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martes, 30 de diciembre de 2014

Comunicado

Hola a tod@s mis hermos@s lectores!

Este es un atento aviso de su servidora. No es excusa, pero este día no podré actualizar Love is Blue.

La razón,  mi lap fue usurpada el día de hoy. Y desgraciadamente no cuento con un respaldo.

Sinceramente espero escribir algo antes del viernes.

Lamento mucho este inconveniente.

Pd. Tengan un muy bonito Año Nuevo y mis mejores deseos para ustedes y sus seres queridos!

martes, 23 de diciembre de 2014

LOVE IS BLUE: CAPITULO 8



El aspirar el frío aroma del hielo no era lo que muchos consideraban exquisito, sin embargo, para el joven de cabellos rubios era tranquilizador y un detonante para los sueños, sueños que ahora se estaban cumpliendo. Quizá no era lo que él imaginaba cuando de niño veía las competencias por televisión, ni tampoco cuando veía a los patinadores amateurs en la pista, no, este mundo nada tenía que ver con ello, no obstante, este era el lugar de sus sueños.

El sonido del hielo al resquebrajarse finamente con la afilada cuchilla de sus patines, desplazándolo elegantemente por el lugar. JaeJoong había practicado mucho, día y noche, casi sin descanso, de no ser por YooChun, quizá tampoco hubiera comido o dormido, solo él podía sacar a JaeJoong de sus afanosas prácticas. Solo él, pues YooChun era su entrenador y amigo. Además, JaeJoong estaba dispuesto a colocarse entre los mejores del mundo, para eso había trabajado arduamente.

Sonrió cuando se sintió observado por una penetrante mirada. La conocía muy bien, tan potente como aquellos ojos negros a los que pertenecían. La primera vez que la había visto fue tres años atrás, correspondían a un hombre imponente, o al menos eso le pareció la primera vez que lo vio, después, a pesar de su aspecto un tanto hosco, descubrió en él a un perfecto patinador. Alto, pelo negro como el ala de un cuervo, ojos negros penetrantes, piel tostada y nariz recta. El tipo era sencillamente atractivo, músculos justos para levantar a su pareja como si fuera pesara lo de una pluma. JaeJoong quedó maravillado por la gracia y la forma en la que se movían, hasta que, la chica al ser levantada para dar un giro, no hizo un aterrizaje perfecto, llevándola al frío hielo. El hombre que había fascinado a JaeJoong volvió su mirada aún más dura, haciendo que la chica temblara, y no por el frío.

—Es demasiado exigente —le había dicho YooChun.

Aquel día, JaeJoong tuve que darle al patinador la razón, no podías ganar las competencias con un corazón blando. Ese día, JaeJoong se había presentado por primera vez en una competencia bajo el nombre de Kim Hero. Si estuvo nervioso, jamás dejó que lo notaran, pues, en cuanto pisó el hielo, varios rostros se giraron hacia él, ninguno de ellos amistoso, simplemente lo vieron por lo que es, más competencia. Los pocos rostros que no lo miraron con animadversión, lo miraron como basura, lo consideraban poco para ser sus rivales, especialmente uno, un chiquillo un poco más joven que él, pero con aires de grandeza.

Muy a su pesar, JaeJoong tuvo que reconocer que aquel muchachillo estaba por encima de él, sobre todo después de ver el despliegue de habilidades que mostró en la pista. Había nacido para eso, y aún con  su buena actuación, JaeJoong quedó varios lugares debajo de aquel chico que se llevó el tan ansiado primer lugar.

Después de eso, ese chico y JaeJoong se encontraron varias veces en las competencias, dejando en claro que el chico sería su más grande rival sobre el hielo.

—Técnica perfecta —le había comentado YooChun una vez que miraban su rutina. —Aún así, le falta ese algo que conmueva no solo a los jueces, sino también a los espectadores.

JaeJoong escuchó atentamente mientras veía. Sí, su técnica era perfecta, pero su cara era una máscara de emociones frígidas.

Con lo rápido que JaeJoong ascendió en el mundo del patinaje, fue imposible para esos dos personajes no notarlo. Uno, a pesar de competir en parejas, vio en JaeJoong un gran potencial, y el segundo lo miró como un verdadero adversario.

Durante los años siguientes, se vieron las caras en varias competencias, siendo algunas ganadas por JiYong, el muchachillo que competía en la rama individual, y otras por JaeJoong. Ellos dos conformaban la élite del patinaje artístico del país.

SeungHyun, conocido como TOP, el exigente compañero, cambiaba de pareja casi cada torneo, miró en JaeJoong a la pareja perfecta, y después de varias pláticas con YooChun y JaeJoong, finalmente el último, accedió a ser su compañero, cumpliendo las exigencias del joven, que se había transformado en uno de los íconos del patinaje varonil, muy diferente a la etérea imagen de JaeJoong o Hero y JiYong cuyo nombre artístico es GDragon.

—Deberías verte, eres toda una belleza patinando —le dijo una voz gruesa y varonil desde las gradas. JaeJoong sonrió reconociéndolo. Hacía tres años que se conocían, dos años de ser compañeros en el patinaje, pero año y medio de ser pareja sentimental.

Aún recordaba lo insistente que había sido. JaeJoong, que se negaba a tener de nuevo una pareja, se mostraba frío, cumpliendo las exigencias que SeungHyun marcaba en el hielo. Tuvo que reconocer que de él aprendió muchas cosas. YooChun los entrenaba a ambos, esa había sido una clara condición de JaeJoong para aceptar ser el compañero de SeungHyun. Además de no abandonar la competencia individual.

Aunque, claro, SeungHyun supo hacer bien su trabajo y pronto se gano un lugar en el corazón de JaeJoong, más eso no significaba que JaeJoong volviera a perder la cabeza como cuando lo hizo por un par de ojos color chocolate.

JaeJoong se acercó a SeungHyun, quien colocó sus manos sobre su rostro y lo acercó para un beso. Beso que JaeJoong correspondió.

—Estas inquieto —le dijo con su voz grave. JaeJoong le sonrió. Por muy amurallado que tuviera su corazón, había algunas grietas por las cuales las personas como SeungHyun entraban, dejándoles ver a un JaeJoong totalmente distinto al frío competidor.

—Es, solo… el estar aquí —respondió. No dijo que estar de nuevo en Corea, le inquietaba. Como bien sabido era, ellos entrenaban en Japón, solo volvían por las competencias nacionales, quedándose solo el tiempo justo. Sin embargo, la situación ahora era muy diferente, ya que entrenarían aquí.

—Debes soportar, bebé. Tú familia no se irá de Japon y podemos ir de vez en cuando.

JaeJoong volvió a sonreír. Cuando salió con el corazón destrozado, buscó a su familia en el extranjero, viajando junto a ellos y YooChun por alrededor de un año, hasta que se establecieron en Japon, bueno, solo YooChun y JaeJoong, pero no bien habían pasado seis meses cuando sus padres se instalaron de forma definitiva en el país. Ninguno preguntó el porqué, solo lo recibieron con los brazos abiertos y consolaron su dolido corazón.

—Me harán falta para las competencias, su apoyo es muy importante para mí.

—Lo sé, amor. Pero ellos vendrán para las finales, así que no podemos decepcionarlos y ni siquiera clasificar ¿eh?

—Cierto. Seremos los mejores —dijo JaeJoong. Hizo un mohín y continuó: —Además le partiré el trasero a esa diva del hielo —refiriéndose a su eterna rivalidad con JiYong.

SeungHyun rió fuerte. —Demuéstrales quien es el Principe del Hielo.

—Odio ese mote.

***

YunHo entró a su apartamento, nada sorprendido de ver a JunSu sobre la alfombra de la sala leyendo animadamente una revista, comiéndose sus galletas con chispas de chocolate. Solo rodó los ojos, agradeciendo haber escondido una caja entera en su habitación.

—Has llegado —le habló sin levantar la vista.

—Fue un día pesado —le dijo.

—Humm… cada día llegas más cansado que el anterior. YunHo —lo miró a los ojos —estoy preocupado por tu salud, los entrenamientos te dejan cada vez más agotado.

—Solo un poco, pero no puedo simplemente dejar de ir a todos ellos.

—Pero si no los necesitas.

—Sí, los necesito, además sirve para que el equipo vea que no tengo privilegios, y que si no asisto a todos es por cuestiones personales. No quiero que digan cosas acerca del favoritismo o así, quiero ser reconocido por mi propio esfuerzo. Eso y que no quiero oxidarme.

—Bien.

YunHo sonrió. —¿Qué lees?

Los ojos de JunSu brillaron y YunHo se arrepintió de haber preguntado. —¡Oh! Mira, este es el principal rival para Hero en las competencias. —Le mostró el artículo. YunHo vagamente recorrió con la mirada la página de la revista, sin mucho interés, aunque el chico que se mostraba era lindo, con un cierto aire de inocencia, pero que definitivamente su mirada expresaba arrogancia. —Es GDragon.

—Es lindo.

—¿Verdad? Aunque no tan lindo como Hero… —JunSu inició de nuevo su perorata acerca de lo maravilloso que era Kim Hero, dado que la exhibición estaba cerca, a la mínima mención del patinaje o hielo, JunSu se soltaba a hablar de Kim Hero. Con una sonrisa condescendiente, YunHo se levanto y fue a la cocina, escuchando a JunSu parlotear alegremente detrás de él.

—¿Así que te está convenciendo acerca de secuestrar al patinador? —ChangMin preguntó desde la puerta.

—No lo voy a secuestrar —dijo un tanto exaltado JunSu. —Solo quiero verlo más de cerca, y que podamos tener una charla, sentados frente a una caliente taza de café y…

—Y eso no será posible —irrumpió ChangMin, atravesando la cocina para llegar hasta donde YunHo. JunSu lo miró con enojo. —Seamos sinceros, la probabilidad de que eso suceda sin que tengas que secuestrarlo es mínima.

—Para eso está YunHo —dijo con seguridad. —Le estaba hablando acerca de eso y él me apoya incondicionalmente.

YunHo se atragantó con el agua que estaba bebiendo. —Yo no sé de qué me estás hablando.

—Pero si hace un segundo me habías dicho que sí —indicó JunSu con ojos de cachorrito.

—¿Eh? —YunHo abrió grandemente los ojos. ¿De qué había estado hablando JunSu? Eso le enseñaba a no asentir solamente a todo lo que JunSu decía.

—No estabas escuchándome. Te comprometiste a prestarme tu ayuda para que conociera a Kim Hero.

—¿Y eso cómo lo haré?

—¿Cómo qué cómo? Pues tú eres el gran U-Know YunHo. Debes tener contactos —dijo airadamente.

—Sabes bien que hay una abismo entre uno y otro, ¿verdad? No porque se practiquen en el hielo todos conocemos a todos —dijo entrecerrando los ojos.

—Lo sé, lo sé. Es solo que… —el ánimo de JunSu decayó. —Es que de verdad quiero conocerlo.

—Hagamos algo —dijo ChangMin. —Vayamos a esa exhibición y haremos todo lo posible por acercarte a él.

JunSu sonrió como un niño con un juguete nuevo. ¿Quién podía negarse a tan tierna imagen?

—Bien, veré si hay algún conocido de algún conocido que pueda darnos acceso a los camerinos —añadió YunHo.

JunSu chilló feliz. Sí, habían hecho bien. Le ayudarían a conocer a su máximo ídolo.

—¿Por qué no me muestras unas fotos del susodicho y del lugar? Quizá siempre sí podamos secuestrarlo —dijo burlón ChangMin.

—¿De verdad podríamos traerlo a casa? —preguntó esperanzado JunSu.

—No, no creo que eso sea posible —dijo ChangMin, mientras comenzaba a hojear la revista que minutos antes tenía JunSu. —Aunque a él, si quieres lo podemos secuestrar. Me apunto —señaló al chico.

—Ese es GDragon. Es la competencia. No podemos secuestrar a la competencia. Bueno sí… —la mente de JunSu comenzó a confabular cosas que asustarían a cualquiera. —Sí, deberíamos secuestrarlo así Hero ya no tendrá rival y podrá acceder fácilmente a su boleto para los olímpicos y…

—¿No sería eso perjudicial para Hero? —preguntó YunHo. Le fascinaba como la mente de JunSu podía revolotear de un lado al otro con tanta facilidad. —Además sería un golpe muy bajo al orgullo de Hero si su principal rival no se presenta. —JunSu lo miró con incertidumbre, como si no comprendiera lo que YunHo decía. —Sí, mira. Si fuera mi caso no me gustaría ganar de esa manera, quiero probar que soy el mejor, porque vencí a todos aquellos que estaban peleando el mismo lugar. Y, dado que es una competencia individual, debo suponer que Hero no querría eso.

JunSu suspiró, meditando las palabras de YunHo. —Supongo —dijo al fin.

Mientras JunSu y ChangMin se ponían a investigar del lugar donde se llevaría a cabo la exhibición y hablando de lo increíblemente atractivo que era Kim Hero y su espectacular técnica. YunHo se dirigió a su habitación, estaba demasiado cansado para adentrarse en cuestiones de belleza estética con el patinaje artístico.

Su teléfono vibró. Con pesadez suspiró. No tenía que verlo para saber quién era. Decidido a no ignorar más esos mensajes y llamadas, se recostó en su cama antes de devolver la llamada.

ChaeYoung le respondió sonriente.

—¡YunHo!

Cada vez que hablaba con ella se sentía mal. No podía dejar de pensar en todos los sentimientos que ella le provocaba. No la amaba, sin embargo estaba con ella. No le había prometido nada, a pesar de eso, ChaeYoung se mantuvo a su lado. Ni siquiera tenían una relación, aún así, sus padres creían que ella era la opción ideal. YunHo sabía que era porque aún no conocían un mejor partido.

Con un suspiro saludó. —¿Cómo estás?

—Bien. Quizá no tanto porque me has estado ignorando —golpe directo. YunHo ni siquiera tuvo que mentirle diciendo que estaba muy ocupado. —Tus padres me pidieron que me comunicara contigo, quieren formalizar nuestra situación —dijo ella, aunque por el tono de inquietud que se le escuchaba, ChaeYoung sabía que YunHo pospondría eso lo más posible.

—Diles que eso no es posible. Me comunicaré con ellos después. Ahora estoy demasiado cansado para carburar lo que estas tratando de decirme.

YunHo escuchó un suspiro del otro lado y se sintió como una mierda cuando ella respondió: —No te preocupes YunHo, les diré que fui a verte pero que tus entrenamientos y tus estudios consumen todo tu tiempo. Pediré a mis padres que nos concedan más tiempo. Después de todo aún somos muy jóvenes para pensar en algo formal.

YunHo escuchaba cómo la voz de ChaeYoung se quebraba cada que hablaba con él. Jamás había tenido el valor para afirmar o negar nada, así que su relación con ChaeYoung siempre había sido incierta. Nunca habían sido novios, pero ella se mantuvo a su lado todo el tiempo, incluso cuando JaeJoong se fue y muchos los tildaron de inmorales y desgraciados por haber lastimado así al bello JaeJoong. Con todo eso, ChaeYoung se mantuvo firme, sin ninguna promesa de por medio, solo por el puro hecho de fidelidad o culpa, YunHo nunca supo cual era la principal, porque sí, ChaeYoung también se sentía culpable y los hecho ya nadie los podía borrar.

—¿Por qué no vienes en verdad? —preguntó. Quizá no fueran novios, pero YunHo la consideraba amiga.

—¿Puedo?

—Claro. Tendré partido el fin de semana, así que porque no te das una vuelta. Puedes venir y apoyarme como solías hacerlo… —YunHo se quiso patear. Ella solía venir, hasta que lo descubrió con un ligue de una noche. En ese momento YunHo no lo tomó en cuenta, pues sabía que ellos no eran nada, pero la espinita de haber lastimado otro corazón se quedó consigo. —También habrá una exposición de patinaje artístico, si vienes iremos por ahí.

—Si. Está bien.

Colgó la llamada, YunHo se recostó en sus almohadas. Nunca podría corresponder sus sentimientos, eso ambos lo sabían. Pero YunHo tampoco quería alejarla. Era un maldito cobarde, porque sabía que ella siempre estaría ahí para él, lo daba por sentado, comportara como se comportara, ChaeYoung era la mujer ideal para ser su esposa. Solo que, él no estaba listo para eso y quizá nunca lo estuviera.

***

Los días pasaron rápidamente. La exposición sería en unas horas y JaeJoong estaba de lo más calmado, caminando por un parque de Seúl. A pesar de los recuerdos que pisar su tierra le traía, JaeJoong reconocía que nunca había venido a Seúl con YunHo, por el contrario, Seúl solo traía vagos recuerdos de su niñez, y es que, al mudarse tan seguido, Seúl fue una parada más.

Entró a una cafetería, sentándose en una mesa junto a la ventana, donde veía a las personas pasar. Disfrutaría un poco de su tranquilidad antes de adentrarse de nuevo en su frío mundo de hielo. A partir de esta exhibición, vendrían las verdaderas competencias. No podría bajar la guardia hasta haber obtenido su máximo.

Una pareja se sentó en la mesa detrás de él, el chico más pequeño hablaba y hablaba como un pajarillo alborotado. JaeJoong sonrió, le gustaban esa clase de personas con muchos ánimos.

—Estoy muy emocionado, ChangMin —dijo el chico. JaeJoong sonreía también, no era habitual ver chicos animados más que en el público. Cuando las competencias estaban a la vuelta de la esquina, el ambiente se tornaba gélido quizá hasta un poco hostil, por eso era revitalizante escucharlo. —Será en unas horas, ChangMin. ¡Unas horas! —brincaba emocionado en su lugar. —Por fin podré conocerle. ¿Te imaginas?

—No, no lo hago —le respondió el otro muchacho, más alto y moreno. Su voz era grave, pero a la vez suave. JaeJoong imaginaba que tendría un buen tono cantando. —Aún no me explico ¿cómo es que lo hizo?

—Dijo que tenía un amigo que conocía a un amigo que…

—Sí, sí. Estaba ahí. Es realmente una estrella, nada le niegan, todos lo conocen y eso que casi ni se hace publicidad porque llamaría más la atención.

—¡Oh, sí! Nuestro amigo es guapo, pero no tanto como Kim Hero.

—Digamos que son bellezas diferentes —añadió el otro chico llamado ChangMin. JaeJoong no los podía ver pues estaba de espaldas a él, pero los vio entrar. —Es masculino, es adorable, es un bombón, es una estrella, es U-know —dijo, sin duda remedando a alguien pues su tono era como el de un presentador de boxeo.

La risa cantarina del otro chico hizo a JaeJoong sonreír de nuevo. A veces extrañaba su tranquila vida, luego recordaba la forma en que deslizarse sobre el hielo lo hacía sentir y su vida tranquila se difuminaba.

—Tienes razón, Hero es más… hum… da esa impresión de ser frágil, aunque estoy seguro que es solo eso, impresión. Podría ser como esos icebergs, blancos translúcidos que hacen rebotar la luz en sus siete colores, pero tan fuertes que no se resquebrajan fácilmente.

JaeJoong sonrió de nuevo. Ese chico pensaba que él era una poesía.

—Y tan gélido como uno —agregó ChangMin. —No por nada es el príncipe de hielo.

JaeJoong se sintió un poco frío. Empezaba a creer que de verdad era ese ser, un ser etéreo que no conocía las emociones.

—Ya te dije que no lo entiendes. Es porque no lo conoces.

—Vuelvo a repetir, tú tampoco lo conoces JunSu, entonces, ¿por qué te aferras a decir eso?

—Es simple, ChangMin. Nunca he tenido la oportunidad de verlo en la vida real, pero he visto todas y cada una de sus rutinas por televisión, incluso sus fotos, y créeme, sus rostro puede ser una máscara indescifrable, pero no así sus ojos. Son tan expresivos, pero solo para aquellas personas que lo saben ver. Yo no sé que le haya pasado, pero sus ojos solamente cambian cuando pisa el hielo, después vuelven a ser inexpresivos como todo él. Es por eso que se que es un ser incomprendido.

—Me sorprende que a veces seas demasiado profundo, JunSu. No lo hagas, asustas cuando haces eso, mejor sigue siendo el de siempre.

—Tonto.

—Mejor dime si vas a secuestrar al rival de Hero, mira que estoy muy, pero que muy interesado en conocerlo.

—No, no lo haré. Sería un golpe al orgullo de mi héroe.

—Vaya. Las palabras de nuestro amigo se te han quedado grabadas. Le diré que te de charlas profundas acerca del bien y el mal.

—Cállate —dijo riendo. —Pero, si hablamos de masculinidad, el novio de Hero se da un buen entronque con nuestro buen amigo.

—¿En serio? No me habías dicho que la belleza de Kim Hero tenía pareja.

—Si, mira. TOP no sólo es su compañero en las competencias, también es su pareja sentimental.

JaeJoong imaginaba que le estaba mostrando una revista. Y sí, estaba de acuerdo con JunSu, su novio era muy guapo y masculino, no le pedía nada a nadie.

—Humm pues tiene unos ojos que llaman la atención. Cuerpo bien proporcionado, buenas facciones. En fin, creo que le hemos encontrado un rival.

Comenzaron a reír de nuevo. La alarma sonó, era hora de que JaeJoong regresara. Iría a arreglarse para la exhibición. Con paso silencioso salió del lugar. La charla de los chicos lo revitalizó.


—U-Know —repitió. Estaba sintiendo curiosidad por aquel que era rival para su pareja. —U-Know —dijo de nuevo. No pudo evitar pensar que ese sobrenombre sonaba tan parecido a: —YunHo.

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N/A: Gracias a todos los que comentan este fic, realmente no saben lo que ayuda a un autor cuando se reciben comentarios. Espero que esta historia les esté gustando. Disculpen si hay algún error en la redacción, no tuve tiempo de revisarlo.

Por cierto ya casi es Navidad!!!! Espero estén disfrutando de sus vacaciones, y comiendo, como debe hacerse en estas fechas!!! XD

martes, 16 de diciembre de 2014

LOVE IS BLUE: CAPITULO 7



Cinco años después.

—¡Y ahí lo tienen, señores! ¡U-know YunHo, haciendo de las suyas! —se escuchaba una animada voz masculina a través del megáfono.

Eso hizo que la gente comenzara a corear —¡U-Know! ¡U-Know! —cuando YunHo se deslizaba rápidamente desde un extremo de la pista hacia el otro con el puck siendo bien controlado, esquivando a cualquiera de los contrarios.

Uno de los delanteros del equipo contrario se acercó demasiado al costado de YunHo, la multitud dejó escapar un “ohh” cuando YunHo lo rechazó fácilmente, logrando que el sujeto se golpeara contra la pared. El delantero nuevamente intentó detener el ataque de YunHo, y una vez más fue evadido. Entonces, el delantero se enojó. Olvidándose de las reglas, el sujeto abordó a YunHo, cayendo ambos al hielo, envueltos en una maraña de puños.

La multitud rugió ofendida. No eran los únicos que se sentían ofendidos. Otro miembro del equipo de YunHo se acercó, pero otro del equipo contrario entró en la refriega. YunHo no pudo estar seguro de cuantos jugadores participaron en la reyerta, pero, cuando por fin los árbitros lograron separarlos, sonrió con satisfacción al ver que, al menos su equipo lucia unos decentes moretones comparados con los del equipo contrario.

Al final, con todo y amonestaciones,  ganaron el partido.

—¡Hey, amigo! Siempre te luces sobre el hielo —un miembro de su equipo se acercó a él, dándole amistosas palmaditas en la espalda. YunHo sonrió, encogiéndose de hombros tomó sus cosas. —¿No irás a festejar con nosotros?

—Tengo un proyecto que entregar. Será otro día.

Jung YunHo llevaba una ajetreada vida, durante el día era un estudiante universitario, por las noches jugador de Hockey profesional. Había logrado repartir su tiempo de tal manera que no afectaran sus actividades. Entrenaba todos los días, pero también asistía a clases como cualquier alumno. En menos de un año obtendría su título, y quizá con ello su vida como jugador de Hockey llegaría a su fin, pues se haría cargo de la empresa familiar.

Sería una suerte si sus padres fueran más abiertos en cuanto a su posición como jugador. Desde siempre, ellos lo habían visto como un pasatiempo, uno donde era muy bueno y bastante famoso, lo que les daba orgullo, pero no era algo para dedicarse a tiempo completo.

Metió su equipo dentro de la cajuela de su auto y emprendió el rumbo hacia su departamento, donde seguramente ya lo estarían esperando. Encendió la radio queriendo relajarse un poco antes de adentrarse en una infinidad de textos y números, pero, la canción que sonaba lo llevó a años atrás, años donde sus sueños eran ser jugador profesional y la persona a su lado lo ayudaba en el camino.

Bleu, bleu, l'amour est bleu
Berce mon coeur, mon coeur amoureux
Bleu, bleu, l'amour est bleu
Bleu comme le ciel qui joue dans tes yeux

YunHo recordó sus años en preparatoria, cuando JaeJoong estaba a su lado. Esa canción era la canción que el viento les trajo cuando tuvieron su primera vez. YunHo no sabía si el amor tenía un color, pero el azul definitivamente lo relacionaba con la pista de hielo. Si bien, la primer capa era de un color blanco, cuando limpiaban la pista se podía ver un azul tan tenue, que parecía ser irreal.

JaeJoong era así. Con su cabello rubio, su piel casi tan blanca como la nieve, sus ojos negros de cervatillo y sus labios abultados y rojos, figuraba ser un hada de las nieves. Si ellas existían, seguramente serían como JaeJoong. Sin embargo, JaeJoong era real, o había sido real. YunHo tenía fotografías y cartas que probaban que JaeJoong realmente había estado a su lado por dos años, y después, simplemente desapareció de la faz de la tierra. YunHo ni siquiera tuvo la oportunidad de explicarse, no, más bien arrastrarse a los pies de JaeJoong.

JaeJoong se fue, se marchó para jamás volver, llevándose consigo el corazón de YunHo. Y, aunque YunHo se sabía culpable, eso no le impedía tener una pizca de resentimiento contra JaeJoong por haberlo abandonado. A pesar de todo, YunHo jamás pudo olvidar los dulces besos que JaeJoong le daba, o todo el amor que JaeJoong le profesaba. ¿Y qué hizo él? YunHo echó todo por la borda, por cobardía y curiosidad desestimó el verdadero amor.

ChaeYoung era una buena mujer, pero ella no era JaeJoong.

YunHo golpeó fuertemente el volante. Maldita sea, si él no hubiera sido tan cobarde, si él hubiera prestado más atención a JaeJoong, si solo no hubiera besado a ChaeYoung frente a todo el estadio, pero lo hizo. Ya no tenía sentido llorar sobre la leche derramada, había perdido a JaeJoong. Sin embargo, vivía con la esperanza de volverlo a encontrar, de volver a ver sus hermosos ojos negros, y, si JaeJoong se lo permitía, YunHo pasaría el resto de su vida intentando hacerlo feliz.

—Llegaste antes de lo planeado. No te esperaba hasta pasada la media noche —dijo un chico asomando la cabeza desde la cocina.

—Tenemos un proyecto que entrega ¿no?

—Si, pero aún estamos a tiempo. Podías salir y festejar su triunfo.

—¿Cómo sabes que ganamos?

—¡Por favor! Es obvio que con U-Know YunHo jugando en la delantera, no hay portero que pueda esquivarte.

—No me estés adulando que me lo creeré demasiado.

—Si, bien. La verdad es que quemé la cena. ChangMin salió por algo que sea comestible. Y no me habla por haber desperdiciando tal cantidad de alimentos.

YunHo rodó los ojos. Era común en JunSu hacer ese tipo de cosas, el chico era naturalmente bueno, muy bueno, pero era totalmente torpe. Así que, cuando se ofrecía a hacer algo, generalmente terminaba de manera desastrosa. YunHo agradeció mentalmente que lo único quemado fuera la cena y no toda la cocina, o peor, su apartamento.

—Has llegado —dijo una voz molesta en la puerta. Un moreno alto entraba por ella con varias bolsas en la mano.

—Humm.

—He tenido que gastar más de lo debido, ya que ‘alguien’ quemó nuestra cena —enfatizó el ‘alguien’. ChangMin y YunHo compartían los gastos del departamento desde primer curso, formándose entre ellos una estrecha amistad, a pesar del carácter demasiado sincero de ChangMin. JunSu había entrado en su vida meses después, su alegre y afable carácter lo hacían lidiar bien con ChangMin.

—He dicho que lo siento. De verdad te lo reembolsaré cuando tenga dinero —apuró a decir JunSu.

—¿Y eso cuando será? —preguntó incrédulo ChangMin.

—Oh, bueno, yo… pronto.

ChangMin levantó una ceja. —Quizá deberías vender tus entradas de esa muestra de patinaje artístico. No creo que te den mucho, pero al menos podrías compensar lo de mi cena.

—Nunca. He esperado por esto desde hace mucho. Además en la exhibición va a estar ¡Hero! ¿Puedes creerlo?

Tanto YunHo como ChangMin se desconectaron de la conversación, abrieron las bolsas de comida y solo asentían de vez en cuando, cuando JunSu los miraba directamente en su perorata acerca de lo maravilloso que era el patinaje artístico, pero sobre todo, de ese patinador al que JunSu rendía culto, Kim Hero.

Aunque YunHo estaba constantemente en una pista de hielo, raramente se enteraba acerca de los demás deportes que en ella se practicaban. Mucho menos si hablaban de patinaje artístico, lo que enviaba a su mente de vuelta a JaeJoong. El sueño de JaeJoong de ser patinador artístico. YunHo se preguntaba si lo había conseguido, o si alguna vez JaeJoong pensaba en él, tanto como YunHo lo hacía. Así que, jamás había asistido a una exhibición de esas o cualquier cosa parecida. Ni siquiera se tomaba la molestia en leer las noticias de ese patinador que con tanto afán JunSu trataba de mostrarle. Su vida, demasiado ocupada había impedido a YunHo saber que lo que tanto buscaba estaba más cerca de lo que él esperaba, si tan solo hubiese abierto más sus horizontes.

—Entonces, esta exhibición es básicamente una competencia, van a mostrar sus mejores técnicas. Y Hero va a asistir individualmente. ¿Les había dicho que compite en dos ramas?

—Si, JunSu. Sé casi todo sobre Kim Hero, sé que compite de manera individual y en parejas, además de que fue la estrella a pesar de haber debutado a los 18, no, casi 19 años. Que es todo un ícono en la pista. Que las revistas de moda lo buscan para ser su modelo pero él siempre declina las ofertas. Que es considerado por mucho un hada, y todo eso. JunSu, me has repetido eso durante tanto tiempo que me lo sé de memoria.

—Sí, exacto. Pero este año es más importante. Serán las primeras rondas para los Olímpicos de Invierno en los que Hero participará. Debutó poco después de los otros, así que no tuvo oportunidad, pero esta ocasión se perfila como el mejor —decía JunSu con los ojos brillando de emoción.

—No entiendo porqué te obsesionas tanto. Ni siquiera lo conoces. —JunSu abrió la boca para replicar, pero ChangMin se le adelantó. —Y verlo desde las gradas no es conocerlo. Además, si mal no recuerdo, lo apodan el Príncipe del Hielo, por esa actitud fría que tiene.

JunSu entrecerró los ojos. —Es porque nadie lo comprende. Y eso del Príncipe del Hielo se lo pusieron esos periodistas chismosos a los que Hero no les concedió una entrevista.

YunHo comía y escuchaba. Esta conversación era común cuando había competencias de patinaje cerca. Específicamente cuando Kim Hero competía.

—Tengo otro boleto más para la exhibición. ¿Alguno le gustaría venir conmigo?

—¿Tu cita te cancelo? —ChangMin dijo en tono burlón. JunSu infló los cachetes. —Bien. Iré y veré por mí mismo la grandiosa gloria de Kim Hero. ¿No te molesta, verdad YunHo?

YunHo se encogió de hombros. —Tengo entrenamiento.

—¡Dios! Tú no necesitas de esas cosas —agregó JunSu.

—Si los necesito. Que falte a muchos de ellos debido a las clases, no significa que no los necesite.

—Bien.

Con el estómago lleno, comenzaron a hacer su trabajo, pero se quedaron dormidos al poco rato, cada uno soñando sus propios sueños.

YunHo soñó con tener a JaeJoong de vuelta en sus brazos, caminar por las calles de la ciudad tomados de la mano y la hermosa sonrisa de JaeJoong. Al despertar solo quedó el sentimiento de vació en su corazón, porque todo eso había sido solo eso, un sueño.

Su teléfono sonó. Un mensaje de texto de ChaeYoung. YunHo ni siquiera se molestó el leerlo. Se dio la media vuelta y cerró los ojos, esperando volver a ese mundo donde JaeJoong le sonreía.

***

Kim JaeJoong caminaba por los pasillos de la pista de patinaje. Las personas se detenían al verlo pasar, otras, giraban la cabeza para poder admirarlo, pero JaeJoong no miraba a nadie, solo caminaba siguiendo su rumbo.

Una puerta blanca con su nombre al centro le indicaba su camerino. Tenía su propio espacio. Dentro de la habitación se encontraba un chico, un amigo al que no había visto en mucho tiempo.

—SuHyeon —susurró con sorpresa. Con una sonrisa abierta el joven lo recibió. JaeJoong saltó sobre el chico abrazándose a su cuerpo. SuHyeon le devolvió el abrazó.

—Si supiera que me recibirías así, vendría más seguido —comentó burlón.

JaeJoong se restregaba contra el grande pecho de su amigo. —No has venido en mucho, mucho tiempo.

—Lo lamento, estuve ocupado. Este fue mi último año como universitario, no podía darme el lujo de desperdiciarlo. —JaeJoong le envió una mirada asesina que hizo reír al otro. —Bien. Tenía demasiadas tareas y proyectos que entregar. Casi no me dejaban tiempo ni para dormir. —JaeJoong hizo un puchero antes de soltar a su amigo. —¿Cómo ha estado todo por aquí?

—Igual que siempre.

SuHyeon le alborotó el cabello de forma cariñosa. Él era el único que podía tomarse tantas confianzas, bueno él y su entrenador Park YooChun. Ellos eran las únicas dos personas que conocían su historia de principio a fin.

Después de aquella final en la que YunHo besó a ChaeYoung, dejando claramente expuesto que su relación con JaeJoong ya no significaba nada, mientras que para JaeJoong, YunHo significaba el mundo. Después de todo el llanto que siguió, solo SuHyeon se mantuvo a su lado. Aquel SuHyeon que lo molestaba por ser gay, ahora era quien lo cuidaba.

JaeJoong jamás podía pagar todo lo que SuHyeon hizo por él. No solo cuido que nadie lo viera llorar, sino que procuró sacarlo del estadio sin que nadie lo notara. Obtuvo sus papeles de fin de curso y lo dio de baja en la escuela. Cuando JaeJoong le hizo saber que perseguiría sus sueños, SuHyeon sonrió y le abrió la puerta para que pudiera seguirlos. Cuando se mudó al extranjero con sus padres, fue SuHyeon quien le presentó a Park YooChun, su mánager y entrenador. Y no solamente le dio su apoyo moral, no, SuHyeon le ofreció el apoyo de la cadena comercial de la que su familia era dueña. Sin su patrocinio JaeJoong sabía que no habría llegado tan lejos.

La puerta volvió a abrirse, dejando entrar a un hombre delgado, de cabello negro y bien parecido, Park YooChun. YooChun tendría cerca de veinticinco o veintiséis años, demasiado joven para ser un entrenador, pero el destino no había jugado en el equipo de YooChun para cumplir sus sueños. Cuando JaeJoong conoció a YooChun, él se estaba recuperando de una lesión. La cuchilla de los patines había cortado uno de sus tendones, así que, a pesar de haberse recuperado, el patinaje artístico o cualquier otro deporte, había quedado fuera de la lista de actividades.

JaeJoong solía pensar en las cosas como destino, ambos se necesitaban, YooChun necesitaba volver a vivir, y su vida era el patinaje, así que podría entrenar. JaeJoong necesitaba un entrenador. Así fue como se iniciaron las cosas, pero la amistad debajo de todo eso era real.

—¡Oh, SuHyeon! Perfecto —dijo el pelinegro. —Hablemos de negocios.

—¿Has venido hasta aquí para hablar de negocios? —dijo en un tono ofendido JaeJoong. SuHyeon se rió.

—Si hubieras aceptado ser la imagen de la campaña publicitaria de aquella marca de ropa no estaría aquí hablando de negocios.

—Nah. Sabes bien que ni siquiera me gusta.

—No te tiene que gustar, se trata de obtener fondos —comentó YooChun. JaeJoong hizo una mueca que le causo gracia a los otros dos. —Hay una revista que está interesada en hacerte una entrevista.

—No me gustan las entrevistas. Todos esos reporteros son unas arpías. ¿Sabes que me han apodado el Príncipe de Hielo? —Cuando ninguno de los dos dijo nada, JaeJoong resopló. —¿Desde cuándo lo saben?

—Aquí la pregunta no es desde cuando nosotros lo sabemos, sino más bien ¿cómo es que no te habías enterado?

—¡¿Qué?!

—Querido, te dicen así desde tu debut.

JaeJoong abrió la boca indignado.

—Te has ganado ese mote a base de tu sudor y esfuerzo. A excepción de nosotros dos y quizá tu novio, te muestras distante y frió. A veces demasiado frío, como si no tuvieras sentimientos. Sí, sabemos que tienes, y sí, también sabemos porque no dejas que nadie se te acerque, pero recuerda que la cámara nada sabe de esto, por eso las personas piensan que eres tan hermoso y tan frío como el hielo sobre el que patinas.

JaeJoong suspiró. No tenía nada de rebatir. Lo que ellos decían era la verdad. JaeJoong no dejaba que nadie se acercara lo suficiente para poder herirlo de nueva cuenta, por eso había erigido unas barreras bastante grandes y gruesas a su alrededor.

—Bien, ¿entonces?

—¿Entonces qué?

—Entonces realizarás una entrevista para esa revista de chismes, les contarás lo maravillosa relación que tienes con ese novio tuyo y lo bonito de este deporte y sus competencias.

—Sabes que la mayoría se comporta como una perra demente cuando hay competencias, eso para nada es bonito —comentó SuHyeon, quien, por boca de JaeJoong sabía de todas las fechorías que trataban de hacerle para que no estuviera al cien por ciento cuando presentara su rutina.

—Solo le estás viendo el lado oscuro. Cada paso, cada movimiento, los vestuarios, las canciones el sonido del hielo, los aplausos, todo eso es lo que hace maravilloso a este deporte.

—Si tú lo dices.

JaeJoong sabía que SuHyeon encontraba un poco femenino todo este asunto, pero valoraba enormemente el esfuerzo que hacía por acompañarlo a tantas competencias como pudiera ir.

—Bien. Ahora que estamos todos de acuerdo, es hora de entrenar —anunció YooCHun.

Cada entrenamiento se hacía más duro que el anterior. JaeJoong sabía que YooChun deseaba que calificara para los Olímpicos, que ese no solo era el sueño de JaeJoong sino también el de YooChun, así que JaeJoong se esforzaba para no defraudar a todos aquellos que habían creído en él.

Estar de nuevo en Corea le producía nostalgia. Desde el momento en que salió del país huyendo de una mala relación con YunHo, JaeJoong entrenaba en el extranjero, solo volvían al país para las competencias, sin embargo, ahora que tenían todas las competencias en un periodo corto de tiempo, se habían mudado a Seúl. El estar de nuevo en su país, producía sentimientos extraños en JaeJoong. Solo rogaba por no volver a toparse con Jung YunHo en algún lugar. A pesar de los años, lo que YunHo le hizo era una herida que había cicatrizado, pero aún dolía.

JaeJoong miró la fría pista de hielo y con sus patines puestos, comenzó a deslizarse suavemente sobre ella, dejándose que todas sus emociones fluyeran a través de sí en cada movimiento.

Algún día se encontraría con YunHo, porque el mundo es muy pequeño y más en ese mundo donde compartían un mismo frio hielo por el cual deslizarse. Cuando ese día llegara, JaeJoong le mostraría a YunHo que los sueños que un día dejó de lado por él, ahora vivían dentro de JaeJoong con más fuerza y hacía todo lo posible por alcanzarlos.


JaeJoong sonrió con ese pensamiento. Algún día…

martes, 9 de diciembre de 2014

LOVE IS BLUE: CAPITULO 6



La tormenta.

YunHo había ido corriendo a la enfermería de la escuela, sin embargo, se halló con que su novio no estaba allí. Confundido preguntó a la enfermera, pero notó que no se encontraba en el lugar.

—No está en la enfermería —dijo a su acompañante, un tanto frustrado de no saber donde estaba JaeJoong. —Sí es una broma juro que les cortaré las bolas a todos.

—¿Quién bromearía con algo así? —cuestionó ChaeYoung.

Estaba teniendo una amena charla en la fuente de la escuela cuando uno de los jugadores pasó rápidamente por su lado, al notar que eran ellos, se detuvo de golpe, anunciando que JaeJoong se había lastimado y que quizá no volvería a jugar sobre la pista.

Con eso, la pequeña burbuja que habían creado para ellos dos se rompió, trayendo de vuelta al verdadero YunHo, al YunHo que no estaba deslumbrado por una linda y buena chica, al YunHo que le brillaban los ojos de solo pensar en una persona, al YunHo que sonreía cada que hablaban de JaeJoong, aunque ahora, sus ojos no brillaban con amor, tampoco sonreía, ¿qué había estado haciendo él para descuidar a JaeJoong? Miró a su alrededor, solo gente que conocía, pero ninguno tan importante como JaeJoong.

—Vayamos rápido a la enfermería —ChaeYoung lo tomó de la mano, sintiendo extraño ese toque, demasiado amigable, hasta podría decirse íntimo, como para que alguien que no fuese JaeJoong lo hiciera. Así que, YunHo rápidamente se deshizo de él, sin siquiera notar la mirada de profunda decepción que cruzó por ChaeYoung.

En la enfermería no hallaron a nadie, YunHo estuvo tentado a pensar que fuese una broma, una broma de mal gusto o una buena idea, dependiendo del vaso con el que se viera. Pero una llamada a su teléfono decidió el rumbo de las cosas.

—Estoy en la enfermería, ¿Dónde estás tú? —dijo al teléfono. —¿Qué? ¿En el hospital? —YunHo comenzó a preocuparse más, si JaeJoong necesitó de un hospital, lo que le había ocurrido seguro era grave.

Sin responder a ninguna de las preguntas que ChaeYoung lanzaba a su paso, YunHo fue directo al hospital. Era una suerte que el lugar se encontrara a menos de dos cuadras de distancia de la escuela, fácilmente se podía llegar ahí caminando.

Entró desesperado, preguntó en recepción y subió rápidamente los dos pisos de escaleras, ya que no tenía paciencia para esperar por el elevador. Cuando llegó, algunos compañeros del equipo estaban ahí haciendo preguntas a SuHyeon.

—¿Dónde está JaeJoong? —exigió.

—Descansando —respondió SuHyeon. YunHo iba a replicar cuando un médico se acercó a SuHyeon.

—Afortunadamente el chico está bien, no sufrió de alguna fractura, pero necesitará guardar reposo por algún tiempo —dijo el médico.

—Nos encargaremos de ello —respondió SuHyeon antes que YunHo dijera cualquier cosa.

El hecho de que SuHyeon se tomara demasiadas molestias por JaeJoong, más el hecho de saber que no había estado allí para su pareja, pero sobretodo la mirada de superioridad que SuHyeon le brindaba, llevaban a YunHo al límite de sus nervios.

—No te tomes atribuciones que no te corresponden.

—¡Oh! Yo solo hablaba por todos en el equipo —respondió, pero es mirada que irritaba a YunHo no se iba.

—Claro, como si no hubiera visto la especial forma en que lo tratas —YunHo quería descargar su rabia, frustración y todo lo que llevaba dentro. Si él no hubiese sido deslumbrado por ChaeYoung unos momentos, hubiera estado a lado de JaeJoong en el momento del incidente, incluso puede que ni siquiera hubiera pasado nada sí él hubiera estado a su lado, pero, no fue así.

—JaeJoong es especial para mí —dijo SuHyeon, llevando a YunHo a dos niveles más en su rabia. —Además yo solo estaba haciendo lo que el supuesto novio debió hacer, procurar de él.

—¿Qué estas tratando de decir?

—No estoy tratando de decir, estoy diciéndolo. Si tú —picó con su dedo índice el pecho de YunHo fuertemente —no hubieras estado de galán en la fuente, JaeJoong no estaría así.

Aquello cayó como balde de agua fría sobre YunHo. JaeJoong lo había visto. No podía mentirle diciendo que solo era una simple charla, porque él mismo sabía que no había sido así. Había estado coqueteando con ChaeYoung, en la fuente que estaba al centro de la escuela, en un lugar donde todos podían verlo y a él no le había importado.

En ese momento las puertas del elevador se abrieron dejando ver a la menuda figura de ChaeYoung. Nadie dijo nada mas las miradas decía mucho más que cualquier palabra.

—No lo hagas llorar de nuevo —le dijo SuHyeon a YunHo en un bajo susurro que solo él escuchó. Después dio la vuelta y salió por el elevador donde la chica aún estaba parada. La tomó del brazo y dijo: —Vamos, nosotros estamos de más.

***

JaeJoong no supo cómo, pero se hallaba en una cama en el hospital. Tenía un sencillo esguince en el tobillo, lo que le impediría jugar al menos dos partidos. No era nada serio, solo un moretón casi negro en el pie, pero le pedían guardar reposo.  Suspiraba mirando hacia el blanco techo de la habitación, tratando de no pensar en nada y en todo a la vez.

Un barullo se escuchó por el pasillo, sus compañeros de habitación miraban curiosos a la puerta, los más cercanos a ella aguzaban el oído para ver de qué iba el alboroto, pero para JaeJoong solo era ruido.

La puerta se abrió dejando pasar a varias personas, JaeJoong seguía mirando al techo, tratando de perderse en ese infinito, pero  cuando todos rodearon su cama, tuvo que regresar a la realidad.

—¿Cómo te sientes? —preguntó uno de los chicos. JaeJoong le sonrió, el muchacho se sonrojó.

—Un poco adolorido. Creo que no podré jugar ante los Halcones el siguiente fin de semana, con los deseos que tenía de patearles el trasero a los muy pretenciosos —dijo JaeJoong, alegrando el ambiente con su sonrisa amable, sus ojos negros cálidos y su cabello rubio brillante.

JaeJoong notó como YunHo permaneció a su lado sin pronunciar ninguna palabra, tampoco intentó tocarlo, y una parte del corazón de JaeJoong lloró por eso. De todas maneras no es como si supiera cómo comportarse, YunHo no había hecho nada malo, bueno no había cometido un engaño como tal, pero su corazón dolía por su comportamiento.

—JaeJoong —dijo YunHo al fin. Todos guardaron silencio al instante.

—Bien muchachos, es momento de irnos —dijo alguien. JaeJoong trato de evadir un poco más a YunHo, pero cuando todos se hubieron ido, fue evidente que no sería por mucho más tiempo.

—JaeJoong —volvió a llamarlo con un dejo de dolor en su voz.

—Estoy bien YunHo, ya escuchaste al doctor ¿no? Solo es un esguince, aunque no podré jugar en algunas semanas. ¡Dios! Espero que no me quiten la beca por esto, yo  no podría pagar la colegiatura y… —calló su parloteo. Repentinamente su mente lo acribillaba con imágenes de YunHo y ChaeYoung mirándose de forma especial, sus lágrimas salieron sin que las pudiera controlar. —C-creo que mi tobillo duele más de lo que creía —trató de cubrir.

Gris, gris, l'amour est gris  
Pleure mon coeur lorsque tu t'en vas    
Gris, gris, le ciel est gris  
Tombe la pluie quand tu n'es plus là

A YunHo le partió el alma verlo así. Su estúpido comportamiento había herido más a JaeJoong que su lesión en el tobillo. Abrazó a su novio, a la persona que más amaba, aunque a veces se dejara deslumbrar, YunHo sabía que no sería nada si JaeJoong no estuviera a su lado. No volvería a comportarse así, no dejaría que alguien más tratara de meterse entre ellos.

***

A pesar de que las cosas volvieron a su cauce natural, el comportamiento de YunHo había cambiado para con ChaeYoung, si bien era amable y educado, ya no había esa extraña comunicación con las miradas entre ellos. La química ahí estaba, pero YunHo no dejaría que fuera a más.

JaeJoong se perdió dos partidos, de los cuales se hizo notar como una de las figuras principales del equipo. SuHyeon y YunHo eran muy buenos, pero hasta ellos le echaron en falta en la delantera. Perdieron un juego y el otro lo empataron a duras penas.

—¡Agggr! Los Osos no van a dejar pasar eso. Cuando nos encontremos en los playoffs, seguro nos harán pasar por un infierno y no estoy hablando del partido. Te lo digo yo que ya he vivido esto, esos malnacidos nos torturarán psicológicamente antes del juego. Esa es su estrategia, debilitarte antes de que siquiera toques el hielo. Todas tus redes sociales se saturaran con mala propaganda tuya, si, ya lo puedo ver.

JaeJoong escuchaba al portero hablar, quería reírse por lo que decía, pero el chico parecía muy serio con ese asunto. El año pasado, los Osos no pudieron llegar a los playoffs, por lo que JaeJoong jamás supo acerca de la tétrica estrategia que el equipo usaba.

YunHo estaba hablando con el entrenador, la temporada estaba llegando a su fin, y con ello daba comienzo a los playoffs, una serie de juegos donde era ganar o ganar. Y este año, que se perfilaban como los favoritos, el entrenador presionaba cada vez más a YunHo. JaeJoong había decidido esperar, pero lo haría en el hielo, no para practicar jugadas, sino para su verdadera pasión.

Como su tobillo estaba recién curado, no se arriesgaría a dañarlo de nuevo, solo haría movimientos simples que no implicaran algún salto. Su cuerpo se sentía vibrar de alegría cuando sus pies se deslizaban por la fría superficie, era como si todo él entrara en sintonía con el hielo que se rasgaba a su paso. Algún día, algún día JaeJoong podría pararse en una pista con los ojos del público y los jueces para mostrar una verdadera rutina… algún día.

Al llegar a uno de los extremos de la pista vio a SuHyeon sonreírle, levantando sus dos pulgares. JaeJoong le devolvió la sonrisa y comenzó a girar sobre su propio eje, estallando de felicidad entre más rápido iba.

Al llegar a casa, JaeJoong aún se sentía alborozado por haber patinado nada más por el puro gusto de hacerlo, con una rutina simple que le devolvía esos sueños que había relegado.

—JaeJoong, tenemos que hablar —dijo su padre cuando estaba sentados en la mesa a la hora de la cena. JaeJoong dejó de comer, con los nervios de punta al ver el rostro serio de su padre. El hombre miró a su esposa antes de continuar. —JaeJoong he sido transferido —anunció. Eso traía muchas consecuencias, eso significaba que JaeJoong tendría que mudarse a otra parte del país, a hacer amigos de nuevo y lo condenaba a tener una relación a distancia con YunHo, eso si la arpía de su madre dejaba de meterle a chicas a YunHo en la cabeza. —Esta vez es en el extranjero. —¡Oh! Bien, eso era un poco más complicado, pero seguía teniendo los mismos problemas. —Recientemente he sido promovido, así que me han dejado a cargo de algunos proyectos en el extranjero.

—Eso es bastante bueno, padre —respondió sinceramente JaeJoong.

—Si, es muy bueno, pero sentimos que tengas que mudarte constantemente, por eso, en esta ocasión hemos decidido algo diferente. Dado que ya eres mayor y que la escuela a la que asistes es muy buena, consideramos que lo mejor sería que te quedaras aquí. El próximo año será tu último de preparatoria, así que no veo porqué no puedas terminarlo aquí, con el equipo de Hockey y YunHo a tu lado.
JaeJoong saltó de alegría. Sí, se quedaría con YunHo.

***

YunHo comía despacio, estaba un poco incómodo, pero debía aguantar ahí lo más que pudiera para no verse mal educado. A su lado, ChaeYoung comía con gracia y delicadeza, había momentos en los que YunHo quedaba embobado al verla llevarse el bocado a la boca. Después sacudía su cabeza, pensando en la sonrisa de JaeJoong, pero, la cercanía de la chica lo hacía olvidar a su pareja. YunHo sentía que se partía en dos en esos momentos, cuando el amor de su vida estaba lejos y la tentación muy cerca.

No era la primera, y seguramente tampoco la última, en la que los Han cenaban en casa de YunHo. Al parecer se habían hecho muy amigos, por lo que era normal ir de visita seguido. ChaeYoung era amiga, pero también representaba el acicate más grande entre el amor de YunHo y JaeJoong.

YunHo trataba de mantenerla lejos en la escuela y los entrenamientos, pero todo ese frío comportamiento se derretía cuando estaban solos. No deseaba traicionar a JaeJoong, pero no podía quitarse esas malditas ganas de probar los labios de la chica, de tomarla entre sus brazos y estrecharla fuertemente, entonces, era cuando la imagen de JaeJoong aparecía en su mente. YunHo estaba confundido.

—¿Te sientes bien? —preguntó ChaeYoung.

YunHo asintió levemente, la miró y dijo: —Lo siento.

—¿Por qué? ¿Por tu frio comportamiento en la escuela? Lo entiendo —dijo ella con su característica voz suave. —Sé lo mucho que significa JaeJoong para ti. Sé que debes estar confundido y que lo menos que deseas hacer es dañarnos, pero, YunHo, me duele a pesar de todo —sus rostros estaban demasiado cerca, si YunHo inclinara el rostro un poco más, podría probar los labios rosas de ChaeYoung como tanto había deseado.

El teléfono de YunHo comenzó a sonar. Estuvo tentado a dejarlo pasar y besar apasionadamente a ChaeYoung, pero por algún motivo lo sacó. JaeJoong era quien llamaba. YunHo mordió su labio, no se dejaría seducir por ChaeYoung, pero tampoco la dañaría. Se alejó un poco, pero no contestó la llamaba.

—¿No vas a responder?

—No, dejaré que siga sonando. Me gusta la melodía —dijo sonriente, sin imaginar lo que JaeJoong quería decirle.

***

Con el equipo jugándose la vida en los playoffs, JaeJoong había encontrado pocos momentos a solas con YunHo, momentos que utilizaba para muchas cosas menos hablar. Así que no había tenido oportunidad de decirle que sus padres se habían mudado al extranjero y que ahora dependía enteramente de él.

JaeJoong estaba planeando tener casi una vida en unión libre con YunHo. El semestre estaba a punto de acabar, faltaban unas dos semanas para que el ciclo escolar terminara, entonces podría ir de un lado al otro con YunHo. Claro, siempre y cuando ganaran el torneo, de lo contrario tendría que soportar a un muy huraño YunHo.

Tal como el portero le había dicho, los Osos iniciaron una campaña psicológica, que en lo personal no afectó a JaeJoong, ya que la mayoría de las fotos que exhibían lo mostraban a él tomado de la mano con YunHo o algunas similares donde se mostraban afecto. JaeJoong sonreía, parecía más un álbum de parejas que un ataque. Sin embargo, fue una foto la que lo golpeó. La foto traía una fecha reciente, en la imagen se mostraba a YunHo y ChaeYoung muy cerca el uno del otro, dándose esa mirada cómplice que destrozaba a JaeJoong. Esa imagen solo llegó a la bandeja de correo de JaeJoong, por lo que nadie más que él supo de ella.

Durante el partido JaeJoong se mantuvo concentrado. No sabía si la imagen era real o un fotomontaje, pero sin duda habían conseguido desestabilizarlo, pero eso no se los haría saber. Este partido era decisivo, con este se vería que iría a las semifinales. JaeJoong brilló como toda una estrella en la pista, no dejándose llevar por una simple imagen que quizá ni siquiera fuese real.

El partido finalizó con ellos pasando a la siguiente ronda y unos Osos muy enfurecidos por haber sido eliminados.

—¿Crees que fue una mentira, muñequita? —dijo un defensa de los Osos. —Si no nos crees, ¿por qué no miras por ti mismo? —Con la cabeza señaló detrás de JaeJoong. Cayendo en el juego, JaeJoong miró. YunHo y ChaeYoung estaban juntos, era imposible no darse cuenta la forma especial en la que se miraban, o lo delicada y cuidadosa que ChaeYoung era alrededor de YunHo. Y, nuevamente, JaeJoong se sintió fuera de escena. —Es más, ¿por qué no vienes a festejar con nosotros? Beberemos hasta ahogarnos en alcohol —dijo tomándolo del brazo. —¿O es que prefieres verlos a ellos? —JaeJoong no reaccionaba. —Ven, disfrutaremos mucho juntos —dijo eso en un susurro ronco, casi sexual que asustó a JaeJoong.

JaeJoong trató de liberarse, pero el defensa era mucho más grande y mucho más fuerte. Antes de que se pusiera a gritar como niñita, SuHyeon llegó. Tomó el brazo del defensa de los Osos. —Es momento de que lo sueltes, todo tu equipo se está yendo. —A pesar de que SuHyeon no dijo nada amenazante, las palabras sonaron como tal. El defensa solo sonrió de lado, levantó las manos en señal de rendición y se marchó. —¿Estás bien, JaeJoong?

JaeJoong asintió. —Parece que te estás volviendo mi salvador.

SuHyeon rió. —No, tú te estás volviendo la damisela en peligro.

Riendo, ambos se dirigieron hacia los vestidores. YunHo, aún con ChaeYoung a su lado, sintió una punzada, que más bien fue una oleada de celos al verlos reir juntos. Pero, no se movió de su lugar, SuHyeon estaba en lo cierto cuando dijo que él estaba haciendo el trabajo que el novio debía estar haciendo.

***

Habían llegado a la final del torneo. La algarabía en la escuela era tal que llevaban una semana de fiestas. Además, contando que era la última del curso, incluso los profesores se sentían felices. El partido se jugaría el jueves, el fin de curso era al día siguiente, por lo que no tenía caso tratar de contener a los muchachos, no cuando tenían más de tres años sin ganar un torneo.

“¡YunHo!” “¡YunHo!” se repetía por doquier. Era de todos bien sabido que Jung YunHo, capitán del equipo de Hockey, había llevado al equipo a la gloria, y estaban seguros que triunfarían. Para muchos, YunHo era motivo de envidia, pero la mayoría lo envidiaba por dos cosas, más bien dos personas, Kim JaeJoong y Han ChaeYoung. Kim JaeJoong, jugador del equipo, el más pequeño, pero veloz y letal, era, además de eso, una belleza encarnada, su rostro lo hacía parecer una muñeca de porcelana, pero sus enormes ojos negros que miraban con calidez a todos, lo hacían ver como un verdadero ángel. Han ChaeYoung, asistente del equipo, una mujer hermosa y delicada, competía en gracia con Kim JaeJoong, pero su belleza no era tanta como la del chico, sus demás cualidades eran lo que la hacían saltar al mismo nivel. Y ambos, ambos enamorados de Jung YunHo.

Algunos rumores corrían por la escuela, donde decían que JaeJoong era el novio y ChaeYoung la amante. Otros hablaban acerca del amorío de YunHo con JaeJoong y de cómo solo había sido por curiosidad, además ¿quién se resistiría a tal belleza? En donde pintaban a ChaeYoung como la futura esposa. Muchos más circulaban, pero la mayoría se centraba en ese tema y el triángulo amoroso.

Durante el partido, el estadio entero los apoyaba. Las gradas vibraban con los golpeteos que el público daba para animarlos. Los nombres de los jugadores resonaban en el lugar. El partido se estaba jugando en un nivel extremo.

A JaeJoong le costó poco darse cuenta que el equipo contrario no solo deseaba ganar, deseaban literalmente hacerlos sangrar. Si hubieran sido señoras de la tercera edad, JaeJoong no les hubiera tomado importancia, desgraciadamente los sujetos parecían unos matones que se tambaleaban sobre el hielo con un stick en la mano.

Concentrándose en el juego, JaeJoong barrió con el puck, deslizándolo suavemente por el hielo, sonrió con satisfacción cuando el enorme y torpe defensa no pudo hacer nada cuando JaeJoong pasó por su lado. JaeJoong sabía cómo iba a terminar el juego. Aún se preguntaba cómo este equipo había llegado a la final, luego su aspecto de matones y su comportamiento como tal, le respondió su pregunta.

Lanzó el puck con fuerza hacia la portería, y tuvo la audacia para hacer un pequeño gesto de victoria cuando la luz roja se encendió, marcando un punto para ellos. Eso fue sin duda un error. Ni siquiera había llegado de nuevo a su lugar cuando el defensa al que pasó se lanzó y se estrelló contra su flanco izquierdo, con lo que parecía ser la fuerza de mil hombres. JaeJoong lo vio demasiado tarde y no pudo escapar de él, de manera que fue estrellado entre la masa de hombre y la pared de la pista.

JaeJoong vio estrellas, vagamente escuchó a la multitud abuchear al sujeto, que fue llevado a la celda de penalización, pero que estaría suelto en el siguiente turno. JaeJoong sacudió la cabeza, no era la primera vez que le hacían algo similar, pero sin duda, los anteriores sujetos pesaban al menos diez kilos menos.

—JaeJoong —escuchó que gritó YunHo.

—Estoy bien —dijo. No quería salir del juego pareciendo un animalito asustado. No, él no era de esos, se quedaría y les haría ver porqué estaba en el equipo, a pesar de ser el jugador más pequeño no huiría.

JaeJoong patinó hacia el lado derecho de la línea azul, a donde se dirigía originalmente antes de ser arrollado y se enfrentó contra uno de los delanteros más grandes que había visto. ¿Qué les daban a los jugadores de ese equipo para que todos crecieran el doble? Cuando el tipo frunció los labios, JaeJoong vio venir el típico insulto.

—Hola, Campanita. ¿Dónde has dejado a Peter Pan y todos los niños perdidos?

Se escuchó el silbato, de reojo vio cómo YunHo ganaba el mano a mano con otro delantero y avanzaba rápidamente a la portería contraria.  —En Nunca Jamás, es donde me alcanzarás —le respondió al delantero, dejándolo atrás, acompañando a YunHo en el ataque.

JaeJoong sabía que su comentario le traería consecuencias, pero estaría condenado si se dejaba. En cuanto vio venir al enorme sujeto. De ninguna manera podría evadirlo, pero al menos se aseguraría que el tipo sufriera tanto como él. Con su stick firmemente sujeto, JaeJoong lo usó para golpear al tipo en su entrepierna fuertemente, antes de ser lanzado por el impulso del golpe.

La cosa terminó con JaeJoong en la caja de penalización y el delantero en el banquillo. A pesar del dolor, JaeJoong sentía satisfacción de no haber terminado en el banquillo dolorido, además, el partido estaba por finalizar y llevaban ventaja por varios puntos.

Justo antes del pitido final, YunHo anotó. El regocijo de todos en el estadio estalló. Se estaban coronando como campeones después de mucho tiempo sin el título. El equipo se deslizaba como podía para abrazarse. Entonces todo sucedió.

JaeJoong, aún en la caja de penalización se apresuró a salir, pero un tornillo suelto hizo que su playera se atorara, haciéndolo demorar unos segundos, segundos que cambiaron su vida.

YunHo levantó la mirada en busca de su pareja, pero se encontró con los ojos cafés de ChaeYoung. Ella se acercó corriendo, él abrió sus brazos para estrecharla en un abrazo. De pronto, el mundo alrededor de ellos dejó de existir. Ella estaba entre sus brazos, justo como lo había deseado por mucho tiempo. Entonces, sus labios se encontraron en un profundo beso.

JaeJoong jaló su playera hasta romperla, pero no tanto como su corazón cuando vio al centro de la pista, en medio de un gran júbilo, YunHo y ChaeYoung besándose.

Una mano cubrió sus ojos. —No necesitas ver. Yo seré tus ojos —SuHyeon lo sacó de la pista sin que nadie lo notara.

JaeJoong lloró, dejó que las lágrimas bañaran su dolor. SuHyeon estuvo a su lado toda la noche hasta que al final se quedó dormido.

Cuando despertó, se encontró solo, con la luz del sol inundando el lugar. La habitación era desconocida, pero algunas fotos y cosas del lugar le dijeron que pertenecía a SuHyeon.

Sobre el escritorio encontró una bandeja de desayuno con una nota.

«Preparé el desayuno. ¡Cómelo! Iré por tu certificado y lo que necesites. Te ayudaré con cualquier cosa. Cuenta conmigo».

JaeJoong probó poco alimento, pero pensó seriamente en lo que le deparaba su futuro. Los sueños que tenía, los había dejado por vivir otros sueños, los sueños del hombre que amaba. El hombre que amaba lo había dejado de lado por amar a alguien más, entonces ¿dónde quedaba él?

No tuvo que pensar demasiado. Sabía dónde tenía que ir y qué tenía que hacer.

Tomó su teléfono y marcó un conocido número. —SuHyeon. Iré a cumplir mis sueños. Me repondré y nadie romperá mi corazón de nuevo.

***

YunHo no fue consciente de lo que hizo hasta que la adrenalina del partido se hubo esfumado de su cuerpo. A su lado estaba ChaeYoung dormitando, con sus ojos buscó a JaeJoong entre el revoltijo de personas que festejaron la victoria con ellos.

JaeJoong no estaba. Era de esperarse, después de lo que hizo. Había besado a CheYoung frente a todos, y había olvidado el amor que JaeJoong siempre le proporcionó. YunHo se sentía sucio. Se deshizo del agarre de ChaeYoung. Él no necesitaba a una chica, él no necesitaba a nadie, solo a JaeJoong. Se arrastraría como el bicho que era con tal de que JaeJoong lo perdonara, o por lo menos le diera la oportunidad de hablar.

Fue a su casa, pero las luces estaban apagadas. Tocó una y otra vez el timbre, imaginando que al menos los padres de JaeJoong abrirían a un desesperado, pero nadie atendió a su llamado. Con frustración decidió que lo vería en la ceremonia de fin de curso.

Pero, JaeJoong tampoco apareció. Por más que YunHo buscó, JaeJoong no volvió a aparecer frente a él. Su teléfono fue cambiado y su casa vendida.

YunHo perdió la mitad de su alma al perder a JaeJoong.

Le vent, le vent gémit
Pleure le vent lorsque tu t'en vas
Le vent, le vent maudit

Pleure mon coeur quand tu n'es plus là

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N/A: Lamento la demora! Estuve un poco ocupada. Con este capitulo termina la primer parte de la historia. Espero que esté siendo de su agrado. Siento que sea triste, pero ya saben que me encanta el drama.

Gris, gris, l'amour est gris                         (Gris, gris, el amor es gris)
Pleure mon coeur lorsque tu t'en vas    (Llora mi corazón cuando te vas)
Gris, gris, le ciel est gris                             (Gris, gris, el cielo es gris)
Tombe la pluie quand tu n'es plus là      (Llueve cuando tu ya no estás)

Le vent, le vent gémit                                 (El viento, el viento gime)
Pleure le vent lorsque tu t'en vas             (Llora el viento cuando te vas)
Le vent, le vent maudit                               (El viento, el viento enmudece)
Pleure mon coeur quand tu n'es plus là  (Llora mi corazón cuando tu ya no estás)