Sí antes de
probar los labios del otro, estar sin él era un martirio, ahora era peor que
una tortura. YunHo se paseaba de un lado al otro de la sombra, aguardando por
el momento en el que JaeJoong llegara. Y sus ojos marrones brillaban al verlo
acercarse.
Si por
alguna casualidad demoraba más de lo normal, YunHo se adentraba a la luz, su
necesidad por el ángel le llevaba a cometer imprudencias con tal de verlo. Una
ocasión había ido más allá de las ruinas, hallándolo a medio camino y así,
juntos regresar a lo que ambos ahora consideraban su lugar especial.
Junsu había
notado el extraño comportamiento de su amigo, pero no había tenido la
oportunidad de estar con él más a
menudo, ya que uno de los arcanos le había encomendado una nueva misión,
por lo que creía que JaeJoong pasaba largos tiempos solo, cantando a las aves o
buscando pelea con los querubines. Aunque si lo pensaba bien, la mayoría de las
riñas las iniciaba él pues creía que los querubines eran muy alzados.
Cuando Junsu
veía a JaeJoong caminar tan distraído, cantando melodías más suaves a las que
acostumbraba, como nanas, pero de alguna forma diferente a ellas, o lo
encontraba mirando el cielo, sonriendo como tonto, se preguntaba ¿qué era lo
que pasaba con su amigo? No le molestaba en lo más mínimo su actitud ensoñadora, esa actitud le
recordaba a la suya propia, y verlo tan feliz, aunque no supiera porque, le
hacía feliz también.
Lo que
ninguno sabía era que la luz y la oscuridad no pueden estar juntas, pues ambos
son opuestos, y juntos, solo provocan daños, sombras que no son ni de un lado
ni del otro.
YunHo es un
demonio de sangre pura, JaeJoong un ángel, y el destino no los tiene
contemplados juntos...
* * *
JaeJoong
llegó a las ruinas, lo más rápido que pudo, sin embargo, notaba que algo no
estaba bien, le dolía la espalda, sentía que sus alas pesaban un poco más de lo
normal. No es que normalmente las alas de los ángeles pesen, simplemente que
las suyas se han ido haciendo pesadas poco a poco.
Inhaló y
exhaló, tratando de regular su respiración. Si bien era un ángel, raramente
utilizaban sus alas si no era para ir a alguna misión, solo los querubines
hacían lo que querían, pero JaeJoong jamás desobedecía las órdenes. Bueno a
excepción de mantener una relación prohibida con un demonio.
YunHo salió
de su escondrijo detrás de un muro, notaba como su bello ángel intentaba
respirar normalmente. Sus mejillas estaban sonrosadas por el esfuerzo, sabía
que ellos no usaban sus alas, y el hecho de que hubiese llegado corriendo hacia
él, lo hacía feliz. Estar con JaeJoong lo hacía inmensamente feliz, incluso
había notado que la frialdad en su cuerpo se estaba yendo, conforme más tiempo
pasaba con su ángel, menos demonio se sentía.
―Te
esperaba ―le sonrió.
JaeJoong se
sonrojó al verse descubierto con casi la lengua de fuera, pero también se
sonrojaba cada que YunHo lo miraba. Entonces notó algo diferente en su amor.
Las usualmente puntiagudas orejas de YunHo estaban siendo cada vez menos afiladas,
sus marcados colmillos visualmente reducidos, por lo que en general, se podría
decir que YunHo estaba adquiriendo una expresión más suave y menos salvaje.
Aunque, lo
mirara por donde lo mirara, a JaeJoong simplemente le parecía demasiado
atrayente. Ese era su YunHo y él le pertenecía a YunHo.
Recostados
sobre la fina hierba pasaban las horas hablando, entre besos y abrazos de cómo
era el lugar donde cada uno venía. YunHo por lo general evitaba el tema, pero
no podía dejar de contarle algunas cosas chuscas que sucedían en la oscuridad,
más allá de las sombras.
Y,
entonces, ambos se imaginaban cómo sería un mundo donde la luz y la oscuridad
convivieran sin inconveniente, pues bien sabía JaeJoong que no sobreviviría en
la oscuridad, y YunHo, bueno, ya estaba viendo los cambios en él. Aunque no
estaba seguro si esos cambios eran para bien o para mal.
―Te noto
cansado ―YunHo le dijo.
―Quizá un
poco ―admitió.
―¿Te han
hecho trabajar mucho? ―preguntó, a pesar de que ambos sabían que trabajar no
era exactamente lo que JaeJoong hacía, solo en contadas ocasiones en las que
ayudaba a los otros con sus tareas.
―Mhumm ―no
afirmó ni negó nada.
Tomando eso
como una afirmación, YunHo lo atrajo al calor entre sus brazos, esperando que
su dulce ángel conciliara el sueño y su cuerpo descansara. Acarició los cabellos
azabaches de JaeJoong, mientras el ángel cerraba los ojos poco a poco,
sintiendo su cuerpo más cansado de lo que hubiera estado antes.
Las alas de
JaeJoong eran suaves, blancas y esponjosas, YunHo las acariciaba como todo el
frágil cuerpo de su amado, que con cada día se veía más deleznable. YunHo
frunció el ceño ante tal pensamiento. Las suaves plumas cosquilleaban entre las
palmas de sus manos, y la sensación era demasiado agradable. Las plumas se
hacían cada vez más suaves y más finas conforme se acercaban al nacimiento en
el omóplato de JaeJoong.
De pronto
JaeJoong comenzó a zumbar, o eso le pareció a YunHo, pero pronto se dio cuenta
que lo que en realidad pasaba era que su ángel estaba ronroneando ante la
felicidad de que alguien acariciaba sus plumas de tal manera. Y, YunHo
reverenciaba el cuerpo de su amado como a la luz misma.
Los ojos de
JaeJoong se abrieron de golpe, YunHo pudo mirar el fuego arder dentro de ellos.
Se hubiera asustado al reconocer un sentimiento carnal, de no ser porque él mismo
lo sentía con la misma o mayor intensidad que su ángel.
Y así, poco
a poco, YunHo llevó por el camino del placer a JaeJoong, quien conoció por
primera vez las sensaciones del amor carnal...
* * *
Se dice que
toda acción tiene una reacción. Si bien todos notaban que algo le pasaba a
JaeJoong, nadie estaba seguro de qué.
Los rumores
se esparcieron, diciendo que a JaeJoong un demonio lo había tentado y que le
había robado el alma. Lo cual no estaba lejos de ser verdad, pero Junsu debía
comprobarlo con sus propios ojos.
Cuando su
hubo desocupado de sus tareas, se apresuró donde JaeJoong siempre estaba. Solo
él y JaeJoong solían ir tan lejos, pero se sorprendió hasta casi el punto de
gritar cuando vio que su amigo no estaba solo. Con él un imponente demonio se
encontraba.
Su primer
impulso fue gritar, pues creía que el demonio atacaría a JaeJoong, pero jamás
imaginó ver la sonrisa tonta de su amigo dirigirse hacia a aquel sujeto. Y lo
más sorpréndete no fue eso, sino la forma tan amistosa en la que el demonio
trataba a JaeJoong, hasta que la unión de sus labios le probó a Junsu que era
verdad, que un demonio había robado el alma de JaeJoong.
―¡JaeJoong!
―gritó, entrando en el campo de visión de ambos.
JaeJoong
tembló. Había sido descubierto, y sin duda habría un castigo por infringir las
reglas. Lo soportaría todo, todo, pero jamás que lo separaran de YunHo, y eso
era lo que sin duda harían. Eso sin contar con lo que le harían a YunHo,
imaginarlo en una cárcel de luz, con llagas brotando de su piel morena y
sufriendo por las lesiones, oprimía el corazón de JaeJoong.
YunHo sabía
que esto pasaría algún día, pero deseaba con todas sus fuerzas que no hubiese
sido así, aún quería compartir muchas cosas con JaeJoong, y no permitiría que le separaran de él sin dar pelea. Mucho
menos que le hicieran algo a su dulce amor.
Con un
férreo abrazo YunHo sostuvo a JaeJoong, para después poco a poco colocarlo
detrás de él, cubriéndolo de esa manera con su cuerpo.
A Junsu le
extrañó que el demonio tratara de proteger a su amigo, pero eso era lo que
estaba pasando.
―Junsu ―la
voz temblorosa de JaeJoong sonó detrás de aquel hombre. Solo los ojos negros de
su amigo se veían a través de él, y le dolió en el alma al ver en los ojos de
su amigo el miedo y la confusión.
―Jae...
¿tú...?
―Perdóname.
Yo... ―los ojos negros de JaeJoong lo traspasaban, y entonces Junsu supo que lo
que su amigo tenía antes de que este lo pronunciara. ―Yo lo amo.
Junsu no
podía decir que no lo notaba, porque incluso sin haberlo conocido, la forma en
la que ellos se miraban le decía que eso que tenían era lo que pocos conocían,
lo que muchos anhelaban y que, sin embargo, para ellos, estaba prohibido: amar.
Y más aún, amar a un demonio.
Junsu no
tuvo el valor, ni el corazón para romper la felicidad en la que su amigo se
veía envuelto cada que los brazos del demonio lo sostenían. Tampoco podía
evitar sonreír cuando los veía sonreír, y por un segundo Junsu sintió una
punzada de envidia al querer un amor similar.
Sin
embargo, las cosas no se pueden retrasar más de lo que se puede, y el momento
llegó.
Si bien
Junsu no los delató, incluso los solapó por un tiempo más al acompañar a
JaeJoong hasta las ruinas y de regreso, el final estaba cerca. Junsu lo notaba
a cada paso que daban. JaeJoong estaba debilitándose. Así como su demonio
estaba cambiando, a JaeJoong se le estaba yendo la vida poco a poco.
Llegó el
momento en el que a JaeJoong le pesaban tanto las alas que tenía que apoyarse
en Junsu para poder llegar hasta donde YunHo, quien lo miraba con mucha
preocupación e impotencia al ver a su amor esfumándose poco a poco.
YunHo había
escuchado acerca de la muerte de los ángeles, más bien ellos no morían, solo
desaparecían y regresaban a su lugar de origen, la luz. Al igual que los
demonios regresaban a la oscuridad cuando su fin llegaba.
YunHo podía
ver el gran esfuerzo que JaeJoong hacía con tal de verlo, y sufría tanto con
él, como Junsu por ellos.
Pero, Junsu
no estaba dispuesto a dejar ir a JaeJoong, sabía que el demonio tenía todo que
ver con el desvanecimiento de su amigo, pero debía estar seguro de que hacer
pues creía que el alejarlo simplemente no resolvería el dilema. Además de que
seguro JaeJoong se iba detrás de él.
Así que con
el alma pendiendo de un hilo, Junsu fue donde uno de los arcanos en busca de
consejo.
―Gran
Arcano ―saludó muy formalmente a uno de los más sabios ángeles del lugar.
Aquel, solo asintió con la cabeza, dándole a entender su saludo y que
continuara con su extraña visita. Junsu no sabía bien por donde abordar el
tema, pronto sus ojos se posaron en la inmensa cantidad de libros alrededor de
ellos, y así la respuesta vino a su mente. ―Señor, tengo curiosidad por algo
que he visto... leído ―se corrigió.
―Los
jóvenes ángeles siempre son curiosos ―respondió con una voz profunda y
familiar.
Junsu lo
miró sin entender, pero después de un rato continuó: ―Gran Arcano, he leído
acerca de ese sentimiento llamado amor.
―El amor es
un término casi tan infinito como la luz. No trates de entenderlo Junsu. El
amor no se entiende, se siente, desde lo profundo de tu pecho.
Junsu
asintió. Conocía el amor al cual el arcano se estaba refiriendo, pero ese no
era lo que él quería realmente preguntar. ―Como los ángeles que somos, ¿nos
podemos enamorar? ―preguntó sabiendo la respuesta.
El arcano
lo miró, ninguna señal que reflejara algún tipo de molestia o duda, nada.
―Somos criaturas al servicio de la Luz. El único amor que debemos sentir es el
amor por las demás criaturas.
―Y si... ¿y
si uno de nosotros se enamorara?
―Junsu ―le
llamó suavemente. ―Si un ángel se enamorara, lo sería de una criatura egoísta,
pues ha buscado el amor de un ángel para él solo.
«Egoísta». Repitió en su mente Junsu. La Sombra
que acompañaba a JaeJoong bien podría entrar en esa categoría.
―¿El ángel
sufriría las consecuencias por amar a un solo ser?
El arcano miró
significativamente a Junsu antes de responder.―Eso depende de la criatura que
logre capturar su corazón, pero sí, al final siempre hay una consecuencia.
Junsu
frunció el ceño, no le gustaba para nada aquello. No creía que el amor fuera
malo, y tampoco que la Sombra que con tanto empeño cuidaba de su amigo fuera
tan malo, pero el arcano estaba en lo cierto, desde que JaeJoong conoció a la
Sombra, cambió, y ahora poco a poco se desvanecía.
―Te contaré
una historia Junsu ―habló el arcano, sabiendo bien el porqué Junsu estaba ahí,
pues para él nada estaba oculto a sus ojos. ―Hace mucho tiempo, un joven ángel
como tú vino con las mismas preguntas. Se había enamorado de una criatura
inferior, una de las que tenemos a nuestro cuidado, y por ella hizo muchas cosas,
hasta renunciar a sus alas. Jamás volvió a surcar este hermoso cielo que ves.
No podría decirte que fue infeliz, pero tampoco fue feliz totalmente. Somos
seres de luz, y en la luz es donde
estamos completos.
―Se enamoró
de una criatura a la que estamos destinados a cuidar ―repitió más para sí
mismo. ―Pero... pero... ¿qué sucedería si no es una criatura que vive bajo la
luz?
Los ojos
del arcano se abrieron solo un poco, pero no hubo más señal de asombro. ―Si es
una criatura de la oscuridad la que robó el corazón de un ángel, este está
destinado a morir a manos de la misma oscuridad por la que se dejó poseer.
―Junsu asustado se llevó las manos a su boca para acallar el grito que salía de
su interior. ―Debes entender Junsu que la luz y la oscuridad no son, ni están
destinadas a estar juntas. La lucha entre ellas mermará la vida del ángel. Es
por eso que JaeJoong está enfermando cada vez más. ―Los ojos de Junsu se
abrieron mucho más al saberse descubierto. ―El demonio no posee malas intenciones,
de lo contrario al entrar en contacto con la luz hubiese quemado su carne, sin
embargo, si hay consecuencias también.
Junsu pensó
en el aspecto menos mortífero que tenía la pareja de JaeJoong y la fragilidad
de su amigo. Entonces lo comprendió. La lucha entre la luz y la oscuridad se
libraba dentro de cada uno de ellos. Y en ambos la luz iba ganando la batalla.
Desgraciadamente, para que la luz ganara
dentro del demonio, JaeJoong estaba cediendo la suya propia, acortándole la
vida.
«Lo que es de la luz, a la luz regresará...»
Junsu
apretó los puños en señal de frustración. ―¿Cómo lo podemos evitar?
El arcano
lo miró con curiosidad, tanteando la posibilidad de no responder a la pregunta.
―Lo que ha de ser, será.
Esa no era
una respuesta, por lo que Junsu presionó. ―¿Si ellos dejan de verse JaeJoong
mejorará?
―No lo
hará. Lo único que hará quedarse a JaeJoong bajo la luz es que deje de ceder su
vida por otra, pero eso tampoco sucederá.
Junsu no
comprendía, o no quería comprender las palabras del Arcano, se negaba a pensar
que tendría que ver a JaeJoong fundirse en un rayo de luz.
―¿No hay de
verdad ninguna solución? ―preguntó con el corazón desesperado.
―La única
está más allá de nuestra naturaleza...
Esas fueron
las últimas palabras que escuchó Junsu, pero que sin embargo, calaron dentro de
él. ¿Qué habría querido decir con eso? ¿En verdad JaeJoong lo dejaría? ¿No
había nada que hacer? Nada...
«¡No!»
Junsu no lo
permitiría, jamás permitiría que alguien o algo dañara a JaeJoong. Debía alejar
a ese demonio de su amigo. Debía, por lo menos lo intentaría...
«La única solución está más allá de nuestra naturaleza...»
* * *
Acurrucado
en sus brazos, YunHo observaba el hermoso rostro de JaeJoong, que ahora dormía
tranquilo, pero se le notaba más y más frágil a cada día que pasaba. No habían
abandonado las ruinas desde hacía tiempo, ninguno de los dos necesitaba de
alimentos, pues JaeJoong vivía de la luz y YunHo de las sombras, elemento al
que curiosamente no necesitaba ahora.
Los ojos de
JaeJoong se abrieron, grandes e inmensamente negros, lo miraban con tanto amor,
que YunHo sabía que haría cualquier cosa por él, y, se sentía impotente al
desconocer la causa que aquejaba la vida de su ángel.
Depositó un
suave beso en la frente, acariciarle las alas siempre relajaba a JaeJoong, y
mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla al ver como la vida de su
amante se esfumaba, YunHo, sobaba sus grandes alas blancas, mientras que
JaeJoong se volvía a sumir en un profundo sueño.
―Debo
hablar contigo ―le dijo una voz a sus espaldas. YunHo giró solo un poco al
comprobar que era Junsu, el ángel torpe, quien ahora en sus ojos se veía
reflejado el dolor.
Dejaron a
un JaeJoong dormido bajo la sombra de un árbol, mientras ellos iban un poco más
allá, cerca de la poza sin fondo.
YunHo
miraba la espalda de Junsu con inquietud, sabía que lo que le dijera no era
bueno, por lo que esperó hasta que el otro hablara.
―Lo que es
a la luz, a la luz regresará ―susurró como un mantra Junsu, pero aún así YunHo
alcanzó a escucharle. Apretó los puños pues eso solo significaba una cosa,
pronto, su amor se fundiría en motitas de luz. ―Debes irte ―le dijo con
firmeza. ―Márchate ―ordenó.
YunHo
inhaló profundo. ―¿Es esa la solución?
―No lo sé…
―No lo
haré. Me necesita tanto, como yo a él.
―¡Criatura
egoísta! ―exclamó, dándose la vuelta para por fin mirarlo de frente. Junsu
lloraba. ―¡Prefieres verlo morir en lugar de conformarte con verlo de lejos!
―Sí esa
fuera la solución con gusto me iría. Jamás preferiré verlo morir, yo lo amo…
―¡No! ―sollozó
Junsu aún con más fuerza. ―¡Tú no lo amas! ¡Si lo amaras nunca te habrías
acercado!
―Cuando me
acerque no sabía ni siquiera que esto que siento es amor, yo…
Un leve
grito lo interrumpió. JaeJoong se quejaba. Desde donde estaban JaeJoong se veía
retorcerse. YunHo corrió a su lado, mientras aferraba el cuerpo de su amante
para tranquilizarlo. Las alas de JaeJoong se extendieron rígidas para después
contraerse en un estado al que YunHo supuso no era normal por el grito que
tanto Junsu como JaeJoong profirieron, el primero por asombro, el segundo de
dolor.
JaeJoong
abrió los ojos al sentirse envuelto en los cálidos brazos de su amante, y las
lágrimas de sus ojos no podían dejar de brotar. Dolía, dolía en demasía. Nunca
antes había experimentado dolor, pero pronto las punzadas en todo su cuerpo se
hacían cada vez más fuertes.
Sus alas,
de nuevo se extendieron y contrajeron una vez más, esta vez, mandando a
JaeJoong a la inconsciencia por el dolor. YunHo lloraba impotente sin saber qué
hacer, más que tratar de tranquilizarlo, sobarle las alas y consolarle con
dulces besos. No podía hacer más.
Junsu
tiraba de sus cabellos por la desesperación de saber que pronto perdería a su
amigo, lloraba y apretaba con fuerza sus puños. ¿Qué debía hacer? No podía
perder al único amigo que tenía. No podía…
YunHo
levantó en brazos a JaeJoong, acercándolo a la poza, imaginando que un poco de
agua le vendría bien. Con suavidad lo recostó sobre la mullida hierba, y con
cariño acomodó sus cabellos, mientras él mismo tomaba agua de la fuente y se la
pasaba a JaeJoong con un beso.
Junsu los
miraba, abnegado en su propio sufrimiento, en la agonía de ver un amor que no
debía ser, en el desconsuelo del propio YunHo, en el dolor de JaeJoong…
Se acercó a
ellos, llorando, por ellos, por él mismo…
YunHo se
levantó, JaeJoong aun recostado en la hierba más tranquilo…
«No puedo perderlo».
YunHo
mirando fijamente a Junsu, a quien se le veía una extraña actitud. Lloraba,
pero sus ojos estaban llenos de decisión.
«No importa si me condeno».
Junsu
levantó los brazos poco a poco hasta llegar al cuello de YunHo, sintiendo la
gargantilla de aros de plata que suele portar.
YunHo sin
saber qué hacer, retrocede dos pasos, adentrándose solo un poco en la profunda fosa
de agua, perdiendo su gargantilla en aquel acto.
«No importa si me odia…»
Las
pequeñas manos de Junsu se cerraron en el cuello de YunHo. Primero sin fuerza,
sin convicción, después con presión…
«No importa si me desprecia después… Yo ¡no lo puedo perder!»
Las manos
de Junsu apretaron con gran fuerza el cuello de YunHo hasta que este se estaba
quedando sin aire. Por la impresión del momento YunHo no hizo nada, pero ahora
al ver que Junsu de verdad estaba tratando de aniquilarlo, su primer instinto
fue tratar de salvarse.
Pero, las
lágrimas de Junsu seguían cayendo por su rostro, y entonces, él también lo
entendió.
«Esta es la única manera de salvarte… mi amor…»
Sus ojos
marrones se fijaron en los castaños de Junsu, y sabía que así debía ser.
Entonces si hubo alguna oposición de su parte ya no la habría más. Después,
dejó que su mirada vagara hasta el cuerpo flácido de JaeJoong, que estaba
brillando poco a poco.
«Mi JaeJoong… mi dulce ángel…»
YunHo dejó
que Junsu le quitara de sus pulmones todo el aire, que lo arrastrara hasta
donde el pozo es más profundo y, cerrando los ojos se dejó caer en la
profundidad de la cuál nada regresaba, hundiéndose en el azul casi negro de las
aguas de la fosa.
«Adiós, mi amor…»
Y, así fue
como Junsu acabó con la vida de un demonio, del demonio que le había robado el
corazón a su amigo. En cuanto vio a YunHo hundirse comenzó a reír, pues era
feliz porque sabía que ahora todo estaría bien, pues JaeJoong viviría.
Extendió
sus alas mientras carcajeaba de felicidad, no notando que estas no eran
blancas, sino de un profundo color negro, como el cabello de JaeJoong, y voló
por los aires, dando volteretas mientras profería grititos de felicidad.
* * *
JaeJoong
abrió los ojos de golpe. Junsu aún estaba en el agua. Vio las alas blancas de
su amigo tornarse oscuras hasta volverse totalmente negras. Buscó a YunHo con
la mirada, su corazón latiéndole dolorosamente, con esa sensación de que algo
estaba mal.
Las alas
negras de Junsu se extendieron y voló, aún riendo. JaeJoong se incorporó poco a
poco, viendo que su cuerpo no estaba tan fuerte como antes, pero no sentía el
dolor desgarrador de solo hacía unos instantes.
Comenzó a
hiperventilar. Desesperadamente buscaba con la mirada a YunHo.
A dos pasos
de él, encontró su gargantilla de tres aros de plata, justo en la dirección
donde Junsu estaba, justo hacia la fosa de agua.
Lo supo…
Su corazón se
estrelló del dolor que sintió al haber perdido a su gran amor. Porque JaeJoong
siempre había sabido que era lo que pasaría si seguía al lado de YunHo.
Desde hacía
mucho tiempo había aceptado su destino de volver a la luz, pues sabía que esa
era una consecuencia de su desacato por amar a un demonio de sangre pura.
Porque si, JaeJoong sabía qué era YunHo, y aún así no le temió, aún así lo amó
con todo su ser, esperando que el fruto de su amor por YunHo fuera sacarlo para
siempre de la oscuridad. Y ahora, ahora no podría hacer nada, pues ahí estaba él,
con el corazón destrozado por la muerte de su amante.
Miró hacia
arriba, donde Junsu daba vueltas. Sus alas negras extendiéndose en todo su
esplendor como las alas de un cuervo. Y lo odio. Lo odió por haberle rebatado
al amor de su vida, lo odió por no dejarle otro camino más que este.
Cuando
Junsu vio que JaeJoong se ponía en pie, se precipitó hacia él, dispuesto a
ayudar, sabría que su amigo estaría un poco rejego a él, pero algún día
entendería que lo había hecho por su bien.
JaeJoong
volteó solo un segundo, encontrando su mirada con la de Junsu. Sus ojos negros
denotaban dolor, un amarguísimo dolor. Y, entonces, las alas blancas de
JaeJoong se extendieron y arrojó a la profundidad de las aguas.
Solo un
leve chasquido se escuchó cuando JaeJoong se adentró en ellas para jamás volver
a salir.
Porque, si
en esta vida eterna que les daba la luz y la oscuridad no pudieron estar
juntos, sus almas se buscarían una y otra vez, hasta que se encontraran, y así
vivir lo que se les fue negado a compartir juntos…
Un destino…
Un amor…
* * *
Desde que
tiene uso de razón, YunHo siempre ha soñado con aquel hermoso ángel de cabellos
negros y piel blanca como la nieve, ojos de un negro casi azul y profundos como
los mares, con una boca roja como las fresas.
YunHo
siempre lo ha amado, siempre lo ha buscado. Y, lo que más anhela en este mundo
es encontrarse con ese par de ojos negros.
―¿Estás
divagando de nuevo? ―le preguntó su buen amigo ChangMin.
―No, solo
pensaba ―respondió, guiñándole un ojo a las chicas que por su lado pasaban.
―A eso, mi
querido amigo, se le llama divagar. Por otro lado, creo que deberías ser algo
más formal con las chicas ―comentó mientras salían de clases. ―No es que sea
malo que te enredes con unas y con otras, pero a lo mejor si tuvieras una novia
fija no pensarías tanto en aquellos sueños.
YunHo le
había confesado hace varios años, que soñaba con un hermoso ángel y que él
deseaba más que nada verlo aunque sea solo una vez.
―No ―respondió
firmemente. ―Yo no puedo amar a nadie, porque mi corazón ya tiene dueño.
―Claro, uno
que no es real porque solo vive en tus sueños.
―Es real,
lo sé.
―¿Y cómo
sabes tú que aparecerá?
―No lo sé. Yo
solo lo siento aquí ―dijo tocándose el pecho.
ChangMin
levantó una ceja, pero no dijo más. No creía que ese sueño fuera real, pero los
sentimientos de su amigo por aquel ser sí lo eran.
―¡Hey! ―una
conocida voz les saludaba. Yoochun, otro buen amigo de ellos se acercaba con
paso tranquilo. Llevaba por los hombros a un delgado chico, que bien podría
pasar por chica, pues su cabello negro era lacio, ligeramente largo y ocultaba
el rostro del muchacho que se veía demasiado tímido al ser arrastrado por su
amigo. ―Encontré un lindo gatito ―comentó, refiriéndose al muchacho que venía
con él. ―Es nuevo en la escuela y no quise dejar que se perdiera por ahí.
ChanMin
comenzó a reír. YunHo quien hasta el momento no había reparado en el chico, lo
miró con curiosidad.
Su corazón dio
un brinco al ver al frágil muchachito, y después se detuvo al ver el rostro del
chico, que, por fin había levantado la cara, topándose directamente con unos
ojos negros casi azules.
―JaeJoong ―susurró.
JaeJoong se
perdió en los ojos marrones que lo miraban, ojos con los que había soñado
tantas noches, ojos de los que sabía estaba enamorado, ojos que ahora le
miraban con amor…
Y, al
escuchar su nombre susurrado por aquellos labios adornados con un lunar,
JaeJoong tembló. Su alma sintiendo el reconocimiento de la otra a la que
siempre ha buscado.
―YunHo ―dijo,
al tiempo que se lanzaba hacia sus cálidos y conocidos brazos. Pues si bien,
esta era la primera vez que se veían, ellos ya se conocían en sueños.
No hubo
más, se miraron solo un momento antes de que sus bocas se buscaran ansiosamente,
sin importar todo lo demás, pues por fin esas dos almas se habían reencontrado
en un mundo donde la luz y la oscuridad es capaz de convivir sin la necesidad
de ocultar quienes son.
En este
mundo donde no hay blanco o negro, hay doscientos cincuenta y seis tonos de
grises entre uno y otro. Por lo que aquí, ellos serán felices, viviendo lo que
una vez no pudieron, pero amándose siempre y en todo lugar. Porque aquí ya no
serían prisioneros de su condición, solo serían cautivos de su amor.
FIN
**************************************************************
N/A: A todos muchas gracias por seguir este miniserial. Originalmente estaba planeado para ser solo un shot, luego, dos y al final fueron tres partes. Disfruté escribiendo mi propia versión del MV de "Prisioner" de Fuwa Sho. *_* Espero les haya gustado. Nos estaremos leyendo! :)
22 comentarios:
Aparto para que no me roben el primer comentario xD
T-T el hecho de que no hayan podido ser felices en esa primer vida que vivieron juntos me dejó una sensación agridulce, pero siendo seres tan diferentes y de mundos opuestos, era de esperarse que todo terminara en tragedia, y Junsu, por el gran cariño que le tenía a JaeJoong creo que también resultó perjudicado ;-;
Afortunadamente su amor triunfo y que se hayan vuelto a encontrar en su siguiente vida quiere decir que estaban destinados a estar juntos, que hermoso!
Como siempre un gran trabajo, gracias por compartir <3
Fuiste la primera en saber! :) Sí, era un hecho que no podrían vivir juntos en la "luz" pero me gustan los finales felices! :)
ya sospechaba que el unico lugar donde podian estar era la tierra que hermoso fue tan triste lo que hizo Junsu pero al final se encontraron gracias por compartir la historia ^^
qué buenísimo, se me hizo un nudo en la garganta cuando se reconocieron.
tan enamorados que estaban ,y tan trágicamente que tuvieron que separarse al ser ángel y demonio, que ese amor tan grande que se tenían no podía ser malo, y debía triunfar ante todo.
me mató eso de los doscientos cincuenta y seis tonos de grises.
a mí me pueden las historias de las almas que se buscan a través del tiempo. particularmente creo en eso y me gusta leerlas y ver que en algún lugar del espacio y tiempo se reencuentran y por fin son felices.
a eso venimos a este mundo, a ser felices, a alcanzar la felicidad y si Dios o el destino nos permiten ,encontrar entre tanto millones y millones de seres humanos a nuestra alma gemela.
gracias por compartir tan bella historia, siempre agradecida contigo.
muy muy hermoso me encanto aun que me asuste por que pensé que terminaría mal con la muerte de ambos no seria un final feliz poro después de que murieron por fin lograron encontrarse y reconocerse me dio mucha alegría por que por fin pudieron llevar acabo su amor sin que sufrieran ningún tipo de consecuenciar por querer estar juntos y amándose
bellicima . pudieron estar juntos des pues de todo , muchas gracias escribir y compartirla me gusto mucho
No pense q junsu matara a yunho, resulto ser malo xD imagine a junsu con sus alas negras y haciendo ruido por su victoria.
Lo bueno fue, que al final pudieron estar juntos. >< aww debiste hacer un epilogo xD de esos dos, porque queda inconcluso y con un final q dbemos imaginar xD malvada dejas con ganas.
muy pero muy lindo...
me pregunto que habra sido de el pobre Junsu
el solo queria a Jae de forma egoista y termino quedandose solo ..u.u
어마야~~ ya estaba llorando cuando Yunho dejó que Junsu lo matara ;0; y Jae se sacrificó por su amor ;3;
Y sin saberlo, lograron llegar al único lugar donde podrían amarse♥
Gracias por compartirnos esta historia ;;
Sólo me quedo la curiosidad de que fué lo que le pasó a SuSu :(
ME HIZO LLORAR Y,Y
waaaa me encantoooooooooo <33333333333333333
muchas gracias por esta fantastica historia n,,,,,,,,,,,,,n
amándose, siempre buscándose y al final se encontraron, hermoso muy bonito gracias.... :)
Muy hermoso y precioso final, me encanto, aunque no pudieron ser felices totalmente en sus mundos diferentes encontraron uno donde ambos son completamente uno del otro, con la ayuda de Junsu que aunque no lo supo los unió para siempre. Una pregunta que paso con Junsu, porque al ser un ser de luz asesino a Yunho, que castigo le pusieron? O nada más fue el cambio de color de alas y quedarse sin su amigo?... Gracias
me encanto <3 <3 ya me estaba asustando que iba a tener ese final tan trágico :'( me sorprendió junsu no pensé que terminaría matando a yunho ..
yunho y jaejoong se siguieron amando hasta en otra vida aww..! que lindo
Muchas Gracias me gusto mucho ;)
wooo me encanto ya sabia que era la tierra cuando Junsu fue a hablar con el angel para ayudar pero esa ayuda q al final el decidió de matarlo casi llorando cuando lo estaba matando para salvar asi a Jae pero el no podia estar en un lugar donde el ya no estaba ...me encanto q su amor no se desvaneció y sus almas siguieron amándose después q se encontraran en la tierra ^o^
gracias :)
Lloré... Cuando Jae perdió a Yunho... Y me enoje por el egoísmo de Junsu... Aunque también tuvo su castigo.... Son lindos tus fics...
Oh Dios! Llore cuando Junsu mato a Yunho...llore cuando Jae se arrojo al pozo...llore por su mala suerte....y luego sonrei cuando hubo otra oportunidad.....
De verdad hermoso......Tengo una lista de los mejores Fics*Oneshot, seriales, drabbles..* y este definitivamente va a ella.....
Gracias....fue hermoso!!!
Mi ambision quiere una secuela......
muy bonita historia ;O;
Hija le distes un gran final me encanto pobre Junsu alfin y alcabo se quedo solito pero buen al menos Jae y Yunho anda juntos un amor lindo lindo y tierno eeeeeeh vija YunJae a lo grande hahaha
Aunque me esperaba un final así. Me dio mucha tristeza por Junsu, al final él salió perdiendo... U.U
En la historia estaba esta historia me recuerda a otra, pero no daba con ella. Jaja despues se me recorde al PV de Fuwa Shô de skip beart y me tu lo mencianste desde el principio que mala lectora soy
Esta historia es realmente hermosa!! Mi kokoro!!oww... Ellos estaran juntos x siempre!
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