—¿YunHo? —le hablaban,
pero su mente estaba lo bastante lejos para atender. —¡YunHo! —exclamaron en un
tono más alto y demasiado chillón para su gusto, lo que lo hizo volver su
atención a la persona que le estaba hablando.
—Disculpa, no te escuché —dijo
suavemente.
—¡Sí! ¡Ya lo noté! —Ni la
coqueta sonrisa que YunHo le dio, sirvió para apaciguar su furia. —Llevo horas
hablándote —dijo en un tono frío, haciendo hincapié en la palabra horas.
—Lo siento BoA. De verdad.
Mi mente se quedó atascada en otros asuntos. —No le pensaba decir que su mente
se encontraba reviviendo cada momento que había sostenido a JaeJoong entre sus
brazos, su envolvente aroma, su belleza, su fragilidad, todo en el gritaba como
llamando su atención.
Se había quedado
preocupado por el chico, pero no le habían dejado acompañarlo. En cuanto lo
colocó en el sillón, su teléfono comenzó a sonar. BoA ya lo estaba esperando.
Había salido con el tiempo justo de la oficina, pero se entretuvo con Bichito y
aún más con la madre de este. Su prometida solía ser muy paciente, pero en
cuestiones de puntualidad era todo un ogro.
—Ese de ahí es tu pedido. —Le
había dicho el chico de las pronunciado trasero, indicándole con un gesto de su
cabeza el gran ramo de flores rosas que había pedido. Su cuerpo se negaba a
alejarse del agradable calor que desprendía el joven, de hecho aún le seguía
tomando la mano. A lo lejos escucho las sirenas de la ambulancia, su teléfono
sonando exigiéndole su presencia en otro lugar.
—Debes irte —hablo de
nuevo el chico. —Alguien está esperando por ti.
Así que sin más tomo las
flores y salió sintiendo que una parte muy grande de él se quedaba en ese
lugar. Le partió el corazón escuchar al pequeño Bichito llorar por su omma,
pedirle que se levantara, y estuvo a punto de correr a él de no ser por una
señora de edad que le pidió retirarse, mientras tomaba al niño en sus brazos.
El impulso de arrebatarle al niño y tomar el cuerpo inconsciente de JaeJoong y
llevárselos lo sacudió. Pero, ¿quién era él en esta historia? Solo un
desconocido presenciando el sufrimiento de una familia.
Su pecho aún se desgarraba
por estar con ellos en lugar de estar sentado en ese fino restaurante,
compartiendo una deliciosa cena con su prometida. Su prometida…
Cada vez que la veía no
podía negar que era una belleza, una muy buena mujer, y ni así podía enamorarse
de ella. La conocía de hace cuatro años, su madre se la había presentado. Hija
de un gran inversionista, educada, era perfecta para ser su compañera, pero a
él le seguía faltando algo.
—¿Qué es lo que sucede YunHo?
Sabes que puedes contármelo todo. —Dijo mientras tomaba su mano sobre la mesa. —Siempre
he querido saber lo que piensas YunHo, sabes que te amo, pero siento que no me
dejas entrar a tu vida, que hay una barrera invisible entre nosotros. —Lo miró
a los ojos tratando de buscar algo que él no podía darle, por lo menos no en
ese momento. —Confía en mí.
—Yo… —YunHo se rendía ante
las palabras de BoA, de verdad quería amarla, ella se lo ganaba, pero su
corazón se negaba, estaba como reforzado con mil candados para que solo aquella
persona con la llave lo abriera. Ese era el principal problema ¿dónde estaba
esa persona que no lo dejaba amar como debería a la mujer que tenía frente
suyo? —Cuando pase a la florería… —¿Debía contarle aquello? Eso era lo que le
preocupaba, pero las razones por las que le preocupaba el asunto no eran
normales. Ella solo lo miraba fijamente, aguardando para que él continuara. —¿Recuerdas
al niño del parque? —Ella frunció el ceño, obviamente confundida, pero asintió.
—Bueno, hoy lo volví a ver… resulta que él estaba donde compre las flores.
—Entiendo. ¿Qué pasa con
él?
—Ahh… yo… su… su madre
sufrió un colapso mientras estaba ahí. Me preocupa porque el niño es muy
pequeño y lloraba desconsoladamente por su
madre. No sé, creo que mirar esa escena mi hizo muy consciente de mi
familia. —No era una mentira, pero tampoco era la verdadera razón. —Además me
quede inquieto por lo del pequeño.
—No debes apurarte YunHo.
Seguramente el padre del niño estará con ellos.
YunHo omitió el hecho de
que Bichito no tenía padre y que además su madre trabajaba en la florería.
Tenía el pequeño presentimiento de que si lo comentaba sería la última vez que
los viera.
—Sí. Tienes razón —sonrió.
Aunque la idea de alguien más con el omma de Bichito carcomía sus entrañas a
pesar de solo haberlo visto una vez.
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Extrañamente los días
pasaban demasiado lento para el gusto de YunHo, la necesidad de presentarse en
la florería se hacía cada vez más grande, pero no podía llegar al lugar sin un
buen motivo, lo que lo llevaría a comprar flores, lo cual le llevaría a una
cita con BoA y eso no era exactamente lo que él quería. No, él quería pasar el
rato escuchando la suave voz de la madre del niño, sosteniendo su frágil
cuerpo, pasando la mano por su suave piel… ni que hablar de sus labios…
—¡Demonios! —gritó una vez
más a la nada. Desde ese día su mente estaba hecha un caos, no, su mente
siempre ha sido una bruma blanquecina, siempre dejándose llevar por la corriente,
pero que irónicamente, solo con ellos se siente correcto.
—¿Por qué gritas? —ChangMin
entraba a la oficina sin tocar. Llevaba como de costumbre unos papeles para
firmar.
—Nada… —respondió
apretando los dientes.
—Humm, que bueno que no es
nada. Ya me imagino si de verdad pasara algo —el sarcasmo en su voz hizo que YunHo
pusiera los ojos en blanco.
—Solo me pregunto ¿por qué
no puedo amarla? ¿Por qué mi vida se ha vuelto un caos desde que lo conocí?
—Respondiendo a tu primer
pregunta: porque nadie fuerza el corazón. En cuanto a la segunda, si me hablas
más de ello seguro podríamos comunicarnos.
Lo miró detenidamente,
sopesando la idea de confiar en él. No es que no confíe, pero sentía que esto
era un sentimiento muy confuso como para compartirlo, pero aún así se aventuró.
—Conocí a alguien —la
mirada en los ojos de su primo brillo con curiosidad —bueno, no exactamente
conocer, pero… verás, durante mucho tiempo he tenido sueños, sueños donde sé
que tengo algo que al despertar no está, dejándome esa sensación de vacío.
ChangMin arqueaba la ceja
incrédulamente, más guardaba silencio en espera de que su primo continuara, no
siempre se abría con las personas, de hecho ChangMin creía que una parte de su
primo se había perdido en aquel accidente que tuvo hace cinco años. Si bien
habían pasado una temporada sin verse, recordaba los brillantes ojos castaños
de su primo y mejor amigo, recordaba la fuerza de voluntad que lo caracterizaba
y sobre todo aquella fe inquebrantable para creer en sí mismo y llevar sus
ideales por delante de todo.
Había recibido una llamada
de emergencia desde Corea, él y su familia se encontraban en París por trabajo
de la familia y claro porque lo educaban en uno de los mejores colegios de
allí. ChangMin hubiese preferido continuar su educación al lado de su primo,
pero siendo YunHo el principal heredero, hacían de todo para protegerlos, o eso
les hacían creer. ChangMin y YunHo habían llegado a creer que vivían en una
hermosa jaula de oro, donde había un gran laberinto, también de oro, donde les
indicaban que rumbo seguir, qué hacer y qué decir. Por eso ChangMin siempre
había admirado a YunHo, su forma de ver las cosas y su increíble capacidad para
modificar el camino impuesto por su familia. Pero eso cambio, con solo una
llamada.
Cuando lo volvió a ver, su
primo ya no tenía ese brillo en la mirada, al principio pensó que era a causa
del accidente y que con el tiempo su estado de ánimo regresaría, pero no fue
así. Su brillo jamás regresó. Así como tampoco ese carácter desafiante de las
leyes familiares, ahora simplemente las acataba sin chistar. ¿Dónde se había
quedado aquel YunHo? ChangMin aún se lo preguntaba muchas veces, pero se había
acostumbrado a tratar a este, siguiendo a su lado como cuando niños.
—No pienses que estoy
loco, es solo que siento que me falta algo. Quizá si estoy un poco mal.
—¿Por qué no tomas un
descanso? Siento que este tema de que te falta algo que no sabes que es ya lo
habíamos hablado. Creo que necesitas un descanso.
—Sí, y recuerdo claramente
que la vez anterior me mandaste con BoA a una cita. No me mal interpretes su
compañía es buena, pero…
—Ella no es lo que
necesitas —declaró ChangMin por él.
—Si —respondió con pesar. —BoA
es la mujer perfecta para mí, pero no puedo quererla. —Se cubrió la cara con
las manos y continuó: —En mis sueños hay alguien conmigo, unos delgados brazos
blancos que me sujetan por detrás y una suave voz que me arrulla. En ellos me
siento tranquilo, completo.
—Quizá seas vidente —le
dijo con escepticismo. Cuando el otro lo miró de manera que si las miradas
mataran él ya estaría muerto, con un tono más bajo y tranquilo dijo: —A lo
mejor es porque estás por conocer a alguien.
La mente de YunHo trajo de
inmediato la imagen de JaeJoong, su cálido cuerpo en sus brazos, su belleza, su
aroma… e inmediatamente se sintió enfermo, como siempre que le recordaba, ¿cómo
era posible sentirse así por un hombre desmayado? YunHo no lo sabía pero tenía
que sacárselo de la cabeza de una vez por todas.
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Le había tomado la palabra
a su primo, había huido, literalmente, de su trabajo, y ahora se encontraba
vagando por las calles de la ciudad.
Se pasmaba de haber vivido
tanto tiempo dentro de un muro de cristales y no admirar la belleza que a su
alrededor se expandía. Desde la moderna arquitectura, con sus altos edificios
llenos de tecnología y luces por las noches, que ofrecían más de un espectáculo
agradable a la vista, hasta las casas adoquinadas de los barrios francos por
los que ahora caminaba.
Sus pies lo habían llevado
a una calle con varias casas bonitas y sencillas, donde a través de las rejas
podías ver en pequeño césped que la señora de la casa cuidaba con afán, a los
espontáneos vitrales que algunas poseían en la puerta de entrada. Sin duda era
un buen lugar donde vivir, donde poder criar a una familia sin la exageración
que el lujo y el dinero generaba.
Comparaba su enorme
mansión del otro lado de la ciudad, con su extenso jardín lleno de flores que
él ni siquiera conocía, que jamás se había atrevido a contemplar con detalle,
porque no le había nacido la curiosidad. Su madre pagaba al jardinero para
tenerlo así, por eso supuso que así debían ser las cosas. Pero sentía que en
este lugar, la señora que mantenía su pequeño jardín vivaracho le daba un
enfoque totalmente diferente. Su mansión contaba con todo tipo de servicios,
una alberca que regulaba el agua, un gran garaje donde tenía sus autos de
colección y un muchísimas habitaciones, tan solo para la familia y sus
invitados, ya que el servicio poseía una pequeña ala alejada de los dormitorios
principales.
A pesar de que el personal
de servicio eran buenas personas, su madre siempre le dijo que no debía
relacionarse con cierto tipo de personas, por lo que su único amigo fue ChangMin,
pero cuando se lo llevaron lejos, sólo se quedó con el viejo Basset-Hound que
tenían, ese perro le gustaba a pesar de ya no querer levantarse para correr,
solo lo miraba desde su sitio con su gran papada grande y color arena, tenía la
cabeza con orejas caídas, su vientre rasante, lento, pero con un potente ladrido.
Y a pesar de todas las
restricciones de su madre, la servidumbre era su única compañía, compartían
secretos a escondidas que solo su viejo perro sabía, así fue como él logró
crecer de buena manera, comportándose como un buen chico no porque su madre así
lo esperara, sino por las mismas personas que le habían acompañado durante su
vida.
Ahora las recordaba, a
pesar de que había pasado el tiempo, Haha, la señora de edad que fungió en su
vida como madre y abuela, falleció poco antes que él fuera trasladado a uno de
sus muchos internados. Sophie y Dean, no soportaron estar sin ella y se
marcharon para hacer su vida juntos, lejos de la tiranía de su madre. Lo mismo
pasó con muchas otras personas que se mantenían en esa casa sólo por Haha y por
él, pero sin ninguno de los dos, no había motivos para quedarse, por lo que el
personal fue reemplazado, o es reemplazado constantemente. Pocos son los que
toleran el carácter de su madre.
YunHo se preguntaba ¿por
qué eran tan distintos? Seguro estaba que su madre tenía calidez dentro de su
corazón, pero no podía imaginar que le había pasado para cambiar tan
radicalmente y convertirse en lo que ahora es.
Tan sumido en sus
pensamientos estaba que no se dio cuenta de a dónde lo llevaban sus pies, sin
saberlo había terminado frente a un edificio un poco destartalado, pero que no
estaba en animosidad con el barrio en el que se encontraba. Parecía cálido y
acogedor, del tipo que tendría una pareja soltera o un soltero, a pesar de
todo, tenía ese toque hogareño que a él le faltaba desde que Haha había dejado
este mundo.
PLAP
Un golpe en su cabeza lo
sacó de sus pensamientos.
—¡KYIAAA!
Un grito chillón lo hizo
girarse a la reja donde estaba parado. Un niño pequeño con un mandil a cuadros,
muy común en los niños de preescolar, haciendo pucheritos le miraba con sus
ojos castaños llorosos, y con su cabello, igual de negro que la noche,
totalmente alborotado. Increíblemente su piel era tan blanca como la leche, en
definitiva, aquel niño era un verdadero muñequito viviente.
«Se vería mejor si sonriera». Ese pensamiento cruzó por la mente
de YunHo antes de reaccionar. ¡Conocía a ese niño!
—Bichito —susurro
roncamente YunHo. El niño que en este momento se tallaba con sus manitas, era
la viva imagen de la ternura.
Sorbiéndose la nariz dijo:
—Ososozo.
Era increíble como el niño
lo reconocía más rápido que él. Sentía ese vibrante deseo de tomar entre sus
brazos al pequeño y protegerlo de todo y contra todos, de evitar que sus
lágrimas volviesen a caer por sus mejillas porque sentía que una parte de su
alma se desgarraba de dolor y moría con cada una de ellas.
—Bichito ¿por qué lloras? —le
preguntó desde el otro lado de la reja. Acercándose hasta tomarla entre sus
manos.
—Mi pelota. Ososozo, mi
pelota. —Decía señalando hacia afuera, donde yacía un pedazo de plástico
desinflado.
—¡Oh! No te preocupes. Te
compraré otra.
—¿De verdad? —sí, por la
sonrisa radiante de el niño, le compraría mil y un pelotas si fuera necesario.
—Sí. —Le sonrió,
contagiándose rápidamente de la felicidad del chiquillo al saberse poseedor de
una nueva pelota próximamente.
—¡Bichito! —el grito de
una mujer mayor resonó por detrás de él.
Una señora de poco más de medio
siglo los miraba ceñuda desde la puerta de entrada. —Bichito que te he dicho acerca
de hablar con extraños —le reprendió con suavidad.
—Abuedita, este es Ososozo,
no es estaño.
—Disculpe Señora, soy YunHo
—dijo con su voz profunda.
Por un momento los ojos de
la señora se abrieron tanto que creyó que saldrían de sus párpados. La vio
respirar profundo, pareciera que le fuese a dar un paro cardiaco, y entonces se
preocupo, pero asombrándolo, la señora dio un suspiro aún más fuerte, cerró los
ojos y murmuró algo que le sonó a: «Ahora
ya entiendo qué fue lo que lo impresionó tanto».
Carraspeó. —Bien, Sr. YunHo.
—Le dijo con un tono un poco duro. —Le aconsejo que se vaya de aquí, no es
bueno que lo vean merodeando a un chiquillo que conoció en un parque. —La
sorpresa se hizo presente en su cara, por lo que la señora continuó: —Sí,
señor, se bien que conoció a mi pequeño en una situación muy peculiar y
agradezco infinitamente que lo haya regresado a los brazos de su madre sano y
salvo, pero me temo que no puedo dejarlo pasar hasta que él no autorice que
puede visitar a su pequeño.
No era que la Sra. Go no
quisiera que aquel buen hombre entablara una relación con el chiquillo, no, lo
que temía era por la madre, JaeJoong se había desmayado después de ver al
Ososozo, así se lo había hecho saber Bichito, ahora entendía por qué. No podría
asegurarlo, pero si su memoria no le fallaba aquel hombre era muy parecido al
difunto padre del niño, con su porte alto y gallado, y esos ojos castaños que
parecían ver más allá de lo que los demás veían. Sí, definitivamente aquello
había llevado a su dulce protegido al colapso.
—Le aseguro señora que no
soy mala persona y que no estoy tratando de hacer ningún mal a este niño, solo
quiero jugar con él un poco.
«Woho». Se acababa de descartar él mismo. Esas palabras habían
sonado tan raras que harían a cualquiera dudar. O eso creía él. Pero la verdad
era que solo quería pasar un poco de su tiempo con el niño, sin saber cómo
había llegado hasta la puerta de su casa, sin duda debía ser el destino que lo
estaba poniendo en su camino. Y sin vacilación podría afirmar que eso es parte
de lo que le falta, de ese algo con lo que sueña cada noche.
—Discúlpeme señora, pero
es que siento que este niño se parece tanto a mí, que de alguna forma quisiera
protegerlo, cuidarlo y guiarlo. Quizá es porque no soy padre, pero algún día
espero serlo y me gustaría que mi hijo fuera como este chiquillo.
La señora le sonrió, al
parecer sus sinceras palabras la habían convenido que terminó por abrirle las
puertas de la reja, para que pudiera abrazar al pequeño Bichito que apenas lo
vio traspasar el portón se lanzó a sus brazos para que éste lo levantara al
aire.
Como siempre que pasaba
cuando hacía eso, chillidos de felicidad estallaban por todo el lugar, haciendo
sonreír a todos con él, incluso los transeúntes que pasaban por ahí.
Sin notarlo el tiempo
transcurrió muy rápido al lado del pequeño, aunque se sentía muy cansado
también era un hecho que su corazón desbordaba de alegría al ver cómo el
pequeño poco a poco se dormía en sus brazos.
“Tum-tum”. Su corazón tamborileaba al ver la cara del niño en sus
brazos, sentía que sus latidos respondían a un extraño llamado desde lo más
profundo de su alma, algo que le pedía a gritos estar ahí para cuidar y
proteger.
—Vamos. Puedes recostarlo
aquí —le dijo dulcemente la voz de la señora.
Pero él se negaba a dejar
ese pequeño pedazo de cielo. —¿Puedo sostenerlo solo un poco más?
La sonrisa que le dedicó
la señora, se parecía mucho a aquellas que le daba Haha cuando era niño.
—Claro, pero entra.
Comienza a soplar el viento y es un poco frío para el pequeño.
Le llevó dentro de su
agradable apartamento, se notaba que el niño pasaba mucho tiempo allí, ya que
los juguetes andaban regados por todos lados.
—Disculpa el desorden. Uno
nunca puede tener esto limpio si tienes un chiquillo tan travieso como este —le
decía, en su voz notaba el cariño que le tenía al niño. —¿Quisieras un té?
—Claro. —YunHo se fue a
sentar en un cómodo sillón mullido rosa.
—¡Oh! A JaeJoong le
encanta ese sillón —soltó como quien no quiere la cosa. —Cuando estaba
esperando a Hee Jin le gustaba sentarse en ese sillón y mecerse con su pancita
cantando nanas para su bebé hasta que se quedaba dormido ahí.
YunHo no sabía porque le
contaba esas cosas, pero quería saber más de ellos, quería empaparse de ese
tipo de información.
—¿Dónde está la madre del
pequeño? Humm señora… —apenas había notado que no sabía el nombre de la amable
mujer.
—Go Hei —se presentó. —JaeJoong
trabaja hoy doble turno, por lo que llegará tarde.
—¿En la florería? —su
curiosidad por él iba en aumento.
—Sí. Desgraciadamente
ellos están solos, por lo que JaeJoong tiene que trabajar mucho para poder
mantenernos. Le he insistido tanto que no tiene que darme nada, pero él dice
que es lo menos que merezco. Como puedes ver este edificio se está yendo a la
ruina, hay muy pocos inquilinos y muchas reparaciones por hacer, pero no el
suficiente dinero para hacerlo. Y, tampoco tengo el corazón para correr a los
ocupantes porque todos tienen sus propios problemas. Es por eso que JaeJoong se
esfuerza tanto en darnos una vida cómoda.
—He visto al niño en el
local de flores —afirmó YunHo.
—Sí, también ahí pasa
mucho tiempo. Algunas ocasiones voy a platicar con mi vieja amiga la Sra. Kim,
la dueña del local, y también llevo a Bichito porque lo quiere como un nieto,
así que por amor a este niño no le falta. Tiene un carácter tan dócil que
cualquiera se encariña con él fácilmente. Además así pasa más tiempo con su
omma y yo y la Sra. Kim podemos comentar de los chismes de la cuadra —decía
animadamente.
—Se nota que hace un gran
trabajo como madre y padre a la vez. ¿Qué ocurrió con el padre del pequeño? —aventuró,
esperando no haber sido demasiado entrometido.
—Falleció —dijo en un tono
sombrío. Con la mirada YunHo la interrogó por saber más. —¿Qué le pasó? Con
exactitud no lo sé. Cuando JaeJoong llegó, poseía esa aura de inocencia y
felicidad que desprenden todos los jóvenes con su primer amor. Había venido
desde el campo, nunca me ha dicho de donde, pero lo que sí, es que no tenía a
nadie más que a aquella persona. Notaba que JaeJoong se veía más pálido de
costumbre, pero lo atribuí al cambio de costumbres, hasta que un día
desapareció. Pensé que había huido de regreso a casa sin haberme pagado la
renta, pero no fue así. —Hizo una pausa para tomar aire y continuar con su
relato: —Cuando regresó se veía demasiado demacrado y frágil, destruido. Entre
llantos pude entender que su pareja había fallecido dejándolo en espera de un
bebé. Creo que JaeJoong se culpa de su muerte, pero no puedo asegurarlo ya que
el chico aisló completamente su dolor para poder criar a su pequeño.
Al parecer esta parte de
la vida de JaeJoong le parecía muy dura, estar solo en un lugar desconocido
para luego perder lo que amas y no poder llorar su partida, seguro, JaeJoong
tendría heridas muy profundas, unas que él quería sanar…
—¡Go-Go ya llegué! —una dulce
voz resonó en la puerta haciendo saltar el corazón de YunHo.
17 comentarios:
Aparto mi comentario
Señor, qué nervios, ya llegó Jae ....
qué pasará ahora? qué pasará ahora???
yo muero si no actualizas pronto, está super interesante.
Yunho volvió a enamorarse de Jae y a primera vista
y el alma de Yunho reconoce a su hijo y a su amor.
AMO ESTA HISTORIA
muchísimas gracias por el capitulónnnn
Mi Jae no te desmayes esta vez, y Yunho espero que muy pronto recuerde todo y puedan estar juntos de nuevo, me encanta bichito me lo imagino todo bello como sus padres je je, gracias por la actu esta muy lindo bye
misuzu te amoro pero onegai no djees que jae jae se desmaye esta vez yo quiero que se reencuentre ;____; ya ha pasado mucho tiempo y bichito merece estar con su papá onegaiiii muchas gracias por compartirla ♥
Agsgskshdhajsfsuahxuwjvsjzagaayzsvjahsahbzjsbsusbussb la señora Go sospecha! Ayyy espero que mi Jae no vuelva a desmayarse por la impresión de ver a Yunho ;3; aishhh la mamá de Yunho me cae super mal -_-' y Changmin tan sonsacador u.u
Espero d verdad que BoA lo comprenda y lo deje ser feliz al lado de Jaejoong y de su bichito ;8;
Ahsgssj gracias por actualizar ran rápido! :3
Apenas pude dejar mi comentario xD voy de regreso a casa!
Ajsjhshhdbdhd por qué lo dejaste justo ahi, por qué? -se aloca- Están a nada de reencontrarse, que nervios, no puedo esperar para saber que pasará y la reacción que tendrá Jae al darse cuenta que no imaginó a Yunho.
Y Yunho, no son unos desconocidos, es tu pequeña familia ㅠㅠ
Por favor actualiza pronto! Quiero saber que pasará!!!
PD: Amo los momentos de Yunho y bichito, son amor <3
T_T este fic me tiene mal,me encanta, es que yunho, reacciona! Date cuenta que ellos son lo que necesitas, ese cariño por bichito que jaejoong no salga de au cabeza hasta la señora Go sospecha y anda mandandole indirectas a yunho xD ahora este ya sabe mas del pasado de jae y ahhh que me da algo con el final cuando jae llega a su casa, espero y resista y no se desmaye de nuevo para que pueda ver a yunho u hablar con el, se amerita un buen encuentro ;_; gracias por actualizar u compartir esta historia ♡
por dios esta buenísimo y por que dejarlo así por fin yunho se esta enterando de la vida de jae y de su hijo ojala y esto le traiga los recuerdos perdidos y ya verá a jae en vivo y directo solo espero no colapse jae de nuevo y puedan hablar y que yuno lo recuerde por fis
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh no puede ser se van a ver otra vez ojala Jae no colapse otra vez y pueda hablar con Yunho que no valla a entrar en pánico ni que se ponga bravo con el que se entere que perdió la memoria con el accidente y le cuente que su madre le dijo que se había ido a donde no volvería jamas xfa q no se pelee con el gracias linda x compartir y actualiza pronto xfa
ooooooooooooooo dios mio se van a ver de nuevo!!!! que emoción ....gracias
Jae no te vayas a desmayar y tu Yunho no te vayas enseguida. Vean se, reconozcan se, vean que existen, que esta vivo Yunho.... Que emocionante esta... Gracias
Ohh Dios!!! Llego la hora de la verdad!!!!
Creo que a Jae le dara un patatus cuando vea a Yunho con bichito en brazos
uuu jae le va a dar un ataque cuando vuelva a ver a yunho y con su bebe y yunho recordara a jae ? - gracas por compartir
Hay no la que se va armar !! Un encuentro face to face :3
Solo espero que Yunho recupere la memoria y puedan estar juntos con su bebe. Gracias por tan bella historia n.n
Hay Dios mio! Hasta estoy sudando ! Se van a ver.. ..es obvio que Jae lo reconoce pero que no de desmaye de nuevo. ..¡Por favor! Quiero que vea que es el, pero que le deje saber queYunho no lo recuerda.. ..Quiero tanto.. ..Quinta vez.. .espero sea la afortunada.. ..
Gracias. ...corro a leer toda nerviosa, ansiosa, y temblorosa.. ..
Kyaaaaa que lindo, el destino al fin los quiere unir... Ahh sigo con la intriga de saber que fue lo que paso, no se explica bien que paso en el accidente. Como es que no recuerda a Jae?? u.u ... Ya quiero que hablen...ahh al fin se verán otra vez. Bichito los unirá otra vez.
Gracias por compartir.
sera que ahora si se dara el tan esperado reencuentro???? *O*
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