Un
beso en su cuello fue lo que desató la situación en la que me encuentro ahora…
Cuando
mis labios se posaron sobre su piel, no sé exactamente lo que estaba pensando,
no, no pensaba, solo sentía, quería probar el sabor de esa piel, que durante toda la tarde me había inquietado… tan cerca
de mí… al alcance de mis dedos… la nuez de su garganta moviéndose de arriba
abajo con cada trago que bebía, era una invitación a ser suavemente mordida…
Al
sentir el roce de mis labios, Yunho se levantó de golpe, deshaciéndose de mi
abrazo. No supe cómo reaccionar, había rebasado el límite, el alcohol me había
desinhibido y había hecho algo que no hubiera pasado normalmente.
—Me retiro —dijo de
pronto. Yo estaba congelado, estático sin saber qué hacer ¿Debería disculparme
y decir que fue una broma? ¿Sonreír y hacer como si nada hubiese pasado aunque
yo me sintiera fatal por dentro? Pero incluso antes de que llegara a tomar una
decisión sobre lo que debería hacer, él tomo mi mano y, me jaló levantándome de
la silla. Los varios cocteles que había ingerido tuvieron sus efectos, así que,
me tambalee un poco con el movimiento, pero me atrapó inmediatamente con su
brazo para no caer. —Lo llevaré a
casa —dijo y me sacó de aquel lugar.
Fuera
el aire era frío, contrastando con el acalorado ambiente dentro del pub. Su
mano tomo con fuerza la mía y me arrastró hacia un callejón cercano. Ahí donde
tocaba ardía. Me aventó contra la pared, sabía que me golpearía y nadie podría
ayudarme. Voltee hacia un lado y hacia el otro en busca de ayuda, pero nos
encontrábamos solos. Lo miré directamente esperando encontrarme con su ira,
pero…
Sus
labios se estamparon con los míos, dejándome atónito, me besaba con frenetismo,
no pude más que torpemente intentar corresponder. Su aliento como fuego
comenzaba a quemar mi interior, su lengua removiéndose dentro de mi boca
danzaba junto con la mía propia… nadie nunca me había besado así… podía sentir
el deseo… llámalo pasión o lujuria…
Sus
manos sobre mi cintura me sujetaban fuertemente atrayéndome hacia su cuerpo…
profundizando el contacto… mis manos de estar aferradas a sus brazos se
desplazaron lenta y lerdamente hasta su cuello… jugando con su cabello,
enredándose en él cómo sí así el momento no se fuera a escapar …
De
mi boca a mi cuello… ahora era él quien proporcionaba suaves besos con sus
labios, dejando ahí donde toca pequeñas descargas y un calor que invade mi
cuerpo… siento como se me eriza la piel bajo su tacto… susurros ininteligibles
salen de mi boca… solo puedo sentir… dejarme llevar por esas expertas manos…
manos que se cuelan por debajo de mi ropa… acariciando mi pecho, espalda,
pezones… juega con ellos… una parte de mi está despertando con sus caricias…
Me
toma por los glúteos, sorprendiéndome… me aprieta ligeramente… me gusta…
sonrió… sin dejar mi cuello una de sus
manos trata en vano de introducirse dentro de mi pantalón, el cinturón tan
ajustado que traigo se lo impide… con esa misma mano y con una habilidad
desconocida para mí lo afloja, solo lo suficiente para que le de paso…
Puedo
sentirla… con el simple roce, tiemblo… mi cuerpo responde todos y cada uno de
sus besos, caricias… con sus yemas acaricia la punta de mi miembro… Mmmm… un
gemido poco audible se escapa de mi boca… me muerdo los labios cuando él
comienza a desplazar sus dedos de arriba abajo paseándose por toda la extensión
de mi parte erecta…
Apasionados
besos reparte por toda la porción de mi piel expuesta, labios, mejillas,
cuello, un punto cercano a mí oído… Ahhh… esa zona es sensible… Nhhh… disfruto
de sus caricias divididas entre besos y el placer que con su mano me está
dando…
Me
asustó… un dedo acariciando mi ano… eso es más de lo que espero… no, no quiero
esto… no en mi primera vez…
—¿Eres virgen? —preguntó al
sentir mi miedo.
—Nnm —es todo lo que
sale de mi boca. Me gusta y, siento deseo, deseo ensalzado por el alcohol, pero
no lo quiero de esta manera…
Él
retiro la mano de mi trasero, no sin antes apretujar un poco mis glúteos. Creí
que ahí había terminado toda mi aventura, pero no, de nuevo sus besos atacaron
la zona sensible de mi cuello, justo debajo de mi oreja… su otra mano continuó
con lo que estaba haciendo, acariciando mi duro miembro de arriba abajo sin
tregua…
Las
piernas me comenzaban a temblar de lo excitado que me encontraba… mis
pantalones se resbalaban por mis caderas, pero no más allá de ellas. Con un
movimiento me hizo girar sobre mí mismo, mi cara hacia la pared y mi espalda a
él. Su boca soltaba susurros y gemidos a un lado de mi oído, cosquilleándome…
su mano sobre mi cadera me empujaba primero y luego me atraía a él… simulando
una penetración. Al principio con un suave vaivén al ritmo de la masturbación
que me estaba dando, después la lujuria y pasión lo hizo ir más rápido… placer,
eso es lo que siento… adrenalina, por estar en un callejón expuestos a las
personas… como puedo me mantengo en pie, con todas esas nuevas sensaciones
juntas…
Al
final solté mi esencia en su mano, mojando mi ropa interior y parte de mis
pantalones. Una pequeña risilla a mis espaldas y un beso en la nuca me dio
antes de separarse de mí. Me gire para mirarlo, así, yo con toda mi cara
ardiendo de vergüenza y él con esa sonrisa irónica que me mataba. Mientras lo
veía lamió su mano que contenía mi semen, sentí aún más mi cara arder sí eso era posible. Verlo hacer
eso es excitante.
Temblando
por mi pequeño orgasmo, solo lo miraba, lentamente el bajo su mirada a mi
entrepierna, subió mis bóxers y acomodo mis pantalones, sacudió mi ropa y me
tomo de la mano para salir de ese oscuro callejón. No sé bien que debo decir
¿Qué es mi primera experiencia callejera? No, corrijo, es mi primera
experiencia de este tipo, yo jamás he dejado que alguien me toque, nunca he
pasado más allá de los besos, pero ahora…
Sin
decir palabra caminamos tomados de la mano hasta su auto rojo, me abrió la
puerta y subí en él. Por el calor de las acciones que estábamos haciendo no
había notado el frio ambiente de la noche, pero eso no importaba ya que en este
momento mi corazón latía muy rápido por él, bombeando tan fuertemente que
generaba un calorcillo agradable en todo mi cuerpo.
Una
parte de mí siente culpa porqué en el fondo lo que hicimos no es correcto, y no
quiero que él piense que soy un “cualquiera”. Pero tampoco puedo evitar estar
feliz ¡Bese sus labios! ¡Oh Dios! ¡Quiero gritar de alegría! ¡Sus manos
recorrieron mi cuerpo! ¡Quiero reír y dar de vueltas para celebrar todo el
júbilo que llevo dentro!
Estoy
un poco cohibido por ambos sentimientos: culpa y alegría, pero así tímido como
me muestro, le indico el camino a mi casa. Él me mira por el retrovisor algunas
veces, otras tantas por el rabillo del ojo, sin embargo no dice nada ¿se estará
preguntando sobre mi facilidad para abrir las piernas? No, yo le dije la
verdad, soy virgen ¿No me habrá creído?
En
lo que debatía internamente llegamos a la puerta de mi hogar. Yo sin saber que
decir me acerque a él, deposité un tierno beso en su mejilla, rezando que no
tuviera una mala imagen de mí, sino que por el contrario, esté fuese el inicio
de una relación. Él tomo mi rostro con una de sus manos, y besó mis labios
dulcemente. Lentamente retiro su cara, su nariz estaba tan cerca de la mía que
compartíamos el mismo aire. Levante mi mirada, mis ojos se encontraron con los
suyos, podía ver mi reflejo en ellos y, estoy seguro que él se veía en los
míos, anhelantes, como si un simple beso fuera la antesala de todo lo que él
despertó en mí.
Sus
ojos se desviaron, me sentí acongojado cuando él me negó mi retrato en sus ojos
y, su mano dejo de acariciar mis sonrojadas mejillas. Su mirada esquiva me
decía que algo no estaba bien, pero no quería hacerme conjeturas como las que
hice de camino, no, solo esperaría a que él hablara. Me fui alejando, cuando mi
mano se poso sobre la manija de la puerta él me detuvo para no salir, tenía
algo que decir.
—Tenemos que hablar —dijo. Tanto la
expresión como la frase me sonaron un tanto trilladas, como las que usan las
parejas cuando algo anda mal en la relación. Pero no en nuestro caso, nosotros
no tenemos una relación, de hecho yo por primera vez quiero tener una relación.
—Debemos
hablar —volvió a repetir. ¿Acaso pensó que no lo había escuchado? Debí haber
hecho algún movimiento o decir algo, sin en cambio, no hice nada, me quede en
la misma posición con la mano en la manija a punto de salir, pero con todos mis
sentidos atentos a lo que ese hombre dijera. —Yo… yo... —comenzó —yo tengo
novia…
Salí
rápidamente de su auto, deseando no haber escuchado nada. Entre a casa y subí
directamente a mi habitación, cerré la puerta y comencé a llorar… ¿Qué había dicho?
¿Novia? No podía pensar claramente, ahora la culpa, el arrepentimiento y la
desilusión eran los únicos sentimientos
que mi corazón almacenaba.
Culpa
porque no era correcto tener un affair, y más si fue en plena avenida pública.
Sentía el arrepentimiento por mis acciones, por alguna razón no dejaba que
alguien me tocara, un buen motivo tenía, no quería ser precisamente lo que
ahora era para Yunho, solo diversión y quizá desde su punto de vista “un
cualquiera”. La desilusión, porque a pesar de todo, creí por un momento que mis
emociones estaban destinadas a ser algo más que una simple calentura por el
alcohol. ¡Qué iluso!
No
supe exactamente en qué momento me quede dormido, al despertar sentía los
parpados pesados, un leve ardor en los ojos, ese que tienes cuando estás muy
cansado como arenita dentro de ellos. Me levante y me mire en el espejo, tenía
los ojos tan hinchados que ahora parecía sapo. ¿Qué debería hacer? Lo bueno de
este día es que es fin de semana, no voy a la escuela y por lo tanto no lo veré
ni sabré nada de él, porque a mi muy torpe mente jamás se le ocurrió pedirle su
número, supongo que podré meditar lo que hacer en estos días.
—Yoochun —salude al
teléfono no tan efusivamente como siempre. —Yoochun, necesito un
consejo —dije. La verdad era que necesitaba apoyo moral con mi situación y dos
cabezas piensan mejor que una. —Yo… verás…
—Ocurrió algo con Yunho
—soltó
de inmediato, intuyendo la razón detrás de mi llamada.
—Yo… él y yo tuvimos
algo que ver —dije, a modo liberar un terrible secreto.
—¿Qué tan lejos
llegaron? —Yoochun se escuchaba tranquilo del otro lado de la línea, nada
sorprendido por lo que le estaba contando.
—Le… le deje tocarme —dije muy bajo,
como si estuviera confesando mis pecados al sacerdote.
—… —mi amigo
guardaba silencio, no sé si esperando a que continuara o meditando mis acciones.
—Cuando
dices que lo dejaste tocarte te… te… —entendí lo que trataba de decir, imaginándome el
sonrojo que debe tener al hablar de “eso”.
—No “eso” exactamente
solo… mmm… digamos que fueron caricias subidas de tono —solté una gran
carcajada al escuchar mi explicación de las cosas. Hablar con Yoochun me relaja
y a pesar de que él es un inexperto en esta área, siempre está dispuesto a
escucharme.
—¡Ah! —dijo. —Pero eso no es
todo lo que paso ¿cierto? —No podía mentirle, me conocía perfectamente, supo
que algo andaba mal desde que recibió mi llamada.
—Ahmm… él me confesó
que tiene novia…
—¡¿Qué?! ¡¿Y aún así
hizo todo eso contigo?! —su voz escandalizada me hizo un nudo en la garganta, escucharlo de la
boca de otra persona me hacía sentir más “cualquiera” de lo que ya pensaba que
era. —Pero, no es todo culpa suya —dijo suavizando la voz, sintiendo empatía conmigo.
—Sé
que mucha de lo que paso fue porque tú lo sedujiste —. “Seducir” es una
palabra fuerte, que no corresponde al acto que desató todo ¿un abrazó y un beso
es seducir? Tal vez sí. —Aunque haya sido así eso no justifica la traición —. “Traición” otra
palabra fuerte, pero real, le fue infiel a su pareja conmigo.
—¿Qué debo hacer Yoochun?
—la
pregunta que había estado rondando en mi cabeza con miles de estúpidas
soluciones desde el ya no hablarle hasta el rogar por un perdón por haberme
metido en una relación.
—Continuar como si nada
hubiera pasado, mantén la frente en alto. Después de todo fue un error, pero
porque tú no conocías sus circunstancias —eso también había pasado por mi cabeza, pero ¿cómo
hacer eso sin morir en el intento? No creo que pueda verlo a la cara sin
imaginarme de nuevo en sus brazos, susurrando en mi oído, acariciando mi torso…
mirarlo directamente a los ojos y recordar el “Tengo novia” con su cara de
remordimiento, eso destroza mi poca confianza.
Yoochun
tenía razón, si lo hubiera sabido no lo habría hecho, no porque sea un mojigato,
no, es por mis propios principios: si tienes a alguien dale el lugar que se
merece. Al final para alegrarme acepté salir con Yoochun y con inesperadamente Junsu, a quien nos encontramos paseando con una amiga suya,
no recuerdo su nombre pero era muy agradable también, pero se retiró temprano
ya que su novio la esperaba. Junsu, ese chico me agrada, es muy divertido, me
rio de todo lo que dice, tiene esa habilidad, es amable y gracioso, su simple presencia
me hace sonreír. Me gusta jugar con él, no entiendo cómo es que él se considera
una persona seria. Con ellos fácilmente olvido mis problemas.
Nos
encontrábamos en una plaza muy concurrida, nos divertíamos mirando de un
escaparate a otro, en esta época del año, la decoración de los locales hacen
alusión a la estación, otoño. Al centro de todo se hallaba una pequeña fuente,
sobre ella colgaban del techo hojas de colores cafés, amarillos y rojos opacos,
simulando las hojas de los arboles. De la fuente chorros de agua se alzaban
hacia el techo, a la vez que luces iluminaban su camino.
Compramos
unos helados y nos sentamos alrededor de la fuente, pero de espaldas a ella.
Mientras estábamos ahí sentados veíamos a la gente pasar, haciendo suposiciones
desde cómo se llama, a que se dedica, su estilo de vida y todo lo que por
nuestras cabezas pasara. En base a esas suposiciones, llegamos a la conclusión
que el señor de intendencia estaba enamorado de la señora que hacía donas al
otro lado de la plaza, o que el señor que portaba un traje negro con lentes
oscuros que se encontraba mirando el escaparate de enfrente mientras volteaba
hacía uno y otro lado sospechosamente, era un investigador privado que
seguramente seguía a su objetivo, mientras informaba por teléfono lo
acontecido. Nos divertíamos con estas tontas suposiciones cuando un muchacho
alto, de cabello castaño oscuro y ojos avellana, con una chica linda colgada de
su brazo paso frente a nosotros.
No
pude más que sentir un hueco en el estomago, que mi panza había huido a un
sitio desconocido dejando ahí, un vacío. Mis manos que hasta hace unos momentos
agarraban firmemente mi helado, lo dejaron caer, quería evitar que mis ojos
miraran ahí a donde él estaba, pero simplemente se negaban a obedecerme y lo seguían.
Estaba a una distancia prudente, quise huir, pero de nuevo mi cuerpo no
reaccionaba como lo deseaba, me quede ahí, inmóvil, mirándolo…
Yoochun
notó como mi helado resbalo de mis manos y antes de hacer una sobrerreacción
por lo estúpido que fui al derramarlo en el piso ensuciando parte de mi
pantalón, siguió mi mirada al ver mi rostro pasmado. Me paso uno de sus brazos
por los hombros, entre consoladoramente y como dándome fuerzas. Hubiéramos
pasado desapercibidos de no ser porque Junsu, comenzó a reír escandalosamente
acerca de lo torpe que era por tirar mi helado y lo tonto que me veía. No había
notado ni mi cara de dolor, ni el gesto amable de Yoochun, nada. Su risa atrajo
la mirada de varias personas, entre ellas Yunho. Yo solo deseaba estar en cualquier
otra parte menos ahí, al alcance de sus profundos ojos café, que me
hipnotizaban como los ratones lo son por las serpientes cuando están a punto de
ser comidos. Así me sentía yo, como un ratón, quise aplicar la de “si no me
muevo no me ve” de los ratones, pero no contaba con que uno de mis compañeros
me delataría sin quererlo.
Lentamente
vi como Yunho se acercó a nosotros, mi mirada atrapada por la suya lo siguió
hasta que estuvo frente a mí. Notaba como Yoochun me abrazaba con más fuerza,
infundiéndome valor, mientras Junsu observaba atentamente a nuestros invitados…
Sonreí…
no sé cómo pude hacerlo, pero le dedique una sonrisa como siempre, como si no
hubiera pasado nada, como si no supiera que la chica que lo acompañaba era su
novia y que él no la había traicionado conmigo. La chica nos sonreía, se veía
tan tierna, me hizo sentir peor de lo que ya estaba, una basura…
—… —Levantó las
cejas a modo de saludo, sus ojos por un momento pasaron a Yoochun, quien
todavía me abrazaba y regreso la mirada a mí. —Mmm… —antes de que hablara la joven a su lado jalaba
discretamente la manga de su camisa. La vi tan linda, tan tierna… no había
punto de comparación conmigo, yo soy simplemente un menudo chico de piel blanca,
me siento… triste. —Espera aquí un momento —le dijo. Se
dirigió a mí: —Necesito hablar contigo —. No dije nada, solo seguía sonriendo, creyendo
que con eso resolvería la situación. ¿Qué debía decir?
—Claro… —seguía con mi
sonrisa fingida en la cara, incitándolo a que hablara, sin embargo, tomo mi
mano, me aparto de Yoochun y los demás. Sin el abrazo de mi mejor amigo creía
que no lo lograría, que esos ojos café terminarían de destrozar mi cordura. Su
simple roce ardía, no podía evitar seguir siendo atraído por él, deseando sus
labios de nuevo… soy de lo peor, su linda novia mirándonos y yo deseándolo.
Tantos sentimientos encontrados me aturdían, algo en mi garganta comenzaba a
obstruirla, como si fuera un nudo… mis ojos comenzaban a sentirse acuosos, baje
el rostro para ocultar la debilidad que seguro mostraba.
—Siento mucho haberme
portado como un patán contigo —dijo. —No soy esa clase de persona. Sé que no tengo
justificación, pero quiero explicarte mis circunstancias. —Me miraba con una expresión tal, que si me dijera
que la luna es de queso, le creería. —Sí, tengo novia —mi mirada se dirigió
rápidamente a la chica que aún estaba al lado de Yoochun. —Ella es mi hermana —dijo viendo
hacia el mismo lugar. Un sonrojo evidente se hizo presente en mi rostro.
—Es linda —dije tratando
de disimular mi error al haberla confundido con su novia.
—Ella no es el tema de
nuestra conversación —expresó secamente. Lo mire de nuevo y bajé rápidamente la mirada para
evitar que me hipnotizaran esos ojos. Acarició mi mejilla suavemente, me tomo
del mentón alzando de nuevo mi rostro. —No me evadas, no me escondas esos enormes ojos
negros tuyos… —Por un momento sentí que mi corazón explotaría, su rostro estaba cada
vez más cerca al mío… pero la razón y la cordura volvieron, me aleje de él,
pero su mano no dejaba de tocar tiernamente mi rostro. —Lamento lo sucedido —se disculpo de
nuevo, esta vez le creí. —Verás yo ya no tengo una buena relación con mi novia, ya no la amo,
pero… pero no la puedo dejar…
¿Que
se supone que significa eso? ¿Cómo lo debo de tomar? ¿Lo siento solo fuiste la
diversión de una noche? ¿Por qué rayos no dejas de acariciar mi cabello y mi
cara? No quiero sentirme mal ¡no quiero!
—Aún así, no es una
excusa para lo que te hice… pero, si tú me perdonas y me lo permites me
gustaría ser tu amigo… — “Amigo” su mano jugando con mi cabello me hace querer cambiar esa
palabra. —¿Qué dices? ¿Podemos ser amigos?
8 comentarios:
Hay eso es lo peor q te pueden decir
Y jaejoong seguro sera valiente en fingir una amistad, cuando lo que siente es amor
AMIGOS, no como es posible, AMIGOS aaaaaaaaaaaaaaaaa
Ay, Yunho! ¿Qué clase de propuesta es esa? ¿Amigos? Pero si se traen ganas! jajajaa... Pobre JaeJoong, tan enamorado que está de él... espero que Yunho pronto se deshaga de su novia, tal vez no es mala persona, pero tampoco puede estar con alguien que no ama, además, me pregunto ¿por qué no puede dejar a su novia? ¿Acaso está embarazada? ¿Enferma? ¿Es un compromiso hecho por sus padres del que no puede salir? Espero que no se decida estar con JaeJoong demasiado tarde!
Como siempre gran capítulo, y lo dejas en la mejor parte! Espero actualices pronto (Sin presión) Gracias por compartir!!
la peor palabra que te puede decir la persona de la que tú estás enamorada es decirte, podemos ser amigos===??' qué amigos, ni qué amigos, lo que tienes que hacer Yunho es dejar de hacer sufrir a Jae y dejar a tu novia y estar con Jae.
presiento que Yunho no puede dejar a su novia por fuerzas mayores.
veremos cómo sigue.
gracias
Eso de ser amigos no es de dios u.u Yunho wey es lo peor que le puedes decir a una persona a la que claramente le atraes! Peor tantito si està enamorada de ti u.u
Ussshhh a ver como se desarrolla esto... tengo la ligera.sospecha de que voy a odiar a la novia de Yunho ¬¬
ahhhhhhhh si como no y jae muy feliz como cree esa propuesta es mala lo lastimara mas aun de lo que ya lo ha lastimado
No poss... despyes de lo que paso y como lo trata que sean Amigos? ??? Joderr Yunho esta loco >. < no puede decirle eso a jae aishhh
y que paso con su novia si ya no la quiere porque no la deja espero que tenga un buen motivo para eso porque esta lastimando a jae u.u
mevoy al siguiente capii
Esta de broma no? Creo que es obvio que lo que menos siente Jae es una amistad, y tampoco Yunho. ....no creo que una amistad funcione pero por algo de inicia? Oh pero Jae va asufrir.. ..no quiero que sufra.. ..
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