Se despertó a mitad de la
noche, agitado. Miró alrededor y se descubrió en una habitación desconocida.
Parpadeó dos veces, volvió a mirar en rededor, encontrándose con su propia
habitación. Había tenido un sueño extraño, extraño pero a la vez hermoso, donde
una voz suave cantaba. Donde unos delgados brazos se aferraban a su pecho, soñó
con un dulce aroma y el más hermoso recuerdo que jamás tuvo, pero así como
despertó, así lo olvido con el clamor de la mañana, con sus múltiples
actividades, pronto olvido la suave voz que entonaba una nana.
* * *
JaeJoong se encontraba más
calmado después de unos días, estuvo ligeramente nervioso, esperando día tras
día el retornar de aquel misterioso cliente, cuya voz se parecía tanto a la de YunHo,
sin embargo, este no regresó.
—Omma —una voz chillona lo
saco de sus pensamientos, desvió su mirada de la gran puerta de cristal, y le
sacó una sincera sonrisa. Bichito se encontraba mirándolo desde abajo con su
manita extendida hacia él, entregándole un botón de clavel rojo, que
seguramente había tomado del anaquel más bajo.
—¡Oh! Bebé eres muy lindo,
pero sabes que no debes tomar las flores así —le reprendía suavemente, mientras
se acuclillaba para tomar la flor.
— “Pada” ti omma —sonrió
de nuevo el chiquillo. Nada hacía más feliz a JaeJoong que ver a su pequeño
sonreír, por lo que sus ojos se achicaron dando paso a una gran sonrisa. Cuando
el joven sonreía de esa manera, cautivaba a muchos de los clientes, pero aquel
chico solo tenía ojos para el pequeño que estaba parado frente a él.
—No se dice “pada” es
“para” —corregía. —Vamos repite conmigo “p-a-r-a” —hablaba de forma clara para
que su hijo le entendiera.
—Pa-a-da —terminaba
diciendo, logrando conquistar también el corazón de todos los presentes. Y es
que había un algo en ese par que lograba conmover a cualquier corazón.
—No, no. “Para” —volvía a
repetir, azuzando a su pequeño para que lo hiciera de forma correcta. —Además,
sabes que la abuela Kim se enojara porque andas cortando sus florecitas
¿verdad?
— “Para” —ambos sonrieron
cuando el niño lo pronunció correctamente. —No es “cieto”, la abuela Kim me
dijo que podía tomarla.
Su Bichito, a pesar de
tener una muy buena pronunciación, en ocasiones presentaba los mismos problemas
que los chiquillos de su edad, solía comerse algunas letras o cambiar unas por
otras, lo que con sus profundos ojos marrones lo hacían una verdadera monada.
—¿Ah sí?
—Si.
—Bueno, siendo ese el caso
hay que darle las gracias a la abuela y mientras yo pondré esto en agua, para
que después podamos llevarlo a casa. ¿Te parece?
El niño salió corriendo en
dirección de la trastienda, donde se encontraba la Sra. Kim. JaeJoong veía a su
pequeño correr, su alborotada mata de cabello negro revolverse conforme tiraba
chillidos de felicidad al encontrarse en su camino a Junsu, quien lo alzo en
brazos y le daba de vueltas por un pequeño espacio en el local.
Momentos como ese eran los
que agradecía JaeJoong, no pudo encontrarse con mejores personas que ellos y la
Sra. Go. Ahora tenía una familia y muchas sonrisas que dar por delante, sin
embargo, en su corazón aún guardaba todo ese dolor al no tener a su amado junto
a él.
…
—¡Oh! Vamos Jae —rogaba
Junsu —solo será un ratito —hacía una seña con la mano, casi juntando el dedo
pulgar con el índice.
—Humm —JaeJoong entrecerró
los ojos, tratando de examinar las verdaderas intenciones de su amigo.
—¡Hey! No me mires así —dijo
levantando ambas manos con las palmas extendidas. —Te juro que regresaremos
temprano. —Aquello mismo era lo que preocupaba a JaeJoong, su mejor amigo era
un verdadero Casanova; no era que no confiara en él, pero dejarle a cargo a su
pequeño era distinto, y más si en medio poníamos a una hermosa chica, lo que suponía
era cierto. Últimamente Junsu salía con Bichito muy seguido, había decidido que
no le interesaban más las chicas menores, por lo que utilizaba a su bebe para
atraer a una audiencia femenina un poco más grande, más sofisticada y claro,
por supuesto, con mayor conocimiento, que no le haría escenas de celos cada dos
por tres. Llevar a un pequeño les hacía creer que Junsu estaba listo para
entablar una relación más formal, la forma en la que trataba al pequeño las
convencía de que sería un buen padre, la pareja ideal, cosas por el estilo, o
ese era el rollo que Junsu le había tirado a JaeJoong cuando este cuestiono el
que llevara a sus citas a su Bichito.
—No lo sé, la última vez
regresaron demasiado tarde. No me gusta que ande tan tarde en la calle, además
sabes que se duerme temprano y que tiene que tomar su lechita antes de dormir y
que…
—Sí, sí. Lo sé —interrumpió.
—Te juro que te lo regresaré temprano.
—¿A dónde van a ir?
—Al parque de diversiones.
—Su, ese es un lugar muy
grande, podrías perderlo. No me gusta la idea.
—No lo perderé. Además
Misa-chan también cuidará de él, parece muy encariñada con Bichito.
—Está bien —cedió ante los
ojos de borreguito que ponía su amigo. —Pero iré a recogerlo yo mismo antes,
así pasarás también un rato a solas con ella. Y yo podré comer algodones de
azúcar con Bichito.
Si, aquella idea le
gustaba. No podría ir tan temprano como ellos al parque, ya que debía trabajar,
un pedido estaba reservado y él se encargaría de adornar la hermosa recepción
de una boda con gran cantidad de flores blancas.
* * *
El amplio salón se
extendía basto y cubierto por hermosos arreglos florares, obra de JaeJoong, y
algunos suaves tules blancos que combinaban a la perfección con todo. Sí,
definitivamente, JaeJoong se había convertido en un extraordinario decorador de
este tipo de eventos. Adoraba tanto las flores como a las personas, obviamente
no más que a su Bichito, pero ellas le recordaban tantas cosas de YunHo, además
de que su aroma y belleza las hacía particularmente agradables a su corazón.
—¡Ah! Joven Kim. Todo ha
quedado extraordinariamente bello. Tal como lo esperaba.
La anfitriona, madre del
novio de la boda, se encontraba encantada por sus servicios. Mientras el chico
se retiraba feliz por haber concluido su trabajo en menos tiempo del esperado.
Así que con una gran sonrisa abordó el bus que lo llevaría a las puertas de
aquel gran parque de diversiones.
A decir verdad, JaeJoong
jamás lo había visitado. Desde la primera vez que lo vio, cuando llego a la
ciudad, sus enormes ojos negros quedaron asombrados ante la más grande noria
que hubiese visto. Imaginó que debía tener una vista espectacular, así que
esperaba poderla visitar junto a YunHo. Desgraciadamente aquello no fue
posible, y quizá aún siga sin querer subirse, pero un algodón de azúcar y los
carritos chocones junto a su Bichito, definitivamente harían de ésta una tarde
genial.
Al llegar lo primero que
divisaron sus ojos fue la gran rueda de la fortuna, donde las parejas hacían
fila para poder declararse su amor al llegar a la cima. Suspiró con anhelo,
preguntándose si algún día se volvería a enamorar. Miró hacia uno y otro lado
parejas pasar. Decidió que no, su corazón siempre le pertenecería a ese hombre
varonil de ojos marrones como los de su bebé.
Tomo su teléfono y marcó a
su amigo. Era hora de encontrarse con su pequeño y divertirse.
—¡J-Jae! —la voz al otro
lado se escuchaba un poco temblorosa. JaeJoong por un momento pensó que Misa-chan
había mandado a volar a su amigo, y que este ahora se encontraba en un agujero
de depresión por lo ocurrido. Sonrió al imaginar a su bebé con un pucherito en
su boca mientras intentaba que el tío Su-Su se levantara a jugar con él.
—Bien, Su. Dime ¿Dónde
están? —aún sonreía con la idea del despecho de Junsu. No cualquiera le decía
que no a ese chico. Creía que de vez en cuando debía aprender a valorar a sus
citas.
—Y-o-o… Jae-e —lo notó. No
es que su voz estuviera temblorosa debido al llanto o tristeza, no, lo que
transmitía era nerviosismo y desesperación. Las alertas de JaeJoong se
encendieron.
—¿Tu qué? —preguntó
hoscamente. —¿Dónde está Bichito? —su voz se comenzaba a alterar.
—Bue-eno… yo… lo siento
tanto JaeJoong —el alma se le cayó al suelo al oír eso. —Estaba con nosotros y
en un segundo mientras comprábamos helado desapareció. Jae…
—¿Dónde ocurrió eso? —a
pesar de que su voz sonaba tranquila, el menor sabía que era todo lo contrario.
—Frente a la heladería que
está al otro lado de parque. Junto a la casa de sustos.
No necesitó más. JaeJoong
colgó y salió disparado en esa dirección, corriendo de un lado para el otro en
busca de su pequeño. Preguntando a la gente al pasar, dando santo y seña de
cómo es y cómo vestía. No necesitó ir a la caseta de vigilancia, sabía que
Junsu ya lo había reportado. Esperaba dar con su pequeño pronto, no quería que nada
malo le pasase. Su pequeño estaría asustado de estar en un lugar tan grande y
solo. Debía dar con él pronto.
» ¤ «
» ¤ « » ¤ «
Jung YunHo había sido
obligado a tener una cita con su prometida. No es que no gustara de ella, de
hecho era una mujer bellísima y encantadora, le agradaba, y daba gracias al
cielo que ella fuera la escogida por su madre. Sabía de buena fuente que los
matrimonios arreglados no eran lo esperado, sin embargo era fácil estar con esa
chica. No entendía por qué no se había enamorado aún de ella, era la mujer
ideal y aún así, su corazón se negaba a latir por ella.
—ChangMin —decía al
auricular. —Será mejor que me digas que es lo que está pasando. Sabes muy bien
que este negocio es importante. Es el…
—Sí, sí hyung. Ya sé —respondía
fastidiado. —No ha pasado nada, de hecho aún no tenemos respuesta de ellos,
cuando pase algo inmediatamente te avisaré. No tienes por qué estar llamando
cada cinco minutos. Deberías disfrutar tu cita con BoA. ¡Mira que llegar al
extremo de amenazarte si no le brindabas un poco de tu tiempo! —Aquello hizo
sonrojar al mayor.
Si bien se llevaba muy
bien con su prometida, su trabajo absorbía mucho más de lo que quisiera su
tiempo, por lo que la chica al verse desplazada por una enorme pila de papeles,
llegó al despacho por la mañana, con la mirada llena de furia, asegurándole que
si no salían ya mismo al parque de diversiones, ella misma se encargaría de
destrozar su colección de CD’s que él guardaba con tanto ahínco.
Claro, con semejante
amenaza, YunHo se levantó de su silla dando algunas instrucciones a su
secretaria y a ChangMin, su gerente general. Las empresas Jung se dedicaban a
la construcción. Los más famosos edificios llevaban una placa donde rezaban “Jung’s
Construction”. YunHo había asumido hace un año la Dirección General de la
empresa, siendo aun muy joven desarrollaba de excelente manera su trabajo,
aportando grandes ideas a los proyectos, pero restando mucho de su tiempo
libre. Es por esa razón que su prometida Kwon BoA lo había raptado el día de
hoy.
Se encontraba sentado en
una de las muchas bancas que el parque ofrecía a las personas para descansar un
momento antes de emprender su camino al siguiente juego mecánico. Esperaba por
su prometida, quien había ido al tocador. Por experiencia sabía que tardaría
“horas” en salir, lo que no le molestaba, ya que así aprovechaba para
supervisar algunas cosas.
Tan ensimismado se
encontraba en su teléfono, revisando algunos correos y realizando una o dos
llamadas, que no notó al pequeño que lo miraba curioso desde su sitio, muy cerca
de sus pies. Un tirón en el pantalón lo sacó de sus asuntos. Sus ojos a través
de sus gafas oscuras miraron al chiquillo que le sonreía y quien aun tiraba de
su ropa.
—Padeces un Ososozo —le
dijo con una sonrisa encantadora. Su cabello negro resaltaba en esa piel clara,
sus ojos marrones mirándolo con curiosidad. Sin duda era una monada, y eso que
él era un poco intolerante a los chiquillos, cortesía de los hijos de su prima,
quienes eran una verdadera pesadilla.
Tardo unos segundos en
asimilar lo que el pequeño le estaba diciendo. ¿Lo estaba comparando con un qué?
Ladeó la cabeza inconscientemente, mientras el pequeño hacía lo mismo
observándolo. Sí, definitivamente este chiquillo era una verdadera monada.
—¿Ososozo?
—Si. Ososozo. Edes como
esos animales gandes y peludos que hacen ¡graaaww! —le decía el chiquillo,
simulando un ataque animal. YunHo supuso que era un oso lo que el niño quería
decir.
—¿Ah sí? —levantó una
ceja, viendo como el pequeño trataba de imitarlo. Una sonrisa surcó su rostro.
Lo tomó por los costados y lo subió a su regazo. Fue inexplicable lo que
sintió, una extraña sensación de pertenencia y familiaridad, como si ese
chiquillo fuera una parte perdida de él. Sacudió de su mente aquellos
pensamientos tan raros y concentró su atención en el pequeño.
—¡Sí! Su-Su-ah dice que
las personas con las piernas tan largas y aspecto amenazador son como los
ososozos.
—Osos, solo osos —corregía.
Jamás en sus años de vida se había visualizado en esa posición. Tenía severos
traumas a causa de sus sobrinos, los diablillos siempre le jugaban malas bromas
y eran demasiado “traviesos” para el resto de la humanidad. Pero ese niño, era
sencillamente otra cosa.
—Ososoloso —repitió.
YunHo negó con la cabeza y
otra sonrisa apareció en su rostro, últimamente estas estaban escaseando. A
pesar de ser muy joven, sus múltiples ocupaciones y sus grandes
responsabilidades se estaban encargando de borrarlas. Llevó su grande mano a
los cabellos azabaches del pequeño y los sacudió. Una carcajada chillona
resonó, contagiando al mayor al instante, y a unas cuantas personas más que se
encontraban cerca.
—Nee, nee, Ososozo-ajusshi
—frunció el ceño al oírlo dándole un mote. —¿Me compas un algodón de azúcar?
—Primero no soy ajusshi,
dime hyung, ó YunHo-hyung ó solo YunHo —lo miro dándose cuenta que tampoco
sabía el nombre del niño. —¿Y tú? ¿Cómo te dice tu omma?
—Bichito —respondió. Sin
duda un sobrenombre. —Pero ese no es mi nombe, soy Hee Jin. —«¡Woah! Un buen nombre sin duda» pensó
el mayor. No se le pasó el hecho de que fuera asexual, pero aún así un gran
nombre: alegría verdadera. «¿Qué habría
estado pensando tu omma cuando lo decidió?».
—Ososozo —le dijo de
nuevo. El niño encontró muy complicado estarle llamando por tantos nombres
desconocidos, cuando obviamente para el pequeño, el mayor parecía un enorme oso.
—¿Me compas un algodón de azúcar? —pidió de nuevo.
—¿Un algodón? ¿No es mucho
dulce para ti? —en cuanto termino de decir aquello, cayó en la cuenta de que
algo extraño estaba pasando. Con la mirada peino el área buscando a los
familiares del pequeño.
—Nop —negaba
fervientemente agitando la cabeza de un lado al otro. —Anda ¿sí? —puso ojitos
de borreguito, tal como su tío Su-Su le había enseñado. Eran tan efectivos que
nadie, absolutamente nadie se resistía, bueno quizá solo su omma.
—¿Dónde está tu mamá? —preguntó
YunHo, mientras llevaba al pequeño en sus brazos en dirección de los dulces.
Olvido por completo a su prometida, alejándose del lugar.
—¿Omma? Tabajando —dijo
apresuradamente, ya que sus ojitos querían captar el mayor numero de imágenes
posibles, no siempre tenía la oportunidad de mirar desde esa distancia. Si, su
omma lo llevaba en brazos, pero no era tan alto como aquel sujeto. Junsu
también solía llevarlo en sus hombros, pero se cansaba enseguida.
—¿Viniste con tu padre?
—No tengo appa, Su-Su-ah
me cuida, dice que es mi appa postizo —comentó, hizo un pucherito y ladeo la
cabeza cómo pensando algo seriamente. —Mi omma dice que no necesitamos a un appa
postizo tan inútil como él —frunció ligeramente el ceño, lo que con su
pucherito hacía adorable la expresión. —Y le queo, poque aunque Su-Su-ah es
divetido, no me quiso comprar un algodón —decía muy serio.
Le compro un gran algodón
de azúcar de color verde. Por mucho que no quisiera, YunHo sabía que debía
llevarlo a la cabina de seguridad, donde indudablemente se encontrarían sus familiares.
—Ososozo —le llamó con
toda la boca pintada de color verde por el dulce.
Por un momento YunHo pensó
en los diablillos que tenía por sobrinos, y en nada se compraban con lo lindo
de ese pequeño. Sin poderse contener lo abrazó un poco más fuerte y lo aventó
al aire, para cacharlo al instante, repitiendo el proceso una y otra vez,
escuchando a Bichito pegar agudos chillidos de emoción.
—Ososozo ¿A dónde vamos?
YunHo por algún motivo no
quería despedirse del pequeño tan pronto, por lo que consciente o
inconscientemente, retraso su llegada a la cabina de seguridad, pasando por los
carritos chocones, los “caballitos”, las tacitas giratorias, y alguno que otro
juego donde el pequeño podía ganar algún regalo.
—¡Síííí! ¡Vamos! —gritaba
emocionado el chiquillo. Se encontraban en un juego donde, con pistolas de agua
había que disparar al centro de un pequeño recipiente, el cual contenía un
mecanismo que funcionaba con la ley de: entre mejor puntería tengas y el chorro
que dispares sea potente, subirás en el marcador, y, el que llegue primero
obtendrá el premio.
* * *
JaeJoong estaba más que
desesperado, los temblores en su cuerpo le anunciaban que estaba a punto de
colapsar, y sin embargo, se obligaba a sí mismo a continuar su búsqueda. Es que
simplemente se le hacía imposible que nadie hubiera visto a un pequeño de cinco
años solo en el parque.
Y bueno, si hubiese sido
así no habría sido tan complicado, pero Bichito se paseaba en los brazos o
hombros de YunHo, hablándose con una complicidad que difícilmente se obtiene en
5 min, por lo que pasaban como familia.
—¡Siiiiiiii! —el gritito
emocionado de Bichito al ver ganador a su amigo, y más aún saberse poseedor de
un gran, gran muñeco de felpa, lo hacía muy feliz. Se lanzaba a los brazos del
moreno con carcajadas y gestos, por demás, tiernos.
Junsu junto a Misa-chan,
caminaban desesperados. El primero por encontrar a su sobrinito y la otra por
estar harta de buscarlo. Sí, admitía que el niño era malditamente tierno, pero
no creyó que en su descuido lo perdería. Pues en un momento en el que Junsu fue
a comprar algo para degustar, le dejó encargado a Bichito. Ella aprovecho para
coquetear con el joven que atendía aquel stand de regalos, olvidándose por
completo de niño, y dando como resultado al niño perdido.
Junsu quería despedir a
Misa-chan, mandarla al demonio por haber descuidado a un pequeño niño, y más
aún por mostrarse fastidiada, pues según ella “Bichito solo era un estorbo en
su cita”. La odiaba ahora, jamás debió traerlo, y por mucho que quisiera estar
lejos de ella, la arrastraba de un lugar a otro, pues ambos eran responsables.
Justo al pasar por una de
las atracciones de concursos, escuchó un chillido muy familiar, un chillido
como el que Bichito soltaba cuando estaba muy feliz. Sin pensárselo más, giro
hacía el montonal de gente que rodeaba a lo que parecía un joven padre
abrazando a su bebe y un gran, gran oso.
—¡Su-Su-ah! —gritó Bichito
al reconocerlo, aún entre los brazos de YunHo y sin la menor intención de
querer irse de ahí.
—¡Oh! ¡Gracias al cielo! —exclamó
Junsu. Se acercó aliviado al hombre que sostenía al pequeño.
—¿A sí que este es
Su-Su-ah? —preguntó suavemente aquel alto hombre.
—Si. —Al escuchar la respuesta,
los ojos marrones de YunHo se tornaron oscuros y fríos para mirar a Junsu,
quien trago saliva al sentirse, ligeramente, intimidado por el hombre.
—N-no deberías escaparte
así —le regañó, haciendo que el pequeño acuara sus ojos.
—En primera, no lo regañes,
después de todo es un niño —dijo duramente el moreno. —Tengo entendido que tú
eres el encargado de su seguridad, entonces el único que debería ser reprendido
serías tú ¿Cómo es posible que hayas dejado a un pequeño niño a su suerte? ¿Qué
hubiera pasado si no soy yo quien lo encuentra? ¿Qué hubiera pensado la madre
del pequeño cuando este no regresara a sus brazos? —continuaba sin parar,
mirándolo fijamente.
—Yo-o… Bu-ueno tú debiste
llevarlo a la cabina de seguridad —comenzaba a decir Junsu, pero se detuvo
cuando aquel hombre lo miró, si se puede decir, aún más feo y bufando señaló la
cabina que estaba a un costado de ellos.
Si, finalmente habían
llegado, pero al no encontrarse nadie ahí, decidió que esperaría en lo que
llamaban al responsable del pequeño. Por lo que jugaron varias veces, hasta que
YunHo pudo ganar el enorme oso.
—¡YunHo! —gritó una voz
femenina.
—¡Diablos! —masculló. En
todo ese rato no había recordado a su prometida, la cual se acercaba
amenazante. Tendría que empezar a esconder toda su colección si no quería verla
en llamas en el patio trasero de su casa.
—¡¿Dónde habías estado?!
¡¿Por qué te has escabullido de esa manera?! —gritaba.
—Bueno… verás… —cómo podía
él explicarle que simplemente la olvido.
—¿Quién es ella Ososozo? —Bichito
interrumpió. BoA se percato del pequeño en brazos de su novio, no pudo evitar
pensar que se veían muy monos juntos, enterneciéndose con la escena.
—Ah, ella es mi novia —le
dijo. El pequeño arrugo su frente, hizo un pucherito y le volteó la cara a la
chica. No le agradaba. La cuestión era que en la mente del pequeño YunHo podía
ser un mejor papa postizo que su tío Junsu, pero si él tenía novia, imaginaba
que iba a ser igual que todas las mujeres con las que Junsu salía. No le agradaban,
porque todas ellas pellizcaban sus cachetitos con sus grandes garras, uñas
postizas, y además usaban demasiado maquillaje. —BoA, encontré a Bichito,
bueno, él me encontró a mí. Así que lo traje a la cabina, pero hemos estado
esperando a sus familiares.
—Tu omma está aquí —le
anunció Junsu.
—¡Kyiiiiaaa! —otro chillido
de alegría. Bichito recordaba claramente que su omma le había prometido un
algodón de azúcar y que subirían a la rueda de la fortuna.
—Le llamé y ya viene en
camino. Está aún muy preocupado —le dijo. Bichito se abrazó aún más a YunHo.
Con sus manitas aferraba el cuello del mayor, porque sabía que a la hora que su
omma llegara, él se iría con el payaso que tenía por novia.
—Ososozo ¿te quedadás? Me
dijiste que me llevadias a la dueda de la fotuna con mi omma.
¡Oh si! Le había dicho
eso. La verdad es que si le habría gustado ir, sentía que su lugar era estar
donde ese niño estaba, pero ahora su prometida había hecho su aparición y por
lo tanto, todos los planes se fueron por la borda.
—No puedo Bichito —le dijo
con sinceridad, y aunque no quisiera admitirlo con un dejo de dolor en su voz. —Debo
de irme ya. Ahora Su-Su-ah está aquí y no creo que te pierda de nuevo —miro a
Junsu amenazadoramente.
—Si, si, si Bichito. Omma
ya viene y él tiene cosas que hacer —dijo tomando al niño en brazos. Por un
momento YunHo estuvo a punto de golpear a Junsu por llevarse al pequeño de sus
brazos, se contuvo al pensar que era un sentimiento realmente extraño, sin
embargo le otorgó a Junsu una mirada afilada, para después sentir el vacio de
no tenerlo.
La mente de YunHo
reaccionó, había visto ese rostro antes. ¡Claro! La florería.
—Muchas gracias por su
ayuda, realmente… —comenzaba Junsu.
—¡Tu eres el chico de la
florería! —exclamo. Junsu lo miro confusamente, para después dar paso a la
emoción.
—¡Oh! ¡Tú! Veo que tu
novia sí es muy hermosa —recordaba el gran ramo de flores que había ayudado a
escoger. La chica asintió agradecida.
—Sí, soy muy afortunado —dijo,
aunque así fuera, su corazón no latía por ella.
—¡Bichito! ¡Su! —a lo
lejos se escucho una voz.
La mente de YunHo trajo
aquel suave sueño que había estado teniendo últimamente, una suave voz
entonando una nana…
—Vamos —anunció BoA, quien
al ver que la familia se había reunido, decidió que no tenían nada más que hacer
ahí y mucho por disfrutar. —Ha sido un placer.
—No, al contrario
muchísimas gracias por cuidarlo. De verdad, te estoy muy agradecido —le decía
Junsu a YunHo, pero este solo tenía una tonta sonrisa y no prestaba atención.
Quería escucharla de nuevo, quería oír de nuevo esa voz cantando. Quería
conocer a la madre de Bichito, quería escucharle hablar de nuevo y comprobar su
teoría: que su voz es la misma que escucha en sueños.
Lamentablemente no pudo
hacerlo, BoA lo arrastro lejos de ellos antes que la omma de Bichito se
presentara.
—¡Oh! ¡Bichito! ¡Cuánto me
alegro de que estés bien! —decía con lagrimas JaeJoong, aferrándose fuertemente
al cuerpo de su pequeño, como si temiera que este desaparecería de nuevo. Fue
cerca de una hora y media, angustiosa, torturante al no saber de su hijo.
Bichito no entendía porque
su omma lloraba, pero él también comenzó a llorar. Junsu que los miraba de
cerca, sostenía sus lágrimas para no armar un llanto colectivo.
JaeJoong no vio quien fue
el que le trajo a Bichito devuelta, más sin embargo, estaba muy agradecido con
él.
Por otra parte, YunHo
caminaba alejándose de la bella escena de un reencuentro familiar, sin poder
evitarlo, dirigió su mirada atrás, donde vio al pequeño siendo arropado por un
delgado chico. El cabello negro brillaba a la luz del sol, su rostro escondido
entre los pliegues de la ropa del pequeño.
JaeJoong levantó a hijo,
estirando sus brazos, examinándolo, y aún con lágrimas recorriéndole las
mejillas, sonrió.
“Tum-tum” el corazón de YunHo por primera vez latió con fuerza al ver
a la omma de Bichito.
21 comentarios:
-aparta su comentario-
ahhhhhhh!!! por qué no se vieron??! ;_;
bueno al menos Yunho compartió un par de momentos con su hijo, y a bichito no le agradó BoA, ya me imagino por qué xD tiene buen ojo para juzgar a las personas!
Se perdió otra oportunidad para que Jaejoong y Yunho se reencontraran, espero que lo hagan pronto, muero por saber que pasará con ellos!
Gran capítulo! por favor actualiza pronto, esto se está poniendo cada vez más interesante!
Gracias por compartir!!!
No te preocupes, se encontrarán pronto! XD trataré de hacerlo ahora que ya tengo tiempo
No puede ser ya han estado a punto de encontrarse pero siempre pasa algo y no sucede, me va a dar algo T_T yunho por fin lo vio aunque de lejos y el lo sabe en el fondo todo en el sabe que su amor solo le pertenece a ese hermoso ser, y sin querer ha conocido a su hijo, esa conexión entre ambos ayy ya por piedad espero y se encuentren pronto, quiero saber que pasara y todo, gracias por actualizar esta historia ws hermosa ;; ♡
waaaaaaaaaaa Misuzu por fis apiadate de mi kokoro que late tan emocionado como el de yunho cuando vió a su jaejoongie soy tan feliz auqnue no hubo un reencuentroasí como reencuentro lo hubo indirectamente y yunho sintió ese lazo inquebrantable con su hijito producto del más bello y ´puro amor auqnue ojalá boa no le coloque trabas a eso y la mammá de yunho tampoco le shaga mal por fa terminalo con un final feliz plzzz *O* muchas gracias :D te adoro soy fan de tus historias feliz muchas gracias por este gran cap
emocionada osea al final si pudo ver el rostro de jae yunho aun que sea un momento aaaaaaah espero que si y que lo busque en la florería cuando se deshaga de la novia que trae por fa yunho búscalo y quédate con ellos que te pertenecen
Oh no puede ser ya se encontraran por fin, sin duda y Jae se queda en shock, y quien no, por fa conti que pasara, muero de la intriga, gracias por la actu bye
Yunho lo vióooooo!!!!!! sí por fin lo ve,
me frustraba que no se encontraran pero al final de capítulo me quedé tranquila porque ahora sí viene lo bueno... Yunho empezará a recordar... ya sabe dónde trabaja Junsu e irá a "visitarlo" para ver al niño y de paso a la madre que hizo latir su corazón.
qué buena que está la historia.
gracias por traer un capítulo más.
Cuando Jae lo vea sera muy doloroso,por que el piensa que el esta muerto, yo creo que se sentirá engañado y mas si el no lo recuerda.
tan bello Yunho paso parte del dia con su hijo sin saberlo y lo mismo el Bichito la paso con su papa Ososozo sin saberlo lastima que al final no se vieron el y Jae aunque Yunho lo vio y su corazon latio por primera vez x otra persona que el ni imagina es el amor de su vida x falta de memoria bueno linda gracias x actualizar y compartir y xfa actualiza pronto
ES que al bebe le encanto demasiado yunho tanto asi q lo qiere como papa y novio de su bella omma y al saber q tiene una novia cuyo pasatiempo es maquillarse como payaso no le gusto. Porque el Hombre alto como oso debe sera suyo y de su omma xD
Sabia q Nos dejarias con las ganas de que se encontraran e_e es muy tu estilo dejarnos casi con un paro cardiaco y con insetidumbre.
Te presiionare para que actualices es q adoro este fic, y no quiero q jae sufra mas, de por si sufrio al estar con el bb solo y ahora q sepa q yunho sige vivo y seva a casar se va a destruir u.u
aksgdkakshskshddjgdkshskagdjsgskshsksgsohddoskdusjgdjdjdhisusishdjdjs ;0; ay~~ ay~~~ Yunho~~ ya sintio eso que le dicen "el llamado de la sangre" agsyshs Bichito tambien sintio que con Yunho no le pasaria nada ;3;
No me hagas sufrir tanto con esos casi reencuentros ;0; sufro porque ellos estan separados ;;
SuSu es taaan mal padre xD y malo escogiendo mujeres -_-
Ahsysuhsys espero que ya no me hagan sufrir mas a mi Jae ;0;
Que emoción Yunho tuvo a su hijo en sus brazos aunque la horrible de BoA lo echara a perder apareciendo. Además alcanzo a ver a Jae a lo lejos y una emoción sintió como jamás lo había sentido. Espero que regrese a verlo... Gracias
u de verdad que es tan adorable el bichito y yunho ya lo siente tan de el. sin saber que es su hijo muy bello capitulo gracias por compartilo
Que bello que bichito haya pasado un tiempo con su padre. Aunqud no lo sepa pero no importa. Bien dicen que la sangre llama ^_^
Ojala y se encuentren pronto!!!
Ya odio a Boa u.u
Que hermoso cap:3 bichito es tan tierno *w* quién no podria a amar aún bebe asi...Yunho bo sabe que rn ese corto tiempo tubo en sus brazos asu hijo!!!>. <
El pequeño se encontró con appa y es natural que congeniaran rápido La sangre llama ala sangre -creo q es así la frase-
Waaa ya van a ser dos veces que casi se da el encuentro esperado pero nadaaa tnt espero que la tercera sea la vencida tnt Gracias por compartir n.n
Ya entiendo.. ...perdió la memoria.. ..por el accidente, algopaso y perdió la memoria, la madrese aprovechó y le cobro astral de mentiras aligual que a Jae.. ..aprovechó y lo quierecasar con Boa.. ..maldita bruja.. ..
Dos Encuentros. ...puede que el tercero se deba a la curiosidad y anhelo de Yunho por ver a Bichito ysaber conocedor de la omma.. ..de ese que hizo que latiera nuevamente su corazon.. ...
Junsu ah perdió a Bichito.. .que hubiera sido deJar sin el.. ... Lo bueno que bichito encontró a Yunho. ..su appa...Dios. ..como quiero que seanuna familia.. ..pero Yunho no lo recuerda.. .ahhhhh. ..
Awww tan cerca de verse ;-; pero al menos Yun sintió algo al ver parte de Jae. Pero me confundo, como fue que de Shim paso a Jung, que paso en la vida de Yunho en esos cinco años...ahhh me dejo mucha intriga, quiero saber.
Gracias por compartir.
padre e hijo se conocieron y congeniaron tan bien (aunque no sepan que lo son)
pobre JAejoong paso tremendo susto por la desaparicion de su niño ;_;
Publicar un comentario