CAPÍTULO 7
¡El oso era enorme! Parado en sus patas traseras,
parecía medir más de dos metros, aunque mi percepción de su altura podría haber
sido afectada por mi terror. No sabía si los osos reaccionaban al olor de la
sangre o el miedo, pero yo seguía sangrando y definitivamente estaba asustado.
Había leído que, de encontrarse de frente a un oso, lo
mejor era tirarse a suelo boca abajo y estirarse. Aunque también había leído
que había que colocarse en posición fetal. Decisiones, decisiones… Todavía estaba recuperándome de la penosa
experiencia en el río y apenas podía pensar, y mucho menos decidir la
estrategia a seguir. Sabía lo suficiente como para no entrar en pánico o
correr. Pero no podía ponerme sumiso. Si algo pasaba, quería estar en condiciones
de, al menos, tratar de salvar mi vida.
Sacudiendo su cabeza, el oso abrió su boca y rugió.
Sus dientes eran enormes y sus patas monstruosas. Entonces se dejo caer en todo
en sus cuatro patas y comenzó a atacar.
Instintivamente, me giré para correr. Por el rabillo del ojo, capté un
vago movimiento. Un gruñido bajo, amenazador, diferente al del oso, resonó en
la zona. Giré de nuevo justo a tiempo para ver a un lobo saltar encima del oso.
Apresurándome hacia atrás, me tropecé con algo y caí
duramente sobre mi trasero. Pensé que debía utilizar la distracción del ataque
del lobo para correr, pero por alguna razón no podía apartar la mirada de los
animales que estaban gruñendo y atacándose unos a otros. El oso le dio un
zarpazo al lobo. Lo escuché aullar y pude ver borbotones de sangre en sus
cuartos traseros, donde las garras del oso rasgaron.
Pero no dio marcha atrás, ya que se agachó, situándose
entre el oso y yo. Pero yo no quería que este lobo muriera. No era el que había
visto la noche anterior. De eso estaba segura. Su piel era diferente, una
mezcla de colores castaños. El enseñó sus dientes.
Parado en sus patas traseras, el oso gruñó. El lobo
chasqueó. Un sonido bajo de advertencia vibrando desde su garganta.
Sabía que debería estar corriendo, pero simplemente no
tenía energía. Ahora que estaba de vuelta en el suelo, no sabía si sería capaz
de levantarme. Yo quería gritar, quería que uno de los sherpas me encontrara,
que me ayudara.
El oso hizo otro golpe al lobo, lanzándolo en el aire como
si fuera nada. Después del duro aterrizaje, el lobo se levantó, se puso en
cuclillas, y empezó a rodear al oso. Entonces se movió hacia delante, yendo
despacio, y mordió al oso en la pata. El oso lanzó un pequeño aullido, dio
medio vuelta y corrió.
Todavía en cuclillas, el lobo se volvió hacia mí.
¿Estaba yo a punto de convertirme en su víctima? Me acordé de lo que Yunho me
había dicho: Un lobo sano nunca había atacado a seres humanos. Traté de no
acobardarme. No quería que sintiera que tenía medio, que desconfiaba de él. Pero
el cansancio, el miedo, y todo lo que había perdurado desde que la cuerda se
rompió, me estaba reclamando, y empecé a temblar violentamente.
Tratando de recuperar el control de mí mismo, me
centré en el lobo en lugar de lo mucho que estaba lastimado. Me recordó a un
perro grande. Era la criatura más hermosa que jamás había visto. Su piel era
una mezcla de colores, todos ellos oscuros pero brillantes. Y sus ojos eran
como el chocolate, y no del color gris del lobo que había visto la noche
anterior. Tuve la extraña sensación de que me miraba, ¿Por qué me miraba? ¿Por
qué solo estaba allí parado?
Cuanto más tiempo se quedó allí, más cómodo me sentí
con él. Me sentí extraño por este tipo de lazos que no podía explicar exactamente.
Los lobos en mis pesadillas siempre fueron feroces, pero este me había salvado,
se interpuso entre el oso y yo. ¿Todos estos años dejé que lo que pasó con mis
padres afectara mis sueños? Tenía miedo de algo, pero no era del bosque o los
lobos. Se trataba de algo dentro de mí, algo que yo no entendía.
Oí una cacofonía de voces. Los demás. Pensé en el Dr. Kim
y su obsesión con los lobos.
― Corre ― le
susurre con voz ronca. ― ¡Ponte a salvo!
El lobo ladeó la cabeza, igual que si esbozara una expresión
crítica. Luego escapó, desapareciendo detrás de la densa vegetación.
― ¡Jaejoong! ― Junsu gritó.
― ¡Aquí! ― me quedé en donde estaba. Tratando
de reunir mis fuerzas.
― ¡Oh mi dios! ― Junsu lloraba mientras Key, Yoochun y Hyun Joong entraban al claro. Estaba
sorprendido de que Yunho no estuviera en el grupo.
Junsu corrió hacia mí, cayendo en sus rodillas, y
comenzó a frotar mi brazo, cuidadosamente para no tocar los arañazos. Se sintió
tan bien.
― Teníamos miedo de que te hubieras ahogado ― dijo Key mientras se unía a Junsu y comenzaba a
frotar mi otro brazo. El calor adicional era celestial. Me reí débilmente. Yoochun se
quitó su playera.
― Deberías quitarte tu playera húmeda ―
entregándomela.
― Yunho tiene uno como ese ― escuché decir a Hyun
Joong.
En el hombro izquierdo de la espalda de Yoochun había
un tatuaje, algo que parecía un símbolo Celta. Muy parecido al collar que tenia
puesto. Lleve mi mano al pecho y lo toqué, aliviado de saber que no lo había
perdido en el río.
―Sí, una iniciación de fraternidad ― dijo Yoochun. ―
Una locura ¿verdad?
Considerando las circunstancias, mi primer pensamiento
era absolutamente loco: no podía imaginarme a Yunho uniéndose a una
fraternidad. El pensamiento siguiente fue que él se había quedado atrás con los
otros y los suministros, en vez de asegurarse de que yo estaba bien. No pude asimilar
mi decepción.
― Vamos, necesitamos sacarte de esas ropas húmedas ― apresuró Junsu. La playera de Yoochun aún conservaba su calor
corporal y era tan reconfortante como una manta caliente. Me hacía sentir mucho
mejor. Mis pantalones cortos eran de un material de secado rápido, y aunque no
resultaban calientitos, al menos no estaba tan helado como antes.
― ¿Debemos hacer fuego aquí o solo regresar al
campamento? ― Changmin preguntó.
― Regresar al campamento ― dijo Yoochun. ― ¿Puedes cargarlo?
―Si, seguro ― respondió Changmin.
―Puedo caminar ― insistí. ― El movimiento me ayudará a calentarme más, ¿no creen?
―Si, probablemente ― dijo Changmin. ― ¿Puedes pararte?
¿Comenzar a moverte alrededor?
Asentí y de un tirón me puso sobre mis pies.
― ¿Qué hay sobre Yunho? ― preguntó Hyun Joong. ― ¿Por la
manera en que corría no debería habernos
encontrado aquí?
¿El no está en el campamento? ¿El vino tras de mí? Sentí esta pequeña chispa de alegría que hizo
que mis ojos picaran. ¿Qué tan raro era esto? Otra reacción tardía del trauma.
Eso era lo que tenía que ser. Yo no era especial para Yunho, el no era especial
para mí; excepto por un lazo del tipo ya que somos sherpas.
― Probablemente perdió de vista a Jaejoong en el agua
y corrió más allá de donde él salió ― explicó Yoochun. ― El chico está yendo a la universidad por una
beca de atletismo. El corre como el viento. Lo buscaré un poco más allá, veré
si lo encuentro. Ustedes chicos diríjanse de regreso. Jaejoong necesita beber
algo caliente mientras más pronto, mejor.
No esperó a que alguien discutiera con él. Empezó a
caminar en la dirección por la que el lobo había venido.
― Ten cuidado ― le dije. ―habían un lobo y un oso.
Yoochun se detuvo como si quisiera decir algo. Pero Hyun
Joong lo interrumpió
― ¿Donde?
― Aquí. Ellos pelearon. Ambos huyeron. El lobo está lastimado, si te
encuentras con él…
― No te preocupes. No me acercaré a él. Los animales
salvajes y yo no nos llevamos bien ― él se apresuró a irse para tratar de encontrar a Yunho y decirle que yo estaba
bien.
Cuando
regresamos al campamento, estaba contento de que las tiendas de campaña estuvieran
instaladas. Me deslicé dentro de la mía. Me deshice de mi short húmedo lo
suficientemente rápido. Me puse unos cálidos pantalones de franela y una
sudadera. Los rasguños que recibí ya no sangraban, pero puse algo de
antiséptico sobre ellos. Uno no puede dejar de ser demasiado cuidadoso en el
bosque. Luego tomé una manta, envolviéndola alrededor de mí, y salí para
sentarme cerca del fuego. Necesitaba un poco de comida reconfortante. Una bolsa
grande de galletas estaría bien. Pero yo no había preparado nuestras
provisiones.
Junsu me dio una taza de sopa.
― Toma eso. Te ayudará a calentarte. ― Se sentó junto a mí. ― Estábamos
tan preocupados.
― No tan preocupados como yo lo estaba.
― De acuerdo, no tomes esto a mal, pero me
alegra que hayas sido tu y no yo. No soy un buen nadador.
Él puso su brazo alrededor de mí y me abrazó con
fuerza.
―Dios, no sé si alguna vez he estado tan asustado por
alguien en toda mi vida.
Apoyé mi cabeza en su hombro. Pensé que podría dormir
justo allí. La única cosa que encontraría más reconfortante sería el hombro de Yunho.
Estaba tan conmovido por el hecho de que él había entrado en pánico y corrido a
buscarme, que me había pasado. Probablemente el estará enojado consigo mismo
cuando se de cuenta de lo que ha pasado. El no era perfecto. No es que planeara
señalárselo a él.
En ese momento Yunho y Yoochun regresaron al campamento.
―Yo tenía razón. El había corrido más rápido de lo que el río te
trajo hacia aguas bajas. El fue más allá de la zona en la que
saliste a tierra.
―Eso te pasa por tener el record universitario en los
mil seiscientos metros planos ― dijo Changmin.
Yunho apenas hizo caso del comentario de Changmin. Se
agacho delante de mí y me preguntó:
― ¿Estás bien?
― Si ― respondí, avergonzado por toda la atención. ― No quise causar tanto
alboroto, no sé por qué la cuerda cedió.
― ¿No te dijeron? ― Le di una mirada confusa.
― ¿Decirme que?
― Alguien rompió la cuerda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario