHo ganaba el mano a mano con otro delantero y avanzaba rápidamente
a la portería contraria. —En Nunca
Jamás, es donde me alcanzarás —le respondió al delantero, dejándolo atrás,
acompañando a YunHo en el ataque.
JaeJoong sabía que su comentario
le traería consecuencias, pero estaría condenado si se dejaba. En cuanto vio
venir al enorme sujeto. De ninguna manera podría evadirlo, pero al menos se
aseguraría que el tipo sufriera tanto como él. Con su stick firmemente sujeto,
JaeJoong lo usó para golpear al tipo en su entrepierna fuertemente, antes de
ser lanzado por el impulso del golpe.
La cosa terminó con JaeJoong en
la caja de penalización y el delantero en el banquillo. A pesar del dolor,
JaeJoong sentía satisfacción de no haber terminado en el banquillo dolorido,
además, el partido estaba por finalizar y llevaban ventaja por varios puntos.
Justo antes del pitido final,
YunHo anotó. El regocijo de todos en el estadio estalló. Se estaban coronando
como campeones después de mucho tiempo sin el título. El equipo se deslizaba
como podía para abrazarse. Entonces todo sucedió.
JaeJoong, aún en la caja de
penalización se apresuró a salir, pero un tornillo suelto hizo que su playera
se atorara, haciéndolo demorar unos segundos, segundos que cambiaron su vida.
YunHo levantó la mirada en busca
de su pareja, pero se encontró con los ojos cafés de ChaeYoung. Ella se acercó
corriendo, él abrió sus brazos para estrecharla en un abrazo. De pronto, el
mundo alrededor de ellos dejó de existir. Ella estaba entre sus brazos, justo
como lo había deseado por mucho tiempo. Entonces, sus labios se encontraron en
un profundo beso.
JaeJoong jaló su playera hasta
romperla, pero no tanto como su corazón cuando vio al centro de la pista, en
medio de un gran júbilo, YunHo y ChaeYoung besándose.
Una mano cubrió sus ojos. —No
necesitas ver. Yo seré tus ojos —SuHyeon lo sacó de la pista sin que nadie lo
notara.
JaeJoong lloró, dejó que las
lágrimas bañaran su dolor. SuHyeon estuvo a su lado toda la noche hasta que al
final se quedó dormido.
Cuando despertó, se encontró
solo, con la luz del sol inundando el lugar. La habitación era desconocida,
pero algunas fotos y cosas del lugar le dijeron que pertenecía a SuHyeon.
Sobre el escritorio encontró una
bandeja de desayuno con una nota.
«Preparé el desayuno. ¡Cómelo!
Iré por tu certificado y lo que necesites. Te ayudaré con cualquier cosa.
Cuenta conmigo».
JaeJoong probó poco alimento,
pero pensó seriamente en lo que le deparaba su futuro. Los sueños que tenía,
los había dejado por vivir otros sueños, los sueños del hombre que amaba. El
hombre que amaba lo había dejado de lado por amar a alguien más, entonces
¿dónde quedaba él?
No tuvo que pensar demasiado. Sabía
dónde tenía que ir y qué tenía que hacer.
Tomó su teléfono y marcó un
conocido número. —SuHyeon. Iré a cumplir mis sueños. Me repondré y nadie
romperá mi corazón de nuevo.
***
YunHo no fue consciente de lo que
hizo hasta que la adrenalina del partido se hubo esfumado de su cuerpo. A su
lado estaba ChaeYoung dormitando, con sus ojos buscó a JaeJoong entre el
revoltijo de personas que festejaron la victoria con ellos.
JaeJoong no estaba. Era de
esperarse, después de lo que hizo. Había besado a CheYoung frente a todos, y
había olvidado el amor que JaeJoong siempre le proporcionó. YunHo se sentía
sucio. Se deshizo del agarre de ChaeYoung. Él no necesitaba a una chica, él no
necesitaba a nadie, solo a JaeJoong. Se arrastraría como el bicho que era con
tal de que JaeJoong lo perdonara, o por lo menos le diera la oportunidad de
hablar.
Fue a su casa, pero las luces estaban
apagadas. Tocó una y otra vez el timbre, imaginando que al menos los padres de
JaeJoong abrirían a un desesperado, pero nadie atendió a su llamado. Con frustración
decidió que lo vería en la ceremonia de fin de curso.
Pero, JaeJoong tampoco apareció. Por
más que YunHo buscó, JaeJoong no volvió a aparecer frente a él. Su teléfono fue
cambiado y su casa vendida.
YunHo perdió la mitad de su alma
al perder a JaeJoong.
Le
vent, le vent gémit
Pleure
le vent lorsque tu t'en vas
Le
vent, le vent maudit
Pleure mon coeur quand tu n'es plus là
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N/A: Lamento la demora! Estuve un poco ocupada. Con este capitulo termina la primer parte de la historia. Espero que esté siendo de su agrado. Siento que sea triste, pero ya saben que me encanta el drama.
Gris, gris, l'amour est gris (Gris, gris, el amor es gris)
Pleure mon coeur lorsque tu t'en vas (Llora
mi corazón cuando te vas)
Gris, gris, le ciel est gris (Gris, gris, el
cielo es gris)
Tombe la pluie quand tu n'es plus là (Llueve
cuando tu ya no estás)
Le vent, le vent gémit (El viento, el viento gime)
Pleure le vent lorsque tu t'en vas (Llora el viento cuando te vas)
Le vent, le vent maudit (El viento, el viento
enmudece)
Pleure mon coeur quand tu n'es plus là (Llora mi corazón cuando tu ya no estás)
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