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miércoles, 18 de septiembre de 2013

WEDDING DREES: CAPITULO 3





HyoMin, la novia que había mandado a pedirlos exclusivamente a Junsu y Jae, se paseaba por la sala donde los diseñadores tenían un bosquejo final del vestido, y es que, no porque los jóvenes fueran malos en su trabajo, era simplemente por la personalidad de la novia, que a pesar de ser muy hermosa era bastante caprichosa e indecisa. Desde el primer día en que supieron que su trabajo había sido reconocido, ese día donde los suspiros se llevaban las ideas, esa noche donde Jaejoong y Yunho se habían besado por primera vez; ese día comenzó su martirio.

HyoMin al ser la hija de uno de los ciudadanos más representativos de la ciudad era como si habláramos de la realeza. Toda la prensa rosa estaba al tanto de cada movimiento de la familia y los círculos sociales que recorrían, por lo que obviamente estaban al tanto de la boda. Pero nadie contaba con los cambios de humor de la joven, que sí bien estaba muy enamorada de su prometido, estaba deseosa de cumplir con todas las expectativas que como “realeza” se tenían para el magno evento, eso y claro que era un inigualable capricho andante. Ella era la principal razón que los jóvenes no hayan avanzado en ese proyecto, porque por supuesto, al enterarse que  HyoMin los había escogido muchas novias también los solicitaron, dándoles mucho trabajo a los jóvenes.

Cuando le presentaban un diseño y ella aceptaba, al día siguiente cambiaba de opinión, por lo que les causaba grandes dolores de cabeza, pero después de varias semanas de indecisión, finalmente optaron por sentarla a su lado mientras se desarrollaba toda la labor, para que si en algún momento decidía que algo no le gustaba cambiarlo al instante. Fue así como llegaron al bosquejo final, y ahora sí, estaban seguros de que no habría más cambios, bueno al menos no tan drástico.

– Vendré mañana – les anunció HyoMin – No comiencen sin mí. Es más atiendan a sus otras clientas, porque estaré un poco ocupada mañana. Esto de organizar la boda del siglo no es cualquier cosa.

– Lo bueno es que tienes tiempo… tal vez no tanto – comentó Su, que se gano una mirada extraña de parte de la novia, que no sabía si aquello había sido un insulto o algo conciliador.

– Sí, bueno ya no tanto. Me alegro de haber venido inmediatamente después de que me lo propusieran. ¡¿Se imaginan como hubiera sido si no hubiese venido en ese tiempo?!

No, jamás hubieran imaginado eso. HyoMin se presento en su taller al día siguiente de la propuesta y ahora tenían un poco más del tiempo justo para terminar el vestido. Aún así, estaban muy agradecidos con ella, porque a pesar de todo era una persona amable.

Durante esos meses no había nada que fuera mal en la vida de Jaejoong, era tan feliz que sentía que la vida le estaba pagando con creces todas las penurias que antes le había hecho sufrir, las personas que lo ignoraban ahora ya no lo hacían pues Yunho era alguien muy atrayente y se preguntaban “¿Quién será su acompañante?”, pero lo que más les llamaba la atención era la armónica risa de Jae, tan melodiosa que lograba contagiarles a veces y sacándoles una sonrisa. En la boutique todos sabían de su relación, muchos le felicitaban y otros tanto le envidiaban, pero nadie se metía ya con él. Bajo el cuidado y cariño de Yunho, Jaejoong desarrollaba sus actividades, eso hizo que su creatividad se desarrollara más junto con su pasión por el romanticismo. Incluso su tía se había vuelto una persona un poco más amable, así que las cosas marchaban como siempre debieron ir, bien para Jaejoong.


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Era tarde cuando comenzaron a diseñar uno de los otros vestidos que tenían a su cargo, Yunho venía con varios metros de tela de color hueso, mientras que Junsu zurcía parte del bustier que el vestido llevaba, Jae por su lado se encargaba de los bordados con chicos cristales que adornarían el vestido. El mayor dejó su cargamento sobre una de las largas mesas que en aquella sala se encontraban, su vista se centró en su novio, Jaejoong y él tenían ese tipo de relación,  se amaban incondicionalmente y, aunque Yunho no lo pidió, ni siquiera lo pensó, la imagen de Jae estaba cambiando poco a poco.

Por recomendación e insistencia de su amigo el delfín, cambió sus ropas tres tallas más grandes por unas a su medida. Al principio se negaba poniendo excusas como el dinero, el cual en realidad sí le faltaba, sin embargo un día Junsu llego con varias prendas que rehusó a tomar, pero ante la insistencia de su amigo las tomo. De esa manera su desaliñada imagen estaba cambiando poco a poco, aún poseía esa cabellera rebelde y esas horripilantes gafas que nada dejaban ver su bello rostro, pero para Yunho nada de eso importaba, a los ojos él Jaejoong era la criatura más hermosa de la tierra.

– Deja de mirarlo o lo desgastarás – comentó en un tono burlón Junsu, quien lo sorprendió en el marco de la puerta fijando toda su atención en los pequeños gestos de Jae. – Si lo desgastas ya no tendré musa de inspiración – le aclaró a un sonrojado muchacho – ¡Hey! Deja eso, ponte esto. Anda ¿sí? No puedo solo – se quejaba con  un puchero a su compañero.

Jaejoong solo lo miro con ironía y se levanto de su lugar, dejando lo que estaba haciendo para ayudar al chico. Yunho se salió de la habitación nerviosamente al ver como su novio comenzaba a despojarse del gran suéter que llevaba, dejando ver su delgado cuerpo a través de esas prendas entalladas que Junsu le había obligado a ponerse. No creía prudente observar el cuerpo de su novio, así lo amara profundamente, le profesaba devoción a la pureza que Jaejoong desprendía. Esa, seguramente era la razón por la que le asentaban de manera excelente los vestidos de novia, porque esos representaban la pureza de la persona.

– ¡Ahh! ¿Por qué no tienes pecho? – se quejo de nuevo Junsu, haciendo que el otro rodara los ojos –  Este vestido necesita que tengas al menos un poco de pecho – dijo al tiempo que le acomodaba la prenda – ¡Ya sé! – daba las gracias a que tenía unos cuantos rellenos para ponerlos en ayuda de alguna novia que no había llegado temprano a la repartición de busto. – Vamos a ponerte eso. No me mires así, recuerda que es por el bien del trabajo – con esas simples palabras Junsu siempre lograba hacer que Jae accediera a sus descabelladas ideas en pro de un hermoso vestido.

– ¡Wow! – ambos diseñadores giraron su mirada hacia la entrada de su estudio. Ahí se encontraba HyoMin con un acompañante, bastante atractivo, de largas piernas cubiertas por un pantalón negro, sonrisa amigable, cabello castaño oscuro cayéndole por un costado, cubriendo parte de su ojo derecho. Este último fue quien exclamó su sorpresa al ver a la novia más bella parada sobre un banquillo.

Aquel vestido que se ajustaba perfectamente a sobre su pequeño pecho mientras la tela caía suavemente por su cuerpo, dejando ver la delicada figura que poseía. Su piel color crema entonaba perfectamente con esa blanca prenda, se antojaba suave y deliciosa. Su rostro enmarcado por una negra y larga cabellera armonizaba perfectamente con esos enormes ojos color azabache, nariz fina y labios rojos que hacían juego con sus sonrosadas mejillas. No había visto cosa más linda hasta ese día. Ella era la expresión máxima de la belleza.

Lo que tuvo fue amor a primera vista, poco importaba que la muchacha fuese a contraer nupcias próximamente, el flechazo le llegó en el momento en que sus ojos hicieron contacto. Se quedó ahí estático, observándola y lo único que salió fue esa expresión de asombro por la belleza y pureza que irradiaba aquella criatura.

El ambiente de reconocimiento fue roto por un joven moreno imponente, que llegó  unos segundos después y a quien se debía el sonrojo de la pequeña criatura, así como la más hermosa sonrisa, dedicada a ese joven que pasaba por su lado, para acercarse más de lo necesario a la joven.

“Ese debe ser el novio” pensó el otro. Sin saberlo se sintió molesto y frunció el ceño, hubiese preferido que la bella criatura le brindara un poco de atención.

– Como lo he dicho antes, te queda excelente. – HyoMin atrajo la atención de la pareja y del chico diseñador, los primeros dedicándose miradas amorosas y el segundo curioseando por la extraña forma de actuar de su invitado. – Disculpa que hayamos llegado sin previo aviso tan tarde, pero no podía esperar pensando que ustedes estaban haciendo las cosas sin mí porque qué tal si quiero un cambio. Pero ya veo que no es así – dijo mirando a Jae y luego a su acompañante. – Perdón, no les he presentado. Él es Kyung Joon mi primo, y ellos son Junsu, Jae y Yunho – decía al tiempo que los nombrados asentían con un gesto de su cabeza.

– Mucho gusto en conocerlos. HyoMin habla tanto de sus chicos diseñadores que tuve curiosidad por venir a ver el lugar donde reposan los sueños de muchas mujeres.

– ¡Oh! Bueno… nosotros hacemos lo que podemos. Son ellas quien realmente brillan y nos inspiran – contestó apenado Junsu.

A pesar de que Kyung Joon hablaba con Junsu, sus ojos no se apartaban de Jae, que seguía de pie en el banquillo, sujetado por la mano de novio, quien lo miraba amorosamente y era correspondido.

 Al salir Yunho de la habitación, Junsu consiguió ponerle a Jae el vestido, un par de rellenos, una peluca de cabellos negros ondulantes y quitarle esas gafas que llevaba, dándole así un aspecto angelical. Intentaba acomodar las mangas, para que estas no fueran ni muy abultadas ni muy escurridas, y trabajaba mejor si alguien tenía puesto el vestido, claro ese alguien era Jae. En realidad también amaba vestirlo de aquella manera, sabía que Yunho se derretiría cuando lo viera, y además la inspiración llegaba más rápido a él.

HyoMin estaba acostumbrada a ver a Jaejoong modelando algunos vestidos de novia, inclusive se había probado el de ella varias veces, al ella negarse cuando le estaban haciendo los ajustes por temor a ser pinchada. De esta manera también aprovechaba para ver como se veía el vestido puesto, porque obviamente no es lo mismo que lo traiga puesto un maniquí o colgado, de esta manera ella podía apreciar mejor los arreglos a su vestido. A veces sentía envidia de Jae, ya que era tan delgado como ella, tan frágil y hermoso que sentía que si lo quisiera podría conquistar al mundo con una sola de sus miradas; afortunadamente o desafortunadamente para el mundo, los ojos de Jaejoong solo veían a una solo persona: Yunho. Pero no sucedía lo mismo con Kyung Joon, quien había quedado prendado de Jae.

– Usted parece brillar mucho – dijo caminando hacia Jaejoong, quien se sonrojo al momento, dirigió su mirada a Yunho quien le sonrió como confirmando las palabras y Junsu quien soltó una leve risa al escucharlo. – Realmente es usted la novia más bella que he visto, mi prima debería sentirse celosa al tener competencia como la más bella novia del siglo – continuó ya muy cerca de Jae, a quien le tomo la mano y depositó un suave beso en el dorso de esta. Provocando que el chico abriera los ojos con sorpresa y un cierto sentimiento de celos por parte de su novio.

– G-gracias… humm… – su voz sonaba tímida y suave, una tonada suave, levemente grave, pero hermosa. Para este punto Junsu no pudo aguantar la risa y soltó una gran carcajada que solo hizo enrojecer más a Jaejoong, quien lo miraba seriamente, culpándolo de la situación en la que se encontraba – Humm…  me iré a cambiar –  anunció, al tiempo que Yunho lo cargaba y bajaba del banquillo y salían de la habitación con dirección a otra para cambiarse, siendo seguidos por la mirada de Kyung Joon. – Siento mucho decepcionarlo, pero yo no soy una novia – dijo a su regreso en la puerta de la habitación. Yunho traía el vestido que Jae estaba utilizando y lo colocó sobre un maniquí para que lo siguieran trabajando después ya que ahora HyoMin requeriría de toda su atención.

Jaejoong apareció con sus pantalones ajustados a sus piernas y un sweter tejido, que dejaba ver su níveo cuello. Su cabello recogido por la bandita que utilizaba cuando se ponía pelucas, dejaba ver su hermoso rostro, pues no llevaba las gafas, estas todavía se encontraban sobre una mesa cercana al lugar donde estaba trabajando.

Esta imagen descolocó ligeramente a Kyung Joon quien al descubrir que su bella novia era un delicado muchacho solo arrugó en entrecejo, pero no ello dejaba de pensar que era la criatura más bella que había visto antes.

De esta manera comenzó un gran cambio en la vida de Jaejoong. Kyung Joon no solo era un atractivo hombre, sino que también era un gran empresario, heredero de una gran compañía y también poseía la suya propia, dedicada al mundo de la moda. Acostumbrado como estaba, trabajar con hermosas mujeres y atractivos hombres, se había vuelto común, pero la belleza que destilaba Jaejoong rayaba en la pureza, algo que no tenían las demás personas, en especial sus otras relaciones, por lo que le fue inevitable ir seguido a verlo. Ser su admirador, porque, por más que lo cortejara, Jaejoong no cedía, ni siquiera notaba su presencia cuando Yunho aparecía, sus ojos resplandecían solo por él y su sonrisa se volvía aún más hermosa por él. Celos, envidia, ira, todo ese tipo de sentimientos se iban acumulando en su interior cada que Yunho robaba la poca atención que Jaejoong le brindaba.

– Eres tan poca cosa – soltó un buen día, destilando en cada palabra la ira retenida que sentía,  susurrando solo para que Yunho le oyese, pues, estaba seguro que a pesar de que el muchacho era bastante atractivo, incluso más que algunos de sus modelos, no podía dejar de pensar en que si no fuera por él, Jaejoong estaría entre sus brazos. Además sabía que Yunho no tenía ni siquiera los medios para darle una vida decente a Jae, y de sobra estaba decir que él poseía eso y mucho más. – Aún no se ¿por qué esa bella criatura esta a tu lado? Seguramente sufrirá mucho si sigue contigo. Tú nunca tendrás los medios para darle lo que se merece. A tu lado le espera una vida llena de miseria.

Palabras como esas eran las que repetía una y otra vez cada que se encontraban solos o lo suficientemente cerca para que los demás no escucharan. Palabras que a pesar de la inexpresiva mueca que tenía, calaban en lo más hondo del corazón de Yunho, pues Kyung Joon tenía razón. Él jamás sería capaz de darle todo lo que Jae necesitaba. Él solo tenía su amor, su cariño y protección, no podría brindarle más. El sueldo que ganaba era lo justo para sobrevivir, pero de algo estaba seguro, nadie, nadie jamás sería capaz de amarlo con la misma devoción que él… y aún así dolía no ser capaz de darle esa seguridad financiera que Jae tanto necesitaba también.

Pero, lo único que Jaejoong necesitaba era a Yunho a su lado, con su amor bastaba…


Un buen día Yunho llegó con un regalo para Jae, dentro de una cajita un anillo con un solo brillante se encontraba resplandeciendo.

– Como prueba de mi eterno amor – dijo mientras se arrodillaba y le colocaba el anillo en la mano izquierda – Se que no tengo nada que ofrecerte, solo este corazón que late por ti mi amor… – sus ojos expresaban cada una de sus palabras, amor eso era lo que decían – Te amo más que a nada en esta vida, y juro por mi alma que te protegeré siempre…

Jaejoong sentía que esté era el día más feliz de su vida. Se encontraban en la boutique, ese lugar que les era especial porque ahí se habían conocido, en la mesa donde acostumbraban a cenar con sus amigos, con Junsu y Min mirándolos desde el otro extremo. No había sido nada especial, pero a la vez era lo más significativo que se podía hallar, porque en ese lugar a esa hora se encontraban todas las cosas que hacían muy feliz la vida de Jaejoong.

– No te pido que te cases ahora conmigo – continuó confundiendo a los chicos diseñadores quienes miraban de manera dudosa a Yunho, pero este último solo seguía mirando con el mismo amor a Jaejoong. – Jae, en este momento no tengo nada que ofrecerte más que mi corazón – volvió a repetir. – Yo sé que me amas como yo te amo a ti, pero… – bajo la mirada, suspiró fuertemente y de nuevo miró a Jae para continuar – pero de amor no se vive – sentenció, al tiempo que el corazón del chico se paralizaba y sus ojos se acuaban – Por eso te pido que me esperes – rogó – por favor Jae aguarda por  mí, mi amor.

Con una promesa de amor se despidieron, no sabiendo cuando se volverían a reencontrar, pero amándose hasta el final.

– Volveré por ti, volveré porque te amo, volveré y podremos iniciar una vida juntos. Juro que esta separación valdrá la pena, porque cuando regrese tendré la fuerza suficiente para poder protegerte de todo y contra todo… porque te amo…

Con un beso sellaron esa promesa. Yunho no quiso entender que a Jae nada de eso le importaba, que él era feliz solo con su simple presencia, nada de eso bastó para convencerlo y al final el anillo en el dedo de Jae quedó como juramento de amor que se ambos se tenía.

Min no dijo nada, pues sabía de la situación que orillaba a Yunho a comportarse de esa manera y por la misma razón y otras más, lo acompañaría en su travesía. Solo un beso robado al chico pato-delfín les quedó como recuerdo.

– Te esperaré siempre, mi amor…

9 comentarios:

Paradise YunJae fanfics dijo...

Waaaaa
Yunho qiere darle lo mejor y de todo a jaejoong para q nada le falte, todo lo hace x jaejoongie
Esperalo

yunhokim dijo...

ooooooooowch pobre yunho se a de sentir mal por no tener lo suficiente para jae pero el con su cuerpazo tiene y con que lo ame lo suficiente jae es flíz ahora jae sera acosado aun mas por Kyung Joon pero si jae esperara por su yunnie

YunJae Vincit Omnia dijo...

nooooooooo porque Yunho no te vayas

Poleht ^o^ dijo...

Wa Yunho se maecha ;__; todo por culpa de las palabras del maldito ese, pero se que aun ni asi lograra tener la atencion de Jae

Laura Campos García dijo...

No Yunho no hagas caso que no vez que es sólo envidia de ese tal KJ.

Ese KJ logró su objetivo Yunho se fue para superarse y darle una mejor vida a Jae, el problema es que dejo a Jae a merced de ese fulano, ojalá no pase nada malo.

RositaFresitaChan dijo...

Malvada vivora ponsoñoza.

Yun, no te vayas joongie solo necesita tu amorrrrr....wwaaa...se fue con min

Jae esperaloooooo

Sel Rod dijo...

Oh Yuhnnie va a en busca de lograr su más grande anhelo, construir un patrimonio que ofrecer a Jae. ¡lo amo!

moran dijo...

maldito Hyun Joong! Por su culpa Yunho se fue...ahora se va a aprovechar...le metera ideas a Jae..o yo quese.....nooooo! Yunho regresa...sino sera demasiado tarde!

Virginia Maturana dijo...

Sin querer encontre tu blog..me encanta tienes una nueva fan....Me da miedito que Yubho se vaya.....gracias