—No, tú no
querías hacerlo… Yo le diré que tú lo
amas y que lo nuestro solo fue un error.
¡Oh! Yoochun ¿Qué has hecho? ¿Por qué niegas tus sentimientos
de esta forma por esa alimaña? No, más bien ¿Por qué tienes sentimientos por
ese animal rastrero?
Ahora entiendo
porque el sábado llegó muy temprano a mi casa, ahora sé por qué comenzó a
cuestionarme sobre el haberse enamorado de una persona diferente de mí, pero Yoochun,
amigo ¿Qué tiene él que te ha hecho caer de esta manera?
Mis ojos se
concentran en el dolor de los tuyos, pero no puedo ayudarte con esa carga, no
más de la que yo tengo, por eso nuevamente me pregunto ¿Tan mal es enamorarse
de la persona equivocada? Digo, he oído en algunos lugares que el amor duele y
que si no duele no es amor, pero esto ya no es un dolor normal, no es como si
solo fuera una punzada, no, más bien es como una herida profunda que te va
desgarrando poco a poco, que a la vez que se hace más profunda más dolorosa se
vuelve, que te desangra poco a poco para al final, matarte de dolor y de pena.
—Déjame —le dijo
Junsu en un tono muy frio, uno que usualmente se reservaba para mí. Los ojos de
Yoochun a pesar de estar heridos parecían preocupados por Junsu. «Dime ¿hasta dónde eres capaz de llegar por
amor?» —Por favor, solo déjame. —El
tono en la voz de Junsu es algo que no había escuchado, podría decirse que
incluso es amistoso y a la vez frágil. No podría distinguirlo, pero eso hace
que Yoochun lo mire una vez más y asienta.
Desde mi sitio
los observo a ambos, a Junsu marchándose, tambaleando entre un paso y otro, de
vez en cuando hipando pero siguiendo adelante. Yoochun le mira irse, con la cara
crispada de dolor, con los puños apretados y unas pocas lágrimas corriendo por
sus mejillas.
¡Oh! ¡Yoochun!
Mi Yoochun, amigo. ¡Cuánto lamento que el amor duela!
Con cuidado me
acerco, no quiero que nadie vea su dolor, porque al final todos creemos estar
enamorados, pero muy pocos son los que de verdad sienten amor.
Mi mano sobre su
mano, un amago de sonrisa sale en mi rostro. No puedo sonreír, no con tu dolor,
no con mi dolor, ni por el de Yunho, incluso el de Junsu.
«Sabes Yoochun, a mi no me importaba que Yunho
estuviera con Junsu, incluso sé que pude haber aguantado muchas de sus
jugarretas y que al final hubiese encontrado la forma de librarme de ellas,
pero yo hubiese soportado todo con tal de ver la cara de Yunho sonreír. ¿Tú te
sientes de la misma forma cierto? Habrías guardado tu amor dentro de ti, lo
habrías protegido y cuidado desde lejos, lo sé, lo sé porque de alguna extraña
manera esa persona se coló en tu corazón».
—Tú no lo
conoces —me susurra Yoochun. Sus ojos llenos de dolor me dicen que ha leído
bien mis pensamientos. «No,
efectivamente, no. Yo no lo conozco».
—Vamos —le digo
mientras lo arrastro a algún bar cercano. Si vamos a llorar por un desamor que
mejor que desahogarnos en alcohol.
* * *
Cómo terminamos
en su habitación, no lo sé. Lo que sí recuerdo es haberlo llevado a un bar,
bebimos y bebimos por nuestros amores no correspondidos, incluso cantamos
horriblemente de esas canciones con las que te gustaría cortarte las venas con
galletas, cualquiera que nos hubiera escuchado no dudaba de nuestro corazón
destrozado.
Despierto en la
habitación de mi amigo, el cual ronca profundamente, me pregunto si en sus
sueños hay algo de felicidad o si solo los hechos del día lo atormentan una y
otra vez.
En el espejo
puedo ver mi deplorable apariencia, necesito urgentemente un baño, un enjuague
bucal y unas gotas para mis rojos ojos. ¡Dios! Tomo un poco de ropa prestada y
me doy una ducha rápida, lavo mis dientes y ahora lo único que me falta son las
gotas para los ojos.
—Yoochun —le
hablo suavemente, seguro tendrá una resaca aún mayor que la mía. Dicen que el
nivel en el que te embriagues influye mucho tu estado de ánimo, pero ayer Yoochun
fácilmente podría haberse acaba todo el alcohol del lugar haciéndolo pasar por
agua.
Un gruñido fue
lo que recibí en respuesta, pero eso no me iba a amedrentar. Son casi las
diez y tenemos clases a las que asistir,
aunque... humm... bueno, hoy es martes, hoy tenemos esa horrible clase que
compartimos con ellos.
Cuando esa
realidad pasa por mi cabeza, inmediatamente dejo mis vagos intentos por
incorporar a mi amigo. La sola idea de topármelos de frente me da escalofrío,
pero considerando la actual situación quizá ni siquiera asistan. «Además ya es tarde».
Aunque quisiera
echarme de nuevo, hago acopio de toda mi voluntad y me marcho. Solo dejo un
desayuno sencillo y simple con una nota para Yoochun en la mesita de noche de
su habitación.
La luz de sol me
lastima los ojos, pero no tuve oportunidad de pasar a mi casa por mis gafas
oscuras y Yoochun necesitaría las suyas por si quería salir. Regresaría donde
él más tarde. Alguien debía tomar notas, ese era usualmente mi amigo, pero
dadas las circunstancias hoy es mi turno.
Al llegar al
lugar los pasillos vacíos me reciben, todos están dentro de las aulas. Por
alguna razón mis pies no se encaminan a mi salón, sino a la terraza. Después de
todo no tiene caso entrar cuando ya está muy avanzada la hora.
Me recargo en el
barandal, desde este punto puedo apreciar los otros edificios tranquilos, con
el aire refrescándome no solo la cara, sino las ideas también. Pienso en Yunho,
en Yoochun, en Junsu, en mí y en todo este macabro cuarteto amoroso. No,
miento, triángulo, si bien yo estoy enamorado de Yunho no pinto en esta
historia, el solo me dejo de lado para estar con su alguien más que
irónicamente resulto ser él.
El amor es verdaderamente
una cosa aterradoramente enredadiza. Te va cubriendo con sus ramas para después
dejarte deslizar como jabón por ellas, sin saber a dónde vas a llegar o si
sufrirás con algunas cuantas espinas del camino.
El susurro de
una cazadora hace que mi atención se gire de mi preciosa vista a mi nuevo
acompañante. Mi piel casi latió con la mirada de esa persona. Baje los ojos, no
puedo sostenerle la vista, me sonrojo, no hay forma que no se dé cuenta cuanto
me gusta.
Vestido con unos
vaqueros y una cazadora negra, Yunho está ahí, de pie mirándome, observando
cada uno de mis movimientos, como acechando. Por un momento me volví presa de
esos felinos ojos negros, que antaño me miraban con ternura y ahora había algo
en ellos que no podía descifrar.
—Es bueno verte —me
dice con esa voz tan roca y profunda que casi me siento ronronear por solo
escucharla dirigirse hacia mí. «Contrólate».
Me digo. «Este hombre acaba de ser herido
en su orgullo y por nada más y nada menos que tu mejor amigo».
—S-sí —miro un
momento su rostro y después miro de nuevo mis tenis, considero a las agujetas
muy entretenidas en este momento.
—Hace mucho que
no podía charlar contigo —se acerca y me roza la mejilla con sus nudillos. La confusión
debe de brillar en mi mirada por sus actos, pero su rostro es una máscara
impasible que no me permite descifrar nada. Una sonrisa sincera se asoma en su
rostro y se aleja un poco de mi. —Últimamente no me has dejado tocarte, me has
estado evitando.
¿Cómo debo tomar
sus palabras y sus acciones? Cada vez que este hombre esta a solas conmigo es
una persona, pero al momento siguiente anda del brazo con alguien más.
—No me he
sentido muy bien —miento descaradamente, porque una cosa es saber que te duele
hasta el alma que tu amor no sea correspondido y otra aceptar abiertamente que
el hombre frente a ti es la causa de tus desvaríos.
—Sí. Lo sé. Estuve ahí el día que te llevaron a la
enfermería. —«¿Y cómo olvidarlo? Fue el
peor día de mi vida». —Quería cuidar de ti, pero tu amigo no me lo
permitió.
No se me paso el
tono mordaz con el que soltó "tú amigo". Pero decidí ignorarlo, si
antes ellos habían tenido unos roces, con lo que pasó con Junsu, seguramente el
querrá matarlo. —Yoochun siempre ha cuidado de mí.
Su mirada me
evaluó de arriba a abajo y de regreso. Me sentí un poco violado, pero eso
repentinamente cambió junto con su glacial mirada y su duro tono: —Veo que
compartes demasiadas cosas.
¿A qué venía ese
comentario? Mentalmente figuro la facha que debo de traer y caigo en la cuenta
que tomé prestada la cazadora favorita de Yoochun, y no es una cualquiera, es
una que tiene un sello bastante distintivo de él.
—Crecimos
juntos, así que es normal que compartamos muchas cosas.
Sí, porque no me
iba a arriesgar a decir todo, porque sería una mentira. No comparto la ducha,
los novios, ni saliva y coas así. Hasta eso tenemos unas pequeñas reservas.
—Changmin es
también mi mejor amigo y no por eso me la paso en su cama diario.
Fruncí el ceño.
¿Qué estaba tratando de decir? ¿Que Yoochun y yo nos enredábamos entre las
sábanas? «¡Oh, no! No, señor». Puede
que sí tenga mi lado zorra, pero aún con todo eso no me he enredado con nadie,
absolutamente nadie de esa manera. Jamás he compartido más allá de un beso.
Salvo... salvo Yunho y eso fue solo una vez en un callejón.
Cierro los ojos
y respiro profundo, la ira me invade, pero más que eso es el dolor de la herida
que me hacen sus palabras.
—Si buscas
pelea, será mejor que busques en otro lado —le digo. Me agacho para tomar mis
cosas e irme de ahí lo más rápido posible. ¿Cómo es que ha pensado eso de mí?
Creía que me conocía.
Al pasar por su
lado, su mano me aferra el brazo.
—Lo siento —me
dice con un susurro ronco. —Lo siento de verdad, no quería ofenderte —su sinceridad
en sus palabras me hacen asentir, pero aún así no estoy dispuesto a quedarme.
Supongo que lo ha sentido, porque no me ha soltado. —Creo que estoy un poco
trastornado con lo que me ha pasado.
Asiento de
nuevo, pero no es mi culpa lo que le ha pasado. Recarga su cabeza en mi hombro
a pesar de ser mucho más alto que yo. Le escucho inhalar pero eso solo hace que me tense más.
—No voy a
hacerte daño —suelta. —Solo no quiero estar solo.
Suspiro y le doy
unas palmaditas en la espalda.
—No soy yo con
quien necesitas hablar —le digo. Sé que es estúpido de mi parte pero es la
verdad, él no necesita de mi en este momento, lo que necesita es aclarar su
situación.
—Eres mi amigo —replicó.
¿Lo soy?
—Si me quedo y
te hago compañía, al irme te sentirás igual.
—¿Qué sugieres?
¿Que vaya y perdone a la puta esa?
«¡Vaya! Sí que está herido». Nótese el
sarcasmo en mis pensamientos.
—No lo sé. Si
decides o no perdonar, esa será tu decisión.
—¿Por qué haces
esto?
¿Hacer qué?
¿Aconsejarte en lugar de aprovecharme de la situación? Sí, yo también me lo
pregunto, pero como les dije a las Derrama-cafés, no soy así.
—Porque soy tu
amigo.
Le sonrío y él,
que había mantenido su frente en mi hombro, gira ligeramente para mirarme por
el rabillo del ojo, lo que creo que duro una eternidad. Entre más me miraba más
nervioso me ponía. Casi podía escuchar los latidos de mi corazón gritando por
la atención de Yunho.
—Quizá tengas
razón. Pero de momento mi orgullo está demasiado herido como para hablar sin
gritar y ofender.
Asiento de
nuevo. Se separa y vuelve a acariciar mi mejilla con sus nudillos. Si tan solo
supiera que es lo que pasa por su cabeza en estos momentos. Inconscientemente
ladeé mi cabeza hacia su toque, lo que lo hizo sonreír.
* * *
Han pasado
algunos días desde la fiesta. Todo ha estado en relativa calma. Yoochun ha
estado un poco taciturno, pero ¿quién no lo estaría en su situación?
En cuanto a Yunho,
se ve tranquilo. No dejo de observarlo durante clases, desde mi sitio su
perfecto perfil se puede aprecia. Me gustaría tanto poder acercarme a él,
decirle que yo... que yo... Yo te amo...
Suspiro.
¿Qué más da que
lo ame, sí él no me ama a mí? Odio y maldigo a esa ley del triángulo amoroso:
Al que tú amas no te ama, y al que él ama no lo ama porque ama a alguien más.
Aunque en este caso no es tan así, pero eso sí, la primera parte si me aplica a
mí... y a Yoochun.
Discretamente
miro a mi amigo de reojo, pareciera que toma notas y presta atención totalmente
a clases, pero si te acercas un poco más, notarás que su mirada está perdida,
mira al frente como si mirara a la nada, y de vez en cuando escribe cosas que
ni siquiera él entiendo. Sus apuntes de ser perfectos han pasado a ser algo más
que desastrosos.
—Bien muchachos,
es todo por hoy.
¡Maldición!
Estaba seguro que la clase acababa de comenzar. ¿Cuánto pude demorarme viendo
el perfil de Yunho o analizando el comportamiento de Yoochun? ¿Diez minutos a
lo mucho? Pues al parecer me llevo más de cincuenta. Lo malo es que de nuevo no
apunté nada, y sí me dije a mi mismo que debía hacerlo.
Yoona se me
acerca al finalizar la clase. Yoochun ha decidido escabullirse a no sé donde,
pero me promete regresar para la siguiente hora, ya que ahora tenemos una hora
libre.
—¿Me prestarías
tus apuntes? —le pregunto a Yoona cuando nos dirigíamos a la cafetería.
—Bueno. Pero te
advierto que no son muy buenos.
Mientras nos
deteníamos a sacar algunos de sus cuadernos y otras hojas que nos habían dado,
un barullo se escuchaba no muy lejos. Varias personas pasaban a nuestro lado
corriendo como si estuvieran perdiéndose de algún muy buen evento.
—Creo que están
regalando cosas por allá —me dijo mi amiga.
—Vamos. Después
de todo nos podemos llevar algo.
«A la gorra ni quien le corra». Eso lo
decía un tío cuando daban cosas gratis. Así que apresuré a Yoona para que
pudiéramos ver qué pasaba. Sí, soy chismoso. Bueno quizá chismoso, lo que se
dice chismoso no, sólo un poco quisquilloso.
Las puertas de
la cafetería estaba abarrotadas de alumnos, apretujándose unos contra otros,
tratando de buscar el mejor lugar para ver el espectáculo. Por el alboroto que
estaba causando sabía que no estaban dando refrescos gratis, así que como pude
me hice un hueco. Empuje a dos o tres personas, y tal vez le di un codazo a
alguien, pero ahora nada de eso importaba. No, porque algo en mi interior hizo
que todas las alarmas se dispararán.
Primero el
sonido de un golpe, seguido por el típico "Auch"
de los que alientan las peleas. Luego una voz conocida, seguido de otro golpe y
un "Ahhh" o "Psss" de la audiencia.
Así llegué hasta
donde la riña se llevaba a cabo. Ante mis ojos tenía a los dos hombres que más
amaba en mi vida peleando a puño cerrado. Más bien una carnicería. Yoochun
estaba sangrando por la nariz y boca, sobre su playera oscura se veían
manchones aún más oscuros causados por la humedad, sangre.
Yunho lo tenía
agarrado por el cuello mientras le atestaba los nudillos en la cara de nuevo.
La ira se podía ver en sus ojos, su puño ensangrentado azotaba una y otra vez
la cara y el estómago de Yoochun, pero, sin duda, lo que más me sorprendió, no
fue la pelea. No, Yoochun ya llevaba rato buscando pleito con Yunho, pero ahora
recibía golpe tras golpe sin siquiera levantar las manos para defenderse, ya ni
siquiera para intentar cubrirse. No, recibía el puñetazo directo, mientras lo
miraba desafiante como diciéndole "¿Esto
es todo lo que tienes?"
Cuando otro
golpe iba a la cara de mi amigo no lo soporte más. —¡No! —grité, abalanzándome
hacia ellos. —¡Basta! —tomé el brazo de Yunho, tratando inútilmente de
separarlo de Yoochun, pero se comportaba como un perro rabioso sin soltar a su
presa. —¡Yunho! —me miró por primera vez, como si no hubiera notado que estaba
ahí. —Por favor —le rogué. Entre mis manos aún sosteniendo su brazo para evitar
su puño sobre mi amigo.
—Jae... yo... —me
miró, luego miró a Yoochun y después a su puño, horrorizándose al ver su obra.
—Por favor Yunho,
déjalo ir —supliqué una vez más.
Lentamente se
fue retirando, soltando el agarre que tenía sobre Yoochun, temiendo haberle
hecho más daño del que podría repararse. Cuando vi que no saltaría sobre él de
nuevo, giré mi atención sobre Yoochun.
—¿Yoochun? —me
miro, negando suavemente con la cabeza. Si bien estaba herido, en su mirada
reflejaba claramente el "Me lo tengo
merecido". No, me negaba a creer eso. Sí, consiente estoy que no había
actuado de forma correcta, pero cuando estas enamorado dime ¿quien actúa de
forma racional? Porque no es como si hubiera forzado a Junsu para que lo besara
o hicieran algo más. ¡No! No señores, en este asunto ambos tenían la culpa. —Vamos —le digo. Realmente no quiero hondar
en ese tipo de detalles. Conozco a mi amigo y sé que se tomó las palabras de
Junsu muy enserio.
«Las cosas que hace uno por amor».
Me levante
pesadamente con Yoochun colgado de mis hombros. Debía llevarlo a la enfermería,
no sabía que tan graves eran sus lesiones.
—Jae —me llamó.
De nuevo esa voz que hace que mi mundo se detenga y gire sólo a su alrededor. Lo
miré. Sus ojos negros llenos de arrepentimiento. —Jae, yo...
—Yunho —le
detuve. —Ahora no tengo tiempo.
Y era
verdad, no tenía, Yoochun era mi
principal preocupación en este momento. Además... además no quería hablar con
él. Así que sin mirar a nadie más, lleve a rastras a mi amigo a la enfermería.
Había pasado su brazo sobre mis hombros, mientras yo le rodeaba la cintura y lo
llevaba. Su cuerpo colgaba casi inerte del mío, de hecho no hubiera dudado que
perdiera el conocimiento en cualquier momento después de la paliza, sin embargo
y para mi mayor alivio no fue así. Yoochun es fuerte.
Las personas a
nuestro paso se abrían como los mares a Moisés, o más bien como si tuviéramos
alguna enfermedad rara y contagiosa. De alguna manera era mejor, si no ayudas
no estorbes. Algunos más me abuchearon al pasar por haber detenido el
sangriento espectáculo, porque sí, hay gente tan desalmada que no le importa
divertirse a costa de este tipo de cosas.
Al llegar a la
enfermería, solo estaba la Sra. Bae, lleva demasiado tiempo en este lugar como
para ocuparse en preguntar cómos y porqués, solo sentó a Yoochun en una camilla
y comenzó a curar sus heridas, ninguna de ellas de las que preocuparse,
solamente tendría muchos feos cardenales y unas pocas puntadas por un lado. Sus
costillas estaban doloridas pero no rotas.
—Pega como niña
—aclaró Yoochun cuando la enfermera dijo que no tenía que preocuparse
demasiado. Lo miré incrédulo, pero supongo que el orgullo varonil así es.
—Sí, por eso te
ves como si te hubiera arrollado un tren —le di una media sonrisa que no llegaba
a mis ojos.
—Está bien. —Sus
ojos se desviaron mirando al piso mármoleado.
—No. No está
bien. Dejaste que te dieran una paliza. —Ni
siquiera intenté preguntar porque, tanto
él como yo sabíamos la respuesta. —Prométeme al menos que la siguiente vez meterás
las manos para defenderte. —No esperaba que hubiera una siguiente, pero por si
las dudas.
Yoochun me
sonrió antes de quejarse de dolor.
—Y dices que
pega como niña.
—Bueno quizá no
tan, tan así.
TOC-TOC. El
sonido de alguien llamando a la puerta llamó nuestra atención. Una cabeza
pelinegra se asomó un poco tímida.
Sentí un
arranque de furia al ver quién era, que de haber podido en esa exhalación que
di hubiera sacado humo de mis fosas nasales. Apreté los puños, tratando de no
lanzármele encima, mordiéndome fuertemente los labios para no gritarle unas
cuantas verdades, aunque las mereciera, no creo que mi amigo las agradecería en
este momento. Solo pude dedicarle una mirada llena de ira.
Junsu se
encontraba ahí. De pie en la puerta, sin atreverse a entrar por completo.
Que yo lo mirara
con rencor e ira, no implicaba que Yoochun lo mirara de la misma forma. Le eché
un vistazo a mi amigo y ahí lo vi, tenía una estúpida sonrisa que estaba seguro
él ni siquiera sabía que la tenía entre los labios. Fruncí el ceño e hice una
mueca de disgusto.
Resoplé de
nuevo, más ruidosamente si era posible. Junsu me miro, esta vez con una máscara
inexpresiva en su cara, para volver su atención a Yoochun.
—Necesito hablar
contigo —dijo de un modo suave. Por un momento vislumbre en los ojos de Junsu
verdadera preocupación por Yoochun. Quizá este arrepentido de sus palabras,
quizá afronte su error como el hombre que es, o quizá eso es lo que yo quiero
que haga.
Entendí que
estaba de más en la habitación. —Yoochun te esperare fuera para llevarte a
casa.
—No hace falta —anunció
Junsu. «¡¿Que no hace falta?! ¡Sólo
míralo!». Ambos volteamos a ver a mi amigo, los dos sabíamos que Yoochun no
llegaría a ningún lugar en ese estado. No, lo esperaría fuera, no importa
cuánto tardara. —Yo lo llevaré a casa —dijo interrumpiendo mi perorata mental.
Espera... —¿Qué? —¿Qué fue lo que
dijo? No estoy muy seguro de haber escuchado bien.
—Dije que yo lo
llevaré a casa —repitió de nuevo, enfatizando la palabra "yo".
Supongo que el
pánico debió ser visible en mi cara porque a continuó: —No pienso hacerle nada,
solo quiero hablar con él.
«¡Eso es precisamente lo que me inquieta!»
No considero que
sea capaz de hacerle algún daño físico a mi amigo, o sea solo habría que
echarle una mirada para darnos cuenta que es bastante escuálido, no tanto como
yo, pero en definitiva estaría muy en desventaja con alguien como Yoochun, aún
herido mi amigo es un buen contrincante.
Pero, no es de
su fuerza física de la que me preocupa, no, es su suave corazón enamorado.
Enamorado de este mal sujeto, que con sus palabras terminaría de enterrar a su
ya de por sí destrozado corazón. Bueno ¿es que este tipo no tiene vergüenza?
¿Cómo se le ocurre venir? ¿Qué rayos quiere? ¿No ha hecho el daño suficiente?
—Jae —me llamo
mi amigo. —Ve a casa.
«¡¿Qué?! ¡No! ¡Definitivamente no!»
¿Cómo se le
ocurre siquiera pensar que lo voy a dejar con esa cosa estando así de herido.
No, mi instinto de protección salió en aquel instante, negándome a obedecer la
petición de mi amigo. Ni siquiera fui consciente de que negaba efusivamente con
la cabeza.
—Jae, si pasa
algo te llamaré. No estoy muriendo, así que estaré bien —me dijo, mirándome a
los ojos, rogándome a través de ellos que le dejara.
Cerré la boca,
respiré profundo. No sabía quién necesitaba más el aire a su cabeza si él por
considerar siquiera estar cerca de esa cosa o yo para calmar mi ira, porque lo
estaba viendo rojo todo en este momento.
Tomé mis cosas y
salí de la habitación sin mirar a ninguno de los dos. Sí, concluyentemente
necesitaba aire, porque por muy molesto que yo este, éste no es asunto mío,
aunque quiera meter mis manos sobre el pecho de Yoochun y arrancarle del
corazón a Junsu, pero ¿Yoochun no quisiera hacer lo mismo en mí?
Saqué mi
teléfono y le mensaje a Yoochun:
« Estaré
esperando en tu casa. Me aseguraré que llegues ahí sano y salvo. »
Suspire, ya
fuera el cielo se había puesto gris, necesitaba apresurarme a llegar a casa
antes de que comenzara a llover. Necesitaba un cambio de ropa, tenía varias
manchas oscuras de la sangre sobre mi playera.
Comencé a
caminar, rogando porque no lloviera, hacía la parada del bus. Un pitido me sacó
de mis ruegos a los cielos. Un auto rojo se detuvo frente a mí.
¡Rayos! Solo
quería ir a casa a gritarle a la almohada, para luego salir y comprobar a Yoochun.
Yunho salió
tranquilamente de su auto y es aquí donde me pregunto ¿qué demonios estoy
haciendo esperando como idiota? Este es el maldito que golpeó a mi amigo.
—Jaejoong.
Necesito hablar contigo —ordenó. Sí, porque eso no fue una petición, fue una
orden. Eso no me gusto nada, su tono, combinado con su anterior actitud
hicieron que le arrugara la nariz como un felino. —Jae, por favor —rogo. ¡Ah!
Qué diferencia, pero aún así no tengo ganas de hablar.
Si no tenía
ganas de hablar, no sé como rayos voy dentro de su auto a no sé dónde.
—Jae... —esperó
a que lo mirara o dijera algo. Como ninguna de las dos cosas pasó continuó: —Jae,
sé que estas molesto. Y lo entiendo, perdóname. No era mi intención perder los
estribos de esa manera y... —su voz se fue apagando.
Ya recordé el
porqué voy con él en su auto, comenzó a llover.
—¿Qué fue lo que
paso? —por fin formulé. Quiero saber quien empezó.
—¿Importa? —le
resoplé en respuesta. —Al entrar en la cafetería lo vi. Estaba mirándome
fijamente como lo ha hecho últimamente. Ahora entiendo su siempre desafiante
actitud, pero... sé que no justifica mi comportamiento, es solo que yo... yo
también estoy herido...
*****************************************************
N/A: Lamento mucho la demora con este fic, ahora que Fated está llegando a un punto más concluyente, voy a retomar estos fics que tenía pendientes. Espero les haya gustado este capítulo :)
12 comentarios:
Primeeera!!!
pero claro que me encanto y espero de verdad no lo dejes de lado y lo continúes lo e esperado desde hace mucho
pobre yoochun lo que hace por amor a ese junsu que no se merece el amor de yoochun
pues nomas lo uso y lo lastimo y jae triste por que yunho esta así de lastimado por lo que le a echo junsu y yoochun por los golpes de yunho
aparte yoochun despreciado por junsu
y ahora de que quiere hablar con el terminaran volviendo loco a jae con tanto en redo
y por el mismo junsu que de por si lo trae entre ceja y ceja le sigue dando dolores de cabeza por su actitud con sus dos amores total ya que se decida con quien se quiere quedar con yoochun o yunho pero que los deje de torturar
por fa pon el siguiente pronto si y GRACIAS por este capitulo que ya lo extrañaba
ya q se decida yunho. junsu ahhhh siempre te he querido pero ahora eres ahhhhhhh. Pobre chun lo haces pedazos. Ahhhhh. Si continua. Besos.
qué bueno.
me alegraste el día con esta actualización tan esperada.
Yunho actúa tan raro.
tiene celos de Yoochum por la relación tan estrecha con Jae y a la vez está furioso con Junsu porque lo engañó. quién lo entiende??
ahora le dio una paliza a Yoochum y muy claro no tengo aún el por qué, si es por celos de Jae o de su ex novio Junsu.
muchas gracias por retomar esta historia ,me encanta.
otra historia que me encantaría muchísimo que actualizaras es "toma mi mano!" es tan dulce y hermoso ver la Yunjae con un bebé y el niño BICHITO es tan dulce que me fascina ese fic. porfis cuando puedas continúalo.
gracias
si linda retomalos todos porque son demasiado buenos si tardas mucho en un fic se pierde el hilo de la historia yo no soy escritora y me imagino que la inpiracion de uds para escribir es algo sagrado yo soy repostera y cuando no tengo inspiracion no puedo adornar nada pero bueno espero actualices pronto y tu inspiracion este full gracias x compartir
Creo que ya estoy mas confundida que Jae. Gracias por actualizar esta historia...
aaaaaaaaaaahhh -sigue gritando- enserio no me esperaba esta actualización y te juro que estoy más que emocionada, amo todas tus historias pero si tengo que escoger una favorita, creo que sería esta (a pesar de no ser mpreg)
Enserio, jamás había sentido tanta empatía con Yoochun en un fanfic, ha sufrido demasiado por culpa de mi Junsu zorris, él no se merecer el amor de Yoochun.
qué decir de Jae? el igual sigue por la calle de la amargura.
Y Yunho, enserio, sigo preguntándome que pasa con él, se ha complicado demasiado la vida, busca a Jae, como amigo, sufre por Junsu o por sus malas decisiones! Es tan difícil de saber que hay en su mente!
Porfaaaa actualiza pronto, estaré esperando! T-T
Yoochun espero no seas tan tonto y sigas haciendo tonterías por Junsu, Jae es en verdad un verdadero amigo al igual que Yoochun, espero no sigan viéndoles la cara esos dos, con un Yunho necesitando a Jae pero muy herido por lo de Junsu, no que no lo quería, yo lo vería como deshaciéndote de el, pero según esta muy ofendido, va...
Gracias
Gracias por continuarlo. ..!!!*0*
Chun espero que dejes de hacer tonterias e.e por Junsu y mejor hazlo sufrir un poco (?)
Yunho me esta volviendo loca >. <
gracias por seguir actualizando *--*
Gustado? No, lo amo! Me encanta! Habia estado buscando un escolar.. ..y este lo es y además es fabuloso! Tiene de todo.. ..
Sabia que llegarían a los golpes....solo era cuestión de tiempo.. ..Jae se molesto golpeó a su Soulmate.. ..lo peor por defender a Junsu.. ..shhh. ...
Solo un capitulo.. ..voy a morir si no esta finalizado.. ..por favor al menos que se arregle el Asunto.. .
Que querés decirle Yunho? Solo que no lo laste mas por favor.. .
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