―¿Quieres
que te revele un secreto?― le pregunto. Me mira con sus grandes ojos de gacela,
tan parecidos a los de él. Al igual
que los demás, fue elegido por parecerse a él.
No espero que hable, después de todo la cinta gris en su boca no le permite
generar ningún sonido coherente. ―No tienes que responderme de manera tan
efusiva. ¡Por Dios! ¿Esas lágrimas son de curiosidad?― Sus enormes ojos me
miran asustados.
Su mirada
se desvía de mí a la pequeña y afilada navaja que paso por su bello rostro,
ahora cubierto de lágrimas y mocos. Su cabello castaño oscuro un poco largo,
está totalmente sucio y enmarañado. No presenta un muy buen aspecto, sin
embargo, no hay belleza más grande que el miedo reflejado en sus ojos.
Beep-Beep
El sonido
de mi celular desvía mi atención de mi
invitado. Con una mueca leo el nombre registrado de ella. ―Shhh― le digo al chico antes de atender a la llamada. ―Amor―
pronuncio en un tono dulce y cariñoso. Su voz llega flotando a través del auricular.
Es suave, agradable y melosa.
―¿Estás
ocupado?
Miro al
chico un segundo. ―No, nada es más importante que tú.
―¡Oh!― se
escucha satisfecha y comienza con una perorata de la que sabe que no pondré
atención, pero al final se remontará a un "necesito comprar" o
"debemos ir".
Mientras
ella seguía hablando, mi presa comienza a emitir quejidos desesperados que son
opacados por la cinta, pero aún así bastante audibles, además de que con la
fuerza que le queda hace tambalear la silla en la que está amarrado, provocando
ese molesto sonido de Bam-bam.
Con la
mirada le advierto que se mantenga tranquilo, pero al parecer eso lo alienta a
hacerlo con mayor fuerza, lo que me obliga a hacer cosas que no quería... aún.
La navaja a
traviesa firmemente su mano hasta topar con la madera del reposabrazos. Un
quejido emite mi víctima, sofocado por la cinta en su boca, antes de inspirar
hondo tratando de controlar el dolor producido. La sangre emana tibia y roja
desde la herida, tan suculenta, tan excitante que me provoca una sonrisa, pero
deberá ser después, ahora debo atenderla a ella.
―¿Qué fue
eso?― pregunta. ¡Oh, rayos! Le ha escuchado. Esta es la parte que más detesto:
mentirle a una buena mujer porque mi víctima no puede quedarse callada un
momento.
―¿Qué fue
qué, amor?
―Se escucho
como un golpeteo y un quejido― responde dudosa.
―¿De
verdad?― Me rasco la nuca ahora que mi mano está libre de la navaja. ―Humm yo
no escuche nada. Aunque...― comienzo a utilizar mi tono apenado, sé que siempre
funciona―. Quizá si fue el tamborileo de mis dedos sobre la mesa.
―Humm
—emite, nada convencida de lo que le digo. —YunHo, no tienes que mentirme —dice
suavemente al otro lado de la línea.
Sí tan solo supieras…
—Lo siento,
cariño. Últimamente he estado muy presionado en el trabajo y ya sabes que eso
me pone los nervios de punta.
—Es verdad,
te he notado bastante ansioso.
Los ojos de
gacela me miran asustados y totalmente llorosos cuando le sonrío antes de
retirar la navaja de su carne. Sí, ella tiene razón, ansioso es una descripción
bastante acertada acerca de mi estado, lo que me llevó a la actual situación.
—No es nada
de qué preocuparse, cariño. Ya lo tengo resuelto —afirmo mientras giro la
navaja, manchada en roja sangre, por entre mis dedos.
—Bien… en
ese caso… —ya sabía lo que vendría, pero ni eso me incomodaba en este momento,
porque toda mi atención la tenía el chico con ojos de gacela. —Creo que
deberíamos ir a… —dejé de escuchar, mi cerebro se desconectó de esa molesta voz
chillona, sin embargo, mis sentidos se mantenían más alerta que nunca.
—Entonces, ¿qué dices?
—Me parece
perfecto —contesté seguro, a pesar de no haber escuchado ni una palabra.
—¡Oh! ¡Es
genial! —responde emocionada. Tonta. —Te enviaré un mensaje para quedar de
acuerdo. Chae-Rin estará muy emocionada de que seamos los padrinos para su
boda. —Y esa, es la razón por la cual la elegí. Demasiado simple, demasiado
superficial y egocéntrica, no ve nada que no quiera ver y tampoco escucha nada
que no le convenga.
—¿Cómo
negarnos, sí es gran amiga tuya?
—¡Aw! Sabes
que te amo por eso, ¿verdad?
—Sí, lo sé.
—Me tenías
preocupada, tu comportamiento de los últimos días… era… errático.
Sonrió de
nuevo a mi víctima. —Como te dije, solo era un poco de estrés. Nada de qué
preocuparse, porque, ahora ya todo está
bien.
Con un
dedo, manchado de la sangre de la navaja, recorro la mejilla pálida de mi
presa. La mancha de sangre, lágrimas y mugre causa gran placer en mi interior. Shh. Le indico con el dedo, cuando
comienza a gimotear. Debo confesar que no hay nada más excitante que sus
lloriqueos de terror.
Cuando por
fin ella se despide, yo estoy feliz de que por fin, él y yo estemos a solas, en
mi refugio. Al notar que su tiempo se había agotado, ‘ojos de gacela’ comienza
a lloriquear más fuerte, inhalando con tal intensidad que uno no creería que
esos pequeños pulmones pudieran contener tanto aire, ¿sería capaz de volar si
lo inflamos con helio?
Sí, había
estado ansioso, desesperado. Me había prometido a mi mismo que no lo volvería
hacer, que aquella había sido la última vez, pero… pero él no me deja. Aún lo puedo escuchar, ver e incluso oler, tan solo con
cierrar los ojos. Nada más bello que él.
‘Ojos de
gacela’ es más joven de lo que él
era. Lastimosamente para mí, no hay muchos chicos que tengan esa aura de paz y
ojos enormes llenos de inocencia. No, eso solo se consigue cuando son más
jóvenes. ‘Ojos de gacela’ tiene quince años, cuatro menos de los que él tenía. Fue escogido no solo por sus
ojos y aura, su imagen se ajusta perfectamente a él… cabello oscuro, piel blanca y ojos grandes.
—Entonces,
pequeña gacela, ¿quieres que te confiese un secreto?
Su rostro
horrorizado me trae grandes recuerdos. Mi memoria revive el más exquisito
placer que el mundo pudo concebir para mí. Él,
su cuerpo níveo y blando, sus enormes ojos negros, su suave cabello azabache,
su aroma a miel, sus rojos y abultados labios, el calor de su cuerpo, el clamor
de su voz cuando robé su inocencia, su estreches al enfundarme, su cálida
sangre brotando de su entrada, rodeándome como un ritual…
Me muerdo el
labio inferior por la excitación, misma que ahora ha abultado mis pantalones.
—Has sido
elegido por tu inmaculada presencia —le digo mientras me sobo el paquete. Sus
ojos se abren aún más al ver mis movimientos. —Tú y yo nos divertiremos mucho.
Más yo que tú, pero eso no es algo que debas saber.
Recuerdo
que después de mi último desfogue, con la de veces que juré no volver a
hacerlo, mi instinto no se pudo reprimir. Lo deseaba, no, lo necesitaba. Él me llamaba…
Comencé
entonces la búsqueda. Inicié en la universidad donde lo conocí, pero, al igual
que las veces anteriores, allí ya nadie conserva su inocencia. Así que hice lo
de siempre, bajé el rango de edad, y entonces lo encontré. Encontré a ‘ojos de
gacela’.
La primera
vez que lo vi sonreía, se veía divino con su uniforme escolar, con toda esa
aura de ingenuidad y dulzura que solo a los quince años se tiene. Lo vi
caminar, reír y jugar, casi lo pude ver a él
en ese chico.
Casi…
Lo estudié
por semanas, acechando cada paso que daban. Donde iba, con quien iba, amigos,
familiares cercanos, hogar. Su rutina era bastante simple, de su casa al
colegio y de regreso, variando a veces a casa de un amigo o a esa cafetería donde
los chiquillos se reúnen.
Fue en una
de esas salidas que no lo resistí más. ‘Ojos de gacela’ se descuidó. Confiado
en el tranquilo y seguro entorno en el que creció. Caminaba por las bien
iluminadas calles cercanas a su hogar, pateando una piedra que se encontraba en
el camino de vez en cuando. Yo solo esperaba por mi momento. No era demasiado
tarde, por lo que aun había ojos curiosos que tomarían a mal mi comportamiento,
pero yo soy más listo que cualquiera de ellos.
Me acerqué
a él, con la escusa de preguntar por un domicilio. Con mi aspecto de buen mozo
y sonrisa afable, nadie desconfiaría de mí. En especial un chico lindo e
ingenuo. Lástima por ‘ojos de gacela’.
No fue muy difícil
traerlo hasta mi refugio. Un poco de fuerza bruta combinado con algunos
sedantes fueron suficientes para dejarlo dócilmente en mis manos.
Mi Refugio.
La morada en donde se cumplen mis fantasías. El lugar donde todo comenzó, donde
puedo revivir cada momento que tengo grabado en mi memoria. No es más que una
habitación subterránea bien equipada. Una cama, un baño e incluso una pequeña
cocina, que nunca uso, pero, lo mejor es que tiene todos los aditamentos con
los que mis presas y yo nos divertimos.
No suelo
ser cruel, no me gusta tener relaciones con un casi cadáver. Me gusta ver cómo
la inocencia de esos enormes ojos se esfuma. ¡Eso es lo mejor!
‘Ojos de
gacela’ me mira asustado, pero aún mantiene en sus ojos ese brillo de esperanza
de que le deje ir sin lastimarlo o que por la puerta entren las autoridades
para detenerme. Lamentablemente, eso no pasará.
Ni siquiera
sus padres saben que ha desaparecido. Después de todo, no ha pasado mucho
tiempo desde que le rapté de aquella calle, además el hecho de que me tomé la
molestia de enviar un mensaje a sus padres diciendo que pasaría la noche con un
amigo desde su teléfono. Claro está que el amigo en cuestión no se encuentra en
la ciudad, así me aseguré de tener a ‘ojos de gacela’ para mí solo esta noche.
Y sí, solo
será esta noche. La influyente familia de ‘ojos de gacela’ puede ser un verdadero
problema, y esos mejor me los ahorro. Me basta con el tiempo que él y yo
compartiremos. La noche es joven, solo el alba anunciará el fin de nuestra diversión.
Me acerco a
él, sus ojos me ruegan aún sabiendo que no habrá clemencia. No sabe qué hizo o
por qué está aquí, pero sabe que le haré daño.
No me
detengo a pensar en nimiedades, tales como sus sentimientos, ahora solo están su
dolor, su cuerpo y yo. Está completamente a mi merced.
Si al
quitar sus pantalones le lastimo, poco importa. Trata de presentar batalla con
las piernas, buscando darme un golpe, que no logra. Me divierte quebrar su
espíritu antes de ver su alma esfumarse a través de sus ojos.
Sus piernas
blancas, me recuerdan tanto a las de él.
Sin embargo, no son tan largas y son un poco más flacuchas que las de él. Me decepciono un poco, por un
momento lo había confundido, pero eso no me saca de mi objetivo. Con su parte
inferior desnuda, ato sus tobillos a una barra, que le impedirá cerrar las
piernas. No es que no me guste el hecho de violentarlas rasgando los suaves
muslos al abrirlas, pero quiero disfrutar de su piel sin que ésta este
maltrecha.
Desato sus
manos de la silla y lo llevo hacia la cama, donde esposo de nuevo sus muñecas por
encima de su cabeza. Es entonces cuando miro sus ojos, grandes y asustados,
suplicantes y abnegados en lágrimas. Le acaricio la mejilla con cariño. La sangre
seca la hace sentir un poco rasposa, pero no me importa. Me mira sorprendido.
Sí, lo sé. Siempre
les sucede eso cada vez que yo hago lo mismo. ¿Por qué les es tan difícil creer
que alguien como yo es capaz de dar amor?
Bien, ese
momento solo dura un instante, antes de que me deshaga de la parte superior de
sus ropas. Las mudas suplicas vuelven. Los gritos ahogados comienzan a hacer
eco en mi pequeño refugio como una incitante melodía.
Abro la
cremallera de mis propios pantalones, los bajo junto a mi ropa interior hasta
medio glúteo. No quisiera que me viera más de lo necesario. ‘Ojos de gacela’ no
es él. Así que no tengo ningún deseo
de sentir piel con piel, con la suya basta.
A pesar de
todo, aún tengo consideración por la inocencia de ‘ojos de gacela’. Le acaricio
la mejilla y le sonrío tiernamente, como asegurándole que no tiene nada de lo
qué preocuparse, aunque bien sabe que es mentira. Con todo, coloco lubricante
sobre mi miembro, creo que al menos eso puedo hacer por el chico. No le quitará
el dolor, pero hará más rápida mi entrada.
Levanto la
barra de sus piernas y la llevo hacia su pecho, dejando su rosada entrada a la
vista. Me relamo los labios de la anticipación, de solo saber lo apretado que
estará ese lugar, pero sobre todo, de ver
en sus ojos la pérdida de su inocencia.
‘Ojos de
gacela’ trata de quitarme de encima suyo, pero soy más grande y mucho más
fuerte que él. Así que, con una cadena atada al respaldo de la cama, una
similar a la que están esposadas sus muñecas, ato la barra. Ahora sí, podré
disfrutar de la vista y en esa posición me permite ver sus ojos.
Él me mira,
suplicándome una vez más que no lo haga. ¿Por qué no entiende que es inútil?
Coloco mi
duro miembro en su entrada. Lo siento temblar, contraerse para evitar la
penetración que se dará. Paso mi pene tentativamente por su pequeño orificio,
su cuerpo se retuerce y yo me pongo más duro. Tomo sus caderas fuertemente,
evitando que se mueva, quiero verlo, quiero ver sus ojos cuando le tome.
De una solo
estocada me adentro a su cuerpo. Sus ojos grandes se abren aún más, y ese fulgor
en ellos que delata su virginidad se va opacando.
—Nhhhh
Gimo. Qué
placer tan grande el de estar dentro de alguien tan estrecho. Me aprieta tanto
que siento que me succiona y que podría explotar si no me muevo. El calor que
me rodea es tan grato que me vuelve loco.
«YunHo… detente»
Comienzo a
moverme. Dentro y fuera, con un ritmo constante.
«YunHo… me duele»
Cierro los
ojos y ‘ojos de gacela’ ya no es ese chico de quince años, es él.
«Por favor, YunHo… sácalo»
Mis
movimientos se vuelven más rápidos. Entrar y salir es más fácil ahora. Sé que
no es el efecto del poco lubricante que me puse. Es su sangre la que me ayuda.
Roja y caliente.
«YunHo… por… fa-avor…»
—Nghhh
Nada es más
delicioso que el cuerpo de un chico. Más si este chico es virgen.
Abro los
ojos viendo la hermosa imagen que ‘ojos de gacela’ tiene para mí. Su rostro
pintado en dolor, sus lágrimas cayendo por sus ojos y perdiéndose en su
cabello. A pesar de todo eso, lo que verdaderamente es bello, son sus ojos. Puedo
verlo, puedo ver como su inocencia ha llegado a su fin. Es cuando me siento el
ser más grande del universo, el dueño de este pequeño cuerpo bajo mío. Lo que
me catapulta hacia el dulce orgasmo.
El primero
de la noche.
«¿Por qué, YunHo?»
Salgo del
pequeño orificio, ahora ajustado a mi tamaño. De él emana una mezcla de sangre
y semen, que mancha las sábanas y parte de su blanca piel. Es casi la misma
imagen que cuando le tuve a él.
¿Por qué? Él me preguntó el motivo de mis
acciones, como si no le hubiera dado ya todas las señales.
Porque puedo.
Miro a ‘ojos
de gacela’. Sé que le duele, así que me compadezco de él y suelo los amarres de
sus piernas. Después de todo está demasiado dolorido para seguir pataleando. Sus
manos se quedan atadas, no quiero sufrir alguna sorpresa. El chico como puede
se acurruca llorando su dolor.
Me levanto
y tomo un poco de agua antes de iniciar el segundo round. Debo aprovechar todo
el tiempo que me esté permitido. Después de mí nadie más lo hará.
«Te lo suplico, YunHo»
Son esto
momentos en los que él vuelve a la
vida y toma posesión del cuerpo que yo he elegido para que sea él. Me mira con esos grandes ojos suyos
e implora.
Lo siento, JaeJoong. Lo siento.
Veo que mi
ropa está manchada en la sangre de ‘ojos de gacela’, pero realmente no importa,
la quemaré en cuanto salga de aquí. Veo al chico llorar, acostado de lado, sus
nalgas ensangrentadas y ni aún así siento pena por él, ni por lo que le
sucederá.
Me acerco a
él porque estoy listo de nuevo.
«Ya no más… por favor…»
La voz de
JaeJoong resuena en mis oídos. Quisiera quitarle a ‘ojos de gacela’ la cinta
que cubre su boquita, para así poder escuchar sus gemiditos que me llevarían al
cielo o sus ruegos que me harían sentir todo poderoso. No obstante, no lo haré.
No lo haré
porque ‘ojos de gacela’ no es él, mi JaeJoong. No será su voz la que emita esos
dulces sonidos provenientes del nirvana. No serán sus labios los que emitan mi
nombre suplicante. Ni será el sabor de su boca el que pruebe. Pero sus ojos, la
expresión en ellos sí que me hace sentirme todo poderoso.
«YunHo… ya no me hagas más daño»
‘Ojos de
gacela’ tiembla cuando beso su hombro. Llora con más ahínco, a pesar de saber
que eso de nada le servirá; al contrario, me pone más caliente.
Le penetro
de nuevo. Comenzando este ritual de sangre, semen y dolor.
«YunHo…»
El tiempo
ha pasado demasiado rápido para mi gusto. Empero a haber disfrutado del cuerpo
inocente de ‘ojos de gacela’, siento que no fue suficiente.
Sus ojos
grandes ya no tienen ese brillo característico de la pureza. Ahora están
opacos, vacíos. No me interesan así.
Su cuerpo
se mueve a mi placer, dócilmente como cualquier marioneta. Tampoco me divierte
que no oponga resistencia.
«Solo te pido… terminar con mi dolor»
Con un
último gemido de mi placer, sé lo que debe venir a continuación.
«Entrégame a mi familia de nuevo»
Suspiro,
descansando sobre el pequeño cuerpo del chico. Con pesar me levanto. Miro mi
obra de arte. En algún momento de la noche le hice más cosas que violarlo. Los
verdugones casi negro y pequeñas laceraciones ensangrentadas en todo su cuerpo
lo indican.
Tuve que
hacerlo. Sus ojos se habían vaciado de cualquier sentimiento, justo como ahora.
Solo eran un incentivo para ver sus orbes brillar de nuevo.
«Termínalo todo, YunHo»
De una gaveta
sacó una jeringa, llena de una sustancia que le quitará a ‘ojos de gacela’ no
solo el dolor, sino también la vida.
Sé lo que
soy, pero también sé que no soy cruel. O así quiero verme. Quiero que su cuerpo
se vaya en paz, sin demasiado sufrimiento. De su alma no puedo decir lo mismo,
porque esa quedará dañada hasta el final de los tiempos, porque así me aseguré
de hacerlo.
‘Ojos de
gacela’ me mira. Sabe que es lo que sigue. Ya no tiene miedo, ya no llora,
sufre, pero ya no lo demuestra. Sin embargo, cuando ve la jeringa, sus ojos
brillan de nuevo. Emiten ese brillo característico del odio.
Entonces
sonrió. Su alma no está desecha.
«YunHo…»
El
medicamento comienza a hacer efecto mientras acaricio los cabellos de ‘ojos de
gacela’. Tarareo una nana para él. Sus ojos comienzan a cerrarse. Es entonces
cuando el otro momento más excitante de la noche llega.
El momento
en que su alma se separa de su cuerpo. La muerte.
«Yo te perdono… YunHo»
‘Ojos de
gacela’ se ha dormido para no volver a despertar. Sus ojos ya no brillarán más,
sus labios no volverán a decir palabra ni sonreirán. Tampoco su cuerpo bailará
al ritmo de las hojas al viento, nada, solo oscuridad.
Y lloro.
Derramo
lágrimas por ‘ojos de gacela’. Por él, por mí… por JaeJoong.
Hasta ahora
nadie me ha perdonado, solo él, solo
mi JaeJoong.
Recuerdo la
primera vez que lo conocí. Su belleza, su timidez, su dulzura. Todo él me enamoró. Por años fingí mantener
una amistad en la que solo él creía. Yo lo amaba, no, yo aún lo amo.
Cuando él
me dijo: «YunHo, estoy enamorado», todo cambió, todo se fue al carajo.
¿Por qué no
era yo quien ganó su corazón? ¿Quién, quién me lo había robado? ¿Qué tenía ella
que yo no tuviera? Yo lo amaba, más que a cualquier otra cosa. Habría puesto el
mundo a sus pies si tan solo me hubiera escogido.
No fue así.
Por eso
hice lo que hice. Por culpa de él es que me convertí en esto. En un maldito
psicópata.
El amor
causa estragos. Locura mejor dicho, ya que todas acciones, son porque aún lo
amor.
Mi
JaeJoong.
Aún puedo
ver su expresión cuando se vio por primera vez en mi refugio, confundido del
porqué su mejor amigo lo trataba así. Sus ojos cuando robé su inocencia,
reclamándola como mía. Su voluntad resquebrajada por cada uno de mis deseos. Su
cuerpo siendo poseído por mí durante días. Y al final, al final su alma brilló
por sí sola. Sus ojos jamás perdieron el fulgor de los sentimientos, de la
vida. Me perdonó por lo que yo le hice a él, pero yo no le perdono lo que él me
hizo a mí. Me hizo ser esto.
Cuidando de
cada uno de mis pasos, limpio a conciencia el cuerpo de ‘ojos de gacela’. Su ano
también debe ser limpiado de mis fluidos. Elimino cualquier evidencia de que
ese cuerpo fue mío.
Le doy un
primer y último beso en labios, ahora libres de la cinta. Era tan bello.
Lo
transporto en el auto que renté, hasta un paraje lejano a mi hogar y a mi
refugio. Le llevo hasta la tumba improvisada que había hecho para la ocasión. No
soy un asesino serial que se vanagloria con cada crimen, dejando los cuerpos
expuestos. No, no así. Nadie más verá lo que fue mío. Esparcidos en esta
pequeña montaña están todos ellos que sufrieron por culpa de JaeJoong. Aquí también
descansará ‘ojos de gacela’.
Me quito la
ropa que usé, apresurándome al ver que el alba me está arrebasando, y la quemo.
La quemo junto a la ropa y demás utensilios que utilicé o que eran de ‘ojos de
gacela’. Sin evidencias.
Subo al
auto de nuevo, pensando ahora en la familia del jovencito. Dentro de unas horas
comenzará la ardua búsqueda. Una búsqueda sin sentido, porque nadie lo hallará.
Recuerdo
bien la expedición que desplegaron para buscar a JaeJoong. Me uní incluso,
sabiendo que yo lo tenía conmigo, sedado en mi refugio, donde solo yo podía
disfrutar de su cuerpo y compañía.
Me hubiese
gustado disfrutarlo más.
La frustración
que embargaba a la familia porque su pequeño retoño había desaparecido. El
dolor, la ira, la desesperación de las cuales fui testigo.
Me convertí
en el apoyo que ellos necesitaban, en el remanso de paz que su agonía pedía. Pasando
el tiempo a su lado, viendo como las respuestas eran negativas una y otra vez,
mirando como la esperanza se esfumaba.
Mi
JaeJoong, por supuesto, tiene un lugar especial. Él es el único que no está en
ese cementerio que he hecho con mis víctimas, porque JaeJoong es tan culpable
como yo.
Antes de ir
a trabajar, dejó el auto rentado en un auto-lavado, especificando que lo quiero
reluciente de arriba abajo, quitando el barro de las llantas y cualquier rastro
que se me haya escapado. Es difícil, más no imposible. Quizá una gota de sangre
o un mecho, una uña, o algo así puede dar motivos para ser conflictivo.
Al
finalizar el día, devuelvo el auto a la agencia, mientras yo regreso en taxi a
casa.
—Amor —me
saluda ella desde la cocina. Corre y me envuelve en un abrazo que yo respondo. —¿Cómo
te sientes hoy?
—Muy
cansando —le digo.
—Cariño, no
deberías trabajar tanto. Sé que a veces tienes que trabajar doble turno, pero
me preocupa que no duermas tus horas. ¿Al menos te alimentaste correctamente?
¿Qué si me
alimenté bien? Le sonrío. —Claro que lo
hice.
Ella mi
mira significativamente, como analizando mis palabras, y al no hallarles nada
comienza con su parloteo. Sus grandes ojos negros resplandecen con el brillo
que solo el cotilleo logra. Sus labios rosas se separan sin parar, hablando de
cosas sin importancia para mí. Da la vuelta y me arrastra a la cocina con ella,
sin que su chachareo se detenga.
La miro ir
de un lado a otro, su cabello largo y negro recogido en una coleta alta que se
menea con cada movimiento de ella. Su cuerpo menudo y su piel nívea son atrayentes.
La abrazo por detrás la estrecha cintura. Hundo mi nariz en su cuello,
aspirando el dulce y familiar aroma que ella emana.
Suspiro feliz.
Seguramente hoy le haré el amor desesperadamente, dulcemente, amorosamente. Y ella
me responderá de la misma manera. Porque ella, me recuerda tanto a él, hasta su aroma es el mismo cuando yo
me he desfogado con algún chico.
Huele a
miel como él, su piel es blanca como
la de él, sus ojos grandes y
resplandecientes, iguales a los de él.
Porque ella es sangre de la sangre de JaeJoong, es su hermana.
*********************************************************
N/A: Espero les haya gustado.
16 comentarios:
Primeeraaa!!
OoO QUE FUERTE UN YUNHO DESQUICIADO POR SU AMOR NO CORRESPONDIDO. ESTOY EN SHOK TOTAL.....GRACIAS.....
si que fue muy cruel Yunho con Jae por haberlo matado si lo amaba
lo hubiera tratado de conquistar claro solo que a Jae no le gustaran los hombres y por eso Yunho se desquicio e hizo lo que quiso con Jae y termino con el triste por los dos uno muerto y el otro psicópata
Gracias por compartirlo
Caray, si que Yunho esta loquito, jaja ja ja, esto fue algo crudo pero interesante, un Yunho sádico es muy hot XD
gracias por compartir la historia
besos bye
Es refrescante leer a un Yunho obsesivo, loco de amor por Jaejoong, en la mayoria de los fic es Jaejoong el que se desquicia al no tener el amor de Yunho xD.Pobres de las victimas que :( .... Yunho es todo un psicopata.
Tal vez si Jaejoong hubiese correspondido a sus sentimientos Yunho hubiese sido distinto?...o tal vez no?......el amor que Yunho siente por Jae es obsesivo, enfermo y a la larga hubiese hecho daño a Jaejoong, tal vez celándolo queriéndolo solo para el.....y muchas cosas mas. Y ahora esta con la hermana de Jae y nisiquiera la quiere, solo esta porque le recuerda a Jaejoong, y viendo el parecido que su hermana tiene a Jae, y que esta lo ama...pues entonces Yunho puede imaginarse que es Jaejoong quien lo ama, que es el quien los espera y lo quiere y lo cuida..!!!!!!!!!!!11 waaaaaaaaaaaaaaaa que triste!!..... lo mato!.... debio quedarse con Jae y obligarle a que lo ame...ok no.....Gracias Misuzu"!!!!! ....me encanto! , estoy feliz de que nos regales un one shot semanal, creeme que lo espero religiosamente. :) ...... ♥
waaa yunho esta demente!! y al final esta con la hermana de JJ o_o pobre lo q debio a ver sufrido con el antes de matarlo Q.Q todo por su locura asdadad gracias x compartir esta genial !! espero el siguiente con ansias ^^
Ahora que, que loco no, pobre Jae sufrió igual o mas que todos esos que tuvieron un parecido con el, pero en que lugar especial enterraría a Jae?, lo hubieran encerrado en el algún lugar donde le hubieran hecho lo mismo...
Gracias
O_O que fuerte y enfermo (?)
Lo siento pero los fics con esta temática..no son mis favoritos u.u por eso no puedo decir que me gustó .. no puedo imaginar a Yunho asi de loco psicópata >. < es muy triste lo que le paso a Jae y al final Yunho esta con la hermana (?) .-. Wow eso si no me lo esperaba .... bienn~~ ahora necesito algo lindo para leer me siento rara como cuando lei muñeco fic que por cierto nunca pude terminar de leer>. < lo se soy una cobarde ~~
de todas formas gracias por compartir^^/ Misuzu
Un Yunho perfectamente como dice el título los celos fueron lo que lo llevaron hacer lo que hizo la ira y su amor no correspondido pero debió de darle de conocer sus sentimiento en esa parte tubo miedo pero ya lo hizo y comenzo hacer como decirlo a buscar personas que se aparezcan a el fue muy cruel y despiadado estar con la familia que hipócrita ...... y todavía esta con su hermana .... u.u
Pd:porque siempre es mi Jae el que sufre quiero uno que se a Yunho >.<
Gracias por compartirlo nos leemos ^o^/
Guauuuuuuu estuvo increiblemente demente un amor no correspondido fue el causante de todo esto pobre Jae me encanto graciad por compartir esta historia
Guauuuuuuu estuvo increiblemente demente un amor no correspondido fue el causante de todo esto pobre Jae me encanto graciad por compartir esta historia
Guauuuuuuu estuvo increiblemente demente un amor no correspondido fue el causante de todo esto pobre Jae me encanto graciad por compartir esta historia
Guauuuuuuu estuvo increiblemente demente un amor no correspondido fue el causante de todo esto pobre Jae me encanto graciad por compartir esta historia
Fue. ..diferente. ....me recordó al sufrimiento de Gashyeon ....muy cruel.. ..un amor enfermo.. ..pobre Jae.. ..y pobres chicos.. ...
Su hermana.. ...Dios. ...ahora no Llore pero me quede con esa sensación extraña.. ...
Gracias. ..
Que sádico pobre chico o.o yunho enloquecio es un asesino serial que miedo, donde abra enterrado a jae? Y la chica ni sabe q esta viviendo con el asesino de su hermano.
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