¿Has oído hablar
del Karma? También conocido por el “todo cae por su propio peso”. Así sucedió.
Una semana de
asedio fue suficiente para mi salud mental, había llegado al punto en que me
hubiese ido a las palabras, golpes, arañazos o cualquier otra cosa con tal de
cerrarles la boca a todos esos que hablaban de mí, ya ni siquiera a mis
espaldas.
La verdad es que
una parte de mi estaba agradecida por no asistir al dichoso evento, pero la
otra se encontraba sumamente preocupada por las medidas, que de seguro, Junsu
tomaría. Quizá deba llevar un chaleco antibalas, o un traje de astronauta para el lunes. Quizá… lo
mejor sea no ir…
No, no, no.
Asistiré a clases, no importa que, me he esmerado mucho para entrar a la
Escuela de Artes como para que solo lo deje pasar por un mal rato. Estoy seguro
que se aburrirán con el tiempo… espero.
Después de salir
del hospital, mamá y yo cenamos en un viejo restaurante familiar, y digo viejo
porque según mi madre estaba ahí desde que ella era estudiante. La comida es
agradable y las personas son amables. Me gusta. De alguna manera es cálido y
reconfortante, como el abrazo de Yoochun.
No pienso
demasiado en las cosas por las que estoy pasando. Lo único que me preocupa es
mi frágil cuerpo, sí, estoy demasiado delgado. Jamás le hice caso a mamá cuando
hablaba de mi aspecto físico, muy escuálido decía. Ahora lamento no haberme
inscrito en clases de defensa personal, karate, akido, taekwando o cosas así,
de esa manera no temblaría cuando me encontrase solo, con la sola idea de que
aquel tipo me encontrara de nuevo.
Miro el reloj,
demasiado tarde, pero seguro de que la fiesta estará en pleno apogeo, no es que
me interese ir, solo que ya en la seguridad de mi cama, las cosas nuevamente
vuelven a mi cabeza.
—Mañana le
preguntaré Yoona —digo, pensando en que sí le llamo, me contará santo y seña de
lo que pasó en la fiesta. Sé que Yoochun no asistió así que no me preocupo por
él. Le había enviado un mensaje diciendo que mi madre estaba bien y que no se
preocupara por nosotros.
Antes de cerrar
los ojos, mi mente trae de nuevo el recuerdo de Yunho, su aroma, su voz, sus
ojos marrones, sus brazos cálidos rodeándome… ¿tan malo es tener un amor no
correspondido? ¿Hubiese sido Junsu el que sufriría si las cosas fueran diferentes?
A lo mejor sí, pero no creo que hubiese tenido su alma tan mancillada como yo
tengo la mía, porque a pesar de que no son heridas físicas, aún así duele.
DING-DONG
El sonido del
timbre mas la luz colándose por mi ventana hace que comience a despertar.
Murmullos abajo y pisadas fuertes, no sé qué pasa, pero me siento demasiado
cansado como para levantarme. Los pasos se acercan y la puerta de mi habitación
es abierta abruptamente, giro un poco para poder ver, pero antes de hacerlo un
gran cuerpo cae sobre mí, tenso, pesado y a la vez ligero. Lo conozco.
Yoochun.
Por instinto lo
abrazo sin tratar de sacármelo de encima, a pesar de que me dificulta un poco
respirar, lo mantengo pegado a mi pecho.
—¿Porqué? —me
dice sin levantar el rostro, escondido entre las cobijas. «¿Porqué qué?» quiero decirle, pero tengo una idea de lo que se
pueda tratar. Así que solo lo sigo abrazando —¿Porqué? —vuelve a decir.
Nos mantuvimos
en esa posición y en silencio. No había nada que decir. Trataba de consolarlo,
pero ¿Qué se puede decir en situaciones como esta? Con mi brazo derecho
aferraba su espalda y con mi mano derecha acariciaba sus cabellos.
No había notado,
pero un ligero aroma a alcohol me llego, tampoco pregunte por eso, solo me
limité a abrazarlo. «Si pudiera hacer
algo para protegerte», pensé, pero en asuntos de amor no se aprende de
cabeza ajena y mucho menos de la mía.
Se soltó de mi
agarre y se metió debajo de mis cobijas, para acurrucarse de nuevo conmigo.
Pasé mis brazos de nuevo por su cuerpo. Se sentía menos tenso a comparación de
cómo llego, más tranquilo, quizá ahora me cuente que es lo que pasó.
—¿Porqué no me
enamoré de alguien como tú? —me dijo casi con un susurro. Su voz dolida me
hería también.
—Porque no
elegimos a quien amar, solo lo sentimos —digo. «Si, hubiera sido todo más fácil si Yoochun y yo nos hubiésemos
enamorado», y, sin embargo, no fue así.
Al final no me
dijo nada, nos quedamos dormidos, abrazados, aferrándonos el uno al otro, como
si de ello dependiera nuestra cordura. Y, de algún modo, así lo es.
* * *
El fin de semana
paso muy rápido, ni siquiera le llamé a Yoona para que me contara, o advirtiera
en todo caso, lo que pudiese encontrarme hoy. Me levanto, sin muchas ganas de
asistir. Me mentalizo para escuchar insultos, ser tolerante, y no estar solo ni
por error y cosas así.
Suelto un
suspiro. Estoy en la entrada a la Escuela. «Tranquilo,
todo estará bien» me digo. Con esa idea me adentro a lo que pienso será mi
sala de torturas.
Para mi
tranquilidad nada sucede. Las miradas se levantan cuando paso, pero al momento
de cruzarse con la mía, bajan, como si estuvieran apenados por algo. No hay
susurros lastimosos, ni palabras malintencionadas, incluso veo alguno que otro
esbozo de sonrisa.
Frunzo el ceño
cada vez más angustiado, cada que doy un paso más cerca del aula, este tipo de
comportamiento se va acentuando.
«¿Qué diablos?» Pienso. Por mi mente
viajan las mil y un posibilidades de lo que pudo pasar. ¿Sería Junsu tan perra
como para echarme otra jugarreta por no asistir a la dichosa fiesta? Respuesta,
sí, definitivamente.
La pasividad con
la que se presentan las cosas es algo que me hiela los huesos, no sé qué clase
de artimaña utilizará ahora. Por más que lo jure, no me creerá, pero yo no
planeé las cosas, Yunho y yo fuimos asignados al mismo equipo sin ningún truco.
¿Podrá alguien creerme?
Mi presencia en
el aula hace girar a todos, si antes me era incómodo que todos me miraran
aunque sea de reojo para soltar alguno que otro improperio, esto es estremecedor. Las miradas fijas en
cada uno de mis movimientos me ponen nervioso, pero nadie dice nada. Al llegar
a mi sitio de nuevo los cuchicheos comienzan.
“Creo que no fue
así”.
“Hemos juzgado
mal”.
“Pobre”.
“Sí, yo lo vi.
No me dejaré engañar de nuevo”.
Comentarios de
ese tipo comenzaron a llenar mis oídos, a pesar de ser simples susurros, pude darme
cuenta que ese aire de hostilidad se había ido. No estaba seguro de lo que
pasaba, pero agradecía que este lapsus de paz, aunque una parte de mi decía que
no duraría demasiado y que me preparara.
—Jaejoong —llamaron.
Abrí los ojos. Frente a mí, dos chicas, a las que reconocí como las derrama-frappeés.
—Hemos decido darte una oportunidad para la versión de los hechos. — «¿pero qué diantres?» La ira poco a
poco me fue inundando. Sí, había pedido que alguien escuchara mi versión, pero
la actitud de estas señoritas era de lo más hipócrita posible.
—¿Para qué?
¿Acaso importa ahora? —la ironía en mi voz fue bastante clara.
—Es solo que,
tal vez nos manipularon.
—¿Intentan
disculparse? No creen que es demasiado tarde.
—¡Oh! No te
equivoques querido. Sigues sin
agradarnos. Seguimos creyendo que eres solo una mosquita muerta. El tiempo nos
dará la razón algún día. De momento nuestros asuntos nos conciernen a algo más.
Las mire
atónito. A pesar de que muchos nos miraban y las duras palabras que expresaban,
su voz era suave y baja, por lo que solo los más cercanos pudiesen escuchar
algo.
—Ya se los he
dicho. Yo no manipule al profesor para que me colocara junto a Yunho. No lo
estoy acosando. El hecho de que él y yo llevemos casi todas las materias
juntos, se debe a que… —me cayó, porque lo que sigue me dolerá —se debe a que
éramos amigos.
—¿Eran? —parecían
confundidas.
—Nosotros nos
conocimos durante el semestre pasado. De hecho yo se lo presenté a Junsu. —Y me
arrepiento a cada momento que pasa. —Durante las vacaciones nos pusimos de
acuerdo para acoplar nuestras materias. Yo no supe que salía con Junsu hasta
una semana antes de ingresar. Y desde ahí me he mantenido al margen.
Ahora ya no me
importa si me creen o no, ya he relatado mi versión de los hechos lo bastante
alto para que los curiosos también lo escuchasen, y lo que les haya dicho Junsu
ya no me interesa.
—Supongo que
pudo ser así —dijo una.
—No hay
necesidad de seguir hablando, ya se encargaran de él —le contestó la otra,
mientras yo no tenía de idea de lo que estaban hablando. Rogaba porque no fuera
yo, ya bastante tenía con el bullying que me hacían. —Te diré algo mosquita —utilizó
un tono aún más dulce para dirigirse a mí. «Tan
linda la desgraciada». —Será mejor que cuides a tu amigo, no querrás verlo
con uno ojo morado.
Entrecierro
tanto los ojos que seguramente ahora tengo una uniceja.
—¿No lo sabes?
—¿Debo saber
algo? —preguntó con un todo indiferente, pero por dentro comienzo a sentir esa
expectación que raya en el miedo.
—Quizá ahora si
puedas conquistar al macho de Yunho. Ahora que la perrita de Ju nsu le puso el
cuerno…
—En su propia
cara —terminó la otra.
«¡¿Qué?!» A ver, más despacio. ¿Junsu
engaño a Yunho? «Naaahh, seguro es una
artimaña». Aunque si ellos dos ya no están juntos… como sea, eso no es mi
problema. No soy un ofrecido que va a ir con Yunho a consolarlo. Sé que todos
esperan eso, lo puedo ver en sus ojos. Y, sin embargo, yo no tengo deseos de ir
a su lado, me duele que esté herido, pero me duelen aún más mis heridas.
Un alboroto se
comienza a armar afuera. La mayoría de los alumnos salen apresuradamente para
ver qué sucede. Me quedo en mi sitio, mirando hacia la ventana, no me interesa
saber.
—¡Vete! —escucho.
Sería imposible no hacerlo cuando lo gritaron. —¡Entiende que no quiero verte! —Algo
en mi mente comienza a reaccionar.
—Pe-ero…
—¡Largo! —vocifera
de nuevo. Esa voz es de Yunho.
Miro sorprendido
hacia la puerta, los alumnos aglomerados ahí me impiden ver el espectáculo que
se está armando. Un segundo después, confirmo lo que ya sabía.
Yunho entra
fúrico, empujando a dos o tres que se quejaron débilmente, pero no le dijeron
nada. Y quien lo haría si se veía de temer.
Nuestros ojos se
encuentran. Puedo notar en su mirada algo de dolor, pero la aparta rápidamente.
No se me acerca, ni dice nada, así que tampoco lo hago. Solo miro su espalda,
intentado descifrar lo que le pudo haber sucedido.
El silencio es
sepulcral cuando mi amigo hace acto de presencia. Le echa una rápida mirada a Yunho,
quien sigue mirando fijamente hacia el frente, y se coloca a un lado mío. No
dice nada tampoco, pero sé que algo anda mal.
Escasos segundos
fueron los que pasaron cuando el abrupto sonido de la banca arrastrándose hizo
girar mi atención.
La furiosa
mirada de Yunho parecía que estaba a punto de lanzar rayos laser a mi amigo,
quien le sostenía la mirada en un gesto plenamente retador. Este comportamiento
lo he visto mucho últimamente, Yoochun parece pólvora, que, con una poca
chispa, prende. Pero esta vez es al revés, Yunho es quien quiere arrancarle la
cabeza a Yoochun.
Los segundos
transcurren lento, como si el más mínimo movimiento pudiera alertar a las
fieras que dentro de ellos habitan. La relativa paz con la que transcurren
puede ser cortada con una sola respiración ajada.
—¡Yunho! —Para
bien, o para mal, Junsu, en la puerta del aula lo llamaba. Su rostro se veía
desmejorado, desesperado y a la vez suplicante. Los tres lo miramos. Yunho con
molestia, fastidio y quizá algo de dolor, Yoochun con anhelo y reproche, yo con
curiosidad y rencor. «¡Vaya! ¡Qué bonito
cuadro!» pensó con ironía alguna parte de mi cerebro. —Por... por favor —su
voz trémula me hizo consciente de un Junsu que no conozco, aunque igual todo
puede ser solo una fachada.
—No quiero verte
—le dijo apretando los dientes. Sus ojos y sus palabras reflejaban la ira que
tenía. Noté como Junsu temblaba, no sé si por dolor, miedo o impotencia, quizá
era una mezcla de los tres y algo más, tal vez, arrepentimiento.
De tanto
mirarlo, su vista se giró hacia mí, cambiando por completo, una ola de rabia se
desprendía de ella, como si yo fuera la culpa de todas sus desgracias. «Oh no» eso no era bueno, las represarías
serán temibles.
A pesar de todo,
Junsu dejo de mirarme y concentró toda su atención en Yunho.
—Por favor… solo
deja que te explique… —rogó una vez más.
—¿Qué quieres
explicarme?
—Yo…
—Solo lárgate —lo
interrumpió. Al ver que el chico no se movía, fue el propio Yunho quien tomo
sus cosas y salió del lugar, con Junsu apresurado detrás de él.
A mi lado Yoochun
parecía querer ir tras ellos, su mano en puño apretaba fuertemente hasta que
los nudillos se le pusieron blancos, su rostro, una mezcla de dolor e ira. «¿De qué rayos me perdí?»
Como de
costumbre, tome el puño que formaba su mano, logrando tranquilizarlo poco a
poco, pero no lo suficiente. Lo conozco, se que dentro de su cabeza está
preocupado, se que en cuanto me de vuelta saldrá corriendo detrás de ellos para
asegurarse de que Junsu está bien, aún si eso le cuesta un corazón sangrante.
—Ve —le digo,
mientras recargo mi cabeza sobre su hombro. Gira su mirada hacia mí, confusa
por mis palabras. —Ve —le repito. —No tiene caso que te quedes aquí cuando tu
mente y corazón quieren estar allá… solo… solo… —«Solo no te metas en sus asuntos» quise decir, pero quién era yo
para decir eso si yo mismo quería hacerlo. —Mejor vamos —admití.
…
….
Buscamos por un
rato, cuando a lo lejos vislumbramos una penosa escena: Junsu en un mar de
lágrimas, suplicaba a Yunho que no lo dejara, que él lo amaba aunque no le
creyese, que había sido un error, que había ingerido más alcohol del que podía
controlar y, que en su afán por llamar su atención se enredo con lo primero que
paso.
Esas últimas
palabras confirmaron los rumores, Junsu le había puesto el cuerno a Yunho en su
propia nariz. De reojo vi como Yoochun mordía su labio, mientras su rostro se
desfiguraba con la frialdad con las que Junsu hablaba de su acompañante de aquella
noche y la forma en la que se avasallaba rogando el perdón de un hombre, que
según él, no lo amaba.
Yo solo podía
ver el dolor en ambos, me refiero a Yoochun y a Yunho. Junsu, la verdad, no me
importaba, sí, suena cruel, pero es la verdad, él no merece mi compasión, o eso
pensaba…
Yunho se sentía
humillado, herido y colérico. Cuando Junsu trato de tocarlo, este se alejó
inmediatamente y de forma brusca, causando que el otro aterrizara directamente
al pasto. Yoochun quiso saltarle a Yunho por maltratar a Junsu, pero sostuve su
mano y moví la cabeza de un lado al otro en forma negativa: No te metas.
Ese es un asunto de dos, no
tres ni de cuatro.
Para cuando
volvimos nuestra atención a la pareja, Yunho ya se estaba alejando, Junsu sollozaba abrazando sus rodillas. Sí, sentí una pizca de pena por él, al verlo
en tan lamentable estado.
Mientras Yoochun
corría a su lado, yo tenía la vista fija en la espalda de Yunho. Ese hombre que
había perdido gran parte de su orgullo al verse traicionado por su pareja
frente a lo que supongo la gran mayoría, y que ahora enfrentaba las burlas de
los más audaces, los cuales levantaban las manos para ponerse cuernos en la
cabeza, imitando a un toro o venado.
—¡Es tu culpa! —gritó
atrayendo mi atención. Yoochun trataba de acercarse a Junsu, suavemente estiraba
el brazo para alcanzarlo y levantarlo del suelo. —¡Es tu culpa! —gimoteaba. Los
ojos llorosos de Yoochun me indicaban que estaba herido, las palabras de Junsu
lo lastimaban en demasía y el mismo dolor del chico le calaba hondo, podía
verlo, mi amigo no solo sufría su propia pena, sino también la de Junsu. Fue en
ese momento en que me di cuenta de la magnitud de los sentimientos de Yoochun. —Sí
yo… sí yo… si no hubiese escuchado… si tan solo lo te hubieras aparecido, nada
de esto hubiera pasado…
Esas palabras
terminaron por matar el corazón de Yoochun, casi podría jurar que lo escuche
romperse, y, sin embargo, él solo respiró fuertemente y continuó con su tarea
de levantar a Junsu.
—Di-i-i-le a Yu-un-ho-o…
—sollozaba ya de pie —dile… di-i-le que-e y-y-o lo a-mo… —Se detuvo y lo miró
con sus llorosos ojos, pidiéndole cosas que seguramente solo romperían más a la
persona que lo sostenía. —Yo-o no-o qui-se en-ga-a-ñaar-lo —lo decía de tal
forma que no me quedaba duda, Junsu había cometido un error del que se estaba
arrepintiendo. Y aunque una parte de mí se sentía extremadamente feliz que
sería capaz de bailar y decir «Te mereces
eso y más por perra», mi conciencia apelaba más a mi buena voluntad,
sintiendo cierta empatía por aquel miserable ser.
—No, tu no
querías hacerlo… —los ojos de Yoochun lo miraban con dolor, mientras que mi
ceño se fruncía. —Yo le diré que tú lo amas y que lo nuestro solo fue un error.
Aquello no sé a
quién le dolió más, sí a mí o a él que estaba negando todos sus sentimientos
por aquel miserable, que nada se merecía. Sí, Yoochun era con quien Junsu había
estado, aquel con el que engaño a Yunho.
10 comentarios:
Aparto!!
Ay! De alguna manera retorcida, esto me encanta, Yoochun sufriendo por Junsu jujujuju.
Y Junsu, qué rayos tenía en la cabeza para engañar a Yunho?, no me causa lastima su sufrimiento, creo que lo tiene merecido, osea tanto se esmeró en conseguir a Yunho y causarle todo ese daño a Jae y lo arruina de esa manera.
Y Yunho está herido en su orgullo tengo que admitir que también lo tiene merecido me gustaría que le costara un poco recuperar a Jae!
Por favor actualiza pronto!
oh no pobre de yoochun este junsu si que es malo y no merece el amor de yoochun ni de yunho
sabia que jae estaba enamorado de yunho y se metió asta conseguir quedárselo y ahora quiere que yoochun arregle lo que el mismo provoco con sus cascos ligeros no vale la pena arreglar las cosas por el no se lo merece y yunho tiene lo que se merece por salir con junsu
el pobre de jae y yoochun sufren por culpa de junsu y aun así quiere este que yoochun le arregle su relación con yunho pues se pasa de descarado el tiene lo que se busco y que se quede sin yunho por loco
Ahora si que quiero matar a Junsu, como se le ocurre lastimar de esa manera a Yoochun, por otro lado quisiera que Jae y Yoochun estuvieran juntos, siempre preferí mas el yunaje pero es que estos me sacan de quicio Yunho y Junsu merecen una muy buena lección, el cap esta genial esperare el proximo gracias bye
tremendo. esto se pone tremendo. ahora resulta por lo que entendí, que Yoochum sí fue a la fiesta y se pegó un lote con Junsu y los vió Yunho.
y no era que Yoochum no iba a ir'?? y cómo convenció a Junsu de estar con él si Junsu es un manipulador y solo quería estar con Yunho??
ahora vendrá la condena general y le harán bullying no solo a Jae sino también a Yoochum.
esta historia más que yunjae parece, Jaesu porque Yunho no aparece casi nada en los capítulos, y cuando lo hace es por unas líneas y no se hace conocer qué piensa y qué siente.
me atrapa seguir leyendo y leyendo, quiero saber más de esta historia. gracias por actualizarla.
Serio que todo cae por su pripio peso,junsu engaño a yunho con yoochun me temía que el fuera con quien lo engaño, lo temía por yoochun porque al fin y al cabo es él quien resulta más lastimado,junsu en vez de pensar que ama a yunho siento que esta obsesinado con él nada más, y yunho su actitud se ve dolida, realmente ama a junsu? Es doloroso porque jae dio todo de sí oara con él y no lo supo apreciar, todo se centra en junsu y nadie se da cuenta que quien resulta más lastimado aqui es jae,junsu lo mete em chismes, ve a yunho su gran amor y a su mejor amigo sufrir por la misma persona,jae deberia dejar atras todo y buscar la felicidad que merece ;_;. Gracias por el capítulo, esta historia me tiene mal,espero por el sig. Capítulo!
NOOOOOOOO Junsu no se merece el amor de Yoochun, como puede ser tan maldito, tan hipócrita, tal cruel con Yoochun y con Jae....aaaaaaaaaaaaa
Junsu te odio u.u no puedo creer que todavia culpes a Jaejoong de tus estupideces! Y peor aún, lastimes así el pobre corazón de Chunnie ¬¬ espero que termines SOLO! sin Yunho y sin el amor de Yoochun -0- he dicho!
Y tu mi Jaejoong... deberías enamorarte de Chunnie, Yunho es un tonto manipulable que no sabe lo que quiere!
Agagabahsushiajshzjah mantengo la esperanza de que al menos en este fic, haya un poco de SoulMate ;3;
Ya vez Junsu todo por su propio peso cae, y tu caíste por mentiroso, venenoso, etc., y Yunho muy ofendido, si el también falló a Jae... Aishh eso se merecen y más...
Gracias
Pues Jae habrá sentido algo de lástima pero yo no. ...yo disfrute de ello.. .se lo merece.. .lo que me duele es que aún lastime a Yoochun.. .o Chunnie de ja de sufrir por esa. ..persona. ..no te merece.. .no es merecedora ni de tu vista. ..
Y Yunho.. .me alegra que Junsu lo halla humillado. ..Santa lo que el JJ y YC sufrieron al verlos comerce la boca y sus insistentes muestras de afecto en su cara.. .como si se los embarraran como pastel.. ..ja! Yo estoy feliz por eso.. .la ciencia de nuevo no me defraudo..
Solo espero que Jae no vaya con Yunho.. .no se lo merece.. ..
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