FATED: CAPITULO 27

YunHo y ChangMin corrían en sus cuatro patas, recorriendo el perímetro, hasta que hallaran al intruso. Con los afilados sentidos de YunHo, sabía que algo siniestro estaba cerca. Su olfato detectaba un ligero aroma a putrefacción y decadencia mezclado con algo de reptil. Una sensación nada agradable se instaló dentro de él. Había escuchado historias, pero jamás creyó que fuera a presenciar a tan malévolas criaturas. Miró a su hermano, parecía que no había detectado ese horrible aroma, así que no dijo nada. No tenía caso asustar a los centinelas que veían con ellos.

—Alfas, por aquí —gritó un centinela a lo lejos.

Ellos apresuraron el paso para ver lo que el guerrero había encontrado. Entre el alambrado que protegía a la aldea, enredada de forma extraña, se encontraba un lobo pequeño. Su pelaje color miel lleno de hojas y ramitas, arañado con mínimos cortes sangrantes. Un dulce aroma empalagoso provenía de la criatura, que abrió los ojos, revelando un bonito color verde. Abrió el hocico como si quisiera decir algo. Desesperada, cambió. Sus pálidos labios se entreabrieron para susurrar algo que nadie entendió.

—Ellos ya vienen —volvió a susurrar. Esta vez YunHo estaba lo suficientemente cerca para escuchar. Volvió su cuerpo hacia el lugar donde provenía la loba. Podía sentir el hedor de alguna espeluznante criatura. Aún con sus mejorados sentidos, no podía dar una ubicación exacta, pero un par de luces rojas destellaban allá a lo lejos, ocultas entre las sombras.

YunHo gruñó.

La criatura no se inmutó, pero tampoco hizo el intento de atacar, parecía estar observando, analizando a cada guerrero, midiendo su velocidad y fuerza, cada espacio entre la cerca, buscando algún hueco. YunHo sintió su pelaje erizarse. No le agradaba nada la situación.

—Llévenla dentro —profirió ChangMin, quien miraba también en la misma dirección. Varios centinelas se acercaron a ellos, mirando con curiosidad. Tal vez no pudieran oler el terrible aroma de esa criatura, pero sentían el mismo frío recorrerles los huesos, se podía ver a través de sus ojos.

—Redoblaremos la seguridad. Ningún centinela patrullará solo —anunció el Alfa. Por el rabillo del ojo, YunHo vio cómo dos hombres tomaban a Go AhRa y se dirigían a la enfermería. Giró el rostro lo suficiente para mirar a su padre, el orgulloso Alfa, quien asintió quedamente, entendiendo que él no se movería de ahí, que su padre protegería a su pareja y su cachorro.

Sabiendo eso, YunHo mostró un poco sus dientes hacia dos de sus centinelas más fieros, que entendiendo la orden lo siguieron. ChangMin también se unió a la comitiva. Irían donde aquella criatura y le sacarían las entrañas si representaba una amenaza para su familia.

Avanzaban rápido y con paso firme, estudiando su entorno, sopesando las probabilidades de la criatura. Desgraciadamente, la criatura se esfumó antes de que ellos llegaran a estar cerca. Una muy escurridiza criatura.

La buscaron por un rato antes de que perdieran el rastro cerca del río. Ni siquiera YunHo pudo seguirla. Con pesar regresaron a la aldea. Tendrían que estar muy atentos ante cualquier cosa.

***

JaeJoong retorcía las manos por lo nervioso que se encontraba. YunHo había salido desde hacía bastante rato. Por la ventana había visto al Alfa merodear la casa en su forma de lobo, como si estuviera vigilando. UnHyea se encontraba dormido sobre su regazo, lo que impedía que JaeJoong se moviera de un lado para el otro, tal y como JunSu estaba haciendo. YooChun miraba fijamente por la ventana, su expresión fría y seria, a la expectativa. Ese era su modo  guardián.

JaeJoong deseaba poder zarandear a JunSu para que tuviera una de sus visiones acerca de lo que podría pasarle a su pareja, pero él bien sabía que ese no era un don que JunSu pudiera controlar. Las visiones venían cuando querían.

—Ya vienen —anunció YooChun con un semblante más relajado.

JaeJoong soltó un suspiro de alivio tan sonoro que se confundió con el de JunSu. Por la puerta trasera les escuchó entrar a la casa. Cuando se presentaron en la sala, solo su dorso estaba descubierto, pues había cogido ropa al entrar.

—¿Qué sucedió? —increpó inmediatamente YooChun.

ChangMin lo miró un momento, antes de extender los brazos hacia JunSu, que se acurrucó rápidamente con él. YooChun les sonrió para acercarse y tímidamente fundirse en el abrazo.

—Encontramos a alguien —dijo YunHo, acercándose a JaeJoong. Se sentó a su lado y los envolvió con fuerza, a ambos, al pequeño dormido y a JaeJoong.

—Go AhRa, una joven loba que había desaparecido —continuó ChangMin evadiendo la mirada de JaeJoong. Un extraño modo de comportarse, pero JaeJoong no le dio un segundo pensamiento cuando el chico continuó: —Al parecer escapó desde la otra manada y algo con ella —mencionó en tono misterioso.

—¿Algo?

—No estamos seguros de lo que es, pero es seguro que no es nada bueno —dijo YunHo, que había comenzado a acariciar con su nariz el cuello de JaeJoong, aspirando su aroma para tranquilizarlo y tranquilizarse.

—Hay algo que no nos están diciendo —dijo suavemente JaeJoong.

YunHo y ChangMin intercambiaron una mirada. —He escuchado historias acerca de estos shifter, pero jamás esperé encontrarlos tan cerca. De hecho ni siquiera estoy seguro de que sea él ya que no logramos atraparlo —dijo YunHo mirando a JaeJoong. —Una serpiente.

JaeJoong, JunSu y YooChun habían mencionado que una serpiente se encontraba tras ellos mientras iniciaban el viaje de regreso. Estos shifters eran conocidos por ser antisociales y prácticamente psicópatas.

Ante la mención de su escalofriante perseguidor, los jóvenes chamanes sintieron el frío del miedo helándole los huesos.

—¿Qué tan cerca?

—A unas millas de aquí —respondió YunHo. —Tú no tienes nada de qué preocuparte, no dejaré que nadie les haga daño —le prometió.

—Vamos a esperar a que Go AhRa despierte y nos detalles de su cautiverio —ChangMin lo dijo serio, pero había un dejo de incredulidad en su tono.

—¿Qué sucede con ella?

—A simple vista no tiene heridas serias, pero en su pierna encontramos la picadura de una serpiente. Por ahora está luchando contra el veneno. Desgraciadamente no contamos con algún antídoto.

—Hay algo que nos están ocultando —dijo JunSu, aún en los brazos de ChangMin.

Los hermanos se miraron una vez más. YunHo sostuvo firmemente a JaeJoong por los hombros. —Ella estaba con tu madre el día que desapareció.

—¿Crees que ella tuvo algo que ver? —preguntó JaeJoong temblando. Habían sucedido tantas cosas en tan poco tiempo que, a pesar de que el sol comenzaba a calentar a la tierra, JaeJoong sentía un frío intenso. En el sueño que tuvo, solo aparecía el lobo negro y su madre. Inclusive en la visión de JunSu, la joven loba no estaba. Imaginando que ella fue un daño colateral, JaeJoong se sentía mal por ella, a pesar de que no siempre fue su preferida mientras vivía ahí.

Ninguno de los Alfa dijo nada por un rato. —Esperaremos a que despierte. Ella nos dirá donde estaba y quizá tu madre se encuentra ahí —dijo al final YunHo.

JaeJoong lo miró con esperanza. —Yo mismo iré a verla. Entre más rápido se recupere, más pronto podremos salvar a mi madre.

***

Escuchaba voces a su alrededor, no reconocía ninguna. Su cuerpo estaba dolorido por el esfuerzo físico, y su mente nublada a causa del sedante que le había dado. ¿Sedante? No, no estaba segura de que hubiera sido eso.

No sabía dónde estaba, pero un almizclado aroma varonil se colaba por sus fosas nasales. Era delicioso. Ya lo había inhalado antes, deseaba empaparse en ese aroma. El olor a macho alfa, el olor de YunHo.

Go AhRa abrió suavemente los ojos, parpadeando ante la deslumbrante luz. Cuando se hubo acostumbrado a la luz, buscó con la mirada al hombre de sus sueños. YunHo estaba cerca de la puerta de la blanca habitación en la que se encontraba, a su lado había un grupo de hombres que no conocía.

Carraspeó un poco para llamar su atención. Dios, se sentía tan bien estar en el foco de atención de ese enorme macho, tanto que sentía que su libido se disparaba al tope. Ojalá y estuvieran solos ellos dos, entonces sí que le mostraría cuan agradecida estaba.

Para su desgracia, en el momento en que YunHo se movió, descubrió a otra figura. Una con la que había alucinado hasta el cansancio, haciendo que sus entrañas se retorcieran por la furia que la recorrió. JaeJoong. El maldito, estaba parado a lado de su YunHo. Si se sintiera mejor, no dudaría desollarlo y hacerse un bonito abrigo con su piel.

—Estas despierta —dijo YunHo con su masculina voz. AhRa medio sonrió. —JaeJoong ha apresurado tu proceso de sanación —dijo, mirándolo con embelesamiento. AhRa se controló, no deseaba arrancarle los ojos al maldito lobo blanco, no cuando su vida y la de YunHo dependían de complacer a un demente.

Fingiendo interés por el imbécil que miraba a su hombre como a un sabroso pedazo de carne, sonrió ladeando la cabeza de modo curioso. Años de práctica la hacían una excelente actriz.

—Él tiene, al igual que su madre, dones con los que ayuda a sanar —dijo YunHo. Ella comenzaba a odiar la forma en la que YunHo miraba al hombre y la horrible mezcla de amor y orgullo al hablar de él. Sí, ella suponía que el maldito era igual a la madre, ambos brujos que habían atrapado el corazón de YunHo. Pero eso no duraría mucho más, ella se encargaría de librar a YunHo de ese embrujo.

Cuando YunHo se acercó, la boca de AhRa se abrió con sorpresa. El exquisito aroma de YunHo estaba combinado con una esencia frutal y fresca a la que asociaba con JaeJoong. Negó con la cabeza. Seguramente era por pasar demasiado tiempo cerca del chico. Si, definitivamente era eso.

—AhRa —llamó YunHo. Y ella sintió que se elevaba al cielo de solo escuchar su nombre pronunciado por él. —AhRa, ¿recuerdas el lugar dónde estabas? —AhRa frunció el ceño, obviamente aún no captaba las palabras, se encontraba sumida en su mundo de ensueños con la voz de YunHo. —El día que desapareciste, la madre de JaeJoong estaba contigo. ¿Sabes dónde está ahora? —Y el nombre de JaeJoong pronunciado por la misma voz la trajo de regreso. ¿Qué? ¿Madre? ¡Ah, sí! La Bruja. La vieja loba ya no tendría mucho tiempo. Hoy es luna llena, hoy es su último día.

Se las arregló para no sonreír ante el destino que la loba tenía. Con suerte, podría llevarse al mocoso que buscaba y estar a tiempo para la ceremonia.

—Y-yo —comenzó, su voz raspaba su garganta. —Yo no recuerdo muy bien —dijo. Una mirada penetrante la traspasaba. Hasta ese momento no había reparado en las demás personas en la habitación, solo YunHo, el imbécil y ella. Pero, mirando hacia aquel hombre que no quitaba su vista de ella, notó que era ChangMin. AhRa se lamió los labios. Cuánto había crecido el buen ChangMin, un Alfa en todos los sentidos. El chico se había convertido en todo un buen sueño húmedo. Desgraciadamente para ella, parecía no creer nada de lo que decía. Sabía que esto podía pasar, la ágil mente de ChangMin siempre había sido un problema, ahora más que nunca, debía ser precavida y hábil si quería salir airada de esto. —Las cosas son borrosas en mi mente —dijo tomando su cabeza, como si estuviera aclarando sus ideas. —La recuerdo a ella —susurró con disculpa, mirando a JaeJoong. —Estaba en la celda a lado mío.

—¿Estabas encerrada en una prisión?

—Una mazmorra lo definiría mejor. —Go AhRa no tenía tiempo de inventarse una historia lo suficientemente creíble para ChangMin. Así que fue con lo que tenía, decir la verdad de manera conveniente era lo mejor. —Bajo tierra, húmeda y fría. Además olía horrible por las heces y orines de los prisioneros —en sus ojos mostraba la desesperación y el horror que había visto y disfrutado de los que ahí se encontraban. —Ella estaba al final de todo.

—¿Cómo escapaste? —preguntó suspicaz ChangMin. AhRa lo miró, odiándolo por dentro, pero sin dejar de verse herida, confundida y asuatada.

—E-él me sacó —susurró con temor. —Me iba a dar de alimento a sus mascotas. —Eso no era una mentira. Go AhRa sabía que así terminaría si fallaba en esta misión. —Esas cosas son de las que juegan con su alimento antes de comérselo —dijo fríamente. Había visto a los pobre imbéciles que terminaban siendo comida de serpientes y no era una visión agradable. —Yo no era la única, así que mientras jugaba huí silenciosamente.

—Pero te mordieron —dijo una voz desconocida. Un chico con aire infantil la miraba.

—Lo hacen para que su presa no se escape, pero yo no podía quedarme ahí. No podía seguir mirando y… —comenzó a llorar desconsoladamente, tirando de sus cabellos para dar un efecto más desgarrador. Al parecer funcionó porque YunHo se acercó inmediatamente a tratar de calmarla, y la mirada de ChangMin ya no era tan afilada.

Después de llorar un rato, ser sostenida por YunHo calmaba a cualquiera. —¿Puedes decirnos con claridad, dónde estaba la prisión?

—Te lo dije, bajo tierra —respondió sin mucho afán. La insistente mirada de ChangMin estaba ahí de nuevo. AhRa deseaba picarle los ojos para que dejara de verla así, sin embargo, continuó con su actuación. —No sé con exactitud. Él lo usaba como salón. Un lugar muy grande, vacío y frío. Si mi mente no me engaña, estaba al centro de la aldea. No puedo asegurarlo, yo solo quería irme de ahí lo más rápido posible.

Vio como los hermanos Alfa se miraban, intercambiando algo que ella no podía descifrar. No debía dejar que YunHo dudara de ella. —Ella era diferente —dijo, sacando su última carta. —Él siempre la iba a visitar. Hablaba de una reunión, no, ritual, el día de luna llena. Solía decir que ella se convertiría en uno con él.

Eso no era para nada una mentira. Eso sucedería hoy, y AhRa estaba más que dispuesta a ir y observar, pero, si lograba llevar a JaeJoong hasta ahí, sería lo más hermoso poder ver su cara de sufrimiento mientras desangraban a su madre.

Escuchó como comenzaron a discutir acerca de planes para ir en su búsqueda. De cómo ChangMin se negaba a que el chico con rostro infantil y otro chico de piel pálida fueran con ellos, de igual forma que YunHo negaba a JaeJoong ir rotundamente. Al final YunHo no quería oír más sobre JaeJoong aventurándose, él iría a rescatar a la madre de JaeJoong y punto. Las cosas no pintaban muy bien ahora para la loba de ojos verdes. Su única intención era ir a la casa del Alfa y llevarse al niño que estaba ahí.

—Yo puedo llevarlos —ofreció tímidamente. Todos en la habitación se giraron para verla. —T-tengo mucho miedo, pero puedo llevarlos hasta ahí. No sé explicarles el cómo llegar, sin embargo puedo mostrárselos, dado que caminaba despacio algunas cosas se quedaron en mi mente. Además, MinAh siempre fue muy amable conmigo —dijo mirando a JaeJoong. Esperaba evocar empatía en el lobo. —Ella cuidó de mí durante nuestra corta estancia, no dejaba que los guardias se acercaran a mí —susurró, dándoles a entender lo que los guardias le hubieran hecho si le ponían una mano encima. —Se lo debo —dijo, mirando a YunHo.

Trató de contener un grito de triunfo cuando YunHo asintió lentamente, por lo que solo se limitó a bajar la mirada. No podría ocultar la felicidad de haber dado otro paso en la misión. Solo quedaba sacar a YunHo de la jugada, no quería que resultara herido.

***

Esperaban en la casa del Alfa, mientras padre e hijos se reunían a discutir los detalles del rescate. JaeJoong miraba nerviosamente para todos lados. Había unos cuantos centinelas, otros más rodeaban la casa. JunSu y YooChun estaban cerca de ChangMin, sin intervenir en la discusión. JaeJoong estaba sentado en el sillón junto a Go AhRa, quien miraba la casa con particular interés.

JaeJoong estaba agradecido a que la joven loba los ayudara, a pesar de que sería un martirio regresar al lugar donde sus pesadillas nacían.

No pasaba más allá del medio día, así que si todo salía bien, YunHo y los demás estarían de regreso antes de la media noche, y con suerte, podrían ir a caminar bajo la luz de la Luna Llena. Si bien no podrían correr, podían disfrutar de la compañía de su compañero.

La reunión se estaba haciendo un poco larga, cuando la madre de YunHo bajó. La loba Alfa venía con un cachorro de la mano. UnHyea bajaba adormilado las escaleras de la mano la loba. JaeJoong saltó un poco, pero la Loba Alfa parecía haberse calmado, de hecho se le veía cariñosa con su cachorro. JaeJoong envió un agradecimiento mental a los dioses por ablandar el corazón de la loba.

—Iré a prepararle algo de comer, si no te molesta —dijo a JaeJoong. Él asintió con la cabeza. Ni siquiera se había percatado que toda la sala quedó en silencio cuando vieron a la loba con el cachorro, quizá esperaban que armara todo un jaleo, pero eso, sorprendentemente no sucedió.

Los ojos de la Loba Alfa brillaron al reconocer a una amiga. Go AhRa sonrió. JaeJoong no estaba seguro, quizá lo imagino, pero le pareció ver un brillo de malicia en la chica cuando divisó al cachorro.

—Te extrañé tanto —dijo corriendo a abrazar a la mujer mayor, quien tardó unos segundos en responder al abrazo. —Tenía tanto miedo y… y… —Go AhRa comenzó a sollozar aún fundida en el abrazo con la loba.

—Vamos te prepararé un té —dijo la madre de YunHo de manera maternal.

UnHyea siguió de la mano a la Loba Alfa y a Go AhRa. El pecho de JaeJoong se apretó un poco al verlo irse en dirección a la cocina. Su pequeño tallaba sus ojitos con sus manitas intentando despertar completamente, a veces caminando con los ojos cerrados.

JaeJoong iba a seguirlos, una extraña opresión se instaló en su pecho, pero alguien mencionaba su nombre insistentemente.

—JaeJoong —la voz del Alfa le hizo entrar de nuevo en la reunión. —¿Estás de acuerdo con esto?

¿Con qué? Se preguntó JaeJoong. No había puesto atención a nada, él solo deseaba tener a su madre a salvo.

—Solo un pequeño grupo irá —dijo YunHo con suavidad. —Tanto tú como JunSu y YooChun se quedarán aquí, bajo el resguardo de la manada. —JaeJoong estaba por reprochar cuando YunHo volvió a hablar. —Amor, me sentiré mucho más tranquilo sabiendo que tú y mi cachorro están aquí, a salvo —dijo con mucho amor en su voz.

JaeJoong tenía en la punta de la lengua miles de cosas sobre en las que él podría ayudar, quizá no era un gran guerrero como los Alfa, pero estaba lejos de ser un inútil. Sin embargo, la mirada que YunHo le brindaba derretía totalmente su corazón. Haría cualquier cosa que su pareja le pidiese, aunque eso significara esperar sentado su regreso. JaeJoong hizo una mueca en su rostro antes de asentir a regañadientes. Podía escuchar la misma discusión viniendo de ChangMin y sus parejas, pero al final el Alfa se impuso de alguna extraña forma que agrado tanto a JunSu como YooChun.

***

Tal y como él había dicho, el cachorro era algo diferente a los demás. Si bien se notaba que provenía de una línea de Alfas, también había algo de misticismo en él. No podía estar segura, pero era un hecho que el cachorro era diferente.

Escuchaba como la Loba Alfa hablaba suavemente acerca de los acontecimientos, mientras preparaba un sándwich al pequeño. Lo hacía de forma tan natural que era extraño. Había notado también algo diferente en la mujer, estaba saliendo del trance, pronto volvería a ser la antigua buena mujer compañera del Alfa.

«Puaj» pensó Go AhRa. Ella prefería a la mujer literalmente convertida en toda una Perra Alfa.  Ni hablar, no podía permitir eso. Si ella lograba recordar, entonces AhRa estaría en un muy gran problema.

Afortunadamente, había traído consigo algunas de las infusiones que solían darle cuando visitaba su casa. Había logrado convencer a su guardia de que la dejara ir su casa cuando iban de la enfermería a la casa Alfa. No había nada que un par de palabras y unos cuantos parpadeos no consiguieran. Bueno, había algunas cosas que aún no lograba conseguir, pero solo era cuestión de tiempo. Así fue como consiguió un poco de lo que traía consigo en un pequeño frasco. Mujer precavida vale por dos.

Cuando la Loba Alfa le dio la espalda, aprovechó para vaciar el contenido en su taza de té, esperando a que la mujer bebiera.

—Humm… mi té sabe raro —dijo la mujer cuando hubo probado su bebida. AhRa sabía que le había dado una cantidad mayor a la que normalmente le daban, pero no podía permitirse un error, ni tampoco tiempo.

—Son cosas tuyas —dijo mirándola a los ojos mientras ella misma bebía su te. —Ahora bebe —pronunció con un tono más de mando.

La mujer mayor le frunció un poco el ceño antes de poco a poco acatar la orden. AhRa podía ver cómo perdía el brillo en su mirada, haciéndola consciente de que la mujer, una vez más, no era más que solo un molde sin voluntad propia.

Hasta que la loba Alfa hubo terminado su bebida, fue que Go AhRa volvió a hablar. —Ahora dime, ¿qué sucedió después de que me marché?

—Descubrieron a tus padres muertos —dijo la mujer con voz monótona. —ChangMin piensa que tuviste algo que ver con la muerte de ellos y la desaparición de la Bruja.

AhRa mordió su labio inferior tratando de contener un bufido. El maldito tenía una buena mente. —¿Quiénes son los lobos que acompañan a tu hijo?

—Las parejas de ChangMin —respondió en el mismo tono. Esta vez ni siquiera trató de ocultarlo, AhRa soltó un bufido nada decente. Las parejas de un Alfa son ¿hombres? AhRa negó con la cabeza, bueno ChangMin no era asunto suyo. Una verdadera lástima porque el chico se había puesto muy, pero muy bien.

—¿Y él? —señaló con la cabeza al cachorro.

—Soy UnHyea —dijo el chiquillo con un tono insolente. —No tienes porque tratarme como si no estuviera.

Go AhRa contuvo las ganas de retorcerle el pescuezo al cachorro, pero eso sería un mal movimiento, ya que KyuBok lo pidió sin un solo rasguño. Le sonrió de manera falsa. —¿De dónde vienes pequeño? —le cuestionó usando una voz ridículamente melosa.

—No tienes que hablarme como si fuera un idiota, soy todo un cachorro grande —le respondió el niño. AhRa solo apretó las manos en un puño, conteniéndose. Espero hasta que el cachorro engulló el bocado que se había llevado a la boca.

—Bien, ¿de dónde saliste?

—De mi Omma.

—¿Quién es tu omma? —AhRa comenzaba a desesperarse.

—El lobo más bonito que hay.

AhRa inspiró fuertemente. —¿Nombre? —cuestionó con dientes apretados.

—JaeJoong —dijo, dándole otro bocado a su emparedado.

¿JaeJoong? Así que el mal nacido había engendrado por si propia cuenta. No tanto lloriqueaba ser la pareja de YunHo, como para que en la primera oportunidad se haya revolcado con una mujer. Espera, dijo ¿omma? Seguramente sería una equivocación del cachorro. Si lograba hacerle ver a YunHo que JaeJoong no era más que basura, entonces no habría necesidad de tener la “ayuda” de KyuBok.

—¿Y tu madre?

—Ya te lo dije. Mi omma es JaeJoong y está allá, en la reunión con todos esos lobos grandes —respondió sin dudar. La duda crecía en AhRa a cada palabra que el cachorro daba. —Mi appa es el lobo más grandote que hay —añadió. —Bueno, él no sabe que lo sé, pero las luces parpadeantes me lo dijeron.

¿Luces parpadeantes? ¡Oh, infiernos! ¡El cachorro era un Brujo!

«Tiene sangre muy especial» recordó que dijo KyuBok. Ahora entendía por qué lo quería. Chaman y Alfa, una mezcla nada fácil de encontrar. Chamán y Alfa. «Mi appa es el lobo más grandote que hay». Las ideas comenzaron a conectarse cual telaraña.

«¡Maldito sea! Mil veces maldito sea el lobo blanco»

UnHyea dejó de comer. De pronto se veía ansioso por retirarse de la mesa. Sus ojitos exploraban las salidas más cercanas.

—¿Qué sucede, cariño? —preguntó AhRa con voz peligrosamente dulce.

El niño la miro. —Las luces parpadeantes dicen que ¡corra! —salió desprendido de su asiento en dirección a la puerta que llevaba al salón donde sus padres.

Sin embargo, no alcanzó a llegar. Go AhRa extendió sus manos como garras, tomando por la camisa con fuerza, tapándole la boca para que ningún sonido escapara de él. A pesar de ser tan pequeño había dado un poco de batalla, pero al final, la fuerza de la loba se hizo presente. Vio como los ojos color marrón del cachorro se cerraban, hundiéndose en la inconsciencia.

Lo lanzó a la loba Alfa. —Llévatelo. Sal de la manada sin que nadie los note. A unas millas de aquí alguien los estará esperando —ordenó. —Como dato extra, te diré que ellos tienen los ojos negros, muy negros —dijo medio asustada medio burlándose de lo que le podría pasar a la mujer mayor.

Sabiendo que la loba cumpliría sus órdenes, se encaminó de regreso a la sala donde seguramente la estarían esperando. Ahora más que nunca deseaba arrancarle la piel a JaeJoong.

Sonrió cuando lo vio sentado al borde del sillón. Pronto, muy pronto comenzaría el verdadero calvario para él.