domingo, 10 de noviembre de 2013
LA NOCHE DE SAN JUAN: CAPITULO 3
—Vamos, alégrate. Así ya no verás a aquel sujeto —me decía SunHi. Yo solo la miré mal.
Analizando la situación, sí, SunHi tenía razón, si me casaba con Han Yoona, terminaría por alejarme de YunHo. Los Han vivían en la gran ciudad, pero venían seguido a este pequeño lugar porque poseían una casa de campo aquí.
Han Yoona, era una niña linda a su manera, pero es demasiado joven para contraer matrimonio, conmigo o con quien sea. Debería ser castigo obligarla a contraer matrimonio a tan temprana edad.
—SunHi, este asunto está más que mal, y lo sabes. Yoona no debe tener más de diez.
Me sonrió nerviosamente. —Lo sé. Pero esto es así. Algún beneficio debe tener el matrimonio. Además ya crecerá.
—Me gustaría casarme por amor —dije, con mi mente de vuelta a YunHo, sabiendo que eso sería imposible.
Mientras la tarde avanzaba, SunHi se encargó de dejar sobre mi cama un hermoso traje. Miraba por la ventana, los colores rojizos me traían recuerdos de mi noche anterior, acurrucado entre los fuertes brazos de YunHo, admirando los colores amarillos, naranjas y rojos que la hoguera tenía.
¿Cómo esperaba SunHi que me olvidara de YunHo, cuando todo me recordaba a él? ¿Tan malo es estar enamorado de otro hombre? «Si». Seguramente sería condenado solo por mencionarlo.
Los señores Han llegaron puntuales a la hora en la que el sol se oculta. No podía evitar sentirme intimidado. El Sr. Han no quitaba sus ojos de mí, sentía que me devoraba con la vista.
—¡Vaya! JaeJoong eres toda una monada —me decía la Sra. Han. —Sin duda eres lo que necesitamos.
Al concluir la cena, lo señores se retiraron para terminar los arreglos de la boda. Las señoras ahora conversaban de los chismes de la sociedad en uno de los salones, mientras Yoona y yo éramos relegados a simples muñecos. Como lo dije, Han Yoona era una niña muy tierna, y era linda en su propio estilo que distaba de los cánones de hermosura que la “alcurnia” dictaba, lo la hacía distinta a las demás. —Oppa —me llamó. Sus ojos grandes y curiosos me decían a gritos que no sabía que pasaba ahí. ¿Cómo le explicas a una niña que contraerá nupcias pronto?
Le acaricié el cabello. Ella al igual que yo solo estábamos ahí por un fin. Ser utilizados para el beneficio de la familia. Tenía muy claro cuál era el beneficio que mi padre obtendría de esta boda, los Han eran los más ricos de la zona, su fortuna excedía con creces la de nuestra familia. Entonces, si no es oro ni tierras lo que deseaban ¿cuál era el beneficio para ellos?
—Es bueno que se vayan conociendo —dijo el Sr. Han, siempre con esa intimidante mirada sobre mí.
—JaeJoong, levántate. El Sr. Han desea hablar contigo en privado —anunció mi padre.
El despacho de mi padre se notaba oscuro y tenebroso. La luz que las velas brindaban, no era lo suficiente para iluminar todo el espacio, dejando espeluznantes sombras por doquier. Pero no eran las sombras ni el despacho lo que me hacía temblar, era la mirada de ese sujeto, que pronto tendría por suegro.
—Realmente eres hermoso, si no lo supiera, diría que eres la más linda chica que he conocido. —¿Qué debía responder a eso? Guardé silencio. —Dime JaeJoong ¿aún conservas tu pureza? —¡¿Qué clase de pregunta era esa?! El Sr. Han se acercaba cada vez más a mí, mientras yo retrocedía poco a poco. Cuando hube chocado con el escritorio, su enorme cuerpo se alzo junto al mío, acercó su nariz. Yo temblaba como una hoja, esto era muy distinto de tener el cuerpo candente de YunHo, con YunHo mi cuerpo temblaba de felicidad, y con el Sr. Han, de miedo. Olisqueó mi cuello por un rato. —Sí. Eres aún puro, y hueles tremendamente bien. Eres todo un pecado.
Con eso se alejó, lamiéndose los labios, como si saboreara mi aroma, y yo estaba feliz de que hubiera al menos un metro y medio entre él y yo.
No quería salir a despedir a “mi prometida”, pero fui obligado a ello.
—¡Ah! JaeJoong cariño, parece que por fin tu maldita belleza nos traerá beneficios —decía mi madre. —La Sra. Han está encantada contigo, y como no hacerlo, si su pequeña es un monstruo. —Deseaba refutar aquello, pero no era inteligente llevarle la contraria. —Parece que también has encantado al Sr. Han. Eso es bueno querido, te llevará por buen camino, ¡y a nosotros!
Ellos, desde que tengo uso de razón, se han expresado de esa manera sobre mi aspecto; aspecto que no encuentro diferente de los demás, soy bastante normal, quizá un poco más pálido, pero eso se debe a que no me dejaban jugar al sol. Mi cabello es negro y un poco largo, a SunHi le gusta de esa manera, dice que me veo mejor, y mis ojos son negros como la noche. Yo no le encuentro nada extraordinario. Y, cuando comencé a crecer, fui obligado a estar siempre acompañado de alguien. Por eso dicen que mi rostro esta maldito, que fui bendecido por un demonio. SunHi me dijo acerca de la mala manera en que era visto por algunos “ilustres caballeros”, yo raramente lo noto, pero hoy… no cabía duda…
—Sí. El Sr. Han fue el primer hechizado por la belleza maldita de tu hijo. —Mi padre dijo esto en un tono que no me dejaba incertidumbre de que yo era el beneficio que tendría el Sr. Han. Pero eso no podía ser ¿o sí?
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Estaba mal, lo sabía. Era pecado, lo sabía. Sería condenado, también lo sabía. Ardería en las llamas del infierno, pero no me importaba si podía estar con YunHo.
Sabiendo todo eso, me escabullía de nuevo por los oscuros pasillos. Mi mente solo pensaba en YunHo, en sus brazos y sus besos.
—¿Irás de nuevo con él? —la voz de SunHi surgió desde las sombras.
—¡SunHi! —exclamé.
—Es Satanás el que está detrás de esto —dijo elevando el tono de su voz. —No vayas, quédate, de lo contrario me veré obligada a hacer cosas que no quiero.
—SunHi, necesito verlo.
Unas grandes manos me tomaron, me levantaron y me arrastraron de vuelta a mi habitación. ChungHo me arrogó sin cuidado alguno y cerró la puerta con rapidez. Cuando me levanté, SunHi ya le había colocado el seguro. —SunHi, por favor. No me encierres. ¡SunHi!
Lloraba. El estar encerrado me traía malos recuerdos. Mi padre solía encerrarme muy seguido. Después de que mis ojos se cansaron de llorar, miré a la luz de la luna que se colaba por la ventana. YunHo me estaría esperando. Mis dedos acariciaron el vidrió, ahí donde el bosque se vislumbraba. —YunHo.
Cuando desperté, el sol ya estaba alto. SunHi había venido, lo supe por la bandeja de comida que dejó en la mesita de noche. Suspiré con pesar. Tenía que encontrar la manera de ir hasta YunHo.
Después de un rato, mi estómago comenzó rugir por el hambre, pero no quería tocar lo que SunHi me había dejado. No porque sospechara de ella, más bien era porque estaba muy molesto con ella. Quería que se sintiera un poco culpable por retenerme aquí.
El día transcurría muy lento, demasiado lento. SunHi no había venido. Había planeado atravesar la puerta en el mismo instante en que ella la abriera, pero mis planes se han visto frutados por su ausencia.
Regreso a la ventana, donde lo único que hago es observar y lamentar mi triste historia. Tal vez sea mejor así.
YunHo. Mi mente lo llama una y otra vez. YunHo. Mi corazón llora por estar lejos de él. YunHo. Mis ojos tienen una alucinación. YunHo atravesando cuidadosamente los jardines. YunHo escondido detrás de un matorral. YunHo muy cerca de mi ventana. YunHo, YunHo ¡YunHo!
No estaba teniendo una alucinación. YunHo realmente estaba ahí. Los rosales lo ocultaban de la vista de los que se encontraban en la planta baja, pero yo, ubicado en un piso superior, tenía un panorama más amplio.
Sin dudarlo, antes de que el amenazara con moverse, comencé a golpear el cristal de la ventana. Cuando él lo notó. Me sonrió. Y de nuevo ese cosquilleo en mi estómago. Mi ventana hasta ahora cerrada, se abre para dar paso a una fresca brisa veraniega.
—He venido a verte —me dice aún escondido entre los rosales. Sonrío porque no solo yo siento esa compulsiva necesidad de verlo. —No fuiste ayer, y yo quería saber si…
—Estoy encerrado —le corto. —Ayer mientras me escabullía fui descubierto, y no me han dejado salir.
YunHo solo me sonrió de nuevo, contento de que no lo esté rechazando, aunque eso debería hacer. Los ojos marrones de YunHo miraban hacia uno y otro lado, evaluando el lugar. Finalmente halló lo que buscaba, un atajo a mi ventana.
Por uno de los costados, una enredadera, lo suficientemente fuerte para aguantar a alguien muy ligero se extendía hasta más arriba de mi habitación. Pero el peso de YunHo no sería soportado por eso.
Para mi sorpresa, YunHo, cuando vio que era seguro, solo tomo un extremo de la planta y después se agarro de algunos recovecos y salientes en la pared. Trepando como un gato, llegó a mi habitación.
¡Dios! ¡YunHo en mi habitación!
—Te extrañe tanto —dijo, envolviéndome en sus brazos y su aroma. Podría decirse que era una exageración, podría serlo, de no ser porque yo lo extrañaba con la misma intensidad que él. Levante mi mentón por la recompensa que tanto había anhelado: los labios de YunHo.
—Deseaba tanto verte.
—Es por eso que estoy aquí.
—Lo deseaba tanto, pero no deberías estar aquí. —Se separó de mí, con sus ojos mirándome acusadoramente. Lo amo, pero está mal. —Voy a casarme pronto.
Un silencio se hizo en la habitación, el aire estaba tan tenso que podría cortar como una navaja. No lo quise mirar, no lo haría, porque estaba seguro de que sí lo hacía, sería mi perdición y no habría vuelta atrás.
YunHo se movió un poco, captando mi atención antes de comenzar a hablar: —Creerás que estoy loco, JaeJoong, yo te amo, te amé desde el momento en que te vi. No puedo concebir una vida sin que estés a mi lado.
—Yo…
—Sé qué piensas que está mal, y lo sé yo también lo he visto, pero esto es lo que siento y no se puede cambiar. JaeJoong me has embrujado. —Yo debería decir eso. —Dime ¿cómo es ella? ¿Cómo es aquella que gozará de tu presencia día y noche?
—Yo… ella…
—¿La amas? —Negué con la cabeza. —¿A quién amas? Dímelo.
—Solo a ti te amo.
Sus ojos marrones me tienen atrapado, el calor de su cuerpo me derrite, y yo, me dejo llevar por el flujo de emociones que corren dentro de mí.
Entre besos y abrazos, sin despertar a la hambrienta bestia que habita en mí, pasamos un rato agradable, olvidándome de que estoy a punto de casarme.
—Así que, cuando era niño, nuestro campamento se quedó justo donde ahora está. Me habían ordenado llevar los instrumentos, pero alguien se atravesó en mi camino. —YunHo me contaba anécdotas de su vida, mientras estábamos abrazados, tumbados sobre mi cómoda cama. Al final comimos lo que SunHi había llevado. —Era la cosa más bella que hubiera visto. Un ángel.
—Me pondré celoso como sigas así —le dije bromeando, él solo beso mi frente.
—Jae, era solo un niño, y aquel niño era casi como uno. Él fue mi primer amor —sentenció.
Aquello me hizo recordar algo. —¿Hace cuanto fue?
—Alrededor de unos diez años.
—¡Oh! ¡Por Dios!
—¿Qué?
—YunHo hace unos diez años conocí a un niño, en un campamento gitano, era la primera vez que salía sin mis padres. SunHi me había llevado ahí porque quería consultar a la adivina. Y… y un niño me sonrió, y tenía un lunar como el tuyo.
—¡Eras tú!
—Eso creo.
—¿Te das cuenta de lo que esto significa?
—¿Que también fuiste mi primer amor?
—¿En serio? —asentí. —¡Eso es grandioso! Pero no, eso no. JaeJoong, tú y yo estamos destinados a estar juntos. Nuestras almas están conectadas. Tú eres mi complemento JaeJoong. Te amo y tú me amas, lo sé. Tenemos que estar juntos.
—Yo…
Los pasos fuera de mi habitación nos alertaron. El tintineo de las llaves nos asustó. YunHo corrió a esconderse en el armario, justo antes de que SunHi diera con la llave correcta y entrara.
—Pequeño JaeJoong, yo, lo siento mucho.
—No pareces sentirlo después de encerrarme durante todo el día.
Entrecerró los ojos antes de decir: —Lo hago por tu bien. Y si tengo que hacerlo hasta que el campamento se vaya, así será. —La molestia en mi fue evidente, pero SunHi no se retracto. —Sin embargo, no estoy aquí por eso. El padre de tu prometida estará aquí dentro de un par de horas. Tú madre ha solicitado que te arregles para recibirlo.
Aquello me cayó como balde de agua helado. El Sr. Han ha venido de nuevo. —No deseo verlo.
—Me temo que no está a discusión. —Mi madre había hecho su fugaz aparición. —El explícitamente solicitó hablar contigo. Creo que quiere asegurarse que cuidaras bien de su pequeño monstruo.
—Madre por favor.
—¿Qué? Si esa es la verdad. Hasta su propia madre piensa lo mismo. Eres una bendición para esa familia. Y… —Ella detuvo ahí su perorata. —Que SunHi te ayude a arreglarte.
—Madre, no soy una dama.
—Pues a partir de hoy casi serás como una —murmuró. Aquello me dejó confundido. ¿Por qué me decía esas cosas? —Bueno siempre pareciste una —dijo con desprecio, como siempre que se dirigía a mí, y abandonó la habitación.
SunHi me miro tristemente y le sonreí de la misma manera. —Iré por agua caliente y sales aromáticas para que te des un baño.
Cerró la puerta detrás de sí, y yo me dejé caer en una esquina de la cama. YunHo, a quien había olvidado, salió de su escondite y me abrazó por detrás. Tenerlo ahí me calmaba y reconfortaba, porque él lo acababa de decir: —Te amo JaeJoong.
Él era el único que me amaba por lo que era, él único al que no le importaba que fuera o no de una buena familia, ni el oro detrás de ella. YunHo me amo desde que me vio en el bosque bajo la luna, cuando mostraba mi verdadero yo.
—Sera mejor que te vayas —dije melancólicamente, porque no quería separarme de él, pero era mejor que se marchara, SunHi entraría en cualquier momento.
—Si, lo sé, pero JaeJoong, recuerda algo, te amo mi bello ángel. —Me besó una vez más antes de ir a la ventana. —¡Ah! Y Jae, mañana es la noche de San Juan. No puedes faltar.
Lo vi saltar de manera muy hábil desde mi ventana al rosal, se giró para mirarme una última vez y me lanzó un beso antes de escabullirse sin que nadie lo notara. Mis ojos los siguieron hasta que se perdió detrás de unos arbustos antes de llegar al muro.
Espero un rato pero nada sucedió, lo que significaba que YunHo había logrado salir son problemas. Sonreí.
El toc-toc de la puerta me sacó de mi hermoso sueño.
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SunHi, quien me había ayudado a arreglarme, me miraba ahora con cara de preocupación mientras avanzábamos por el pasillo. El Sr. Han había venido, justo como dijo. Durante la cena, sus ojos no dejaban de recorrerme, evidentemente SunHi lo notó, pues su mirada no era para nada discreta. Se notaba a leguas que él no tenía buenas intenciones para conmigo.
Cuando la cena finalizó, pidió hablar a solas conmigo. SunHi fielmente me seguía, pues como era conocido no debía estar solo con nadie, pero, al igual que la vez pasada, los servicios de SunHi no fueron requeridos, enviándola mi madre a las cocinas.
—Deja de resistirte JaeJoong. Aunque ahora lo hagas, cuando la boda se efectúe no podrás escapar. —Me tenía acorralado, lo único que se interponía entre él y yo era esa mesilla de noche. Temblaba, su mirada gritaba lujuria. —Tú sabes que mi niña aún es muy pequeña para las cuestiones carnales, pero tú mi hermoso JaeJoong, tú… —me miró como a un pedazo de carne y se lamió los labios. —Exigiré el derecho a la primera noche.
Abrí los ojos con susto y desesperación. Él no podía exigir eso, va contra las reglas de la religión, además sería doblemente pecado porque ¡es su hija!
—No te equivoques JaeJoong, como te dije, ella es aún pequeña y es mi sangre, pero tú, tú eres un caso muy distinto.
—No, no puede. Se condenará al infierno. ¡Es pecado!
—¡Y a mí qué diablos me importa! ¡Serás mío! Y si no te tomo ahora es porque estás en casa de tu padre, pero en cuanto la boda se celebre, las cosas cambiarán a mi favor.
Diciendo eso se marchó, con la promesa de que tomaría mi cuerpo en cuanto dejara mi hogar. Todo mi organismo se convulsionaba del miedo. SunHi entró presurosa, me abrazaba y decía que todo estaría bien. Había escuchado todo detrás de la puerta.
Cuando me hube calmado, traté de hablar con mi padre, hacerle entrar en razón del porque no podía casarme con Yoona, pero ni él ni mi madre escucharon razones, a pesar de que claramente les dije que el Sr. Han me tomaría. —Ese será su pecado, no el nuestro —dijeron. —Debes tomar la responsabilidad que como un Kim te corresponde, por lo que la boda no será cancelada.
Después de eso me dejaron, llorando mi desgracia solo. ¿Acaso en nada me apreciaban? No puedes hacerles eso a tus hijos, no puedes entregarlos a la boca del lobo solo por dinero. No deben… y sin embargo, lo hacen.
—Pequeño JaeJoong. —SunHi acariciaba mi cabello, intentando calmar mis temores.
—SunHi ¿Qué voy a hacer?
—Ese hombre tiene el pecado de la carne, pequeño. Quizá se calme cuando haya pasado un tiempo, entonces se dará cuenta de su crimen e irá a la iglesia a confesarse y esperar por su penitencia.
—Eso no sucederá. —Me miró como si no entendiera. —La visita de hoy fue para adelantar la boda.
—¿Qué? Pero los arreglos, las invitaciones, el vestido…
—Desean sea una ceremonia íntima, ya que Yoona aún es muy pequeña. Así que el Sr. Han ha decidido que solo unos cuantos estén presentes, y como yo no compartiré los aposentos con ella, decidieron que cuando sea tiempo celebrarán una gran fiesta, mientras solo será la familia.
—¿Cuánto tiempo?
—Una semana.
—¡Dios! ¡Ese hombre de verdad te desea de mal modo! No te preocupes, yo siempre estaré a tu lado, si es necesario dormiré a los pies de tu cama —decía con seguridad. Eso me hizo sonreír con tristeza, pues aún no le había comunicado todo. —No será posible eso ¿verdad? —dijo mirándome seriamente. Me conocía muy bien como para saber que algo más no estaba bien.
—Tú, no podrás acompañarme.
—¡¿Qué?! Pero si soy tu dama de compañía, tu…
—El Sr. Han lo ha ordenado así expresamente. Cuando me una a Han Yoona, pasaré a ser posesión de su padre, dejando todo atrás.
—Eso no puede ser, nunca has estado solo, me necesitas y más ahora.
Sí, pero eso no será posible…
De alguna manera me quedé dormido. Cuando desperté SunHi no estaba, y la luna casi llena estaba en su cenit. Sin pensarlo ni un segundo, me dirigí hacía la puerta, pareciera que la noche me transmitía el mensaje: YunHo te espera.
Grande fue mi chasco al darme cuenta que por muy preocupada que estuviera, a SunHi no se le olvidaba el otro asunto. Estaba encerrado de nuevo, y mi cuerpo quería maullarle a la luna como gato herido.
El golpe de un algo estrellándose en la ventana me sobresalta. Una, dos, tres piedritas se estrellan contra los cristales. Abro las ventanas, dejando que la noche se cuele por ella y junto a ella mi amado, YunHo.
—Pensé que no despertarías nunca. —Lo miro extrañado. —Hace horas que espero escondido en el rosal. Sin mentirte seguro que al salir el sol, tendrás en lugar de un rosal un caminito de piedras —sonríe divertido.
—Yo, lo siento. No escuche nada. —Lo cual es muy extraño ya que yo soy de sueño ligero.
YunHo trepa por la ventana, al entrar me mira extrañado y besa mi frente. Acto seguido se dirige a la mesita de noche donde aún tenía el té que SunHi me había preparado.
—Esto tiene hierbas para dormir.
Ahh, ahora entiendo. —Quizá SunHi quería que me tranquilizara.
—¿Por qué? ¿Algo ha pasado?
—Yo… —terminé por contarle todo a YunHo, mis temores, el beneficio mutuo del matrimonio al que estoy obligado y del Sr. Han. YunHo me escucho, abrazándome, protegiéndome entre sus fuertes brazos, tensándose de vez en cuando o conteniendo la respiración por algo que no le parecía.
—No puedes, ni debes casarte.
—No deseo hacerlo, pero me temo que no tengo muchas oportunidades de elegir.
—Claro que sí, me tienes a mí.
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12 comentarios:
pero qué indignación , que padres le tocaron a Jae, tan avarientos y especuladores, no les importa que el monstruo de su futuro suegro quiera violarlo, ellos todos deberían ir a la hoguera por herejes.
Vamos Yunho ,llévatelo, ráptalo, que es tuyo y te ama como tú a él.
gracias por la actu. me gusta porque lo haces seguido y eso me tiene entusiasmada y con ganas de más.
Dios! Esos no deberían llamarse padres, solo piensan en su propio beneficio sin importarles que estén arrojando a Jae a un destino que solo le causaría dolor.
Y esa Sunhi, me decepciona. Entiendo que se preocupe por Jae y su supuesto pecado por enamorarse de un hombre, pero eso de encerrarlo me parece excesivo. Por Dios, Jae le está diciendo las intenciones que el fulano tiene para con él y aún así no le permite disfrutar sus últimos días de libertad. Ella me está cayendo mal u.u.
Por fortuna Yunho va en rescate de Jae *-*, ójala se lo lleve lejos, que lo aleje de toda la gente de esa casa que solo le causa daño. Yinho debe hacerlo feliz y protegerlo de aquellos que quieren ponerle la mano encima cofcofSr.Hancofcof.
Mil gracias por la actu! No tienes idea de como amo que actualices tan pronto. Me haces muy feliz con ello. Te sigo leyendo. Cuídate!!
elige a yunho siempre jaejoong porque se aman, aigo! que no lo viole el maldito ese! no puede obtener y tener algo que no le corresponder jaejoong es de yunho y viceversa! que se muera envenenado y yunho y jaejoong huyan!! si algo malo pasa mi corazón no lo soportará!!
ahora calmando mis nervios, no he podido leerlo todo solo pasé a recomendarle el peso del alma a una niña le pegué el link y el bichito de la cureo me entró y leí espero poder leer lo que me falte!! mil gracias por compartir tu historia con nosotros ^_^
Era evidente que el niño del pasado de JJ era Yunho, ¡amé eso!
¡Dios! lo del matrimonio de JaeJoong es peor de lo que imaginé! quieren casarlo con ese cerdo para que se aproveché de él!
¿Qué clase de padres tiene JaeJoong? son unos desgraciados, prácticamente lo están echando a la boca del lobo!
En verdad espero que suceda algo, yo apoyo la idea de una fuga xD JaeJoong no merece sufrir ese destino, afortunadamente no está solo y tiene a Yunho! Ojalá no los separen!
Gracias por actualizar, me dejas con la intriga mujer, esperaré ansiosamente el siguiente capítulo!
Te leo pronto! =)
Que se escapen juntos
Si jaejoong no hulle d su casa tendra un destino lleno d violaciones al lado d ese suegro depravado q se lo qiere coger a cada rato
Y yunho esta enamorado d echo los dos
Q se vayan juntos es mejor
Yo tb qiero a un gitano Yunho coreano qe m llene los rosales de piedrtas ;0; ♥
Asquero señor Han maldito depravado, como se le ocurre mi pobre y hermoso Jae, que se fugue con Yunho
o si claro que lo tienes ha el huye aléjate vete con yunho el te puede llevar muy lejos de ese viejo depravado y de los malos de tus padres que lo único que quieren es dinero aun por encima de la felicidad de su propio hijo
Como pueden ser sus padres así (dudo que sean sus padres), ahora su dama de compañía debería dejar que vea a Yunho, porque tanto peca ella como sus pedreas por permitir eso, no se diga el tal Sr. Han. Yunho llévatelo lejos de todos, huye con el.
osajnofqujerofqroiuf SI PUEDES ME TIENES A MI!
omg omg omg!! Yunho me tiene enamorada!!
ese señor Han es de lo peor!!! como puede querer hacer tremendas barbaridades como casar a su pequeña hija y querer algo con su futuro yerno que repugnante hombre..!! y los padres de Jaejoong no se quedan atrás también son de lo peor que horror ... ( ¬¬)
la única alternativa que queda para que jaejoong no se case es que se escape y se vaya con Yunho...
ese señor Han es de lo peor!!! como puede querer hacer tremendas barbaridades como casar a su pequeña hija y querer algo con su futuro yerno que repugnante hombre..!! y los padres de Jaejoong no se quedan atrás también son de lo peor que horror ... ( ¬¬)
la única alternativa que queda para que jaejoong no se case es que se escape y se vaya con Yunho...
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