—¡Hey! ¡Jae! —Junsu gritaba desde el
otro extremo de la florería. —La Sra. Han ha ordenado un nuevo arreglo, dice
que lo quiere lleno de gerberas naranjas y rojas. ¡Ah! Y que lo quiere temprano.
Amigo, te tendrás que lucir —el chico había llegado hasta donde JaeJoong, le
miraba con una sonrisa y después palmeó su hombro suavemente. —Bueno me tengo
que ir, mis clases comenzarán pronto.
—¡Oye! ¡Pero no me dará tiempo!
¡Tengo que recoger a Bichito!
—No te preocupes yo pasaré por él, lo
dejaré con la abuela Go. Después vendré a ayudarte a cerrar.
Con la misma alegría se marchó. JaeJoong
solo le tocaba asentir. Ese era un mal día. La Sra. Han asidua clienta de la
florería tendría un magno evento, para el cual había recurrido a hermosos
arreglos florares, pero de última hora pidió uno más, justo cuando JaeJoong se
disponía a recoger a su precioso bebé.
—Ni hablar, tendré que esperar a
verlo —decía para sí mismo. Y es que a pesar se verlo todos los días, por las
mañanas y por las tardes, aún no se acostumbraba a pasar tiempo sin él.
Habían pasado ya cinco años desde YunHo
falleció, Bichito estaba creciendo favorablemente, es un buen niño, feliz, muy
feliz al lado de las personas que lo rodean. JaeJoong agradecía al cielo y a su
ángel guardián el momento en que puso a esas personas en su camino. Bichito
ahora tenía dos abuelas que lo mimaban mucho, dicho sea de paso que JaeJoong
obtuvo un apoyo y cariño muy parecido al de una madre, y también un tío muy jocoso
que los hacía reír a ambos. Sí, su bebé en definitiva sería un niño muy feliz.
—Gerberas… humm no sé si me alcance
para todo —miraba fijamente los manojos de flores que tenía frente a él. —¿Por
qué gerberas rojas y naranjas? —Su vista se quedo plantada en las flores que
tenía a un lado de las pedidas, gerberas, de un color rosa, casi fiusha,
aquellas flores eras de las que más gustaba el joven, pero no eran simplemente
por bellas, sino que tenían un significado especial.
“Ha pasado un tiempo desde que YunHo y yo somos pareja oficialmente.
Aquellos chicos jamás se meten conmigo ahora, le tienen miedo. A veces sigo
siendo acosado cuando él no está presente, pero en definitiva, puedo
sobrellevar todos esos insultos porque él está a mi lado.
Aunque…
No puedo borrar de mi mente las palabras de aquel chico, tampoco he
querido decirle a YunHo, pero sé que me nota raro, pero no creo prudente
decirle lo que anda en boca de todo el colegio.
—Solo
soy una zorra trepadora —repetí.
Suspiré fuertemente. Sabía que no había nadie a estas horas en los jardines del
colegio, traía puesto mi overol de trabajo, junto con unos guantes totalmente
llenos de tierra, al tiempo que removía la hierba mala de las bellas flores que
tenía frente a mí.
—¿Quién
dijo tal cosa? —detrás de mí la voz
grave de YunHo se dejó escuchar, sobresaltándome en el acto.
—¿Q-que?
—evadí su pregunta con otra, al igual
que sus ojos negros perforándome la cabeza.
—JaeJoong
—dijo en tono imperativo. Me mordí el
labio, porque primero me tragaría la lengua antes de decirle tal cosa. Ya hacía
mucho por mí, me basta saber con que él me ama tanto como yo a él. Se inclino
hasta quedar frente a frente, me tomo de la barbilla al ver que seguía mirando
mis zapatos, y me obligo a mirarle a los ojos. —Dime Jae ¿Quién ha dicho eso? —agregó
con un tono más suave. Me miraba de tal manera que no podía negarle nada.
—Todos
—susurré.
—¿Quiénes
son todos? —su voz grave y familiar,
me animaba a continuar. Después de todo necesitaba hablarlo con alguien y, en
este lugar no tenía más amigos que YunHo.
—El
colegio entero dice que soy una zorra trepadora, que solo me aprovecho de ti y
de tu dinero, que no merezco estar al lado de alguien como tú —dije desahogándome.
—Deja
que digan lo que quieran. Tú y yo sabemos que no es así —dijo consolándome, pasando un brazo
alrededor de mi hombro, atrayéndome a su cuerpo, llevándolo a él al suelo y a
mí con él. —Es más, que yo recuerde,
fui yo quien se acercó a ti y no al revés.
—¡Oh!
Para eso también tienen una historia —agregué.
Mi miró animándome a continuar. —Dicen
que yo mantenía esa aura de zorra mojigata para atraer a tipos con buen corazón
como tú, pero que en cuanto me sea posible, sacaré las garras y todo lo que sea
para asegurarme un buen tajo de tu dinero. Pero te lo juro YunHo, a mí no me
importa nada tu dinero, solo tú, tu amor, tu cariño —le decía, quería asegurarle que no tenía que dudar de mi amor como los
otros lo hacían. —De hecho, ni
siquiera sé de cuál empresa eres el gran heredero —dije, haciendo un irónico énfasis en la última frase. YunHo solo sonrió
de manera tan tierna que me hubiese pasado la vida contemplándolo.
—Lo
sé. No había necesidad de jurarme tal cosa, sé que me amas desinteresadamente —besó mis labios suavemente mientras me
abrazaba más fuerte, aspirando mi aroma y dejándome inhalar el suyo,
sintiéndome tan cómodo entre sus brazos, por lo que recargué mi cabeza en su
pecho. —En cuanto a lo otro… —hizo una pausa en la que cerró los ojos
momentáneamente, meditando sus acciones. —No es importante saberlo, después de todo, no soy el único heredero a
la dirección de la compañía —comentó
al final. No dije nada, sabía que hablar de su familia lo ponía un poco arisco.
—Lo único que debe importarte es que
yo, Shim YunHo te amo con toda mi alma —dijo
arrancándome una sonrisa de los labios.
—También
te amo.
No me importaba lo demás, ni siquiera su apellido, yo estaba enamorado de
ese hombre de corazón cálido, brazos fuertes, ojos negros y deslumbrante
sonrisa. Y, si algún día decidía contarme las cosas le escucharía, pero por lo
demás, tal como él decía, no me interesaba.
—Y,
JaeJoong —susurró mi nombre en mi
oreja. —Tampoco deben importante las
habladurías de los críos de este lugar. Todos son solo moldes vacíos,
engendrados con el único pretexto de conservar el linaje y seguir con los
monopolios, pero tú JaeJoong, tú eres como esta Gerberas —soltó uno de sus brazos que estaba sobre mi
cuerpo, y acarició con ligereza a la linda flor rosa fuerte que se encontraba
frente a nosotros —eres de naturaleza
vibrante y bella, con un alma colorida que deleita a quien te ve, pero no solo
eso, además al igual que esta flor, tú eres puro e inocente y para mí
representas la alegría —decía al
tiempo que acariciaba mi mejilla. Como la primera vez, me apresuré a sus
labios, robándole un beso.”
—Gerberas aquí, gerberas allá. —JaeJoong
se encontraba próximo a terminar ese enorme arreglo floral, y aunque el diseño
era impactante, el chico estaba seguro que su belleza hubiese estado al máximo
si hubieran sido gerberas rosas, en dos tonos de rosa, que naranjas y rojas.
Cuando hubo terminado lo envió al
lugar, ahora solo tenía que esperar por Junsu, para cerrar el local. La Sra. Kim
no se encontraba, por lo general, cuando ella estaba podía gozar de la libertad
de irse un poco más temprano y disfrutar de su pequeñín. El reloj seguía
marcando las horas, incontables para la joven madre. Junsu estaba retrasado, al
paso que iba no alcanzaría a ver a su pequeño despierto, porque sí, Bichito
tenía un horario muy estricto de dormir, prácticamente era como los pollitos,
se dormía cuando el sol desaparecía y despertaba hasta que el sol saliera.
—¡Oh! Jae, lo siento mucho —Junsu
entraba por la puerta principal, respirando agitadamente. —Es que un profesor
nos retraso demasiado. ¡Puedes creer que se le ocurrió hacer un examen
sorpresa! —la indignada expresión del menor hizo reír al castaño.
JaeJoong miraba Junsu despotricar
contra sus profesores en la universidad, una parte de él tenía cierta envidia
ya que le hubiese gustado experimentar esa etapa, sin embargo era completamente
feliz con su vida ahora. La Sra. Kim se había encargado de mandarlo a cursos y a
grandes congresos donde pudiese ampliar sus conocimientos en cuanto al diseño,
combinación y el arte floral en sí, contando también jardinería. Además de que
él siempre fue malo en los estudios, y que la belleza de las flores siempre le
atrajo, no por nada era el jardinero en aquel colegio.
—¡Apresúrate! —le apuraba Jae.
—Si, si, ya voy.
—Iré a acomodar la parte de atrás.
Como no había nadie, no podía descuidar la puerta principal y no he tenido
tiempo de limpiar mi desastre.
—Si.
Sin más, JaeJoong se marchó a la
parte posterior del local donde se generaban los hermosos arreglos florales,
dejando al hijo de la dueña al frente, disponiendo de todo para cerrar.
Junsu silbaba feliz, el mal humor por
haber presentado un examen totalmente en blanco, se había desvanecido con solo
hablar de ello. JaeJoong tenía esa habilidad para disipar el mal humor en él,
le quería mucho es ese hyung que desde hace cinco años conocía. No era la clase
de amor de pareja, no, era un tipo de amor fraternal. Y al pequeño que dio a
luz, lo quería como a su sobrino favorito. De hecho, sería su único sobrino ya
que él no tenía hermanos.
La puerta principal se abrió, sonando
ligeramente, anunciando la llegada de un cliente. Junsu volteo a ver de quien
se trataba. Su sorpresa fue grande al encontrar ahí a un hombre de gran
atractivo físico, elegante y con un aura que derretiría a cualquiera. No es que
Junsu fuese gay, no, por el contrario, el chico se jactaba de ser bastante
macho, enamoradizo, con muchas chicas en su haber. Pero simplemente hay cosas
que no se pueden ignorar, como lo apuesto de ese joven, su estatura rondando el
1.85, hacía que su fino traje resaltara las largas piernas que poseía, su
cabello castaño, peinado hacia atrás le daba un toque sumamente atrayente, pero
sin lugar a dudas lo que más llamaba su atención, eran esos ojos marrones
profundos, enmarcados por unas espesas cejas del mismo color y un lunarcito
sobre sus labios, pero sobretodo lucía una hermosa piel bronceada.
Definitivamente aquel sujeto era demasiado atractivo para ser un tipo común.
Quizá sería algún gran magnate que por error o por no encontrar otro local
abierto, había parado en ese lugar para comprar flores a su prometida, y es que
el lugar, a pesar de ser de muy buena clientela, personajes como él, no solían
presentarse ahí. Si bien tenían clientes con mucho renombre, como la Sra. Han,
estos difícilmente ponían un pie en el local; casi siempre bastaban unas
llamadas de teléfono para surtir los pedidos.
—¡Oh! Discúlpeme —Junsu notó que
llevaba un rato mirando a aquel sujeto, quien solo levantó una ceja divertido,
aparentemente acostumbrado a ese tipo de reacciones. —Dígame ¿En qué le puedo
ayudar? —Junsu se maldijo por haber mirado de más al hombre, ahora aquel sujeto
se haría la equivocada idea de que le gustaba, y no, él era muy macho, sí bien
admitía que el tipo era guapo, de eso no pasaría.
—Buscaba unas hermosas flores para mi
bella prometida —algo más con lo que Junsu quedo impactado. Aquel tipo tenía
una voz extraordinariamente varonil, gruesa y sexy, pero al mismo tiempo suave
y cálida. Definitivamente aquella chica era afortunada. Bueno eso pensaba, pero
nadie sabe lo que se oculta bajo ese disfraz de caballero, pensó también.
—Claro, como ¿qué le agradaría?
—Pues, no soy muy bueno con estas
cosas —sonrió. Era bueno que Junsu tuviera muy clara su preferencia sexual, de
lo contrario habría quedado más asombrado ante la maravillosa sonrisa que el
tipo mostró.
—Podría decirme que clase de colores
le gustan a su novia, de esta manera le ofreceré una amplia gama de flores que
pudieran ser de su gusto —devolvió la sonrisa.
—Ah, bueno, ella…
—Sin ti la felicidad no puede ser
encontrada en mí. Aún no puedo deshacerme de ninguna herida —una suave voz se
dejo escuchar desde la trastienda del local. —No quiero vivir más, esto es
mentira, esto me está molestando. —JaeJoong cantaba a todo pulmón una triste
melodía, una que llegaba a su corazón, por eso cantaba con mucho sentimiento. —Me
estoy volviendo loco en tus pensamientos Quiero verte, pero me dicen que
no puedo…
Se habían quedado sin decir nada,
solamente escuchando la dulce voz, entonando una melancólica canción. Junsu
estaba acostumbrado a escuchar cantar a JaeJoong, de hecho muchas veces él
hacía los coros o las segundas voces, en algunas otras cantaban estrofa y
estrofa, alternándose. Pero hoy, JaeJoong había escogido esa canción, había
notado que cuando él cantaba cosas tristes era porque recordaba al padre de
Bichito. Poca información tenía sobre él, solo el nombre y que había fallecido
a muy temprana edad.
—Entonces —sacó de su letargo a su
cliente que con cierta fascinación escuchaba a su amigo cantar. —Como es su
pareja, sería bueno que expresara su amor con ellas, las rosas son ideales para
manifestar esos sentimientos.
—¿Qué? ¡Ah, sí! —su atención se
volvió a concentrar en el joven vendedor. —Humm pues rosas no, no le agrandan
mucho.
—Siendo así, tenemos margaritas,
dalias, casablancas, lirios, claveles, girasoles, alcatraces y gerberas —enunciaba
cada una de ellas, mostrándoselas a su cliente, quien estaba un poco confundido
al escuchar demasiadas flores y no tener ni idea de cuál regalar. —Le sugiero
las gerberas, son hermosas, agradables a cualquier vista, además de que sus
vivos colores la hacen perfecta para ser un regalo.
El atractivo hombre miro la flor, de
centro circular de mediano tamaño, de color oscuro, con un millar de delgados
pétalos agrupándose alrededor de él, extendidos dándole una forma plana. Efectivamente
aquella sería la indicada, sencilla, de color vibrante y bella, pero por alguna
extraña razón, sentía que no encajaba con su prometida, que era todo lo
contrario a esa flor, refinada y sofisticada.
—Creo que mejor llevaré un ramo de esas
—dijo señalando unas grandes flores blancas de elegante apariencia.
—Casablancas —le recordó el chico el
nombre.
—Sí, esas.
—¡Su-Su! —la dulce voz gritaba desde
la parte de atrás, provocando una gran curiosidad en el atractivo hombre por
conocer al dueño de tan linda voz. —¡Iré a sacar la basura! —avisaba, por lo
general iban los dos, ya que en días como hoy, se acumulaban demasiados pétalos
y hojas que depuraron de las demás para darle forma al arreglo.
—¡Sí! —respondió, olvidando por un
momento a su cliente, para después voltear y sonreírle a modo de disculpa. Pero
aquel sujeto ni siquiera le miraba, por el contrario, estaba alargando su
cuello por encima de Junsu, ligeramente inclinado hacia la puerta que llevaba a
la trastienda. Evidentemente quería conocer al dueño de la suave voz. Sí, como
muchos clientes ocasionales, quedaban encantados con JaeJoong, que seguía
teniendo esa misma dulce expresión que cuando llego, pero como todos los que
por ahí paraban, por mejores pintas que tuvieran, ninguno era un potencial prospecto
a pareja del joven, por esa sencilla razón, Junsu se había tomado la libertad
de despacharlos lo más rápido posible, después de todo las posibilidades de que
JaeJoong les hiciera caso era una en un millón. —¿Qué tan grande querrá el
ramo? —preguntó sacando de su ensoñación a su cliente.
—¿Ah? ¡Ah, sí! —Reaccionó. —Pues de
este tamaño —con sus manos señalo un espacio del tamaño de su pecho. Al ser las
flores de botón grande, el tamaño del ramo debía ser también grande.
JaeJoong se encontraba tarareando una
canción mientras se dedicaba a limpiar su área de trabajo, realmente no le
gustaba el desorden, pero hoy no había tenido la oportunidad de arreglarlo. De
alguna manera se encontraba feliz, había recordado por qué le gustaban tanto
las gerberas rosas, le recordaban a YunHo. Y aunque aún le dolía que él no
estuviera más a su lado físicamente, sabía que siempre tendría una parte de él,
pues su pequeño Bichito seguía creciendo, y sus ojos era iguales a los de su
padre.
Pensando en el gran amor que le tiene
a YunHo, y decimos tiene, pues para JaeJoong jamás habrá alguien más en su
corazón, porque si bien se puede dar la oportunidad de salir con alguien,
sentir cariño, pero no amor, porque amor solo el que le profesa su corazón a YunHo.
Dejo la basura en su lugar, sabiendo que durante el transcurso de la noche, el servicio de limpieza de la ciudad la
depositara en su zona correspondiente. Entró al local por la misma puerta
trasera, meneando la cabeza de un lado al otro, cuando hubo algo que lo
paralizó. Una voz profunda y ronca se escuchaba por el local.
—Está bien, creo que le gustará así.
Realmente soy muy malo con estas cosas —decía.
JaeJoong no se había percatado de la
presencia de aquel cliente, pero eso no era lo que lo mantenía estático. La voz
de aquel sujeto le era extrañamente familiar, una que hace mucho no escuchaba,
más que en sus sueños.
—El listón azul combinará bien. Le
gusta ese color.
—Su prometida debe ser hermosa —comentaba
Junsu.
—¡Oh! Si, lo es. Ella es la mujer más
bella del país, pero… —la voz dejo en ascuas la conversación, como si de
repente hubiese caído en la cuenta de que estaba hablando de más o se hubiese
dado cuenta de algo que antes no había notado.
De algún modo las palabras resonaron
dentro de JaeJoong, más no le halló significado, pues su mente le estaba
jugando malas pasadas, pues esa voz era idéntica a la del hombre que él amaba.
—Bueno, como sea. Muchas gracias por
todo —decía la voz.
—Gracias a usted. Esperemos que las
flores sean del agrado de la dama.
Con aquella despedida usual entre
vendedor-cliente, JaeJoong tuvo el impulso y salir corriendo a conocer al dueño
de aquella voz, pues el nada más escucharla, le recordaba demasiado a YunHo.
Soltó lo que llevaba en las manos y se apresuró por la puerta de la trastienda.
Buscó con la mirada al hombre, pero en el lugar solo se encontraba Junsu,
mirando de manera extraña hacia la puerta principal.
Los desorbitados ojos de JaeJoong y
su rápida respiración le indicaron al menor que el pelinegro estaba a punto de
sufrir un colapso por la impresión, sin embargo para sorpresa de este, JaeJoong
salió como alma que lleva el diablo en dirección de la calle, estrellándose en
el camino por la puerta de cristal y el aire frío de la noche lo recibió.
A lo lejos, un hombre alto caminaba
dándole la espalda, una que podría jurar se trataba de la de YunHo, de hecho,
su estatura y complexión eran los mismos que los de él.
«YunHo» quiso
gritar, sin embargo su voz se quedo atorada con el nudo de su garganta. No
podía ser, sin en cambio parecía muy real. Desesperadamente corrió detrás del
sujeto que, lamentablemente abordó un taxi momentos antes de que JaeJoong
pudiera darle alcance. Su rostro jamás se descubrió de las sombras, y a pesar
de eso, el chico podría asegurar que se trataba de él, de su YunHo.
Sofocado como se encontraba, con los
nervios alterados, con los sentimientos agolpándose en su garganta y ojos,
finalmente lloró. Derramó sendas lágrimas por sus suaves mejillas, gritó,
escupiendo todo el dolor que esa visión le había causado, porque le brindó un
segundo de felicidad y un siglo de desestabilización.
¿Sería real o solo un producto de su
imaginación? Sabía que solo lo había imaginado, y eso era lo que más le dolía,
porque reflejaba su necesidad de volver a tener a YunHo a su lado, por volver a
verlo aunque sea solo una vez más, ya que JaeJoong ni siquiera una fotografía
poseía del que fue su amor, solo tenía sus recuerdos.
Junsu corrió detrás de su amigo,
preocupado por la forma en la que se comportó, pero nada pudo hacer por él
cuando lo vio caer de rodillas al suelo y gritar de forma desgarradora el
nombre del padre de Bichito.
Jamás JaeJoong había demostrado lo
mucho que su pareja le hacía falta, por lo general guardaba sus lágrimas para
él mismo, pues cuando YunHo falleció, JaeJoong no tuvo tiempo de llorar su
pérdida, debía ser fuerte y enfrentar la vida con valor, por él y por su bebé. Junsu
sintió un escozor en sus ojos y un dolor en su garganta que no le permitía
respirar adecuadamente, lo hacía hipear. Sin poder hacer nada más que mirar y
tratar de consolar a su amigo, se arrodilló junto a él y le abrazó, mientras
lloraba a su lado un sufrimiento que no era suyo, pero que dolía como si lo
fuera.
» ¤ « » ¤ « » ¤
«
—Duerme, duerme aquí estaré. Las
nubes serán tu colchón, que ni el viento ni la brisa te dejen de acariciar,
pues tu eres mi don…
JaeJoong acunaba en sus delgados
brazos a su dormido bebé, le cantaba todas las noches una nana para dormir, le
besaba la frente a la hora de arroparlo y le decía lo mucho que lo amaba. Sin
embargo hoy, hoy era diferente, pues JaeJoong no quería separarse de él, hoy lo
necesitaba como ancla a su vida presente y no a sus hermosos recuerdos, pues
hoy lo extrañaba más que nunca.
—YunHo, ¿puedes ver lo hermoso que es
nuestro bebé? Quizá no lo hayas notado, pero tiene tus ojos, marrones y
profundos como los tuyos. Su piel es más parecida a la mía, aunque me hubiera
gustado que sacara ese tono tostado de la tuya, mi color es muy pálido, en
cambio el tuyo era muy lindo. YunHo se parece tanto a ti…
Dos gruesas gotas de agua salada
recorrieron sus mejillas hasta caer en las mejillas del pequeño, que a pesar de
todo no se inmuto y siguió durmiendo cómodamente en los brazos de su madre.
«YunHo, te extraño tanto… yo aún te amo…»
********************************************************
N/A: Escuchando "Lies" de BigBang y "Duerme" de Mago de Oz, siendo ésta última la que inspiró el fanfic.
18 comentarios:
OMG, OMG! La descripción del cliente coincide con Yunho, tiene que ser él. Tiene que estar vivo! T_T
No puedo creer que hayan pasado 5 años! 5 años que Jae y bichito han estado sin Yunho! ;^;
Ahora solo puedo hacer hipótesis de lo que pudo haber pasado con Yunho, y suponiendo que sea el cliente ahora ya está comprometido, quiero que se encuentre cara a cara con Jae a ver que sucede!
Awn y bichito se parece a Yunho, justo así lo imaginaba, ternurito *-*
Gran capítulo y se quedó súper interesante, ojalá pronto pueda leer el siguiente, mil gracias por compartir!!!
Cinco años en los que Jae debió ser fuerte por él y su bebé. Espera a conocer a Bichito!! Se que lo amarás!!
Tratándose del hijo de Yunho ya lleva las de ganar! amo imaginar a un mini Yunho! xD espero con ansias el siguiente capítulo :P
Jesús, es Yunho, estoy segura, y más cuando Junsu le vió el lunar en el labio superior. es éllllll!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!-
pobrecito Jae tan enamorado aún de su Yunho, su alma presiente que su amor está cerca y por eso lo añora .
quiero creer que Yunho está comprometido porque perdió la memoria y los recuerdos de Jae.
qué interesante quiero saber cómo sigue, quiero saber cómo sigue....
gracias por la actu. espero siempre la otra
kyaaaa yo sabía que Yunho no habia muertyo , quen era fuerte y seguría con vida a pesar del trágico suceso
lo que más me duele es que Jae lo sigue amando aunque creyese que habia mueto me pareció lo más tierno es como cuida de bichito eso es amor de madre y me alegra que tenga a tres grandes personas a su lado y bueno yo quiero que se encuentre y que yunho recupere la memoria porquie se nota que la perdió!
Shim Yunho? yo pensaba que era Jung Yunho kkkk y bueno muchas gracias por el cap lo esperaba con tantas ansias y tenía miedo que quedara en hiatus muchas gracias de verdad! escribes hermoso
Pobre Jae tanto tiempo sin Yunho, me da mucha curiosidad como es la cosa de que Yunho no recuerda a Jae o que pasa
gracias por actualizar
Es muy triste.....ToT
lo savia lo savia no podía estar equivocada yunho vive y de seguro su maldita madre le mintió a jae por que no lo quería para su hijo y no se por que yunho no lo recuerda a lo mejor y tiene amnesia o a el también le mintió y se olvidó de jae aggggggggggggggggggggggggggg quiero el siguiente por fis no tardes muero por saber bye te leo
Owwww mw partiste la matriz con este capitulo encima yunho aparece prometido, y cuando se vean de frente q pasara con un Joongie q tiene un hijo de su amor?, y yunho botara a la prometida (esa perra )e_e
Tu mujer dramatica espero q me hagas sufrir mucho pero q al final no me los mates xD y dejes juntos; *-*
Ajgsajsbusbsuddbsuaidbwudbw era YUNHO!!! ajshshahdhsgsjsuasggwhdhsjxsije
Jaesus, la mamá se salió con la suya -e- pobre de Jae ;; y Yunho OBVIO en el fondo reconoció a su Jaeboo ;3;
Ay~~ ojalá que la curiosidad haga regresar a Yunho y vea a Jaejoong y se vuelva a enamorar y deje a su prometida y que mande al queque lo que su mamà quiera u.u
Ajsgshs esperaré con ansias la siguiente actualizacion :3
Esta vivo Yunho, para mi que perdió la memoria en el accidente y la madre aprovecho de esto para llevárselo y hacerlo pasar por muerto ante Jae para que se olvidara de el. Pero el destino es que Jae sea para Yunho y Yunho para Jae y aunque la madre los haya separado ellos estarán juntos, bueno eso es lo que yo deseo. Gracias
yunho esta vivo que emocion y jae solo lo ama a el a pesar del el tiempo que apasado muchas gracias por capitulo estuvo muy emotivo
Hasta que aparecio Yunho!!!! U.U pero por lo que veo olvido a Jae...
Pobre de mi Jae, ya quiero que se encuentren cara a cara
Yunho esta vivo! !!! Pero comprometido :/ y al parecer perdió la memoria (?)
ohh~~ me encantó el cap :') ya quiero que se encuentren *0*
Lo sabia Yunho no estaba muerto !!!
Pero algo me confundió Yunho se apellida Shim ???
Bueno el bebe ya tiene 5 años y espero que Yunho ya no siga perdiendo la maravillosa experiencia de ser padre con Jae *w*
Dios mio Yunho esta vivo! Oh no se estaba pensando que era un hermano gemelo.. ...jajajaja no era Yunho.. ..lo sabia la vieja bruja les mintio a ambos.. ...seguro Yunho tambien piensa que Jae murió.. ...¿Pero, que posibilidad hay de que se vuelvan a ver? Por que Yunho no reconoció la voz de Jae.. .. ademas Shim Yunho.. ..ojos negros.. .no se es raro. ...espero solo este sobre analizando.. ..quiero a su Yunho con vida.. ..
5 años. ...su nene se ha de ver hermoso.. ..hijo del Yunjae.. .todo una belleza ...algo divino.. ...
Al fin aparecio Yunho, sabía que la loca de su madre se lo había llevado. Seguro perdio la memoria o algo y por eso no recuerda a Yunho y este ya esta comprometido. Agg detresto a su madre. Ah ya quiero que se encuentren para saber que pasa.
Gracias por compartir.
oh my god sun!!!!
es YunHo!!!!!!!1 (que no estaba muerto, andaba de parranda xP)
waaaa que intriga!!!
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