¿Alguna
vez has estado enamorado? Yo no, a los 15 solía gustarme alguien, quizá ese era
amor, no, solo era enamoramiento, pero si hubiera sido correspondido
seguramente se habría transformado en amor. Pero siempre se aprende algo ¿no?
En mi caso aprendí dos cosas, sobre besos húmedos y mi preferencia sexual. Acababa
de cumplir 15 cuando todos los chicos de mi clase comentaban acerca de sus
pubertas experiencias sexuales, la verdad era que hasta ese momento nadie me
había interesado así que por seguir la corriente bese a una chica ¡puaj! Aun el
simple recuerdo me hace sentir nauseas, resulta que al ser mi primera
experiencia no me fue muy agradable, la chica introdujo su lengua en mi boca
sin ninguna consideración hasta casi tocar mi garganta, sin siquiera tener ese
agradable jugueteo, no, nada, solo se quedo ahí estática ahogándome con babas
ajenas. A ese hecho le atribuyo que no
me gusten las chicas. Poco tiempo después conocí a un agradable chico,
que siempre me hacía reír hasta que la panza me doliera, él fue mi amor de secundaria,
pero como dije, no fue correspondido, así que le olvide rápidamente.
Mi
vida se limitaba ser simplemente feliz, nunca me han gustado las cosas
complicadas, esa fue la principal razón de que no entablara ninguna relación
con alguien más, me gustaba demasiado mi libertad y sentía que me sofocaban
cuando alguien invadía mi espacio personal. No era un chico que sobresaliera
demasiado por su arreglo, soy bastante normal, un poco paliducho y delgado,
pero así soy feliz. Mi mejor amigo Yoochun es bastante diferente de mí, tiene
un aspecto masculino, músculos firmes, mirada tierna y matadora a la vez, sobre
su blanca piel, pero no tanto como la mía, y una hermosa sonrisa; y a pesar de
todo eso es demasiado tímido por lo que nunca ha besado a nadie. Me he ofrecido
varias veces a que practique conmigo, pero solo consigo que termine
golpeándome, dice que eso se debe hacer con una persona especial. Tiene razón,
eso me agrada de él, siempre firme en lo que cree.
Así
llegamos a mis días en la escuela de artes, estaba sentado junto a Yoochun
cerca de una ventana para evitar dormirme, hablando de cosas sin importancia
cuando lo vi. En la puerta se encontraba un chico alto, piel levemente
bronceada, un cuerpo trabajado a simple vista, pero bien oculto bajo esa ropa.
Su cabello castaño ligeramente alborotado enmarcaba un rostro perfecto, nariz
recta, labios bastante provocadores con un coqueto lunar sobre ellos y unos
ojos marrones que, ¡Dios! ¡Qué cosa más perfecta! Juro que nunca había sido
atraído por alguien de esta manera, sentí como si… como si me hubieran puesto
un chorro de aire caliente en la cara cuando su mirada se topo con la mía,
sentí mis mejillas arder y mi corazón dio un brinco y comenzó a latir más
rápidamente, todo con ese simple contacto que terminó tan rápido como empezó.
Su mirada siguió paseándose por todos lados y lentamente avanzo, caminaba sin
mucho interés por el aula en busca de un lugar vacio donde sentarse. Le seguí
con la mirada hasta que se ubico un poco detrás de nosotros y contrario a la
ventana.
—Deberías cerrar la
boca antes de que la baba comience a salir de ella —me dijo Yoochun, quien
había detenido su charla para mirar el objetivo de mi vista.
—¡Oh! Lo siento —dije
apurándome en cerrar la boca y voltear hacia otro lado antes de que alguien más
se percatara. Yoochun comenzó a reír de manera estrepitosa, cosa que atrajo las
miradas de todos los presentes y a mí un gran sonrojo.
—Vamos, vamos. —El profesor
acababa de entrar, por lo que no me dio tiempo de volver la vista para ver a
ese perfecto chico.
Ha
pasado más de una semana y he tenido demasiados trabajos, pero aprovechaba cada
oportunidad que tenía en la única clase que tomábamos juntos y cuando lo
encontraba por los pasillos para admirar a aquel chico del que no sabía nada.
Mi
oportunidad de hablar con él llego poco después, estaba tan agradecido por los
trabajos en equipo. En base a una selección aleatoria, mejor dicho la lista de
asistencia, fuimos sorteados a trabajar con personas diferentes a las de
“nuestro grupito” como llamaba el profesor al conjunto de amigos con los que
siempre trabajamos. Eso me molestaba porque tuve que dejar a Yoochun para ir
con un par de extraños y para mi buena suerte, él. Según el profesor este tipo de actividades nos ayudan a fomentar
las relaciones con el grupo de trabajo y bla, bla, bla, ya no le alcancé a
escuchar pues el gozo no cabía en mí cuando nos había seleccionado como
compañeros.
—¡Hola! —dije con mi
gran sonrisa saludando a todos, pero con la mirada fija en él. Si hay algo de
lo que estoy orgulloso, es de mi sonrisa, esa que Yoochun le llama “sonrisa
Colgate” haciendo clara referencia a la marca de pasta de dientes. —Soy Jaejoong —él no me miraba, sino
que su vista estaba perdida en el suelo, como si todo aquello le aburriese.
—Hola —me contestaron
los demás, pero el objeto de mi admiración solo asintió. Se presentaron
rápidamente, pero a en mi cabeza solo quedo un nombre, el sonido de una ronca
voz, la profundidad de su mirada, sus grandes manos y su fuerza a la hora de
estrechar un saludo.
Me
sentía como en las nubes cuando la clase termino, no es como si hubiera
conseguido gran información, pero ¡esta es definitivamente mi oportunidad!
Quería seguirlo para charlar con él, pero él fue bastante rápido a la hora de
tomar sus cosas, que cuando voltee a buscarlo ya había desaparecido. Di un gran
suspiro, sabiendo que lo vería en la próxima clase cuando Yoochun me dio una
palmadita en la espalda, apurándome para irnos.
—¿Y bien? —cuestionó Yoochun.
—¿Bien qué? —dije soltando
otro suspiro mientras caminábamos hacía la parada del bus. —¡Ah! Mmm… —dije con otro
suspiro, trayendo a mi mente de nuevo a ese hombre.
Yoochun
comenzó a reír y a decir que parecía tonto con esa cara que ponía cada vez que
pensaba en él, así que hice un puchero haciendo que mi amigo soltara una gran
carcajada. Comenzamos a jugar sin ser consientes de nuestro alrededor, de
repente el claxon de un auto junto con el sonido de llantas derrapando,
paralizaron mi corazón y literal, mi cuerpo…
Me
encontraba casi a mitad de la calle cuando un idiota con un auto rojo casi me
arrolla. Yoochun me sujeto por el antebrazo y me atrajo hacia la acera,
mientras que aquel tipo se detuvo solo el tiempo suficiente para ver por el
retrovisor e inmediato arrancó su auto y se fue como si nada.
—¡Eres un estúpido! ¡Maldito
imbécil! ¡Fíjate como manejas! —alcancé a gritarle antes de que se marchara. Si
hubiera tenido una pierda a la mano seguro se la habría lanzado. Seguí
gritándole infinidad de cosas y todas las malas palabras que conozco salieron a
relucir.
—¿Estás bien? —Yoochun estaba
preocupado por mí, lo notaba en su rostro. —Creo que si —dijo después
de escuchar toda aquella letanía que le dedique al dueño del auto rojo. —Solo espero
que te vuelva el color de aquí a tu casa —terminó de decir riendo burlonamente de mi cara,
más aún sabiendo que yo era de por sí blanco.
—Tonto —le dije mientras
lo golpeaba suavemente. —Desearía que te compraras un auto y me llevaras a casa —dije aún
asustado, seguí caminando en dirección de la parada aún molesto por el
incidente. Yoochun solo seguía riendo.
Por
la tarde, ya en la seguridad de mi habitación, solo quería recordar algo y no
precisamente la proximidad que tuve con la muerte, no, más bien a alguien… mi
mente volaba de nuevo por aquellas simples palabras que dijo con ese gesto
medio irónico al presentarse… “Yunho”… su voz grave resonó de nuevo en mi
cabeza, haciéndome soltar un suspiro… Yunho… susurré mientras me tocaba los
labios con un dedo y lo mordía ligeramente, imaginándome como sería probar esos
labios… ¡Debo controlarme! No sé qué pasa conmigo recientemente, soy de las
personas que suele tener varios amores platónicos, y lo digo así, platónicos,
aunque ellos sean simples personas, porque sé que no seré correspondido. Pero,
desde que lo vi no lo puedo sacar de mis pensamientos. Yoochun suele decir que
poseo un corazón de condominio, pero ahora que lo pienso seriamente, creo que
el dueño de esos ojos marrones con ese lunarcito sobre sus labios, se ha mudado
y ha ocupado más de la mitad del condominio que es mi corazón…
—Puff —suspiro.
¡Dios! ¿Cuántos suspiros puede soltar una persona al día? Últimamente lo único
que hago es suspirar y suspirar, a veces me sorprendo a mi mismo pensando en Yunho…
—¿Ya estas de nuevo? —la voz de Yoochun
me saco de mi ensimismamiento, mientras él se burlaba de nuevo. Tome mis libros
en la mano, pues se nos hacía tarde para la siguiente clase y salí caminando de
espaldas viendo de frente a mi amigo.
—¡Oye! Ya te veré a ti
algún día así, y cuando eso pase será mi momento de mofarme —dije
entrecerrando los ojos como aguardando a ese momento, cuando sentí que era
arrollado por alguien que pasaba deprisa por ahí. Con un golpe en seco hizo que
botara todas las cosas que traía en la mano y a mí mismo en el suelo. —¡Hey! ¡Ten
cuidado! —dije controlando lo que realmente quería decir, al final una parte de
mí sabía que yo tenía la culpa por no fijarme.
—¿Qué? ¿Hoy no soy
maldito imbécil? —dijo una irónica voz. Se me fue el aire al reconocer el tono que tanto
me había atormentado estos días. Lentamente levante la cabeza y ahí estaba él,
mirándome con esos ojos en los que
podría perderme.
—Yunho… —susurré más
para mí mismo. De no ser por un codazo que sentí en las costillas seguro lo
hubiera seguido viendo con esa expresión boba que he tenido estos días. Baje la
mirada disimulando el color de mi cara, que en este momento sentía arder,
entreteniéndome en juntar las cosas que quedaban en el suelo. Yoochun, quien
recogió la mayoría me ayudaba a levantarme… ¡hey! espera, ¿Qué acaba de
decir?... ¿En qué momento lo he insultado?... “Maldito imbécil”… ¡oh! Mi mente
hizo una conexión rápida. —Eres un estúpido… maldito imbécil… fíjate como
manejas —susurre de nuevo para mí mismo.
—¡Ah! ¡Sí! Ese soy yo —dijo sin
ninguna preocupación, tomándome del brazo. Acto que hizo vibrar mi cuerpo. —Lo siento,
llevaba un poco de prisa y tú saliste de la nada —se disculpo. Me dio
palmaditas en la espalda, sacudiéndome el polvo que había agarrado en el piso. —Bueno, nos
vemos después —se despidió con la mano y siguió su camino, dejándome a mí con
ensoñadora expresión, como la de alguien que anhela más que unas simples
palmaditas, pero que a la vez esta tan feliz por el simple hecho de hablarle.
De
alguna manera llegué a mi siguiente
clase, cosa que le atribuyo a Yoochun. Mirando a través de la ventana pasaron
los minutos hasta que se terminó el día. ¿Qué es? ¿Por qué no puedo dejar de
pensar en él? Ni siquiera me ha dirigido la palabra más de dos días seguido y ¡casi
me mata! Entonces ¿Por qué? ¡Aaagrrr! Frustración, eso es lo que siento. Mejor
ocuparé mi mente en otra cosa. Casualmente las clases de baile se abrirán
pronto, nunca he asistido a unas y la verdad es que soy relativamente bueno en
eso, debería ir, pero no quiero ir solo. Me es sencillo hacer amigos, mi
sonrisa bastante amigable y mi carácter afable me abren las puertas del corazón
de muchas personas. Cosa que le cuesta un poco de trabajo a Yoochun, es una
persona un poco tímida, pero cuando lo conoces es realmente increíble tenerlo
de amigo. Le diré a Yoochun que me acompañe él es un excelente bailarín no se
negará, a lo mejor hasta encontramos una chica ideal para él, quien sabe, todo
puede pasar.
Como
dije Yoochun no se negó, y ahora estamos los dos en este gran salón con piso de
madera, con espejos colocados en todas las paredes para que puedas admirarte
desde todos los ángulos, y ¡vaya que te puedes observar! No me volveré a poner
estos pantalones, no me quedan nada bien.
—Buen día a todos. —Ese saludo
saca mis pensamientos acerca de la parte trasera de mi cuerpo, al mirar hacia
enfrente veo a una linda chica un poco mayor que será nuestra maestra de danza.
Comenzamos
calentando los músculos, tobillos girando aquí y allá, muñecas, hombros,
piernas, me estiro un, dos, lo más que puedo, soy un poco flexible pero no
tanto como ella, será divertida esta clase. Después del calentamiento,
comenzamos con unos pasos sencillos, aquí todos parecen ser buenos bailarines
pues los dominaron muy rápido. Lástima, y yo que quería presumirme. Me rio de
mi mismo. Sin embargo si debo decirlo, Yoochun y ese chico de ahí enfrente lo
hacen muchísimo mejor.
Ahora
que lo miro bien, tiene facciones lindas y agradables, pero tampoco es tan
atractivo como Yunho, aunque se mueve bastante bien. Mis ojos posicionados
sobre sus caderas y su bien dotado trasero siguen el movimiento que tienen, los
cuales se dé ladean de un lado a otro al ritmo de la música. Quizá es de mi
estatura, delgado, pero no más que yo, parece que practica bastante, pues a pesar
de ser delgado tiene muy buenos músculos, y claro, se nota que llegó primero en
la fila a la repartición de traseros.
La
insistente mirada que le dedico le hizo voltear a verme, sus ojos café se
encontraron con los míos, me sonrió. Tiene una linda sonrisa, me agrada. Le
sonrío. Con una sonrisa se ve mejor, hasta esas gotas de fino sudor que le caen
lo hacen ver bien. La clase ha finalizado así que me acerco con calma.
—Junsu —dice mientras
me tiende la mano. Le sonrío de nuevo, parece ser un buen chico. Es de esas
personas que con verlas te caen bien.
—Jaejoong —digo mientras
le extiendo la mano. Tiene un buen amarre, dicen que las personas de corazón
sincero suele dar apretones de manos seguros. Sus ojos se desplazan a unos
metros detrás de mí. —¡Ah! El es Yoochun —lo presento jalándolo del brazo.
Tuvimos
una alegre charla sobre la clase, a todos nos parece buena. Hemos quedado de practicar todos los
días un poco, ya que con el inicio de las clases se abrió una convocatoria para
un concurso de baile dentro del plantel, sé que no significa nada, pero quiero
que él me vea. Pero, si lo pienso más detenidamente, no luciré nada con mis dos
compañeros.
De
nuevo la suerte está conmigo, ahí al final del pasillo esta él, tan, tan… tan
guapo como siempre… ¡ah! Me ha visto, nos sonríe, quisiera que solo me mirara a
mí. Bueno, al menos ya sabe que existo. No se acerca pero nos saluda con la
mano.
—¿Amigo tuyo? —la voz de Junsu
me saca de mi mundo de ensueño.
—Somos compañeros de
equipo de trabajo —respondo sinceramente, pues por más que lo desee, él no es mi amigo y
tampoco algo más.
—Humm —dice mirándolo.
—Bueno
me tengo que ir —habla apresuradamente. —Yoochun —hace un movimiento con su cabeza en señal de
despedida, voltea a verme y me despeina con una mano. —Gatito —me dice.
¿Gatito?
Se ha tomado la libertad de ponerme un apodo, no sé sí reírme o regañarlo por
tratar así a un hyung. Al final la risa fue lo que salió de mí, tal parece que
todo lo que este niño dice me hace sonreír.
—Nos vemos mañana Delfin
—grité
antes de que estuviera fuera del alcance de mi voz, lo que provoco que la gente
alrededor se riera con nosotros.
Caminábamos
por los pasillos que nos conducían a la salida en completo silencio, cosa
extraña ya que Yoochun no se ha tomado la molestia de burlarse de mí el día de
hoy. Lo volteo a ver, pero parece que su mente
no se encuentra conmigo ¿Qué será?
—¿Yoochun? —le llamo… no
me ha escuchado. —Yoochun —ahora lo tomo del
brazo suavemente para que reaccione ¿Qué le habrá pasado? Estoy preocupado. Me
mira con ojitos de borrego y me sonríe. Frunzo el ceño esperando una
explicación, pero él solo se limita a seguir sonriendo como bobo... ¿bobo?
¡Claro! ¡Eso es! Pero ¿cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?
Aunque
trate de buscar a ese alguien o el momento, nada más no lo hallo. Yoochun es
demasiado tímido para dar señales concretas, o quizá es porque nunca ha estado
enamorado que no sé cuáles son sus síntomas ¿Síntomas? ¿Acaso esto es una
enfermedad? Viéndolo fríamente si, primero te quedas sin respiración, luego
sientes hormigueo en el cuerpo, las típicas mariposas en la panza, comienzas a
actuar como tonto, el mundo se vuelve de color rosa, y si el contacto físico
existe te sientes arder, a tu cara le da temperatura, calor por todas partes,
suspiros, tu mente vive en el país de “Lelolandía” y tu tonta actitud que desde
ese momento se vuelve tu firma. Sí, es una enfermedad, y creo que Yoochun y yo
la padecemos.
« ¤ » « ¤ » « ¤ »
Nunca
imaginé estar tan agradecido con mis compañeros de grupo, hasta hoy. Nos encontrábamos
reunidos en la biblioteca, cuando uno de ellos, decidió que estaba demasiado
estresado y salimos a tomar un poco de aire. Lo que originalmente era una
simple bebida en un pub se convirtió en una borrachera.
El
local es pequeño y bullicioso, no se encuentra lejos de la escuela, lo cual
atrae a muchos chicos de ahí. Las paredes de un color rosa chillón, estaba
adornadas con diversas fotografías de personajes famosos por sus hazañas en ese
lugar, debajo de cada imagen, la reseña del porque es célebre para el pub. A
pesar del ridículo color de las paredes, el local ofrece una amplia variedad de
bebidas tanto alcohólicas como sin él, además de que el ambiente cargado de
inquietos chicos lo hace divertido y el mejor de la zona. Yo no soy muy bueno aguantando
el alcohol. Pero me gustan mucho los cocteles de ahí, así que tomé unos
cuantos.
El
alcohol tiene a desinhibir a las personas, les facilita realizar acciones o
decir cosas que en su sano juicio no harían. Ahí estaba yo, en ese punto,
mentiría diciendo que no estaba consciente, sí, lo estaba, sabía lo que hacía,
pero no podía detenerme. De estar charlando alegremente, me fui acercando poco
a poco, mi mano sobre su rodilla, acariciando lentamente su pierna…
Cuando
se levanto al sanitario, creí que había sido por que le incomodaba la
situación, pero no fue el caso. A su regreso su silla estaba más cerca a la mía
que al principio. Lo tomé como un “sigue adelante”. Pronto lo tenía abrazado
por detrás, mi cabeza recargada sobre uno de sus hombros mientras seguíamos
charlando con los demás. Un beso sobre
su cuello fue lo que desató la situación en la que me encuentro ahora…
9 comentarios:
Se lee súper interesante, tengo una enorme curiosidad por saber como se desarrollara la historia entre Yunho y JaeJoong, sobre todo porque tengo la sensación de que Yunho es bastante serio, aunque el alcohol lo puede todo! jujuju
ya me estoy preparando para odiar personajes xD(?)
solo espero que no sean los protas!
Te leo pronto!
Ánimo!
ooooo esto se lee muy bueno, pero por favor, que los malos no sean ni Junsu, ni Yoochun, que me quede trauma da con la anterior historia....
Pero con qien esta jaejoong?
espero q con yunho >< waa espero impaciente actualizacion xD
A yoochun ya le pego duro el amor?
yunho ><no te hagas d rogar con jaejoongie
no entendí el final, quién besa en el cuello a Jae, ??' está con Yunho en el pub???' ay Dios ,sé que soy lenta y me cuesta a veces entender situaciones. imagino que es Yunho pero como no se lo nombra por eso no sé quién es.
gracias por el fic ,me gusta mucho
7.7 sólo espero que no sea el YooSu los malos del cuento u.u
Hahaha!!! Ese JJ es un Loquillo xD mira que poner de pretexto el tomar alcohol para hacerle cositas a yunho jejeje eso es todo JJ!! Y oh por dios!! El yoosu también esta presente ahsghayj *w* hermoso!!! A continuar leyendo figthing!!
Hayyy jaejoong con quien estas?? Espero que sea Yunho >. <
Chun ya te golpeo el amorrrr jejej
Ojalá sea Yunho a quien Jae beso cuello, el alcohol descinive a Jae, espero que Yunho le corresponda.
Gracias
Oh Dios mio! Jure que solo uno y me dormía y me haces esto? Como me puedo dormir con la duda? Por Dios Yunho tambien siente algo por el? O solo sera calentura? Espero sea la primera sino Jae se sentirá muy mal.. ...
Que genial.. ...bien solo uno y ya.. ..mañana tengo examen!
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