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martes, 26 de mayo de 2015

CORAZÓN DE DRAGÓN: PARTE 6



—Han atacado a uno de nuestros poblados. Los que se encuentran en los límites con el territorio Shim.

YunHo abrió grandemente los ojos. No podía ser cierto. Una parte de él rogaba que fuera una broma, otra que hubiesen sido mercenarios, pero  muy dentro de él sabía que esto era un paso más hacia la inminente guerra.

En un corto tiempo, YunHo estuvo listo para regresar a sus funciones como Rey, lo único que realmente aborrecía era tener que dejar a JaeJoong. Esta vez ni siquiera sabía por cuanto tiempo, quería decirle que lo vería al atardecer de ese mismo día, o el día siguiente, la verdad era que todo quedaba en la incertidumbre.

—JaeJoong yo necesito ir, ver lo que ocurre en el palacio.

Para el dragón plateado no había duda de que era demasiado importante, lo podía ver en los ojos negros de YunHo, la preocupación, la ansiedad, la desesperación y la forma en que su alma se partía entre el deber y el querer.

—Ve. Si estamos destinados a estar juntos, nuestros caminos volverán a juntarse irremediablemente. Entonces, yo estaré para ti, como sé que tú lo estarás para mí.

JaeJoong le acarició el rostro y lo besó. Sabía que quizá no lo volvería a ver, que tal vez esta era la despedida, pero confiaba en que sus caminos se unirían de nuevo. Quizá no hoy, ni mañana, pero tal vez en un futuro.

—Las Festividades de la Luz… —comenzó a decir YunHo, pero lo cierto era que estas también quedaban en entredicho. No sabía que tan grande era el daño, ni tampoco si era o no el inicio de la guerra, estaba a la puerta, sí, pero mantenía la esperanza de que no se diera.

—Nos veremos ese día. Justo como lo planeamos antes de despedirnos en Shim —le sonrió JaeJoong, con los ojos húmedos por las lágrimas que apenas intentaba contener. Había sido tan poco tiempo.

—Te buscaré de nuevo. Juro por mis antepasados que tú y yo nos volveremos a encontrar —prometió YunHo, sellándola promesa con un beso.

JaeJoong vio partir a YunHo, sabiendo que ninguno cumpliría con la promesa que se hicieron antes de salir de Shim. No ahora con lo que sabían. La guerra había llegado, independientemente del bando que fueran, YunHo era un importante jefe, lo que hacía más probable su estadía al frente de las tropas. Y JaeJoong, solo era un observador.

***

Tres días habían pasado desde el ataque al pueblo. YunHo había llegado con una pequeña cantidad de soldados, estos mayormente encaminados a ser su guardia. El paisaje que sus ojos vieron era desolador. Todo había sido quemado hasta los cimientos, solo cenizas se encontraban en el lugar.  Los fuegos habían sido apagados, pero se notaba que eso era obra del fuego de un dragón. YunHo apretó las manos en un puño al sentirse impotente. No había podido prevenir esto, ahora, solo restaba auxiliar a los sobrevivientes.

***

ChangMin crispaba los ojos de ira. ¡¿Cómo era posible esto?! ¿Dónde había quedado el YunHo creyente de la justicia? ¿Aquel muchacho que parecía no interesarse por nada pero que cuidaba celosamente de los suyos? ¿No le había dicho de niños que guiaría a su pueblo por el camino de la rectitud? ¿No crearía un lugar donde los dragones de la tierra volverían a ver su raza florecer? No, al parecer de ese chico ya no quedaba nada.

—¡Señor! —un guardia entró tempestivamente. —¡Señor! La flota ha comenzado el ataque a Dak-Ho.

El rey se levantó de su asiento, respirando fuertemente, tratando de mantener a raya su forma de dragón.  Cuando por fin se hubo tranquilizado lo suficiente, exclamó con voz queda: —Jung YunHo, si quieres guerra, ¡guerra tendrás! —El soldado aguardaba por órdenes que no se hicieron esperar. —Llame a los nobles, defenderemos nuestra tierra con sangre y fuego.

***

Desde la fortaleza flotante, Ao Shun miraba con ojos preocupados el comienzo de una nueva guerra. ¿Cuántas sus ojos no habían visto ya? Muchas y a la vez ninguna. Casi siempre tuvieron una razón diferente a los motivos de ahora. La ambición y el poder no son buenas compañías.

Sus dragones habían regresado. Los informes decían que Jung quería el puerto de Shim, el centro de comercio más grande del reino. ¡Una locura! Pero, desgraciadamente así era. Sin embargo, sus tres jóvenes pupilos regresaron diciendo lo contrario. En Jung nadie creía en una inminente guerra, su rey era una persona pacífica y justa, que no concordaba con las acciones que se estaban llevando a cabo.

Ao Shun frunció el ceño, esto iba por muy mal camino. Si esos dos reyes no deseaban la guerra, pero había alguien empujándolos hacia ella, no dudaba de que defendieran con garras y dientes a su pueblo.

A lo lejos vio el fuego de dragón arrasando una gran parte de campo para que fuese visible tan lejos. El calor de las llamas debía estar consumiéndolo todo en enormes llamaradas. La columna de humo se elevó al cielo, hasta que fue visible en su propio nivel.

Había comenzado…

***

YunHo acababa de regresar. Ver uno de sus poblados desaparecer no le había sentado bien. ¿Quién diablos deseaba esto? ¿Por qué ChangMin no esperó hasta que él le hubiera dado una respuesta? Entonces, vagamente recordó las palabras de los heraldos, atacarían si la flota hacía un solo movimiento en contra de Dak-Ho.

MinHo.

MinHo no se había comunicado con él. Y ahora todo esto estaba yendo demasiado rápido.

Con premura abrió las enormes puertas de roble. Frente a él, estaban reunidos sus nobles y sus generales. En sus rostros cenizos podía ver el miedo, pero también veía la determinación a proteger sus tierras.

Todos allí sabían que les habían tendido una trampa, los quienes y los donde ahora ya no importaban. Lo que les concernía era evitar otra masacre a su pueblo. Los nobles ya tenían reunidos a sus guerreros. Algunos se dirigían hacia la capital, otros esperaban en sus provincias por órdenes.

—Partiremos hacia las fronteras. Debemos evitar a toda cosa las bajas civiles. Esos poblados prácticamente son humanos, su porción de sangre de dragón es mínima por lo que están en clara desventaja si alguno llega a sacar su forma animal.

—Pero, no podemos dejar la capital descubierta. Si llega un escuadrón por aire…

—De eso no debes preocuparte, si llegan volando los veremos pasar. No hay ruta más corta de Shim a Jung que a la que vamos.

La discusión continuó por un rato, decidiendo rutas, soldados, víveres. Ninguno ya esperaba poder aclarar el malentendido, pues, los espías que habían enviado, al igual que MinHo no se habían comunicado. YunHo sabía que habían sido capturados por aquel que les puso la trampa, y solo rogaba por hacer entrar en razón a ChangMin y evitar la guerra.

Entonces, sus esperanzas se vieron cortadas de tajo.

—¡Señor! —vociferó un oficial. —Han atacado a otro de nuestros poblados colindantes.

El revuelo que causo en la sala fue tal que muchos se levantaron indignados. Estaban atacando personas inocentes, que ni siquiera podían llamar a su forma de dragón. Mujeres, niños y ancianos vivían en esos pueblos que ahora ardían en llamas.

—Con este es el segundo —dijo el consejero. —Esto es una declaración de guerra.

Muy a su pesar, YunHo lo admitió. ChangMin no iba a esperar, no iba a haber modo de convencerlo de que era una trampa. No ahora que había decidido ir por la vía bélica.

—¡Preparen todo! ¡Marcharemos al amanecer! —ordenó YunHo.

***

En sus manos una paloma mensajera se retorcía con dolor. Ella sabía lo vulnerable del animal, así también conocía su docilidad, por eso se había dejado tomar con tanta confianza. Una sonrisa retorcida adornó su rostro cuando escuchó el crujido de los huesos de la pequeña ave. Eso le enseñaría a no ser tan confiada.

“Ha comenzado” rezaba el pequeño papel que la avecilla portaba. Su sonrisa se expandió más. Por fin iban a conocer de lo que ella era capaz.

***

Las luces frías del amanecer recibían a unos nerviosos soldados. Ninguno había estado en guerra, si acaso en pequeñas cacerías de bandidos y cosas así, que en nada se comparaban con la batalla que estaba por venir, sin embargo, se mantenían en pie, listos para ir a ella, a defender el honor de su tierra con sus garras.

Miraron como el Rey Jung se paseaba por delante de las filas, ataviado en un traje negro de cuero, con botas altas del mismo color. Casi podían ver las chispas saliendo de sus dedos. Su Rey, un dragón negro, de los más fuertes dragones de la tierra, jamás lo habían visto en su forma animal, pero las historias relataban acerca de la ferocidad de estos. Ellos seguirían a su noble rey a donde les llevase, incluso si era al mismísimo infierno, ellos irían con él.

—Estamos listos, señor —le avisaron. YunHo movió su cabeza en señal de asentimiento. Con un gran suspiro miró al cielo, cerró los ojos deseando poder convencer a ChangMin. Entonces, cuando los volvió a abrir, dio la orden de partir.

Las trompetas resonaron por todo el lugar. Las altas murallas que rodeaban la ciudad rezumbaron ante ello. La tensión en el aire era tal que se sentía como una pesada carga. YunHo subió sobre su caballo negro, le siguieron sus generales y soldados. Todos con la misma sombría expresión.

Nadie en la ciudad dormía. Todos sabían ahora la situación. Las damas se asomaban por las ventanas al verlos marchar, rogando a los cielos por su buen regreso, pero más que eso, implorando porque esta guerra no se llevara a cabo. Los niños veían a los veían partir, sus asustadas caras les hacía crecer en el pecho de los soldados la fiera llama de la protección. Entonces, más convencidos que al inicio, alzaban su rostro, dispuestos a morir por protegerles.

***

—¡Majestad! —uno de sus generales entró por la puerta sin ninguna etiqueta.

Sentado sobre su trono, ChangMin analizaba la situación. Su puerto estaba siendo atacado, pero el hecho de que la cuidad estuviera un poco más allá, salvaba las vidas inocentes. Además, tenían una defensa natural, los enormes acantilados impedían que la flota desembarcara junta. Si querían hacerlo sería de una a una, lo que les estaba costando demasiado trabajo. Dak-Ho era por el momento, impenetrable.

—Tranquilízate —dijo el Rey. El general, un hombre mayor, se llevó una mano al costado, producto de su falta de aire.

—¡Majestad! ¡El rey Jung está movilizando su tropa a la frontera!

ChangMin abrió los ojos grandemente. Ahora sí, ya no había vuelta atrás. —Ese idiota.

—¿Majestad?

—¿Cuándo ha salido de la ciudad?

—Los informantes dicen que por la mañana. Si siguen el camino que han tomado y a la velocidad que llevan, mañana al atardecer estarán en los límites.

—¡Rayos! —vociferó ChangMin, al tiempo que un enorme trueno caía sobre el castillo. El general tembló, jamás había visto el verdadero poder de su rey. —Prepara a los hombres, partiremos ya mismo.

—S-señor —comenzó tímidamente —aunque salgamos ahora mismo, no estaremos sino hasta pasado mañana al atardecer. Para ese momento, ya será tarde, habrán cruzado la frontera y…

—No será así. Jung hará descansar a sus hombres, por lo que no invadirá al llegar. Tendremos que movernos más rápido. Los interceptaremos en la frontera. El fuerte de Sang será lo primero que tomarán, allí les estaremos esperando.

—Pero, mi rey, no llegaremos, es demasiado apresurado.

—Consigue a los guerreros más fieros, los caballos más veloces. Una pequeña unidad partirá antes, llegará para emboscar y retenerlos el mayor tiempo posible, hasta que las tropas arriben.

—Si, su majestad.

El general partió, presuroso a cumplir sus órdenes. ChangMin se derrumbó sobre su trono. Masajeó su sien y frunció el ceño. ¿Qué demonios está haciendo YunHo? No, más preocupante aún era el hecho de que Shim estaba siendo atacada por dos flancos. La mitad de sus hombres estaba en Dak-Ho, y ahora, la otra mitad partiría al fuerte de Sang, dejando así el castillo desprotegido. Si enviaban un comando aéreo, los dragones tendrían vía libre para arrasar con todo desde la frontera hasta el puerto. Todo Shim ardería en llamas.

Otro trueno surcó el cielo.

No, él no lo permitiría. Antes arrasaría la tierra con fuego, sangre y truenos antes de permitirle a cualquiera profanar su reino. ChangMin mismo, comandaría el pequeño grupo que esperaría en Sang.

El lugar de la batalla ha sido elegido. El fuerte de Sang arderá por y para el reino. Así se aseguraría ChangMin.

***

Ao Shun miró la fuerza de aquel relámpago. Eso no era producto de la naturaleza, conocía bien el trueno de un dragón azul. Su corazón se comprimió, sus ojos estaban por presenciar una nueva guerra, una tan grande como la que arrasó con los campos.

La fortaleza aérea comenzó a vibrar. Lo sabía. La magia misma estaba llamándolos a cumplir su juramento. Su deber, impedir que la tierra sea devastada.

***

—¡Oh! Parece que el Rey Shim está molesto —dijo divertida a nadie en específico. —Esto le enseñará a no despreciarme.

—¿Mi Lady? —habló uno de sus sirvientes. Ella solo lo miró de reojo, pero él lo tomó como permiso para continuar. —Nuestros hombres han regresado, ninguno de ellos fue descubierto y tampoco hubo bajas. Las dos aldeas fueron incendiadas hasta las cenizas.

—¿Sobrevivientes? —preguntó. No quería dejar ningún cabo suelto.

—Solo unos pocos. Nos aseguramos de dejar ver el emblema de Shim.

—Bien. Retírate.

—Mi Lady, aún queda un asunto pendiente.

—¡Ah! Sí. Los espías —comentó con una sonrisa infantil. —Les otorgaremos un trato preferencial —susurró con dulzura. Se giró para encarar a su sirviente. —¡Ya sabes qué hacer!

El hombre se inclinó y salió sigilosamente, seguido de la fría mirada de la más hermosa mujer que él hubiese conocido. Sin embargo, él era lo suficientemente sensato como para no caer por sus encantos, la conocía, la conocía bastante bien y sabía de lo que era capaz. Era mejor temerle.

Con paso tranquilo, bajo las largas escaleras que conducían a las mazmorras. Habían capturado a varios sujetos que intentaban desentrañar a la verdadera mente maestra de todo este asunto. Sabía que todos ellos pertenecían a Jung, a estas alturas, el rey Jung estaba claramente informado sobre esta trampa, sin embargo, ello no le impidió comenzar a movilizar a su tropa una vez que sus pueblos fueron atacados.

Él no entendía muy bien el porqué su señora deseaba la destrucción de todo, esos eran asuntos políticos los cuales desconocía. Él solo se preocuparía por obedecer, no quería terminar como aquellos desgraciados que ahora llenaban las celdas de las sucias mazmorras.


Miró por entre los barrotes. Ahí estaba aquel sujeto que tanto trabajo les había costado capturar. Era increíblemente bello para ser un soldado bastante entrenado. Brillaba incluso entre esa suciedad, al parecer ostentaba un alto rango, pues los otros espías capturados, le mostraban cierto respeto. Sí, debía ser alguien importante. MinHo, ese era su nombre.

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N/A: Perdonen a esta autora suya. No tengo excusa, de verdad lamento muchísimo el retraso, espero no le hayan perdido el hilo a esta historia.

13 comentarios:

yunhokim dijo...

o y yo que pensé que Minho estaba en el lado malo y no lo tiene esa mujer atrapado espero y que lo rescate Yunho
que desastre a formado esa mujer despechada ahora quiere que ellos mismos se destruyan
ojala y logren aclarar todo antes de que se desate la guerra y que nadie mas resulte lastimado aun que lo dudo
que bueno que al fin regresaste ya lo extrañaba
Gracias por el capitulo

Yuko13 dijo...

Mujer despechada tenia que ser..... Solo porque no me hace caso voy a iniciar una guerra para que se le quite el no haberme hecho casa jajajajjajja. Que forma de iniciar una guerra. El YunJae se separo y no sabe como cuando se verán, tal vez en el calor de la batalla..... Gracias por actualizar..... TOT

Unknown dijo...

con retomar la ultima parte del cap anterior te refrescas la memoria jajaja que desastre se ha desplomado gracias a esa mujer que no se sabe quien es y que los odia a todos mas esper que cuando el Homin se encuentre puedan aclarar las cosas gracias linda x compartir

Unknown dijo...

Gracias por volver...... Estaba temiendo que desaparecieras. Gracias, voy a leer el cap, la historia esta muy presente, no he perdido el hilo :)

rukii dijo...

O no Changmin a caído en la trampa y ambos reynos entrarán en guerra solo por el despecho de una mujer rechazada y que va a conllevar a que los dragines del aire cumplan su promesa pero tambien era una trampa porque si mas recuerdo había alguien que queria que ellos bajarán cierto ! esperemos que se resuelva esto hasta que sea demasiado tarde ..
Gracias por la actualización

Ailee(Ru) dijo...

oh gracias por actualizar ;0;
lo estaba esperando
empezo la guerra provocada
quede con ganas de mas
porfis actu pronto <3

Unknown dijo...

Noooooooooooo ....... Esa mujer se esta saliendo con la suya...... Esta despechada porque Min no la quiere cierto? ........ Yunho y Changmin estan actuando obligadamente por defender a su pueblo, ojala,q Changminse de cuenta q es una trampa, antes de q llegue la verdadera guerra..... Y el Yunjae...... :( ..... Gracias Misuzu :-) <3

misakirumi dijo...

o.o omo ando muriendo al entrar a tu blog y ver que tienes un nuevo fic *----* dragones!!!!ajklkdld lo estoy leyendo y juro que muero!!1Espero que todo se arregle.Gracias

moran dijo...

Oh esa mujer esta consiguiendo lo que quiere.. ..bruja! Por un capricho estan muriendo tantos inocentes.. ..y por su culpa Jae y Yunho se separaron.. ...
Ahora intervendran los Dragones del cielo y si no recuerdo mal eso pone en peligro su vida 0_0

Ángela dijo...

pero mi Dios, qué caos, ahora sí se armó la guerra y ambos bandos van engañados y creídos que el enemigo es el otro.
y todo por culpa de una mujer vengativa, que dicho sea de paso no tengo idea quién es y por qué tiene tanto odio con Yunho y Min.
capturó al mensajero de Yunho,Minho.... y ahora qué ??? lo torturará.?
muchas gracias por la actualización

Unknown dijo...

Cuando actualizas :( ....

Airi dijo...

:c

yunhokim dijo...

actualiza ya por fa si por
en donde estas espero y estés bien o da señales de que sigues al pendiente de tu pagina para no perder la esperanza de que regresaras uno de estos días por aquí