YunHo había pasado una semana horrible. Desde aquel día en que se propaso con un dormido JaeJoong lo evitaba a toda costa. Ya no confiaba en sus propias manos, sus sentidos se nublaban y la lujuria pronto saldría a flote, porque YunHo, una vez que había probado la miel de la boca de JaeJoong, se había hecho adicto, y ahora quería, no, necesitaba más, mucho más que un simple beso robado y embistes descuidados.
Necesitaba más. Más de lo que JaeJoong
podía ofrecer libremente.
Es día ni siquiera volvió a dormir,
se acurrucó de costado en sentido contrario a JaeJoong, aferrándose a su poca
cordura. No podía permanecer en la misma cama que JaeJoong, se levantó dio
vueltas por la habitación y, al final, terminó sentado en el suelo, de lado
donde JaeJoong tenía su hermosa cara durmiente.
YunHo pensaba que era un enfermo al
no haberse controlado, quería echarle la culpa a JaeJoong, porque si este no
hubiera llegado a echarse a dormir sobre él, nada de esto hubiera pasado y...
¿A quién quería engañar? YunHo había soñado tantas veces con los labios de su
amigo, y otras tantas con la sedosa piel de su abdomen, y ni qué decir de sus
largas piernas enredadas a su cintura. YunHo lo deseaba todo de él.
Cuando la mañana se hizo presente, YunHo,
que no podía estar más tiempo en la misma habitación que JaeJoong, salió apresuradamente
inventando una excusa bastante creíble para dejar a su madre tranquila, y a JaeJoong
a su cuidado. Salió como alma que lleva el diablo sin mirar atrás, porque sabía
que si lo hacía volvería, volvería por él y no se creía capaz de seguir
conteniéndose más.
Así, pasó la semana entera, evadiendo
a JaeJoong. Le dolía el alma cada que JaeJoong trataba de entablar una
conversación con él. Las pocas veces que lo miró a los ojos descubrió la
confusión en ellos, pero ¿cómo le explicas a tu mejor amigo que hace mucho
dejaste de verlo como tal? ¿cómo le dices sin que se aleje de ti que estas
perdidamente enamorado? ¿le contarías la inmensidad de sueños húmedos que has
tenido con él desde que entraste a la pubertad? ¡No! Nadie en su sano juicio
haría tal cosa.
YunHo se había confesado ante HeeChul,
al final decidió que era demasiada la carga emocional para retenerla solo. HeeChul
no preguntó los primeros días, pero al tercer día con la misma rutina evasiva a
JaeJoong, supo que algo había pasado.
HeeChul escuchó a YunHo, cada
palabra, cada lágrima que derramó mientras contaba sobre su prohibido amor,
pero eso era algo que HeeChul ya sabía. Y, al final, el punto de quiebre, el
momento en el que YunHo se supo incapaz de seguir manteniendo sus manos bajo
control. Quizá después de unos días alejado del de cabello rojizo, quizá podría
volver a mantener todo en orden y volver a ponerse esa mascara de solo amistad.
Había acompañado a YunHo a todos
lados, es más lo convencía de ir a lugares donde el propio YunHo no se
presentaría solo. No es que HeeChul estuviera enamorado de él, no, él lo veía
más como obtener algo para el beneficio mutuo. Sí, era su amigo y todo eso,
pero sí de paso podía darse un revolcón con semejante tipo, lo haría. HeeChul
no era tonto, y YunHo era un espécimen de muy buen ver.
Le había convencido de salir, hacer
las cosas que siempre te han gustado, es una excelente ayuda para olvidar mal
de amores, eso más una buena borrachera con una muy buena follada.
Las películas de comedia eran lo
suyo. Disfrutaban de reír exageradamente para después reírse de ellos mismos.
Además que las películas de ese estilo son para eso, para levantar el ánimo.
Estaban en eso cuando HeeChul notó la insistente mirada que se posaba en ellos,
pero no hizo mucho caso, después de todo eran ellos. YunHo lograba girar
rostros por doquier, y HeeChul era un tipo lindo, contando a veces con el
estrafalario atuendo que usaba, no era extraño que las personas lo miraran.
La película más la cena más las
conversaciones sin sentido parecieron animar a YunHo mucho más de lo que estuvo
en toda la semana.
HeeChul se ofreció a llevarlo a casa
en su auto, un bonito Cyrrus bien cuidado que su padre le había regalado para
aprender a manejar, y del cual el pelinegro estaba muy orgulloso.
Al llegar a la casa de YunHo, las
luces por un momento alumbraron la figura delgada de un chico. Mientras YunHo
le decía algo de la película, por el rabillo del ojo HeeChul vio de nuevo a
aquel hombre, seguro como el infierno estaba que era JaeJoong. Y, con el buen
ánimo de YunHo, tentando a su suerte, le retuvo, plantándole un beso de
aquellos.
Al principio los labios de YunHo se
quedaron estáticos, HeeChul pensaba retirarse al no verse correspondido, nunca
estaba de más intentarlo. Pero justo cuando esos pensamientos pasaban por su
mente, YunHo le sostuvo la nuca y lo atrajo más hacia él, correspondiendo con
una pasión ardiente el curioso beso que HeeChul le dio. Este último al sentir
el fuego, su cuerpo ardió en forma de excitación. Lo deseaba, lo deseaba
demasiado. HeeChul estaba dispuesto a aceptar lo que otro no quería y ni siquiera
sospechaba.
Todo eso siendo apreciado por los
ojos asombrados de JaeJoong.
Cuando YunHo besaba a HeeChul, se
imaginaba que con esa misma pasión besaría a JaeJoong, que el dulce sabor se
colaría por su boca y le inundaría todo su ser. Jamás se imaginó que el ser de
sus fantasías se encontrara mirándolo.
Una vez que HeeChul le dijo que
tenían compañía, el color abandonó el rostro de YunHo. Jamás, aparte de HeeChul
y sus ocasionales amiguitos, jamás había dicho una palabra acerca de su
sexualidad. La estoica educación de sus padres le impedía ser él mismo, los
amaba, sí, pero no creía que ellos aceptaran tan fácilmente sus preferencias,
además el hombre que amaba no lo amaba, y ahora, temía que lo despreciara.
―¡Eres gay! ―fueron las primeras
palabras que de la boca roja de JaeJoong salieron. YunHo sintió una puñalada en
el corazón al escuchar el tono acusador que su amigo usó. Creía que todo estaba
perdido, su mente era un remolino sin forma, al cual JaeJoong sólo agregó más
cosas al comenzar a apelar por la supuesta amistad, pero el colmo fue cuando
lanzó aquel reclamo: ―¿Acaso no pensaste en mis sentimientos?
¡Claro que lo hizo! Sí es lo que más
hacía YunHo, pensar en JaeJoong, en el bienestar de su amigo, su felicidad,
todo giraba en torno a él, así que con qué derecho le reclamaba, cuando JaeJoong
mismo lo relegaba al olvido cuando unas buenas curvas se le atravesaban. ―¡¿Y
tú?! ¿Qué sabes tú acerca de mis sentimientos? ¡No tienes ni puta idea de lo
que yo siento! ¡Siempre eres tú!
Notó que se expresó en voz alta,
usualmente este tipo de comentarios se los guardaba, pero el pasmado rostro de JaeJoong
le dijo que le había gritado esas cosas a la cara. Pero el corazón de YunHo aún
quería preguntar ¿dónde quedaba él? ¿Tenía un lugar especial o solo era la persona
con la que pasaba el tiempo?
Estaba furioso con HeeChul por
haberle besado de esa manera, estaba furioso con él mismo, pero estaba aún más
furioso con JaeJoong por importarle un carajo lo que él sentía. Sí de verdad lo
considerara tan amigo, hace mucho que se hubiera dado cuenta de sus
preferencias sexuales, hace mucho que hubiera notado que las chicas no le
atraían y quizá, el que él, siempre lo mirara diferente a un amigo.
JaeJoong no entendía.
« ¤ » « ¤ » « ¤ »
Otra semana más paso. JaeJoong,
orgulloso como era, se sentía ofendido por no haberle tenido la confianza
suficiente para contarle sus cosas, por lo que no le habló. Lo ignoró, pero la
constante punzada de la molestia estaba siempre presente.
Desafortunadamente por muy lejos que
quisieran estar el uno del otro, no hay sentencia que no se cumpla, ni plazo
que no llegue.
Durante todo el ciclo escolar había
planeado un viaje a las montañas, la excusa era simple: convivir con la
naturaleza. Aunque para los desatrampados jóvenes, la naturaleza con la que más
iban a convivir sería la de su sexo opuesto o el mismo en algunos casos.
YunHo y JaeJoong habían ahorrado
conjuntamente para este viaje, las actividades planeadas desde mucho antes, no
se podían cambiar ahora. Tanto habían protestado por compartir la misma cabaña,
que ahora no había forma de refutarlo.
YunHo mordía sus uñas, se sentía
especialmente nervioso. JaeJoong se encontraba tranquilo. De vez en cuando el
de cabello rojizo le daba una mirada a YunHo, quien miraba por la ventanilla
del autobús.
JaeJoong bufaba de vez en cuando, se
le hacía tremendamente estúpida esta situación. Dejó su orgullo a un lado y
trató de entender la situación de YunHo. ¿Cómo se habría sentido él si fuera el
caso contario? Definitivamente no bien. Torció los labios y después se los
relamió.
YunHo sentía que su sangre se
aglomeraba en su parte baja nada más tener a JaeJoong a su lado, y después de
verlo relamerse esos rojos y rechonchos labios no pudo retener el gemido que de
su boca brotó.
―¡Basta! ―inquirió de pronto. ―Te
dije que no me importaba. Deja de comportarte como un verdadero idiota. ¿O es
que acaso te gusto?
JaeJoong había dado en el clavo. Más
que gustar de él, YunHo estaba perdidamente enamorado de ese sujeto que jamás
le correspondería. Desvió la mirada. ―¡Oh por Dios! ―YunHo abrió los ojos
temiendo lo peor. Aquí venía el repudio de JaeJoong. ―No seas idiota, ya sé que
te gusta el tipo pasivo y yo claro que por supuesto no entro en esa categoría.
Jamás creería eso de ti. Tú eres mi amigo del alma, mi hermano, eso sería como
incesto ―decía como asqueado de solo pensarlo.
El corazón del chico alto se rompió
una vez más. YunHo solo pensaba que JaeJoong no se había observado bien en un
espejo, él era exactamente lo que YunHo buscaba, él y solo él.
JaeJoong siguió hablando y hablando,
las palabras le entraban por un oído y le salían por el otro a YunHo. Así
transcurrieron las horas de viaje. JaeJoong volvía a ser aquel chico medio
agresivo y con una muy alta autoestima.
Mientras JaeJoong caminaba
pavoneándose como el macho alfa que era, YunHo bajaba la cabeza, arrastrando
los pies detrás de él, junto con su alma. Sentía que se iba condenando a cada
paso que daba. Se amarraría a la cama para evitar saltarle a su amigo encima,
eso sería una idea excelente.
Entraron en la pequeña cabaña en la
que dormirían. Dos camas separadas por escaso metro y medio de distancia, una
mesita entre ellas donde una sobria lámpara se ubicaba, una puerta a un costado
que era el baño y una ventana, eso era todo lo que había en ese lugar.
YunHo esperó a que JaeJoong tomara
una cama, para él acomodarse en la otra. Su parte consiente le decía que
metiera una de ellas en el baño y se encerrara hasta el día siguiente.
―Tomaré esta ―dijo apuntando a la
cama cercana a la ventana. ―No quisiera ser lo primero que vean cuando me
salten encima ―decía socarronamente, aludiendo que sus fans podrían entrar por
la puerta y tomar de él lo que quisieran.
YunHo esbozó una sonrisa irónica, si JaeJoong
supiera que el mayor acosador lo tenía al lado suyo. Suspiró. Con su amigo ahí, le sería imposible dormir.
La luna se reflejaría en su bello cuerpo, bañándolo con su luz, haciéndole ver
que era un imposible.
El resto del día transcurrió sin
incidentes. JaeJoong se la pasaba coqueteando con cuanta chica veía y YunHo
mansamente bajaba la cabeza. Algunas chicas le coqueteaban, pero JaeJoong las
asustaba diciéndoles que él ya tenía a alguien que parecía una fiera. YunHo
cada que lo escuchaba de sus rojos labios sentía su corazón latir al mil, pero
de nuevo, aquello no era como él lo deseaba.
―¿Puedo hablar contigo? ―Un chico de
piel pálida, delgado, alto y de cabellos oscuros, de aspecto afeminado se
acercó hasta YunHo. JaeJoong lo miró de arriba a abajo, sopesándolo, queriendo
atestiguar si ese era capaz de cuidar del buen corazón de YunHo. HeeChul,
ignorando a JaeJoong solo miraba a YunHo con ojos de cachorrito.
Por alguna razón, cuando YunHo se
marchó con HeeChul, la espalda ancha de su amigo, se le hizo aún más grande,
más fría y no pudo evitar sentir una ligera punzada al verlo irse. Se encogió
de hombros. Ya tendría que acostumbrarse. Repasó con la vista todo el lugar en
busca de alguna compañía.
―Sé que estás molesto, pero por
favor, déjame compensarlo.
―¿Sabías que él estaba ahí, por eso
hiciste eso?
―¡¿Y qué sí lo sabía?! ¡Tú eres tan malditamente
cobarde para seguir escondiéndote!
―¡Ese no es tu problema!
―¡No lo es! ―dijo con un grito
contenido. ―No lo es, pero eres mi amigo YunHo, y me duele ver cómo te
desmoronas a su lado. ―La voz suave de HeeChul y sus palabras enviaron su
molestia al suelo. Dejó que los brazos de HeeChul lo consolaran en un cálido
abrazo.
« ¤ » « ¤ » « ¤ »
La noche había caído, y con ella las
típicas fiestas alrededor de la hoguera. Mucho alcohol corriendo por las venas
de los chicos, y quizá una que otra sustancia prohibida.
―Vamos. Dáselo. ―Escuchó.
―No. Dáselo tú ―le decía la otra.
HeeChul no estaba especialmente
interesado sobre a quién querían drogar. Sunny y YuRi eran dos de las zorras
con las que uno más debía tener cuidado, aunque claro él lo era más, así que
las siguió hasta llegar a su presa. HeeChul sonrió porque con la ayuda de las
estúpidas esas, podría compensar y a la vez cumplir la fantasía de su amigo.
Volviendo sobre sus pasos, buscó con
la mirada a YunHo. Lo encontró con los chicos deportistas, todos gritando
alegremente, más de lo normal, ya que el influjo del alcohol los hacía verse
más tontos de lo que parecían.
Las cosas estaban puestas sobre la mesa.
HeeChul animó a YunHo a continuar
bebiendo. JaeJoong se tragó sin querer más de lo que podía controlar.
En un juego retorcido del que todos
participaron, Sunny quería vengarse, dejando avergonzado a JaeJoong, justo como
él lo había hecho con ella, porque nadie la dejaba con las ganas y se iba con
otra. YuRi solo era la tonta que le ayudaría, Sunny le había dicho que con eso JaeJoong
regresaría, y ella lo creyó todo.
Con engaños y mucho alcohol de por
medio, YuRi llevó a JaeJoong lejos del claro donde estaban, lo suficientemente
lejos para que nadie lo escuchara. Lo amarró a una silla previamente preparada.
JaeJoong estaba gratamente sorprendido de las grandes perversiones que la chica
guardaba.
Le bajó los pantalones a los
tobillos, la camisa ya no la traía desde hace mucho. Le amarró las muñecas a
las posaderas, los tobillos a las patas y terminó vendándole los ojos. JaeJoong
terminó desnudo y con una gran excitación por ver que hacía la chica.
El problema era que ella tardaba
demasiado, mucho, y los minutos iban contando, su miembro duro como piedra,
comenzaba a desinflarse. Harto de esperar comenzó a gritar. Nadie, ni una solo
alma, ni risa ni nada. Escuchó las ramas crujir y su instinto se alertó
enseguida. El frió del miedo le recorrió la espalda.
Esperaba con los dioses que fuera
YuRi o cualquiera de ellas. ―¿YuRi? ―preguntó con voz trémula. Una ronca risa
le respondió. No era la chica, pero conocía muy bien a la persona. ―YunHo,
desátame.
YunHo ebrio como se encontraba no vio
partir a JaeJoong, solo cuando quiso buscarlo y al no hallarlo, sabía que su
amor prohibido estaba revolcándose con otra. La ira lo cegó, entró, cabaña por
cabaña, abriendo y cerrando puertas, irrumpiendo a parejas enamoradas, pero en
ninguna de ellas estaba JaeJoong.
―Lo que buscas está esperándote en el
bosque, por ahí ―le señaló HeeChul.
Tambaleandose, siguió buscando a la
piel blanca de su amigo, hasta que unos gritos llamaron su atención.
La piel blanca de JaeJoong
exponiéndose en todo su esplendor, tal como en los más húmedos sueños de YunHo.
Ahora veía lo que siempre imaginaba. Las tetillas rosadas las conocía de
memoria, pero tenerlas al alcance de la mano, poder palparlas y mordisquearlas.
Las partes más íntimas de JaeJoong pidiendo ser probadas por su boca. La lengua
de YunHo segregaba saliva, babeando literalmente al tener sus carnes expuestas.
Espero, asechando a su presa, viendo
con quién se divertía, pero al cabo de unos minutos, nadie apareció. Este era
un regalo de los dioses. Se acerco. Oyó llamarlo por el nombre de esa perra.
¿Así que se divertía con ella? No, la recuerda revolcándose con Kyung, capitán
del equipo de Judo.
La risa brotó de sus labios,
delatándose. Le pedía que lo soltara, pero él no estaba dispuesto hacer eso. No
cuando la cena estaba prepara y servida en la mesa.
Una parte de YunHo le decía que se
detuviera, que lo que haría cambiaría de drásticamente las cosas, pero la otra
parte, le decía que ya era hora de hablarle con la verdad, más que eso
demostrarle que él estaba verdaderamente enamorado de JaeJoong.
―YunHo, no es divertido. Suéltame.
YunHo se acercó y tomó la venda de
sus ojos. Cuando los ojos negros de JaeJoong lo enfocaron, ebrio era decir
poco. YunHo no era de los que gustaba beber alcohol en demasía, ese era JaeJoong.
―¿Qué esperas? Desátame ―urgió.
Después se encargaría de llevarse a su ebrio amigo. Aunque él no estaba
precisamente en mejores condiciones. Su cuerpo hervía, necesitaba a alguien con
quien saciar las ganas que con el alcohol le venían.
―¿Por qué? Te ves tan lindo así. ―
Una risa tonta brotó de sus labios.
JaeJoong frunció el ceño. ―Deja de
estar con tus joterías conmigo y suéltame.
YunHo dejó de reír. ―No son joterías.
JaeJoong yo...
―YunHo ―un gemido involuntario al
tratar de pronunciar su nombre. El aire había soplado por su cuerpo, enviando
frescas descargas a su cuerpo. ―YunHo ―volvió a decir con más control. ―Deja de
decir tonterías y desátame.
―¿Tonterías? ―arrastraba las
palabras, pero eran perfectamente entendibles. ―No, JaeJoong. No son tonterías.
Se había acercado demasiado, con el
dorso de la mano acariciaba la suave mejilla de JaeJoong. Quería, necesitaba y
deseaba recorrer con sus manos la piel de todo su cuerpo, morder las rosas
tetillas y besar los tatuajes. Pero más que todo eso, deseaba hacerle el amor,
probarlo y que él lo probara también.
―¿Qué demonios haces? ―preguntaba
agresivo, pero realmente el toque se sentía bien.
YunHo no respondió, solo siguió el
camino por tu mentón hasta la otra mejilla, de ahí por la nariz hasta sus
labios. Con el pulgar acariciaba los suaves y rojos labios de JaeJoong, quería
besarlos hasta que estuvieran más hinchados y aún más rojos.
―JaeJoong yo... ―Era ahora o nunca.
Sí no le hablaba de sus sentimientos hoy que el alcohol le había infundado
cierto valor, no lo haría nunca. Le beso los labios con suavidad. ―JaeJoong yo
te amo.
12 comentarios:
ayyyyyyyyyyy, se lo dijo, y en qué situación se lo dijo!!!
madre mía ,esto está intenso y caliente como el palo de un churrero.
cederá Jae?? o Yunho literalmente lo violará??? yo creo que Jae lo disfrutará y luego se hará el enfadado y ofendido.
qué buenísimo que está , me encantó este capi,
mil gracias por actualizar pronto
Waaaaa, Yunho al final con lps efectos de las bebidas alcoholicas se animo a decirle a jae suz sentimientos, y este seguro pensara que es una broma, aunque creo q lo tomara a mal y no le gustara nada.
Waaa; -; amo el fic
QieRo mas de Rotten love
esas tipas son de lo peor jajaja, pobre jae fue dejado a su suerte y woooo yunho lo encontro servido en bandeja de plata, todo servidito para el y mas q los dos estan con las ganas, facil sucumben y al fiin yunho se lo dijooooo *w*
kyaaaaaa!!! Yunho al fin se lo dijo...les salio el tiro por la culata a esas zorras...ummmm el inicio del capitulo me respondió muchas dudas...seguiré al otro ^^
Por fin Yunho confesó sus sentimientos, estoy segura que JaeJoong no reaccionará del todo bien, ya que por lo leído tiene bien clara su sexualidad, tengo curiosidad por saber que hará Yunho con JaeJoong ahora que está así, a su disposición, espero que no sea algo de lo que se arrepienta toda la vida
wawwwwwwwwwwwwwwww por fin se lo dijo que ara jae después de esto que le dirá y que dirá yunho cuando pase su borrachera y sus cinco minutos de valentía chhhhhhhhhhhh que fuerte ja
Al fin!
Eso Yunho!
Aprovecha de que lo tienes servido en bandeja de plata!
Hahahahaha
Bon apetite!
Al Yunhose confeso con Jae "lo ama", que emoción a cpver que hace ahora con el, lo tiene más que listo, Jajajajaja. Gracias
Ashhh!! Neta que hay gente que no entiende ni valora lo que tiene como JJ entenderá!! Por que trata asi a yunho!? Que culero!! Pero bueno el yunnie ay va echándole ganas y por fin se le confeso aunque sospecho qie lo que sigue no será bonito...
Adgsgdgagsgs****se lo djo! Crei que no lo haria. ...al menos ya lo sabe.. ...lo hará? Jaejoong esta caliente tal vez. .. solo talvez se deje hacer. ....no creo que Yunho se pueda contener.. ...se necesitaría mucha fuerza de voluntad.. ..es imposible.. ..solo las lágrimas de Jae lo detendrian..
Su todo sale bien agradecere a esas zorras por ponerlos en esa posición. ..
Oh dios! ahora si explotó la bomba y en su totalidad!
Ahh me da miedo que Yun sufra con la respuesta, seguro ya no lo tratará igual. Solo espero que no cometa alguna tonteria y reaccione a tiempo. La chula me agrada.
Gracias por compartir.
OMG!!!!
Se le confeso!!! Espero que las cosas no se pongan feas, porque Jae ha mostrado una personalidad muyagresiva u.u
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