YunHo miraba a JaeJoong. Su bonita
pareja iba de un lado al otro, probando aquí, picando allá, en fin, revolviendo
todo en la cocina de su hogar. Ahora que eran una familia necesitaban su propio
espacio, pero la situación aún no era propicia para que ellos se embarcaran con
su cachorro lejos del centro de la manada. Aquí, en esta casa, contaban con la
protección de Jung SangMin, ChangMin y el mismo YunHo. Ellos eran el eje de la
manada, por lo que su pareja y cachorro estaba más expuestos. No, YunHo no se
arriesgaría llevándoselos lejos. Además estaba el hecho de que su padre vivía
enredado alrededor de UnHyea, su primer nieto, no podría quitarle esa dicha.
Mañana sería la primera carrera
mensual que tendrían después de más de dos años separados. YunHo creía que se
estaba volviendo loco por el delicioso aroma que JaeJoong comenzaba a
desprender por el celo. Solo observaba a su pareja ir de aquí para allá, como
bamboleándose a su vista para incitarlo.
JaeJoong sonrió. YunHo supo que eso
exactamente era lo que su pareja hacía. Se paseaba frente a él con toda la
intención de hacer crecer su libido. YunHo se acercó a su pareja, tomó a
JaeJoong en un abrazo por la espalda, sus fuertes brazos rodeando la estrecha
cintura del lobo blanco. Acercó su nariz al cuello de JaeJoong, inhaló el
exquisito y único aroma de su pareja. Besó la cicatriz en forma de media luna
que marcaba a JaeJoong como suyo.
JaeJoong gimió. Echó su cabeza
hacia atrás, recostándola sobre YunHo, mientras dejaba que su pareja besara su
cuello y paseara sus cálidas manos por su cuerpo. YunHo giró a JaeJoong para
poder besar sus labios, esos a los que era adicto. Sus lenguas batiéndose en
duelo por la dominación del beso. JaeJoong tomó con fuerza los cabellos de
YunHo, mientras el moreno lo pegaba más a su cuerpo. Rozándose, sintiendo la dura excitación en cada uno.
YunHo tomó a JaeJoong por los glúteos, obligándolo a que enrollase sus muslos
en él.
Se habían olvidado de todo. En este
momento solo existían ellos dos. YunHo apretó los glúteos de JaeJoong, y
JaeJoong gimió.
—¡Kyaaaaa! —gritó UnHyea.
El pequeño cachorro los había
atrapado con las manos en la masa. No es que fuera la primera vez, pero
definitivamente cortaba la pasión del momento. YunHo bajó con cuidado a un
sonrojado JaeJoong. Afortunadamente, en esta ocasión, su ropa permanecía en su
sitio. YunHo se sacudió los cabellos un tanto frustrado. Amaba a su cachorro
como a la vida misma, pero eso no quitaba que en ocasiones fuera un tanto
importuno cuando intentaba intimar con JaeJoong.
Sonriendo, YunHo no pudo evitar
pensar que así era la vida en familia, y YunHo no la cambiaría por nada.
Además, siempre podía hacer
travesuras con su pareja cuando el pequeño estuviera durmiendo. Que no se le
quitara lo perro caliente en los días de luna era diferente, pero en general,
su vida sexual era bastante buena.
—Arreglaremos cuentas tú y yo,
después —le dijo a JaeJoong, dándole un beso en la marca. JaeJoong le sonrió
coqueto. Sí, ya tendría tiempo para disfrutar a su pareja.
***
JunSu se sentía acalorado. Se
abaniqueaba con la mano. No creía que una ducha de agua fría arreglara el
asunto. No, porque la que tomó apenas una hora antes, no sirvió de mucho.
La noche de luna llena estaba
cerca. Los aromas de los lobos adultos habían aumentado para atraer a una
potencial pareja, pero JunSu no estaba interesado en nadie, excepto por dos
lobos a los que ahora estaba mirando.
No había dicho a nadie, pero estaba
realmente nervioso. Mañana sería reclamado por sus dos parejas, mañana tendría
su primera experiencia sexual, y JunSu no tenía ni la más mínima idea de cómo
hacerlo sin llegar a parecer un tonto.
JunSu tenía la habilidad para
boicotearse el mismo. Bastaba con recordar aquella vez en la que YooChun y
ChangMin estaban conociéndose con tremendo beso, que JunSu no supo cómo
reaccionar ante el nivel de excitación que terminó huyendo de la habitación.
Suspiró. Él no tenía remedio.
ChangMin era todo un guerrero alfa, podría a veces ser demasiado directo, pero
era una persona de excelentes sentimientos, eso sin contar con lo atractivo que
era. YooChun, él… JunSu ni siquiera sabía por dónde empezar. YooChun, quien
había estado a su lado por largos años, cuidándolo, protegiéndolo, amándolo.
Encerrando sus emociones para procurar el bienestar de JunSu. Y, ahora que
habían encontrado a su otra pareja, JunSu sentía que no era merecedor de
ninguno de los dos.
ChangMin y YooChun eran un
complemento perfecto. Ambos excelentes guerreros, con sentido del humor a veces
un tanto retorcido, atractivos, pero sobre todo, parecía que en el ámbito
sexual congeniaban mejor que en cualquier otra cosa. JunSu los había visto
besándose en cada oportunidad que tenían, y, aunque a él lo besaban con la
misma intensidad, no dejaba ese sentimiento de ser insuficiente para ellos.
Suspiró una vez más. No, si el
destino los había puesto para él, era porque así debía ser. Sacudiéndose los
malos pensamientos de la cabeza, decidió que era mejor pedir apoyo. JaeJoong
sabría qué hacer.
—¿Cómo dices? —JaeJoong lo miró
azorado. JunSu había preguntado por su vida sexual.
—Es que, yo… JaeJoong yo no sé nada
de nada. Lo mejor que he podido aprender son los besos, y eso porque ChangMin y
YooChun se la pasan dándomelos. Temo que mañana no pueda corresponder a la
intensidad de su pasión y me releguen…
—¡Eres un idiota! —regañó JaeJoong,
propinándole un buen zape en la cabeza. —¿Cómo puedes llegar a pensar eso? ¿Acaso
no ves que esos dos hombres se desviven por ti?
—Pero ¿y si no somos compatibles
sexualmente?
—Dime, hasta ahora ninguno de ellos
te ha reclamado ¿por qué?
—Porque son soso y doy más
problemas que nada. Pienso que ellos estarían mejor sin mí.
Otro golpe en la cabeza fue lo que
recibió como respuesta. JaeJoong achicaba los ojos mientras lo veía. —Ninguno
de ellos te ha reclamado porque han estado esperando hasta que estés listo,
hasta la primera la luna llena juntos. Se supone que cuando encuentras a tu
pareja, es un ritual que la reclames bajo los influjos de la luna, así ella da
su bendición a la unión.
—Tú no fuiste reclamado bajo la
luna llena.
—YunHo me marcó la nuestra primera noche
de luna llena. Que no hayamos completado la unión hasta hace poco fue
diferente. Sin embargo, en esta ocasión pediremos a la luna que vuelva a
bendecir nuestro lazo.
JunSu asintió. Bien, ahora estaba
seguro que YooChun y ChangMin no es que no lo quisieran sexualmente, solo
estaban esperando.
—Entonces Jae, ¿qué debo hacer?
JaeJoong lo miró con malicia. JunSu
no supo si había sido correcto pedir consejo a su amigo.
***
La víspera de la luna llena traía
consigo miles de aromas. Todos y cada uno de ellos destinados a atraer a una
posible pareja. Para las parejas que tenían a su compañero, se volvía
afrodisiaco, y casi imposible de resistirse a los calores de la luna.
JunSu seguía dándole vueltas a todo
lo que JaeJoong le había dicho. Demasiada información para su gusto. Aún así,
no creía que pudiera hacer ni siquiera una de las cosas que JaeJoong recomendó.
Un brazo pasó por sus hombros. El
almizclado aroma de ChangMin retacó sus sentidos. —¿Qué es lo que pasa por esa
cabecita tuya? —le susurró al oído, mordiéndole ligeramente el lóbulo. JunSu
gimió, la temperatura de su cuerpo de nuevo se elevaba.
—Ah… yo… —JunSu no podía pensar con
claridad. No con el monumento de hombre a un costado de él.
—¿Te han comido la lengua los
ratones? —YooChun se había acercado por el otro lado. Presionó su cuerpo contra
el de JunSu, sonriendo ladinamente.
—Mmmm parece que así fue —ChangMin
comenzó a besar el cuello de JunSu.
—Es una lástima, me gusta mucho
disfrutar de tu lengua —YooChun habló en un ronco susurro. No dio a JunSu la
oportunidad de replicar. Atacó su boca con su boca, en un beso voraz.
JunSu sentía las manos de ChangMin
palpando su vientre, yendo más abajo. Pasaron sobre la ropa apretando
suavemente el miembro, que estaba duro desde que olió a sus parejas. JunSu no
tenía tiempo de asimilar las cosas, sensaciones lo abrumaban. YooChun reclamaba
sus labios, quitándole el aliento. Podía sentir los labios de ChangMin en su
cuello, su mano envolviéndose alrededor de su eje.
YooChun gimió fuertemente. JunSu
abrió los ojos que ni siquiera sabía que había cerrado. ChangMin también había
tomado el miembro de YooChun. YooChun tenía una cara de placer, que trajo a la
mente de JunSu aquellos malos pensamientos. Y tuvo miedo.
—No, mi amor. No vas a escapar esta vez —YooChun
le dijo, fijándolo en su lugar. Lo besó de forma exigente, y JunSu se perdió en
el beso.
—Tócame, JunSu —ChangMin pedía en
un lastimero tono.
JunSu llevó su mano dubitativamente
hacia los pantalones de su pareja. Podía sentir a YooChun empujándose contra el
puño de ChangMin. Los ojos avellana de ChangMin seguían esperando por un toque
de JunSu. Con timidez, JunSu envolvió su mano en el gran eje de ChangMin,
sintiendo cuán grande era. ¿Cabría todo eso dentro de él?
ChangMin llevó su cabeza hacia
atrás, gimiendo de placer por el tacto de su pareja. Torpe, pero maravilloso.
Así, los tres se enfrascaron en una serie de caricias y besos, hasta que culminaron.
—Ves, JunSu. No tienes nada que
temer. Te amamos y te deseamos más que a nada. Mañana serás nuestro para
querer, nuestro para proteger, nuestro para adorar.
***
El día había pasado como una
neblina de efusión. Ahora que se sabían libres del lobo negro, disfrutaban de
sus días. Eso no querría decir que descuidaran las defensas, no olvidaban que
aún había enemigos rondando.
Su posición dentro de la manada
siempre había sido relevante, sin embargo, ahora lo era más que nunca. Si bien
YunHo era el primer Alfa, ChangMin había pasado a ser el segundo. No era un
Beta, sino un Alfa que solo se sometería ante su hermano, y eso a veces.
ChangMin vigilaba los terrenos de
la manada. Llevaba consigo algunos guardias, que quedarían apostados alrededor
del terreno donde se llevaría a cabo la carrera mensual. ChangMin estaba más
nervioso que cuando la primera vez, porque ahora sus dos parejas estaban aquí.
Hoy las reclamaría ante la manada.
Sin embargo, había algo que le
molestaba. JunSu había dejado de tener miedo, lo pudo ver en sus ojos ayer por
la noche. Pero, aún así, ChangMin sabía de la historia entre YooChun y JunSu.
Tanto tiempo juntos, que no había nada que no supieran el uno del otro. Eso, de
alguna manera le hacía sentir celos.
Suspiró. Deseaba demasiado a sus
parejas, pero su relación era complicada. YooChun con ese lado seductor y JunSu
con ese aire infantil. Ellos lo necesitaban, pero eso no aplacaba sus dudas.
***
YooChun miraba por la ventana.
JunSu estaba jugando con UnHyea y algunos cachorros más, todos ellos ajenos al
cambio en el ambiente. A lo lejos, veía cómo ChangMin regresaba, a paso lento,
dando instrucciones a los centinelas y saludando a algunas lobas que suspiraban
al verlo pasar.
YooChun se encontraba en un dilema.
Por un lado siempre cuidó de JunSu, procuró su bienestar y felicidad, pero
ahora, ChangMin llegaba a su vida como un maremoto, inundándolo todo con su
presencia.
Realmente YooChun sentía una pasión
desenfrenada por ChangMin, y eso, de alguna manera lo carcomía, una parte de él
opinaba que estaba traicionando a JunSu, al amor que le profesó desde pequeños.
La otra parte sabía que solo eran pensamientos estúpidos, debido a que tanto
JunSu como ChangMin eran sus parejas. Lo sabía, y sin embargo, no sabía cómo
tratarlos sin que ninguno de los dos se sintiera menos que el otro.
Esto era tan difícil.
***
La noche había caído. Los cachorros
jugueteaban en sus formas animales alrededor de la plaza, mientras que los
adultos, ataviados tan solo con una túnica, que cubría sus desnudos cuerpos,
caminaban en dirección hacia el claro en el bosque, donde era el punto de
inicio de la carrera.
Por primera vez, la carrera no
sería precedida por Jung SangMin. En esta ocasión, los dos jóvenes alfas se
encargarían de ello. Con una manada del doble de tamaño que cualquiera, solo la
fuerte mano de dos alfas podría controlarla.
YunHo estaba nervioso. Desde que
alcanzó la madurez había corrido detrás del Alfa, ahora solo ChangMin correría
a su lado. Detrás de ellos JaeJoong, JunSu y YooChun, junto con el resto de la
manada. Miró hacia su bella pareja. Su túnica era la única que desentonaba,
bueno la de JunSu y YooChun también eran de color claro, pero la de JaeJoong
era totalmente blanca, al igual que su lobo. YunHo había insistido en ello.
Sus enormes ojos negros lo miraban
con infinito amor. Por un segundo estuvo a punto de mandar toda la carrera a la
mierda y llevarse a JaeJoong a su habitación.
«No, no puedes» le dijo JaeJoong mentalmente. Una sonrisa bailaba en
sus rojos labios. «Después, tal vez, si
te portas bien» le sonrió abiertamente.
YunHo recordó, que ésta también era
la primer carrera de JaeJoong, pues cuando alcanzó la madurez, ni siquiera
corrió junto a la manada, se limitó a permanecer sentado cerca al claro, donde
YunHo lo halló.
«¡Oh! Verás que me portaré muy bien» respondió alzando las cejas
sugestivamente, lo que causo una carcajada en su compañero.
—¿Estás listo? —preguntó a
ChangMin. Su usualmente muy valiente hermano negó con la cabeza. Bien, se
sentían igual.
Con un gran aullido por parte de
YunHo, segundado por ChangMin, todos cambiaron a su forma animal. Variopinta
cantidad de lobos se veía, ninguno más bello que JaeJoong, ni ninguno más
grande que YunHo.
YunHo aulló una vez más con
ChangMin, entonces, la carrera dio inicio.
Al principio iban despacio,
disfrutando de correr junto a sus amigos, de la sensación de la tierra entre
sus patas, del aire colmado de ricos aromas. YunHo aulló de nuevo. Corrió más a
prisa dejándose envolver por esas sensaciones. Vagamente, era consciente de que
muchos lobos desviaban su camino. Su hermano y sus parejas aún iban con él.
JaeJoong corría casi a su lado.
«YunHo» le llamó con ese seductor tono que solo JaeJoong posee. Sus
fosas nasales que se deleitaban con el aroma del bosque, se llenaron de
JaeJoong, de su aroma a fresas y lluvia de verano.
En aquel momento, se detuvo. El
aroma de su pareja lo llamaba. JaeJoong se detuvo con él. En su mirada se veía
el deseo emerger a borbotones.
Con un aullido más, YunHo cambió de
dirección. Su manada era libre de correr en busca de una pareja para esta
noche. Él y JaeJoong se dirigían al lugar donde había sido su primer encuentro.
Al inicio, YunHo estaba reticente a utilizarlo, pero JaeJoong le aseguró que no
tenía inconvenientes con revivir su primera noche de pasión. Así que YunHo se
había encargado de arreglarlo todo.
Hoy, JaeJoong y él, vivirían esta
noche de luna llena, como si fuera la primera vez que debieron pasarla juntos.
Se marcarían el uno al otro, reclamándose como compañeros ante la manada, y
pidiendo la bendición de la Luna.
***
Cuando YunHo desvió su camino,
ChangMin supo que era el momento de hacer lo mismo. Los nervios subieron a
tope, pero supo controlarse, o al menos aparentar un buen estado, guiando a sus
parejas al lugar que él había escogido como especial.
Una choza en el bosque, sin duda
antaño refugio de amantes, que, ahora sería suyo. Se había esmerando en que el
lugar estuviese libre de polvo, lo había cubierto con pequeñas flores
silvestres que crecían por el lugar. A quién le iba a mentir, no tenía ni una
pizca de sutileza, pero había hecho lo mejor que podía. El mullido colchón
estaba hecho con paja, YunHo había hablado una vez de su lugar secreto y de su
cama de heno, así que él hizo una de paja. Esperaba que fuera del agrado de sus
parejas. En una esquina, la pequeña chimenea ardía iluminando el lugar, dándole
un aire cándido.
ChangMin miró a sus parejas.
YooChun inspeccionaba el lugar, no sabía si era en busca de enemigos o porque
no le agradaba el sitio. En cambio, JunSu, sus ojos brillaban con alegría.
—Es muy lindo —dijo JunSu. ChangMin
evitó sacar la lengua y babear como el perro caliente que era. Su dulce pareja
estaba ahí, frente a él, totalmente desnudo.
—Y supongo que es nuestro —comentó
YooChun. Su piel blanca, aunque no tanto como la de JaeJoong, brillaba
tenuemente bajo la luz ambarina de la hoguera.
YooChun se acercó a JunSu,
comenzando a besar su cuello. JunSu gimió. Dejó que su cuerpo fuera envuelto en
la arrolladora pasión de YooChun.
ChangMin observaba al par, no había
nada más seductor que aquellos dos seres. JunSu abrió sus ojos, oscurecidos por
el deseo. Lo miró y ChangMin sintió que sus piernas se hacían de gelatina.
—Ven, acércate a nosotros —le dijo.
Mientras ChangMin besaba el pecho
expuesto de JunSu, acariciaba la espalda de YooChun, la espalda y todo lo que
pudiera abarcar. Eran tan perfectos, tan hermosos, y eran solo suyos. Llevó a
ambos hacia la cama, recostando con suavidad el cuerpo de JunSu que YooChun y
él adoraban. Besó los labios de YooChun antes de dejar que éste se inclinara
sobre JunSu.
Lo había decidido. En realidad él
siempre lo supo. YooChun era quien debía tener esa primera vez con JunSu, ambos
habían estado juntos, deseándose y sin embargo, aguardaron hasta el momento de
encontrarlo. Sabía que era porque el poder de ambos se amplificaría como una
filosa espada y necesitarían de la funda para guardar tal espada. Él era la
funda. Aún así, sabiendo todo eso, ChangMin no dejaba de estar agradecido
porque sus parejas hubieran esperado por él.
Se colocó detrás de JunSu, recargó
su espalda a su cuerpo y siguió acariciando y besando. YooChun había subido el
nivel de caricias, ahora besaba el bajo vientre de JunSu, sacando de él los más
bellos gemidos. En especial aquel, cuando YooChun introdujo el eje de JunSu a
su boca de un jalón.
ChangMin tomó un par de dedos de
YooChun. Él lo miro y sonrió. ChangMin los llevó a su boca, humedeciéndolos con
su saliva. Le entregó a YooChun un pequeño envase, que contenía lubricante. No
quería que nada lastimara a ninguna de sus parejas el día de hoy.
YooChun aceptó el lubricante. Soltó
a JunSu, quien emitió una queja, que pronto fue acallada, ya que la mano de
ChangMin comenzó a trabajar el lugar. Con el otro brazo, ChangMin jaló la
pierna de JunSu, aseverando dejar expuesta su entrada. YooChun tragó saliva,
miró a ChangMin y éste asintió. Entonces, introdujo lentamente un dedo
humedecido en él. JunSu hizo un ruido incómodo. ChangMin besó su lóbulo,
YooChun aplicó lubricante en el ano de su pareja, asegurándose de estar bien
humectado para no causar daño alguno. Introdujo un segundo dedo. JunSu gimió.
ChangMin podía ver cómo YooChun
jugaba con la entrada de JunSu. Por el gemido que JunSu dio, supo que un tercer
dedo estaba dentro de él. En ningún momento dejó de acariciar a JunSu, pero a
veces bajaba el ritmo para que su pequeña pareja no se corriera antes de
tiempo.
YooChun miró a ChangMin, quien
asintió. Miró después a JunSu, sus ojos expresaban tanto amor que casi se
sintió celoso. JunSu con un poco de nervios, asintió. YooChun lubricó su eje.
Dio un respiro profundo y comenzó a adentrarse en el cuerpo de JunSu.
JunSu se quejó por la intromisión.
Nunca había tenido nada ahí hasta hoy. Durante ese mes, sus parejas lo
procuraron con besos y caricias, pero no llegaron a este nivel.
—Respira, relájate —la ronca voz de
ChangMin se susurró. JunSu podía sentir su duro miembro restregarse en su
espalda, pero ahora solo se preocuparía por el que estaba entrando en su
cuerpo.
Respiró y trató de relajar sus
músculos. ChangMin le dio un apretón a su miembro, obligando al cuerpo de JunSu
a entregarse a ese toque. El placer y el dolor comenzaron a fundirse.
YooChun gimió cuando se sintió
completamente envuelto. Aguardó un momento a que JunSu estuviera cómodo con él,
antes de empezar a moverse.
ChangMin veía la entrega de pasión
entre JunSu y YooChun. YooChun comenzó a mover su pelvis, sacando y metiendo su
eje dentro del cuerpo de JunSu. Una y otra vez, alternando su movimiento entre
rápido y despacio. YooChun bajó la cabeza hasta besar los labios de JunSu.
En ese momento JunSu emitió un sonoro
gemido. YooChun había encontrado el punto dulce de su pareja. Con un solo
empuje más, JunSu se tensó, gimió más fuerte y cordones de blanco semen
empaparon la mano de ChangMin.
Los colmillos de JunSu
descendieron, acercándose al cuello de YooChun. YooChun mismo inclinó su
cabeza, JunSu hundió sus caninos haciendo brotar la roja sangre. YooChun gimió
más fuerte. ChangMin supo que había llegado, cuando sus colmillos también
descendieron sobre el cuello de JunSu, marcándolo como suyo. Un pedazo de alma
de cada uno fue hacia el otro.
Ambos, lamieron la herida hecha
para cerrarla y cayeron rendidos. YooChun sobre JunSu, y ambos sobre ChangMin.
Mientras ellos suspiraban
satisfechos, el pecho de ChangMin comenzó a apretarse. Ahora ellos eran una
verdadera pareja, y, a pesar de que estuvo aquí todo el tiempo, al parecer
ninguno de ellos lo recordó. Eso dolió.
Con cuidado, colocó a JunSu sobre
el colchón, por ahora, ChangMin necesitaba un poco de aire. Necesitaba estar
lejos para lamer sus heridas, heridas que ninguno de ellos tuvo intensión de
hacer, pero que ahora perforaban su pecho.
Cuando se había levantado de la
cama, una mano detuvo su andar. —¿Dónde vas? —YooChun, a pesar de estar
cansado, no había caído en la inconsciencia como JunSu. Lo miraba extrañado,
sin saber muy bien la situación.
ChangMin le sonrió para
tranquilizarlo. —Voy a tomar un poco de aire —trató de sonar convincente. Se
sentía más apartado que nunca de ellos, como si no perteneciera a ninguno.
YooChun negó con la cabeza. Su
agarre se hizo más firme. —No. No puedes irte. No puedes abandonarnos.
—No los abandono, solo, solo voy a
tomar aire —en la última frase se podía escuchar el dolor de ChangMin.
Entonces, YooChun comprendió. Él y JunSu ahora eran una pareja, pero ninguno de
ellos había marcado a ChangMin, era lógico que sintiera que algo estaba mal.
—Perdónanos —le dijo, atrayendo a
ChangMin en un arrasador beso.
El libido subió completamente de
nuevo en YooChun al probar el salvaje sabor de su pareja. ChangMin siempre
causaba ese efecto en él. Un maremoto de pasión. Lenguas batallando por el dominio,
caricias duras y dominantes. YooChun disfrutaba de lo rudo que ChangMin podía
llegar a ser. JunSu era suave, totalmente opuesto al moreno alto que lo
apretaba fuertemente.
YooChun cedió al poderío de
ChangMin, por hoy, sin duda después sería otra cosa. JunSu dormía ajeno a la
batalla de pasión que se desarrollaba a lado suyo.
Recostado sobre la cama, YooChun
miró a JunSu, sonrió tiernamente al ver a su dormida pareja. Miro al hombre que
estaba a punto de reclamarlo. ChangMin era, en una sola palabra, impresionante.
Músculos cincelados sobre esa dorada piel. Sus ojos avellana oscurecidos por la
lujuria. YooChun le dedicó una ladina sonrisa y se ofreció a aquel hombre.
Sostuvo sus piernas por detrás de la rodilla, exponiéndose así mismo. ChangMin
gruñó.
YooChun mentiría si dijera que no
estaba nervioso. Había visto el buen pedazo de carne que colgaba de ChangMin, y
era una cosa de temer. Vagamente se preguntó cómo lo hacía JaeJoong, sin querer
también había visto el de YunHo y era tan grande como el de su hermano. YooChun
era grande, quizá un poco más ancho que ChangMin, pero este le sacaba un tramo
en lo largo.
ChangMin lo besó y todos los
pensamientos acerca de los enormes penes se disolvieron, dejándole espacio solo
a las sensaciones que esa caliente boca provocaba en él.
Cuando ChangMin introdujo un dedo
en él, se movió incómodo. Ahora sabía lo que JunSu había sentido. Trató de
relajarse. Soltó un grito de sorpresa cuando ChangMin tragó su eje al tiempo
que introducía dos dedos más dentro de él. Al parecer no tenía demasiada
paciencia. YooChun sonrió al sentirse deseado.
No pasó mucho tiempo cuando
ChangMin libero su eje, con un pequeño sonido de decepción por parte de
YooChun. Sin embargo, estaba listo para el siguiente paso. Pudo ver en los ojos
avellana un poco de miedo. YooChun lo atrajo para un beso, saboreándose así
mismo en él, tratando de relajar a su asustada pareja. Porque a pesar de ser un
feroz Alfa, seguía siendo un chico, uno más joven que YooChun y JunSu.
Lo miró a los ojos nuevamente y con
un gesto de su cabeza. ChangMin se lamió los labios y tomó su pene por la base,
no sin antes lubricarlo perfectamente. Se fue introduciendo dentro de YooChun,
tratando de contener sus ganas de meterse de golpe.
Cuando estuvo enterrado hasta la
empuñadura, aguardó hasta que YooChun le indicó que podía moverse. Entonces,
comenzó con un vaivén lento, que pronto fue sustituido por embistes fuertes y
certeros al punto que lo hacía ver estrellas. YooChun se agarró a los fuertes
bíceps de ChangMin, incluso llegándole a enterrar las uñas por el placer.
No pasó mucho tiempo en lo que
ambos llegaron al punto de estallar. YooChun ofreció libremente su cuello, del
lado contrario a la primera mordida de JunSu. ChangMin no dudo en morder la
blanda piel. Al sentir el contacto de los dientes de ChangMin, YooChun se
corrió con fuerza, mordiendo el cuello de ChangMin, quien al sentirse apretado
por las paredes de YooChun y extasiado por la mordida, se dejó ir, llenando a
YooChun con semen.
Sonrió feliz al saber que ahora
YooChun le pertenecía y él le pertenecía a YooChun.
JunSu despertó con un grito de
dolor. Sintió cómo una parte de su alma le fue arrancada. Específicamente
hablando, la parte relacionada con YooChun, aún podía sentirlo, pero también
sentía que le fue arrebatado. Desesperado, buscó una señal de él, encontrándolo
a su lado, con ChangMin sobre él. Tuvo un segundo de ira al verlos juntos, pero
no duró demasiado antes de que ChangMin se abalanzara sobre él.
Sus besos exigentes robaban el poco
aire que podía obtener. Su cuerpo reaccionó a cada una de las dominantes
caricias. De reojo vio a YooChun sonreír mientras parpadeaba exhausto. ChangMin
atrajo su atención de nuevo al mordisquear sus pezones. JunSu comenzó a
retorcerse bajo él. ChangMin era un amante experto, tuvo muchas experiencias
antes de conocerlos, ello en cambio, ninguna. Una pizca de celos al pensar en
todos sus antiguos amantes, sin embargo, sus pensamientos fueron acallados
cuando ChangMin se introdujo dentro de él sin ningún aviso. ChangMin era
grande.
JunSu no necesitaba que fuese preparado,
estaba aún estirado de su anterior sesión de sexo, así que ChangMin no dudó en
entrar dentro de él, tal y como su lobo lo estaba demandando. Pequeños jadeos
comenzaron a salir de la boca de JunSu, indicándole que había dado de lleno en
su punto dulce. Inició sus movimientos como un poseso, en realidad así se
sentía, necesitaba marcar a este bonito lobo gris como suyo, lo necesitaba ya.
A pesar de ser más delicado que
YooChun, JunSu correspondía a cada embiste de ChangMin, encontrándose con sus
caderas en cada movimiento. Su estrecho canal amenazaba con exprimir a ChangMin
antes de tiempo. Lo tomó por su voluptuoso trasero y marcó el ritmo.
Mas pronto de lo que hubiese
querido, ChangMin sintió que llegaba al final. Tomó el miembro de JunSu y lo
masturbó al compás de sus embistes. JunSu arqueó su cuerpo exponiendo su
cuello, apretando a ChangMin.
ChangMin besó el lado donde dejaría
su marca antes de enterrar sus dientes perforando la suave piel. La sangre de
JunSu se coló por su boca, dulce y especiada. JunSu gritó, ChangMin ladeó la
cabeza lo suficiente para que lo mordiera. JunSu así lo hizo. Enterró sus
colmillos, llevando a ChangMin al clímax.
YooChun abrió los ojos cuando el
lazo entre JunSu y ChangMin se hubo completado.
Cayeron rendidos a lado de YooChun.
ChangMin se acomodó entre los dos, pasando su brazo por debajo de cada uno,
mientras YooChun y JunSu se acomodaban en su pecho, entrelazando sus manos
sobre el abdomen de su compañero, dejando que el sueño los envolviera. Ahora
cada uno portaba la marca del otro, llevando su cuello dos mordidas que los
señalaban como suyos.
***
Despertaron horas más tarde. La
luna todavía los miraba en la bóveda celeste, sonriéndoles e invitándolos a
disfrutar aún de su magia.
—Esto es un juego de tres —les dijo
ChangMin maliciosamente. —Así que disfrutemos juntos.
Se abalanzó sobre JunSu mientras
manoseaba a YooChun. Pero, siendo un juego de tres, tal como él mismo había
dicho, ideas venían a su cabeza.
—JunSu, en cuatro —ordenó. JunSu
obedeció al instante sin rechistar. YooChun se incorporó solamente con los
codos. ChangMin movió las cejas sugestivamente. —Ya sabes dónde te quiero.
—YooChun captó la idea de inmediato, sonriéndole sensualmente.
YooChun se colocó justo frente a
JunSu, con su miembro bailando porque JunSu lo tomara en su boca. Lo demás,
simplemente sucedió.
JunSu probó primero, sacó la lengua
y lamió la ranura en la cabeza. Después lamió todo el eje generando un susurro
ahogado en YooChun. Concentrado en su labor, JunSu solo emitió un gritito
cuando ChangMin lo penetró. Marcando el Alfa el ritmo que deberían llevar…
La caliente boca de JunSu llevaba a
YooChun al cielo. Sentía los empujes de ChangMin cada vez que tocaba la
campanilla de JunSu, pero contrario a sentir nauseas, a la relajada garganta de
JunSu parecía agradarle. Su mano acariciaba los cabellos de su pareja, miró
hacia arriba, encontrándose con una erótica imagen, ChangMin penetrando a
JunSu, masajeando su trasero, dando suaves palmaditas que causaban gorgojeos en
JunSu y estrellas en YooChun.
Con el ritmo rápido y brutal que
ChangMin imponía, sabía que ninguno aguantaría por más tiempo. Changmin solo
tuvo que tocar a Junsu para que este terminara. No supo si gritó o succionó,
pero iba por lo segundo pues YooChun gimió fuerte. Sabiendo que sus dos parejas
habían alcanzado el punto máximo de placer, ChangMin se dejó ir, esparciendo su
semen dentro de JunSu
Mirando a sus parejas, ChangMin
pensó que eran unos pequeños absorbe energía a través del sexo. Aunque quisiera
repetir, se encontraban muy cansados. No importaba, les esperaba toda una vida
juntos. Con ese pensamiento se acurrucó con sus parejas, yendo al mundo de Morfeo.
***
—¿Crees… ahh… que estén... biennnnggh?
—¡Oh! Por dios JaeJoong no me
preguntes eso ahora —YunHo no tenía cabeza para nada más. Su hermosa pareja
estaba montado sobre él, cabalgándolo a un ritmo sensual. ¿Y se le ocurría
preguntar por su hermano y sus parejas? No, no, YunHo no podía pensar en otra
cosa que no fuera el suave movimiento de caderas de JaeJoong.
YunHo notó que el ritmo descendía,
así que se empujó hacia arriba. JaeJoong gritó, echando la cabeza hacia atrás,
exponiendo su blanco cuello. YunHo deseaba morderlo. Se empujó una vez más,
apoyado las plantas de sus pies en la cama. JaeJoong daba saltitos sobre él.
Estaba cerca, muy cerca. En ese
poco tiempo, YunHo había aprendido a reconocer los síntomas de su pareja cuando
se acercaba al orgasmo. Su piel se erizaba, mordía su labio inferior con sensualidad
y soltaba ese erótico gemido que llevaba a YunHo al cielo.
Como lo predijo. Sin que YunHo
acariciase el miembro de JaeJoong, su pareja llegó al orgasmo. Cuatro chorros
de semen salpicaron el pecho de YunHo. Los músculos se apretaron alrededor de
él de forma exquisita.
Atrajo el cuerpo de JaeJoong, quien
sumisamente mostraba su cuello. YunHo hundió sus colmillos, mientras JaeJoong
hacia lo mismo en su cuello. Reforzando así su lazo bajo la protección de la
diosa luna, reclamándose así frente a toda la manada.
«Mío» gruñó YunHo.
«Mío» susurró JaeJoong.
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N/A: Sí, sé que debía subir el epílogo de esta historia, pero escribiendo una cosa llevó a la otra. Además creo que sirve como preludio para ese último pedazo de la historia.
Espero me sigan acompañando cada martes con el siguiente fic, que substituirá a este.
Muchas Gracias!
PD. El lemon no es mi fuerte! XD