CAPITULO SIETE
Yunho
entró en la sede, tratando duro de no notar que su llegada se encontraba con
las habituales respuestas. Mantuvo su enfoque hacia adelante, pero su visión
periférica seguía atrapando las miradas de cautela, las expresiones apenas
enmascaradas de repulsión, las exclamaciones de horror, todas las reacciones de
oh-no-tengamos-un-Leopardo-en-nuestro-medio.
Caminó
por el centro de un vasto edificio, molesto porque los felinos siguieran
recreando la apertura del Mar Rojo. Apartándose para dejarle paso. Cuando una
mujer incluso dejó escapar un pequeño grito, frunció los labios en auto-odio.
Maldita sea, ¿quién necesitaba a un maldito Freddy Krueger cuando había un
Leopardo en el edificio?
A pesar
de que habían pasado varios meses desde que Yunho y sus dos hermanos adoptivos,
Seungri y Minho, habían sido acogidos en el seno de la coalición, nunca se
había sentido tan fuera de lugar. Mientras que Seungri y Minho habían
encontrado a sus parejas, armado su nidito dentro de la comunidad y habían sido
felizmente aceptados por su familia biológica recién descubierta, Yunho se
había retirado más dentro de sí mismo. Por supuesto que esto no ayudó mucho, ya
que Yunho todavía tenía algunos miembros de su familia de nacimiento vivos,
pero no querían tener nada que ver con él. Los Leopardos normalmente vivían
solos y no se conocían por sus acarameladas maneras. Los Leopardos eran
agresivos, mezquinos y odiaban a su propia clase más que a nada. Si Yunho y su
padre biológico entraran en la misma habitación, sólo uno de ellos saldría
caminando con vida.
No había
duda en la mente de Yunho acerca de este pequeño hecho.
Dejó
escapar un suspiro mientras escondía los dedos en los puños apretados. Era en
momentos como éste que deseaba realmente estar muerto y tener ese frío en el
interior, como todos suponían. Tal vez entonces no sentiría el aguijón del rechazo
cada vez que otro felino lo miraba como si fuera el doble de Hannibal Lecter o
algo así.
A pesar
del hecho, no hacía nada para demostrar lo contrario a las expectativas que
todo el mundo tenía de los Leopardos. Yunho tenía sentimientos y hacían que se
sintiera herido. Muy a menudo, de hecho. Se preguntó lo que todos pensarían si
supieran que casi todas las noches hundía el rostro en la almohada y gritaba
hasta que la garganta se le lastimaba y su voz se quedaba ronca.
Tragó
saliva, el dolor emocional era mucho peor que el dolor que venía de su mano
lesionada y su costado. A medida que se llevaba la mano ilesa a la herida en su
flanco derecho, palideció por la cantidad de sangre que había en su empapada
camisa. Se dio cuenta de que debería haber pedido ayuda en la escena en vez de
conducir hacia la sede. Todos los equipos tenían un médico con ellos, así que
todo lo que tenía que hacer era hablar.
Con el
ceño fruncido torció los labios. Por otro lado, podrían haberle ofrecido su
jodido médico. Aun cuando Junjin y los demás no habían sido conscientes de la
herida en su costado, todos habían visto su mano cortada por lo que sabían que
había sido herido. Pero nooooooo... todos habían estado demasiado ocupados
estando ofendidos por sus actos horribles como para preocuparse por las
pequeñas cosas como que tenía una hemorragia.
No
ayudaba a calmar su estado de ánimo que a pesar de tener tres muertes más en su
haber, aún no había acabado con el cabrón que lo había llevado allí en primer
lugar.
¡Joder!
Sin embargo, otra vez había fracasado en buscar su objetivo. Esta era la cuarta
vez que había estado seguro de que tendría al cambiaformas Cobra acorralado y
cada vez el hijo de puta lograba escaparse. Para colmo, no había llegado a
tiempo para salvar a los humanos. Mientras que Yunho por lo general no les daba
a los humanos un segundo pensamiento, habría sido agradable haber llegado allí
antes de que los pobres estúpidos se convirtieran en comida de Serpiente.
Yunho no
le deseaba ese destino a nadie.
El único
punto brillante de todo el conjunto de un día de mierda había sido Jaejoong.
Desde su jodida en la fiesta del día de Navidad, Yunho había tratado de pensar
en una excusa para cruzarse con la Pantera de nuevo. Una pequeña parte de él
estaba enojada preguntándose por qué se molestaba ya que Jaejoong no le daba ni
una segunda mirada desde su primer encuentro. Sentía casi como si Jaejoong lo
hubiera usado sólo para joder. Yunho había oído que a Jaejoong le gustaba jugar
y que nunca había jodido con la misma persona dos veces. Por todo lo que Yunho
sabía, Jaejoong podía haber jodido con él sólo para poder saber lo que era
estar con un Leopardo.
Entonces
recordó la reacción de Jaejoong ante su primer beso, y una suave sonrisa
apareció en su rostro. La forma en la que se quejó antes de que prácticamente
se derritiera en los brazos de Yunho no podía haber sido fingida. Por lo que
todavía tenía que haber algo allí, aunque estuviera bajo capas de dudas y
prejuicios. Todo lo que Yunho tenía que hacer era encontrar una forma de evitar
los obstáculos y poder tener otra probada de la Pantera.
Le
pareció tardar una eternidad en llegar a la enfermería. Cuando lo hizo,
inmediatamente revisó el lugar para encontrar a Leeteuk. No sólo estaba
relacionado con Eric y Junjin, sino que también era hermano de nacimiento de
Seungri. Más importante aún, Seungri confiaba en el Jaguar, lo que significa
que Yunho también podía hacerlo.
No
quería a alguien que lo tratara como una mierda.
Encontró
al hombre encorvado sobre unos papeles. Con similar apariencia a Junjin y Eric
y con los ojos marrones y el pelo también, Leeteuk era más bajo y más delgado.
Llevaba una bata oscura y tenía un estetoscopio colocado alrededor de su
cuello.
—Esperaba
que pudieras coserme o algo así —dijo Yunho a modo de saludo.
Leeteuk
levantó la cabeza, alarma pasando sobre su rostro hasta que se encontró con los
ojos de Yunho. Después de que el médico diera un suspiro de alivio. —Lo siento,
no te he oído entrar.
Y esa
era otra razón por la que respetaba a Leeteuk, a todos los familiares de Eric y
Seungri, para el caso. Si bien ellos podían decirle a Yunho en su cara que
algunas de sus ideas y acciones estaban fuera de lugar, todos ellos por lo
menos lo trataban como si estuviera cuerdo.
—Me metí
en una pelea con un cambiaformas Serpiente —anunció Yunho, dándole una mueca de
dolor, cuando se dio cuenta de cómo su voz tenía su habitual plano y aburrido
tono. Maldita sea, sólo se preocupaba por algo tan trivial, mientras estaba
herido. Realmente necesitaba empezar a colocar sus prioridades en orden. Toda
esta situación con Jaejoong había hecho que su mente estuviera fuera de
control.
Cuanto
antes se reencontrara con Jaejoong, mejor. Si Yunho podía joder con el chico
una vez más, estaba seguro de que se sacaría esta maldita obsesión con la
Pantera. Después de todo, si había una lección grabada en la cabeza de Yunho
mientras crecía, era que los Leopardos no eran capaces de formar cualquier tipo
de relación verdadera.
Leeteuk
señaló a Yunho una mesa de examen cercana. Aparte de un cambiaformas Puma que
dormía a tres camas más, el lugar estaba vacío. Al parecer, Leeteuk era el
único miembro del personal de servicio.
—¿Dónde
estás herido? —preguntó Leeteuk.
—Mi mano
y mi costado. —Yunho levantó la camisa para mostrar la herida.
Leeteuk
dejó escapar un silbido bajo cuando sus ojos se agrandaron. —¡Hijo de puta!
Esto se ve muy profundo. ¿Por qué no cambias? Si lo hicieras, entonces esto se
curaría por lo menos parcialmente.
—Fue un
cambiaformas Serpiente, ¿recuerdas? —preguntó Yunho.
Cuando
Leeteuk se encogió de hombros, Yunho suspiró. A veces se preguntaba cómo los
felinos habían llegado tan lejos. A veces no tenían ni idea de cuán
desagradables podían ser los chicos malos. —¿Nunca has tratado con cambiaformas
Serpiente antes?
—No, se
han mantenido fuera de nuestro camino y les devolvemos el favor —respondió
Leeteuk.
—Es una
práctica común para ellos el cubrir las hojas de sus armas con su propio
veneno. Actúa como un anti-coagulante para otros cambiaformas. Así que incluso
si me transformo en mi Leopardo, las heridas no se curarán.
—¿Hay
algún antídoto? —interrogó Leeteuk cuando revisó la herida.
Yunho
dejó escapar un gemido de dolor. —Minho puede tener algo. Estaba trabajando en
ello antes de venir a la coalición. No sé si alguna vez se las arregló para
lograr algo.
—Bueno,
voy a llamarlo. Mientras tanto, creo que la mejor apuesta sería tratar de
suturar la herida. Puede ayudar a frenar algo la hemorragia. —Leeteuk dio un
paso hacia el teléfono.
Yunho se
deshizo de su manto antes de suavemente quitarse la camisa. Después de lanzar
los objetos en la cama de al lado, Yunho se recostó sobre su lado sano. Ahora
que había dejado de moverse y toda la adrenalina había salido de su sistema, la
herida le dolía como una jodida.
Se
mordió el labio para contener un gemido cuando el corte golpeó en el mismo
momento que su corazón. Su mano no se sentía mucho mejor y los dedos comenzaban
a endurecerse por mantenerlos en una posición incómoda durante tanto tiempo.
—Jodidos
cambiaformas Serpiente —gruñó en voz baja.
Leeteuk
regresó con los brazos cargados de suministros. —Minho dice que puede tener
algo que podría ayudar, pero está fuera del edificio. Va a venir hasta aquí, pero
le va a tomar un par de horas.
Yunho
asintió con la cabeza, sus tripas se apretaban con la idea de estar con tanto
dolor tanto tiempo. Cuando sintió una mano en el hombro, comenzó a sacudirse.
Cuando levantó la mirada hacia Leeteuk y vio la comprensión suave en la cara
del médico, Yunho se quedó aún más sorprendido.
—Tengo
algo para aliviar el dolor aquí —tranquilizó Leeteuk.
La
alarma se estrelló contra Yunho, haciéndolo sentir débil y asustado al mismo
tiempo. A pesar de que una pequeña parte sana de él sabía que Leeteuk no
pretendía hacerle daño, Yunho no podía dejar de tener un retroceso a todas las
otras veces que lo habían inyectado con cosas... cosas que dolían hasta casi
llevarlo a la locura.
Dio un
resoplido interno. ¿A quién coño engañaba? Estaba loco. Como Leopardo, ese
rasgo se había mezclado en su ADN y no se podría extraer. Sin embargo, eso
todavía no quería decir que quisiera otra inyección dolorosa. Con la garganta
seca, Yunho vio cómo Leeteuk sacaba una aguja y la clavaba en la parte superior
de un frasco de vidrio.
—¿Qué
es? —preguntó Yunho, satisfecho de sí mismo de que su voz sonara tan plana e
impasible como siempre.
La voz
de Lee Sang, su tutor ya fallecido, llenó la cabeza de Yunho, «¡Buen chico! Nunca
dejes ver tus debilidades. Si ellos saben que puedes sentir dolor, tristeza o
miedo, lo van a usar en tu contra».
Así que,
como de costumbre, permaneció con el rostro como si fuera un lienzo en blanco
para que no se dieran cuenta de inmediato que en su interior su corazón latía
dolorosamente cuando la adrenalina bailaba por sus venas. Trabajó hasta lograr
un trago pequeño en un intento desesperado por calmar su seca garganta.
—Es sólo
una versión amplificada de la morfina —Leeteuk le aseguró y golpeó un lado de
la jeringa un par de veces.
—No lo
quiero. —Yunho tragó otra vez y dio un ligero movimiento de cabeza—. Lo que
quiero decir es que no lo necesito. No me duele tanto.
—Lo
siento, esto no es una opción. No puedo tenerte sacudiéndote cuando esté
tratando de suturar tus heridas. —Leeteuk se volvió hacia él y mantuvo la aguja
en lo que Yunho vio como un gesto muy amenazante. Por lo que la negociación
comenzó.
—No voy
a sacudirme ni nada —respondió Yunho, su mirada sin dejar la aguja.
—Sé que
no y eso será porque vas a estar drogado.
—Estoy
bastante seguro de que soy alérgico a la morfina.
¿Cómo
fue que la maldita aguja parecía diez veces más peligrosa que la espada del
cambiaformas Serpiente? Durante toda la batalla, cuando la hoja había estado
oscilando en su camino, Yunho ninguna vez sintió la misma cantidad de miedo que
experimentaba en estos momentos.
Leeteuk
dio un suspiro de exasperación. —No seas bebé.
—No
estoy siendo un bebé. Sólo te estoy señalando mi historial médico. De hecho,
creo que has sido bastante flojo por no pedirme toda la información antes de
comenzar mi tratamiento.
¡Ja!
Démosle al estúpido Jaguar algo que masticar por un tiempo.
—Yunho,
has estado en esta clínica tantas veces en los últimos meses, que tenemos una
cama de forma permanente reservada para ti. Incluso si no tengo toda la
información almacenada en nuestro ordenador, podría recitar tu historia clínica
completa sin siquiera intentarlo. Así que lo sé todo sobre tu miedo a las
agujas. Al igual que sé que los cambiaformas no pueden ser alérgicos a nada,
así que deja a las drogas tranquilas.
Yunho
dio un silbido bajo. —No tengo miedo de un pinchazo de mierda.
—Por
supuesto, ¿nunca me has hecho pensar eso? —Leeteuk arrastró las palabras con
sarcasmo.
Fue
entonces cuando Yunho se dio cuenta de que se había arrastrado al otro lado de
la cama. Más lejos y que ahora estaba justo encima del borde. La vergüenza se
estrelló contra él con tanta fuerza que el aire dejó sus pulmones. Lee Sang
hubiera estado tan decepcionado. El nerviosismo aclaró su garganta mientras se
deslizaba sobre su culo de nuevo al centro de la cama.
—¿Puedo
ver la botella de la droga? —preguntó, odiándose a sí mismo por mostrar
siquiera un atisbo de debilidad.
Los ojos
de Leeteuk se suavizaron con la comprensión y le pasó el frasquito. Yunho
estudió la etiqueta detenidamente, teniendo en cuenta el sello en que,
efectivamente, decía que era morfina. También tenía la marca de impresión en la
que se demostraba que provenía de una de las pocas compañías farmacéuticas del
país. A continuación, Yunho rodó el vial en su mano, mirándolo de cerca para
detectar cualquier signo de deterioro.
—¿Era
una de las maneras con las que te castigaban? —preguntó Leeteuk en tono
conciliador.
Eso
decía mucho y ninguno de ellos necesitaba cualquier aclaración sobre quién era
él. Lee Sang... señor... tutor, Yunho había llamado al hombre por todos esos
nombres. Desde el momento en que su madre biológica lo había vendido al hijo de
puta hasta el día en el que Lee Sang murió, Yunho había vivido bajo la férula
del hombre. No sólo Lee Sang había controlado a Yunho, sino que también tenía a
Seungri y Minho bajo sus órdenes.
—Sí, hizo
eso entre otras cosas. Si fallábamos en nuestra misión o no aprendíamos la
lección lo suficientemente rápido, pensaba la manera más creativa de hacer que
nosotros quisiéramos hacerlo mejor la próxima vez. —Yunho mantuvo su mirada
fija en el vial durante todo el tiempo que hizo la admisión.
Leeteuk
no preguntó qué otras lecciones o misiones estaban implicadas y Yunho no
ofreció la información. Dado que Seungri era el hermano del médico, ya sabía
que cualquier tutoría o enseñanza que Lee Sang realizaba consistía sólo en
lecciones sobre la forma de robar, engañar o matar para obtener un beneficio.
—Por lo
menos soy capaz de usar lo que aprendí para ayudar a la coalición —reflexionó
Yunho.
Gracias
a esas lecciones, Yunho ahora era el mejor asesino de la coalición. Claro,
ahora sólo mataba a los chicos malos y a los que amenazaban a la población
felina, pero al menos era de alguna utilidad. Ahora bien, si sólo pudiera
perder todos los sudores nocturnos y los temblores de los recuerdos de aquellos
años que pasó con Lee Sang, entonces Yunho se establecería.
No es
que ni siquiera pudiera ir a alguien con quien hablar las cosas. La primera y
única vez que había intentado tener una conversación emocional con Minho había
sido hace cinco años cuando aún vivía con Lee Sang. No sólo Minho había mirado
a Yunho como si de repente le hubieran crecido dos colas, sino que Lee Sang
escuchó lo que dijo. El castigo por ese lapso había sido particularmente
severo.
—Si te
sirve de consuelo, Eric dice que estás haciendo un trabajo fantástico —ofreció
Leeteuk con una débil sonrisa.
Esta
vez, Yunho no se molestó en ocultar el bufido de disgusto. Bueno para matar.
Bueno para aterrorizar. Bueno para mutilar. Lo llamaban loco, tan a menudo,
pero Yunho hubiera preferido estar tan-tan en otra cosa... nada. Con tal de que
pudiera cerrar los ojos por la noche y no ser perseguido por los gritos de los
moribundos. Mientras que la mayoría de ellos habían sido hijos de puta que
merecían cada pedacito de lo que tuvieron, algunos de ellos habían sido un poco
ruidosos cuando acabó con ellos.
—Me
alegro de que Eric esté feliz —dijo Yunho.
Incluso
si hubiera querido tener una gran charla, la ola de dolor que lo cortaba lo
habría hecho imposible. Caliente y fuerte, consumía cada centímetro de su
cuerpo. Yunho apretó los dientes para contener el llanto cuando un sudor frío
cubrió su cara.
—Mierda,
¿estás bien? —preguntó Leeteuk, poniendo una mano en la espalda de Yunho.
Yunho no
pudo contener un gemido, ya que incluso un toque pequeño hacía aún más gritar a
sus terminaciones nerviosas. Malditos sean los cambiaformas Serpientes y su
condenado maldito veneno. Si los bastardos no estuvieran ya muertos, Yunho los
habría perseguido y les habría hecho replantearse el cubrir sus armas con veneno.
¡Vamos! ¿Quién en su sano juicio de mierda escupe en su propio arsenal de todos
modos? Y sin embargo, todo el mundo decía que él era un loco chalado.
Manteniendo
los dientes apretados, Yunho rechinó. —Veneno. Duele. Voy. A. Matarlos.
Entonces. De nuevo. Estúpido. Rata. Bastardos.
—¿Pensé
que eran cambiaformas Serpiente? —La forma en que los labios de Leeteuk
temblaron mostró lo malditamente gracioso que pensaba que era.
Yunho lo
miró para demostrarle que estaba muy lejos de ser gracioso o estarlo. —Dispara.
Leeteuk
levantó la jeringa llena. —Oh, ¿te refieres a esto? Lo que no querías hace
menos de cinco minutos.
Un
gruñido retumbó en el pequeño pecho de Yunho y le enseñó los dientes con
agresión. No pareció impresionar o asustar a Leeteuk en lo más mínimo. Yunho se
preguntaba si tal vez iba suave o algo así porque no había muchos que se
burlaran de él de esa manera.
«Jaejoong se burlaba de él. Había estado haciéndolo en
más de un sentido desde que se conocieron».
Antes de
que pudiera permitir que su mente meditara ese tema, Leeteuk pasó un algodón
húmedo por su brazo. La nariz de Yunho hizo una mueca cuando el olor de alcohol
se levantó por los aires.
—Pensé
que los cambiaformas no podíamos pillar infecciones —susurró Yunho alrededor de
la agonía de su cuerpo sacudiéndose. Por qué un pequeño detalle como ese lo
molestaba en ese momento, lo tenía confuso, pero aún estaba interesado en la
respuesta.
—Podemos,
es sólo más difícil para nosotros cogerlas que para los seres humanos —explicó
Leeteuk cuando pellizcó la piel de Yunho y metió la aguja dentro.
El otro
dolor era tan intenso que Yunho apenas sintió el pinchazo de la aguja, cuando
penetró su piel. Lo consumía tan plenamente que cuando Leeteuk le instó a
tumbarse en la cama, Yunho no discutió. Descansó sobre su lado sano, retrayendo
las rodillas a su estómago con debilidad, oh, Dios-no-otra-vez en posición
fetal.
—Ahí fue
—dijo Leeteuk en la misma voz suave, que había comenzado a irritar a los
nervios de Yunho—. El medicamento debe golpearte en unos minutos, lo
suficientemente fuerte para que dure hasta que llegue Minho con el antídoto.
Yunho
asintió, demasiado dolorido como para decirle a Leeteuk dónde podía meterse sus
tranquilizadoras palabras de mierda. Eso no fue lo peor. No, lo que lo
carcomía, incluso peor que el dolor era el hecho de que había fallado una vez
más en localizar y eliminar a su objetivo principal.
—Joder
con la maldita Cobra, que se pudra en el infierno —murmuró para sí mismo Yunho.
Desde
antes de Navidad, había estado buscando al cambiaformas Cobra que había
desarrollado el gusto por la carne felina. En los meses siguientes, no sólo
Yunho había fallado en todos sus intentos de eliminar a la Serpiente, sino que
varios felinos más habían terminado muertos, o peor aún, desaparecidos. Yunho
ni siquiera tenía que adivinar lo que había pasado con los desaparecidos.
En todo
ese tiempo, Yunho no había encontrado aún el nombre de ese hijo de puta, y
mucho menos dónde estaba. Para hacer las cosas más espeluznantes, el resto de
la raza de Serpientes tenía su manera de proteger al hombre.
Cerró
los ojos cuando la abrumadora sensación de fracaso se apoderó de él. Eric
estaría en su derecho de pedir un castigo para Yunho. No merecía menos por
todos sus fallos. Si hubiera sido Lee Sang el que hubiera estado tirando de las
cuerdas, ya habría tenido que soportar las graves consecuencias.
Los
brazos de Yunho se cruzaron preguntándose lo que Lee Sang habría hecho si
hubiera estado en el lugar de Eric. ¿Una flagelación en público? ¿Un par de
días sobre el estante de rodillas? O, Dios mío, no, una semana en el armario o
en el sótano. Yunho odiaba eso, para él eso era lo peor de todo.
Ya que
sólo llevaba en la coalición un tiempo tan corto, Yunho todavía no sabía lo que
era capaz de hacer Eric cuando se enojara realmente. Lo último que quería Yunho
era averiguar la respuesta a eso por experiencia propia. Eso significaba que
cualquier fallo más no era una opción. Yunho tendría que liquidar al
cambiaformas Cobra. Incluso si tenía que morir en el proceso.
1 comentario:
Tan fuerte pero muy inseguro, todo eso que le hizo Lee Sang lo dejo marcado, el piensa que por los fracasos que lleva Eric le hará lo mismo que Lee Sang les hacia......pobre Yunho
Publicar un comentario