YunHo me ha dado motivos y fuerzas, escaparíamos. No esta noche, ya que es muy apresurado. Habría que planearlo detalladamente, no quisiera que fuésemos interceptados y que nos dieran un cruel destino.
La
adivina tenía razón, mi verdadero amor ha llegado, pero ni este ni ningún otro
viento soplará a nuestro favor, sin embargo, no me importa, si YunHo toma mi
mano, soy capaz de atravesar una tormenta.
YunHo
me ha dicho que vendrá por mí al anochecer, que no podemos perdernos las
festividades de San Juan. Y, no es mi intención hacerlo. Quiero ir. Anhelo ir.
Sé, muy dentro de mí, que hoy será especial, y debo estar ahí.
SunHi
entró en mis aposentos alrededor de las diez de la mañana, lo sé porque a esa
hora el jilguero se marcha. YunHo estuvo conmigo durante toda la noche,
haciéndome compañía y calmando mis terrores. Me prometió que nada me pasaría,
que ese hombre jamás me tocaría, y yo, yo le creo.
El
día trascurrió normalmente, o lo más normal que se pudo. Mi madre diciéndome
acerca de lo bueno que era este matrimonio y mi padre, quien perfectamente sabe
del “beneficio”, me miraba como a una horrible babosa de la que hay que
deshacerse. SunHi me mantenía vigilado, mientras persuadía a mis padres para
que ella y ChungHo fuesen conmigo después de la boda. Yo solo trataba de
olvidar todo lo demás y me concentraba en YunHo y en la forma en la que hoy nos
escabulliríamos hasta el campamento. Si lo hacíamos bien, esa misma forma
utilizaríamos para huir, por ahora debía esperar a que estuviera todo en orden,
y fingir un poco más para no levantar sospechas y escapar lo suficientemente
lejos para que no nos encuentren.
« ¤ » « ¤ » « ¤ »
—¿Estás listo? —me preguntó. Miré hacia abajo y mi
cuerpo tembló involuntariamente. «No, no lo estoy».
YunHo había llegado, tal cual prometió, al caer la
noche. Tuvo que esperar a que yo terminara cualquier asunto que tuviera mi
madre para retirarme a mis aposentos y que SunHi pusiera llave a mi puerta.
Después de una sesión de besos y abrazos, la casa había caído en la
tranquilidad, y guiados por la luz de luna, nos deslizaríamos hasta el muro y
de ahí hasta el campamento.
No sabía la razón, pero YunHo estaba muy insistente
en ir, y yo realmente quería compartir eso con él.
Había amarrado una cuerda anudada a una de las
patas de la cama, lo suficientemente pesada, para que yo pudiera bajar por ahí.
Él se encargaría de volver a subirla y cubrir nuestras huellas, y yo acababa de
descubrir mi pánico a las alturas.
—No, no puedo. Es demasiado alto.
—Vamos, vamos. —Sostuvo mi cara con sus dos manos y
sus ojos marrones me miraban con amor. —Sé que puedes lograrlo. Si tienes
miedo, solo veme a mí, solo a mí.
Como si fuera un hechizo, me giré hacia la ventana
y mirándolo a los ojos, comencé a descender. En realidad no fue tan complicado,
ni siquiera era demasiado alto, los nudos a lo largo de la cuerda me ayudaron
bastante, sin embargo yo, no pude dejar de admirar la habilidad que YunHo tenía
para trepar sin la ayuda de la cuerda.
Sonreímos cuando los dos hubimos traspasado el
hueco de muro. Mi respiración aún no se normalizaba, debido a la rápida escapatoria
por los jardines. YunHo me tomo de la mano y mi corazón latió a mil, como
siempre que estaba cerca de mí, y ahora, no sabía si mi pulso acelerado era por
la carrera o porque YunHo sostenía mi mano mientras caminábamos alejándonos del
pueblo en dirección del bosque.
Al igual que la inicial vez que fui con YunHo de
noche al campamento, lo primero que vislumbre por el bosque fue la luz naranja-rojiza
de la hoguera, pero ahora se notaba más grande, incluso los cánticos se
escuchaban desde esta distancia. Sonreí porque recordé a las buenas personas y
a las leyendas que con esa hoguera venían.
Me preguntaba que tendría esta noche de diferente,
ya comía ansias por llegar ahí, pero YunHo parecía disfrutar de la caminata.
—Tranquilo —me dijo, con su voz sensual al oído.
Sentí escalofríos recorrerme. —No hay prisa, estamos a buen tiempo.
Mire hacia el cielo, la luna, ahora totalmente
llena, aún estaba muy lejos de llegar a su cenit, por lo que yo sabía, la
verdadera fiesta comenzaba a la media noche.
Podía escuchar claramente las citaras, violines y
gaitas que armonizaban todo, las voces de las chicas sonando agudas y alegres,
mientras que las de los varones fuertes e imponentes, e inmediatamente me
contagié con el ánimo del lugar.
YunHo reía. Yo reía. Y juntos, decidimos correr el
último tramo.
Al entrar en el claro, lo más evidente era la
enorme hoguera al centro, que nada tenía que ver con la de hace unas noches.
Esta, estaba construida sobre varias tarimas de madera, haciendo de soporte y
combustible a la vez. Tenían una forma triangular con cuatro lados, todos ellos
ardiendo con gran intensidad. Las llamas se elevaban por más de tres hombres de
altura, y su calor se sentía en todo derredor.
Alrededor de ella, pequeños fuegos la acompañaban.
De alguna manera me recordaban a la luna y a las estrellas. No iluminaban
demasiado, pero daban calor a quienes cerca de ellas se encontraban.
Sonreía maravillado por el espectáculo de color,
música y alegría que ante mis ojos se presentaban. Las risas se fundían con los
sonidos del pandero, y estos a su vez con los cánticos y la música.
YunHo me llevó de la mano hasta la hoguera
principal, nos detuvimos a observarla,
sintiendo su magnificencia. Después rodeamos el claro para llegar con sus
familiares. Conocía a JiHye y a su madre, sin embargo su padre jamás lo había
visto. Eran tan alto como YunHo, un poco más robusto y curtido por los años,
pero tenía esos mismos ojos color marrón, esos que me miraban inquiridoramente.
—¿Es él? —le preguntó a YunHo con un tono duro y
cortante. Por instinto me escondí detrás de YunHo, quien sonrió por mi acto.
—Sí, padre, es él.
Sus padres se miraron un momento, después a YunHo y
por último a mí. Me sentía extrañamente observado, no era como las veces
pasadas, sentía que algo esperaban de mí.
—Te esperábamos hermoso JaeJoong —JiHye me dio un
abrazo que me calmó un poco, después su madre me sonrió amorosamente e hizo lo
mismo que su hija. Su padre, en cambio, me apretó la mano con fuerza, no
sonrió, pero sus ojos eran más amigables. —Ven, unámonos a las danzas. Hoy más
que nunca debes bailar con tu corazón, cantar con tu alma, hoy es un día
mágico.
Durante el transcurso de la noche cantamos y
bailamos alrededor de la hoguera principal. Reíamos como si estuviéramos
embriagados, y, de alguna manera así era, estábamos embriagados de felicidad,
aunque también había bebidas, eso nada tenía que ver con nuestra felicidad.
Al llegar la luna a su cenit, los chicos más
aventureros se preparaban para la caminata sobre el fuego. A un costado de la
hoguera principal, se encontraba un camino de brazas de dos metros de largo por
uno de ancho. El rojo ardiente de las brazas, brillaba intimidante.
YunHo me miró y me dio una sonrisa cómplice,
mientras comenzaba a quitarse los zapatos. Andaba en un solo pie tratando de
quitarlo, brincoteando como gallina espinada, y, cuando por fin logró zafar su
zapato, el mismo impulso que le hizo quitárselo, lo envió al suelo. Reí a
carcajadas junto con los demás chicos. ChangMin, le ayudó a levantarse, me hizo
un guiño con el ojo y dejó que YunHo me diera un beso en la frente antes de
unirse con los demás.
Las chicas cantaban a su alrededor, los panderos y
citaras resonando por el lugar. Las risas de los chicos haciendo eco, mientras
jugaban empujándose como niños pequeños por ver quién iría primero. Yo aplaudía
junto con todos los demás, en espera de que la caminata comenzara.
—Se dice que solo los más devotos son los que tienen
la fuerza para atravesarlo sin sufrir ningún daño. —Una voz gruesa se escucho a
mi lado. Me sobresalté al darme cuenta de quién era, el padre de YunHo. —Esta
es una tradición o llámalo conjuro, para atraer la prosperidad, la abundancia,
la suerte y el amor. —Lo mire un momento antes de devolver la vista a los
chicos que pronto comenzarían. —Tú fuiste predicho en la vida de mi hijo
incluso antes de nacer. —Aquello me tomó de sorpresa, lo miré intrigado. Sus
ojos castaños me miraban, pero no podía descifrar que sentimientos ocupaban. —A
los cinco meses de embarazo, la adivina fue personalmente a nuestra puerta,
dijo que el hijo en el vientre de mi esposa estaba predestinado a liberar el
alma de la torturada princesa, y tú JaeJoong, tú serás liberado.
El grito de la multitud enardeció, provocando que
me distrajera un poco de mi interlocutor. YunHo y ChangMin encabezaban la
marcha, ambos con pies descalzos y sus pantalones enrollados a la rodilla. Se
tomaron de la mano mientras daban el primer paso, acompañado por el “pss” de su
piel al calor de las brazas y el “¡Ahhh!” de las personas. Cuando gire de nuevo
mi atención, el padre de YunHo se había marchado.
La alegría de la fiesta me hizo olvidarme del
asunto en seguida.
YunHo y ChangMin llegaron al final del recorrido
sin ningún percance. Las personas sonreían y aplaudían a los chicos, mientras
una segunda pareja se aventuraba a caminar por las ardientes brazas. Uno de los
chicos gritó y soltó la mano del otro para huir de aquel tormento a la planta
de sus pies. Las risas estallaron mientras el chico ponía sus pies en agua
fría.
Me acerqué a YunHo con la finalidad de abrazarlo y
felicitarle por su logro, pero antes de que pudiera hacer ambas cosas, los
propios brazos de YunHo me atrajeron hacia sí, envolviéndome, depositó un beso
en mi frente, sonrió y levantando mi
barbilla, un casto beso unió nuestros labios, que hizo que un calor diferente
al de la hoguera me recorriera el cuerpo.
El barullo a nuestro alrededor nos hizo consientes
de nuestro público. ¡Dios! ¡¿Qué hubieran dicho si me hubiera besado como
normalmente lo hace?! Me sonrojé con violencia. Afortunadamente nadie lo noto,
porque todos tenían el mismo color rojizo por las luces de las hogueras.
Las personas comenzaron a arrojar a la gran hoguera
pequeños objetos, ropas viejas y cualquier objeto que representara un mal
recuerdo. —De esta manera se exorcizan los malos espíritus —me dijo YunHo
cuando notó mi curiosidad. —También puedes escribir en un papel un conjuro
benigno o deseos que quieres que se realicen. ¿Quieres escribir algo?
Asentí sonriendo. YunHo me dio un pedazo de papel
donde escribí mis deseos. «Amor = YunHo». «Libertad para estar con YunHo».
«Protección para nuestro amor».
Doble la hoja por la mitad y luego de nuevo por la
mitad, y tomado de la mano de Yunhp, juntos arrojamos nuestros deseos a la
inmensa hoguera, deseando en nuestro interior que se cumplieran.
Después de eso, los bailes y los cánticos
siguieron. Incluso había uno donde había que brincar sobre las pequeñas
hogueras aledañas. Animado como estaba decidí también unirme a ellos, decían
que este acto atraía a la felicidad, y lo creía, porque en ese momento me
sentía muy feliz.
« ¤ » « ¤ » « ¤ »
Antes de que la noche terminara, YunHo me jaló
despacio, besó mis labios, primero suave y lento, pero yo quería más, quería
quemarme con el fuego que el cuerpo de YunHo exudaba. Entre un beso y otro, un
calor ardiente recorría mis venas.
Nos alejamos del campamento, con cada uno en su
propia felicidad, nadie notó nuestra ausencia, o así quiero creerlo. La verdad
está en que yo solo tenía los ojos puestos en los apasionados ojos marrones de YunHo.
Ni siquiera noté cuando dejamos de escuchar el
barullo de la multitud. YunHo me tenía hechizado desde el primer momento, él y
solo él.
Tomo mi cara entre sus manos y me besó como nunca
antes, como si quisiera desentramar los misterios que en mi boca había, y yo,
le correspondí de la misma manera, porque sentía en mí una necesidad de poseer
todo ese dulce sabor que en su cavidad se halla.
Una de sus manos bajó a mi cintura, apretándome más
a él, queriéndome fundirme con su cuerpo. La otra se mantenía en mi nuca,
tratando de conservarme cerca ¡como si yo
quisiera alejarme!
La mano en mi cintura me atraía y me alejaba a un
ritmo sensual, a veces su cadera giraba en círculos en torno a la mía,
rozándonos ahí… rozándonos en nuestra intimidad… avivando impuros deseos…
Sentí de nuevo despertar a esa bestia en mi
interior. Y tuve miedo.
—Jae — me susurró en el oído antes de morder
suavemente mi lóbulo, yo sentía derretirme, mis piernas de gelatina no me
aguantarían demasiado si YunHo seguía haciendo eso. —Jae, déjame llevarte al
cielo —prometió, y mis piernas se tambalearon junto con un impúdico sonido saliendo
de mi boca.
Sé que está mal, sé que es pecado, sé que me
condenaré al fuego eterno del infierno, y sin embargo, no puedo evitarlo,
quiero estar con él, lo amo a él, sólo a él. Y si la luna es nuestra cómplice,
esta noche, esta noche que es especial, invocaré su magia para que YunHo y yo
seamos eternamente uno.
Recostados sobre la fina hierba, puedo sentir el
calor de YunHo sobre mí, besando, acariciando más allá de lo que cualquiera
hace. La bestia en mi interior ha despertado totalmente. Decido que no la
quiero retener más.
Ahí, ahí donde el constante roce de caderas de YunHo
se da, es ahí donde la bestia habita. Apoderándose de todo mi cuerpo, enviando
vibraciones de pecado por todo mí ser. Mis manos han cobrado vida propia y así
como las manos de YunHo me recorren, las mías lo palpan por encima de la
estorbosa ropa.
Su camisa de suave lino, está semi-abierta, lo
que le permite a mis manos introducirse dentro de ella y tocar la piel morena,
tan ardiente, tan deseable, tan mía…
Los besos de YunHo hacen de mi mente nubarrones,
lo único en lo que pienso en es YunHo, en su sabor, en su olor, en su calor y
en que quiero fundirme más con él, mucho más.
Las ropas que impiden que nuestras pieles se
rocen son retiradas de manera suave. YunHo delicadamente me desprende de la
camisa de seda que traigo, mientras que él se saca toda su ropa salvajemente.
La bestia en mi interior me hace mirar ahí a YunHo.
Me sonrojo y cubro mi rostro. Nunca antes he visto a otro hombre desnudo, menos
con aquella estaca sobresaliendo de su cuerpo.
YunHo me sonríe, pero no da tregua a que mi
conciencia vuelva, me ataca de nuevo a besos, mientras yo me dejo ser.
La bestia en mi entrepierna palpita, pulsa una y
otra vez, buscando el roce, el anhelo de las caderas de YunHo. Ahora soy yo
quien se frota contra él.
La mano de YunHo desciende a esa parte de mí, y
yo me siento morir cuando sus dedos hábilmente recorren hábilmente mi trozo de
carne. Pone especial atención a la abertura donde la bestia arroja líquidos
viscosos. Promiscuos sonidos escapan de mi boca, aunque quisiera detenerlos,
ellos son la voz de mi bestia interior, que me carcome, que me incendia, pero
si he de morir en el fuego de YunHo, que así sea, gustosamente me quemaré.
Mis piernas levantadas en cada uno de los
hombros de YunHo… el contraste de su piel ardiente contra la fría blancura de
la mía. Sus ojos brillantes, llenos de un deseo impuro, un deseo con el que
muchos me han visto y sin embargo, en él es diferente, en él puedes ver a
través de ese velo llamado lujuria y observar la calidez del sentimiento y la
ternura del amor.
«Por eso YunHo, por eso yo me entrego a ti
libremente. Toma mi cuerpo, porque mi alma y corazón ya son tuyos. Tómalo y
quemémonos juntos…»
Cierro los ojos al sentir una incomodidad
invadiéndome, no es doloroso, sin embargo, es molesto, pero, poco a poco pasa a
ser agradable… «Ahhh» cada vez es más grande, lo siento estirarme, preparándome
para algo más…
—¡Aghhh! —grito. Por mis ojos cerrados escurren
lágrimas de dolor, mientras mi cuerpo se arquea en señal de protesta, queriendo
evitar ese dolor quemante que punza y arde en mi interior.
YunHo me sostiene fuertemente para que no me retire
y me haga más daño. Susurra palabras dulces a mi oído, me pide que me relaje,
que aún no está totalmente dentro. Besa mis labios, muerde mi lóbulo y sus
besos descienden hasta mi garganta, llevándola a un punto de placer donde
olvido el dolor y me concentro en sus caricias.
El brazo de YunHo me aprieta aún más fuerte antes
de volver a empujarse dentro de mí. Acalla mis gritos de dolor con fogosos besos,
mientras que yo me siento arder. Me quema esa parte donde YunHo se une a mí.
Incitado por la curiosidad, a pesar del dolor, abro
los ojos y miro. Observo es lugar donde YunHo ahora forma parte de mí, no puedo
distinguir donde comienza él y donde termino yo. Él me sonríe, está estático,
pero las gotas de sudor en su cuerpo me dicen que él también se está
incendiando por dentro.
Me besa, y poco a poco el dolor ardiente remite.
Sus besos y caricias son la cura, y, me dejo llevar por esa nueva oleada de deseo.
La bestia en mi interior clama por más. Y el vaivén de nuestros cuerpos
comienza. Una danza sensual, un roce que me lleva, tal como YunHo me lo
prometió, a un nivel que casi podría considerar como el cielo, de no ser porque
sé que lo que hacemos es pecado, y no me importa, porque disfrutar de esto es
lo más cercano al cielo que estaré antes de descender a los fuegos del
infierno.
El placer es tanto que los gemidos que de mi
garganta salen, hacen que hasta la luna y la naturaleza se ruboricen al escucharlos.
Algo en mi interior estalla, haciéndome ver
estrellas y perderme en el placer de estar junto a él. El ronco gemido de YunHo
me dice, que él también lo ha sentido. Hemos llegado a nuestro propio cielo.
Agitados, YunHo recarga su peso sobre su antebrazo,
apoyado en la hierba a un lado de mi rostro. Su cuerpo aún me cubre, evitando
que la luna conozca lo que solo él conoce. Sonreímos, nos besamos y volvemos a
sonreír. No hay mayor felicidad que ésta.
—Ahora estás atado a mí eternamente. No hay amor
más fuerte que el que se profesa bajo la promesa de felicidad que la Noche de
San Juan trae. —Le sonrió sin entender, pero no interesa, porque lo único que
mi cansada mente capta son las palabras: atado, amor y felicidad, que es lo que
justamente siento.
« ¤ » « ¤ » « ¤ »
—Jae —me llama. — Jae — me sacude. —Jae, amor,
despierta. No debemos quedarnos aquí. El alba…
Al escuchar que la mañana se acercaba, brinque de
sus brazos. Me arrepentí de aquel acto al momento. Un dolor que empezaba en mi
trasero y recorría toda mi columna vertebral me sacudió. Chillé un poco del
sufrimiento, pero YunHo me beso tan tiernamente mientras se disculpaba por no
ser más cuidadoso. Aunque, cuando estábamos en eso yo me sentía volar, así que
de nada me arrepentía, porque ahora era de YunHo, todo yo era de él.
Dado que no podía levantarme, YunHo me llevó en
brazos, como si fuera una princesa, caminando por todo el lindero del bosque.
Yo solo pensaba en lo bien que ahí, entre sus brazos me encontraba.
Afortunadamente para nosotros, llegamos al hueco
del muro al despuntar el alba. Los brazos de YunHo no me bajaron en ningún
momento, hasta llegar al rosal. Me depositó con sumo cuidado, y trepó por las
enredaderas hasta mi ventana abierta. Entro y después de unos momentos la
cuerda anudada colgaba del marco de la ventana.
¿Cómo diablos iba a subir con este dolor en mi
trasero?
En respuesta a mi pregunta, al final de la cuerda, tenía
un nudo tipo horca, donde YunHo me indicó que colocara mi pie, pues él iba a
tirar de mí hasta arriba. Quise quejarme y decir que era muy pesado para él,
pero ¿a quién vamos a engañar? El tipo es bastante fuerte, me cargó de regreso
todo el camino y ahora me subirá a mi habitación.
Así lo hice, coloqué mi pie en el nudo y me sostuve
con ambas manos de la cuerda. YunHo me subía poco a poco hasta que llegué al
alfeizar y pude sostenerme por mí mismo. YunHo tiró de mí para adentrarme en
esa oscura habitación. Me beso y subió la cuerda de nuevo, escondiéndola dentro
del armario.
Afuera las actividades comenzaban. Un barullo más
grande de lo normal acompañaba todo. En la habitación YunHo me miraba, no
queriendo irse y yo, no queriendo que se marchara.
Los pasos presurosos fuera, en el pasillo, nos
alertaron. YunHo se escabulló rápidamente por la ventana, dejándome a mí con
ganas de darle un beso de despedida y una tonta sonrisa por saberme suyo.
10 comentarios:
dime!!~~ qué es esta belleza!! kyaaaaa jaejoong y yunho ya tuvieron su primera vez ♥ y jaejoong era de yunho incluso antes que los dos nacieran1 espero tenga un hermoso final como se mereceque no les apsa nadita malo y que sean felices ambos!! si me muero tienes que hacerte resposable de los servicios funerarios y eso!! :D muchas gracias por compartir esta bellisima historia con nosotros ^^
Arg! Mi comentario se perdió!
Bueno ahí voy de nuevo!
Me alegra que Jaejoong haya tenido su primera vez con la persona que ama y no una traumática experiencia con su asqueroso futuro suegro(?) también que hayan comenzado a ver una fuga como opción, si se quedan de brazos cruzados lo único que lograran es ser infelices por el resto de su vida.
Awn, los momentos YunJae son amor, adoré la forma en que Yunho cargó a JaeJoong en el trayecto de regreso a su casa, de alguna forma me recordó a la leyenda.
Esos dos, están destinados, ojalá nada ni nadie se interponga en su camino, no podría soportar verlos (leerlos) separados.
Gracias por compartir un nuevo capítulo, te leo en los siguientes!
=)
hicieron el amor.. qué hermoso
yo pensé que Yunho se lo iba a llevar con él , que iban a fugarse juntos. por qué volvió Jae a esa casa del terror??
no quiero seguir leyendo porque sé que vendrán grandes problemas y no quiero que ese viejo asqueroso del suegro manosee a Jae.
pero seguiré firme aquí aunque se venga un huracán.
jaja. gracias por la actualización
Pense q se escaparian esa misma noche bubu
Ojala q lo hagan de vrdd
Ok, fui mala y antes de leer todo el fic, m lei este cap.....
Amo esta parte!!!! XD
que romantico, fue tan dulce, me encanto next nexycap
muy bello me encanto yo creí que se escaparía y no volvería por que regreso es muy peligroso
Hermosa la manera en que Yunho y Jae se entregaron en la noche de San Juan. Ojalá si puedan escapar sin ningún contratiempo y sin que ninguno de esos pervertidos que hay a su alrededor se interpongan.
aawwww! que amorosos... sellaron su amor en presencia de la luna (>///<)
por que no se habrán escapado en ese mismo momento ?? ojala no se compliquen mas las cosas .. u.u
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