LOVE IS BLUE: CAPITULO 1

El inicio de un amor.

A la edad de quince años, Kim JaeJoong estaba seguro de lo que quería en la vida, dos cosas: ser un profesional en patinaje artístico sobre hielo y a Jung YunHo.

Hacía un año que se había mudado a la pequeña ciudad de Gwangju por el trabajo de su padre, sin embargo, jamás pensó que en ese lugar encontraría al amor de su vida.

La primera vez que lo vio, Jung YunHo iba rodeado de un séquito de chicas y chicos de la edad, se dirigían hacia la secundaria, la misma a donde JaeJoong acababa de ser inscrito. Usualmente, JaeJoong odiaba el trabajo de su padre, bueno, en realidad no su trabajo, simplemente el mudarse continuamente por todo el país. Sin embargo, una sonrisa tonta brotó en su cara cuando vio a YunHo, olvidando todos los demás detalles que odiaba de ser siempre el chico nuevo en la escuela.

JaeJoong creía que la suerte estaba de su lado, cuando el director lo hizo pasar a un concurrido salón. El maestro lo miró con fastidio, como diciendo ‘un mocoso más’, los alumnos como el bicho raro que era, lo examinaban de arriba abajo, y, si les agradaba sonreía, si no, ladeaban la cabeza. Pero JaeJoong estaba lejos de ver la expresión en cada uno de sus compañeros. Sus ojos se quedaron fijos en el muchacho sentado al final del salón.

Si, había coincidido con Jung YunHo.

—Hola, soy Jung YunHo —se presentó el muchacho. Para suerte de JaeJoong, el lugar a lado de YunHo estaba desocupado. Así que, ese fue su puesto durante todo el año.

—Ahm... Kim JaeJoong —respondió tímidamente.

YunHo sonrió ampliamente. —Sí, lo sé. El profesor acaba de presentarte a todos. —JaeJoong se reprimió mentalmente por hacer su primer ridículo frente a este atractivo chico. Sin embargo, YunHo lo encontró adorable.

El estar sentado al lado de YunHo traía sus considerables ventajas, como poder mirarlo de reojo durante toda la clase sin que sospechara directamente. JaeJoong podía mirar su perfil, su cabello oscuro caer sobre sus ojos dándole un aspecto rebelde. Sus labios siendo humedecidos por su lengua, pero, lo que a JaeJoong le gustaba más, era ese lunar que habitaba sobre ellos. Más de una vez estuvo tentado a tocarlo.

YunHo era un chico amable, alegre y bastante popular. Hablaba con JaeJoong como si fuera cualquier otro amigo, pero JaeJoong no deseaba ser solo otro amigo. No obstante, se conformó con sonreírle como un más. YunHo siempre iba rodeado de personas y JaeJoong no estaba entre ellos, prefería admirarlo a la distancia.

Pero, las cosas estaban por cambiar. JaeJoong así lo había decidido. Era una persona bastante persistente cuando deseaba algo, y ahora, ese algo es Jung YunHo.

Durante el verano, JaeJoong iba a la pista de hielo de la ciudad. No iba a ver a los chicos entrenar hockey ni tampoco a patinar con toda la demás gente. No, JaeJoong asistía a la pista a horas no concurridas, pasaba sus pies por sus patines de cuero blanco, trenzando perfectamente los cordones del botín. Las cuchillas, perfectamente afiladas se deslizaban por el hielo suavemente.

Comenzó con una secuencia de pasos, ejecutando giros y cambios de dirección. Nada complicado, había practicado desde que era niño, pero por el cambio constante, no había tenido a un entrenador fijo. Se deslizó por la pista en línea recta de extremo a extremo, después serpenteando, intentó dar varios giros, pero la cuchilla se atoró en el hielo, llevándolo al suelo.

JaeJoong bufó. Odiaba la parte en la que caía de bruces al duro y frío hielo sin nada más que sus pantalones, que se mojaban rápidamente enfriándole hasta los huesos. Su anterior entrenador le había indicado los errores en su técnica, desgraciadamente, JaeJoong no se había quedado el tiempo suficiente para ajustarlos de forma perfecta. Suspiró y negó con la cabeza. No era hora de lamentarse nada, debía hacer lo posible para mejorar él solo. Se levantó y lo intentó de nuevo. Quizá ambicionaba demasiado al tratar de hacer un giro Axel con su menos que mediocre técnica. Decidido, volvió a lo básico, un simple giro Vals, saltó hacia adelante al tiempo que daba media vuelta en el aire, aterrizando sobre el hielo. JaeJoong sonrió. Confiando en sí mismo, se dejó llevar por la música que el hielo desprendía al ser cortado por la afilada cuchilla de sus patines.

Ni siquiera fue consciente de que alguien lo observaba. Concentrado en sus fluidos movimientos, JaeJoong realizó una rutina donde incluía varios saltos sencillos, patinando hacia atrás, se impulsó con la pierna izquierda, obligando a su cuerpo a girar con la pierna derecha, para caer sobre esta misma. Es un salto básico, pero si se alcanza una altura suficiente, se pueden dar varias vueltas antes de caer, como él mismo se demostró al girar cuatro veces antes de aterrizar.

El solitario sonido de un aplauso llenó el lugar. El eco extendiéndose por toda la pista. Con los ojos, JaeJoong buscó a la persona que había contemplado su rutina. El color en su piel cambió a un rojo intenso al darse cuenta de quién lo había estado observando. Jung YunHo se encontraba cerca de las gradas aplaudiendo y sonriéndole. JaeJoong sintió que su corazón salía de su pecho.

***

YunHo había llegado temprano a la pista de hielo, deseaba practicar algunos tiros antes de que sus amigos llegaran. Estaba decidido a ser el jugador número uno del equipo de la preparatoria Godeung. Rió de sus propios pensamientos. Ni siquiera entraba aún a la prestigiada preparatoria, pero en cuanto lo hiciera se inscribiría en el equipo de Hockey. La preparatoria era una institución privada y quizá algo cara, pero sus padres podían costear las colegiaturas sin mayores problemas. Además, era de las pocas que contaban con su propia pista de hielo, y eso ya era decir mucho.

Había llevado su stick y un puck, no creía que fuera a necesitar todo el equipo aunque llevaba su casco y sus protecciones inferiores, ya que solamente quería practicar algunos tiros, además de su manejo con el stick. Sin embargo, al llegar ahí, se topó con una agradable sorpresa, Kim JaeJoong.

YunHo jamás había hecho alarde de su bisexualidad, le gustaban las chicas, y mucho, pero JaeJoong era especial. Desde la primera vez que lo vio entrar tímidamente a su salón de clases, inmediatamente lo notó. JaeJoong era alguien que difícilmente pasaría desapercibido, sus enormes ojos negros, su nariz fina, su cabello rubio oscuro, sus labios abultados rojos, todo combinado perfectamente con su piel de porcelana. Sí, JaeJoong era bello, muy bello para quitarle los ojos de encima. Pero YunHo no se involucraba con nadie, era como una regla básica.

Sin embargo, no pudo evitar que sus ojos siguieran la figura solitaria de JaeJoong que danzaba en la pista. Cuando lo vio caer, estuvo a nada de ir por él. YunHo jamás había sentido la necesidad de querer cuidar de alguien como JaeJoong lo inspiraba. Se detuvo, como todas las veces en la escuela cuando veía esa mirada de incertidumbre en JaeJoong y quería sostenerlo entre sus brazos. Así, aguardó a que JaeJoong se levantara.

JaeJoong parecía un ángel moviéndose en la pista, tan lindo y delicado, que cuando hizo ese giro cuádruple, YunHo no pudo evitar aplaudir. Viéndose descubierto le ofreció una sincera sonrisa. JaeJoong estaba colorado hasta las orejas, se veía tan tierno de esa manera.

—No sabía que patinaras —le dijo. En realidad YunHo no sabía muchas cosas de JaeJoong. Se había sentado a su lado todo el ciclo escolar, pero YunHo no quiso adentrarse más que en una sencilla amistad. Y ni siquiera de mejores amigos, solo buenos compañeros de clase. No, YunHo sabía que no podría resistirse al encanto de esos ojos negros.

—Lo hago en mi tiempo libre —le sonrió. JaeJoong practicaba más que solo sus tiempos libres. Patinar lo relajaba de formas que ninguna otra cosa podía. Estaba aquí antes de que abrieran la pista y generalmente era el último en salir. Todo para hallar esos momentos de solitaria practica.

—Lo haces muy bien —YunHo en verdad lo creía. No sabía demasiado acerca del patinaje artístico, pero lo que hizo JaeJoong era simplemente increíble. Tan lindo como sus sonrojadas mejillas.

—Solo es una rutina simple.

—Ni tan simple, yo no creo siquiera poder girar más de dos veces antes de caer.

—¿Puedes hacer un giro?

—Aprendí de mala manera que es mejor hacer unas cuantas piruetas a dejarse embestir por una montaña de músculos —dijo divertido. JaeJoong rió. YunHo supo que deseaba escuchar ese sonido por siempre. —¿Así que vienes aquí a practicar?

JaeJoong asintió. —Como puedes ver, mi técnica necesita mucho trabajo, pero no he encontrado a algún entrenador decente aquí. Solía tener uno cuando llegué a la ciudad, pero no era lo suficientemente conocedor como para que pudiera pulir mi técnica. Además, solo puedo practicar cuando la pista está vacía y eso es me deja muy poco tiempo.

—La preparatoria de Godeung cuenta con una pista de patinaje. Sería ideal si estuvieras ahí, quizás encuentres a alguien que pueda entrenarte.

—Sería muy bueno, pero las colegiaturas son demasiado elevadas. Mi padre piensa que puedo seguir entrenando aquí, pero… —JaeJoong dejaba ver que difícilmente avanzaría en un lugar tan concurrido.

—¿Has jugado Hockey? La escuela ofrece una beca para atletas de alto rendimiento —comentó. YunHo no necesitaba eso, pero quizá JaeJoong podría tomarlo como una alternativa. Además existía la posibilidad de que dentro del campus encontrara a un buen entrenador, entonces podría dedicarse de lleno al patinaje. Godeung era famosa por su equipo de Hockey y Futbol Soccer, pero también tenía buenos atletas en todas las áreas. YunHo no garantizaba que hubiera alguien para entrenar a JaeJoong, pero le abría las puertas a una pista de hielo libre.

Así, YunHo comenzó a instruir a JaeJoong. En realidad, JaeJoong era un patinador muy rápido, y, sorprendentemente con un excelente manejo del stick. No había mucho que enseñarle, más que las reglas básicas. En poco menos de tres semanas, JaeJoong estaba listo para hacer las pruebas de desempeño atlético.

Había logrado impresionar al entrenador y a los directivos que ahí se encontraban. YunHo sentía su pecho rebosante de orgullo. Ambos entrarían a la misma institución.

***

—¡Wooh —decía un asombrado JaeJoong con la boca abierta.

—Bastante impresionante, ¿cierto? —YunHo caminaba a lado de JaeJoong en el primer día de clases.

La preparatoria Godeung era inmensamente grande. Desde el portal se hacía un recorrido de al menos cinco minutos en automóvil, donde podías apreciar la naturaleza, grandes árboles plantados sobre pastos siempre verdes y podados. Al final, entrabas al lobby, un salón enorme donde una multitud de privilegiados chicos se aglomeraban. Un poco más allá, había diversas puertas, donde cada una pertenecía a un grado para que los alumnos dejaran sus cosas en los casilleros indicados. Después, un enorme patio rodeado de arbustos, daban la bienvenida a los edificios de color mamey donde se tomaban las clases. Sus edificios principales se ocupaban para las clases regulares, los secundarios para las artes y al final estaban las canchas de todo tipo, basquetbol, tenis, futbol americano, futbol soccer, beisbol, una alberca de tamaño semiolímpico. Pero nada de eso les interesaba, más allá de ellas, con un techo cerrado se encontraba la ansiada pista de patinaje.

—Bonita —dijo impresionado JaeJoong.

Lo primero que los chicos hicieron fue visitar la pista, debían decir que era incluso mejor que la que estaba al centro de la ciudad. Quizá se debiera a que esta era de uso exclusivo, mientras la otra al ser de uso popular estaba demasiado gastada.

En la segunda semana de clases, se realizaron las pruebas para los equipos. Muchachos de primer año se formaban en las grandes filas para demostrar sus habilidades en las cachas. Pero ellos, se unían a la fila en la pista de hielo.

Una vez probada su habilidad para el patinaje, fueron incluidos como parte de las reservas. No pasó mucho tiempo para que ambos fueran incorporados al equipo. YunHo ocupaba el lugar al centro de la pista, practicaba mucho para ser el centro delantero principal y lo hacía muy bien. JaeJoong por otro lado, al ser un jugador muy ágil, se tiraba por uno de los costados, ubicándose como uno de los dos Winger o extremos en el equipo.

Siempre terminaban bañados en sudor, a pesar del frío dentro de la pista, sus enormes equipos de protección, más la playera, más el casco y caretas, hacían que se sintieran como si llevaran al menos veinte kilos más sobre su cuerpo. Pero eso a ellos no les importaba, su destreza sobre patines impresionaba a jugadores como a profesores, que les auguraban buenas carreras si seguían así. Se movían bien aún con todo las protecciones encima.

YunHo, por supuesto, estaba más que extasiado. Su sueño poco a poco se iba haciendo realidad. Por otro lado, JaeJoong solo sonreía cuando le halagaban de esa forma. Nadie, excepto YunHo sabía que su verdadero sueño era el patinaje artístico. Tomaba cada hora libre en la que no estaba practicando hockey para entrenarse. A veces, YunHo lo acompañaba, inclusive, JaeJoong le había enseñado uno que otro salto, que si bien eran artísticos, servirían para evitar alguno que otro golpe.

***

Durante sus primeros partidos, YunHo y JaeJoong, eran la reserva, entrando solo en raros casos, pero poco a poco se ganaron el respeto de los demás. Y, a pesar de ser novatos, afianzaron su lugar en el equipo como jugadores principales. Tenían en reserva a más jugadores con los que hacían cambio, pero la titularidad se la llevaban ellos.

En ese tiempo, el sentimiento que JaeJoong tenía por YunHo crecía a pasos agigantados. JaeJoong amaba ver a YunHo sonreír después de anotar un tanto. Cuando se acercaba a él y golpeaba su casco contra el de JaeJoong festejando el tanto. O cuando su cabello se movía desordenado después de desprenderse del casco, o su rostro perlado de sudor cuando el ejercicio era extenuante. JaeJoong amaba todo eso, amaba a Jung YunHo.

—YunHo yo… —JaeJoong había resuelto que develaría sus sentimientos. Quizá estaría cometiendo el error más estúpido de su vida, pero no quería seguir con la incertidumbre. Y es que, YunHo a veces daba señales, como cuando evitaba que los demás jugadores tocaran a JaeJoong o sus pequeños celos cuando JaeJoong festejaba con algún otro la anotación. Cosas sencillas pero que a JaeJoong le hacían alborotar las mariposas de su estomago.

—¿Qué sucede, precioso? —preguntó un preocupado YunHo. Cosas como esas eran las que ponían el corazón de JaeJoong a correr. Sí, JaeJoong sabía que se estaba comportando extraño, pero simplemente ya no podía acallar los latidos de su corazón.

—YunHo yo… —volvió a intentar de nuevo, pero su boca, extrañamente acartonada se negaba a seguir pronunciando palabra. YunHo lo miraba inquisitivamente y JaeJoong sentía que se derretía bajo el cuestionamiento de esa mirada color chocolate.

Si saber de qué otra forma hacerlo, ya que esa era sin duda su única oportunidad, JaeJoong besó los labios de YunHo. Fue un beso casto, rápido y solo un poco más que un roce, pero JaeJoong sintió vibrar su cuerpo con ese simple toque.

Odiándose por comportarse como una chica, JaeJoong salió corriendo, dejando a YunHo bastante sorprendido.

YunHo por su lado aún no reaccionaba. Su mente parecía ir en cámara lenta, desde que los enormes ojos negros de JaeJoong lo miraron, cuando sus dulces labios besaron los suyos y cuando el chico huyó. YunHo no sabía cómo sobrellevar todo el asunto, así que se quedó ahí, estático, tocando sus labios como si no creyera lo sucedido.

Había estado reprimiendo ese sentimiento desde aquella vez que lo vio patinando, pero su cuerpo había reaccionado enviando pequeñas descargas por todo su ser. Sonrió bobamente. Se había estado mintiendo durante mucho tiempo al pensar que podía resistirse a esos ojos negros. YunHo deseaba poder sentir los labios de JaeJoong más que un simple roce, ansiaba poder acariciar sus mejillas cada que se le antojara, sus dedos picaban por tirar al chico más bajo a sus brazos cada que éste se sonrojaba. YunHo había sido demasiado ingenuo, porque él había caído desde el primer momento en que JaeJoong entró por la puerta del salón de clases hace ya más de año y medio. Cuando sus ojos negros conectaron con los suyos, desde ese instante YunHo había perdido.

—¿Quieres salir conmigo? —YunHo había buscado por todo el lugar a JaeJoong cuando por fin reaccionó. Lo encontró sentado en las gradas del campo de futbol mirando al equipo entrenar. YunHo sintió una punzada de celos al ver que su JaeJoong observaba a otros con tanto interés. Si, era “su JaeJoong”.

Invitarlo a salir fue lo primero que le vino a la mente. YunHo había fantaseado con tomar su mano mientras caminaban rumbo a la pista o cuando salían de la escuela. Y ahora, podía ver que eso no sería más una fantasía, sino una realidad.

Con las mejillas totalmente rojas, JaeJoong aceptó. Dando comienzo a una  historia de amor.

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N/A: Este capítulo debió ser más como un prefacio, pero dado que era muy largo, decidí hacerlo así. 

Espero sus bonitos comentarios!!!