Seunghyun salía apresuradamente de la casa de Ji. “El es un chico ¡un chico! Aunque viéndolo bien es bastante más lindo
que mi exnovia, de hecho es más atractivo que muchas mujeres que conozco, pero
aun así sigue siendo un chico” se reprendía mentalmente. Había llegado a
casa, se encontraba echado sobre su cama; trato de no pensar más en el asunto,
dio media vuelta y cerró los ojos tratando de dormir y a su mente vinieron los
recuerdos.
“Se ha quedado dormido en el
árbol, vaya que descuidado es. Lo miro fijamente, realmente es hermoso, lo
pensé desde la primera vez que lo vi, ¿Cómo puede existir un chico así?... ¡ah!
una hoja le ha caído en el rostro, se ve gracioso cómo instintivamente trata de
quitarla arrugando su pequeña nariz, se ve lindo. Me inclino para quitársela,
la brisa vespertina le revuelve los cabellos revelándome su esencia, me acerco
más, abre los ojos, parpadea, su mirada me hipnotiza. –Tenias una hoja en la
cara pero se te ha caído− le digo, no parece estar consciente, no, no lo está.
Su piel se ve tan blanca, tan suave, quiero tocarlo… lentamente acaricio su
mejilla, disfrutando del roce de su piel, es como la había imaginado, y ¿sus
labios? ¿a qué sabrán sus labios?... sin darme cuenta estoy tan cerca que
siento su aliento en mi rostro… cierro los ojos y deposito un suave beso…
whaaaa son tan dulces, le acaricio de nuevo la mejilla, trato de retirarme,
pero no lo resisto y le doy un fugaz beso antes de alejarme… Sigue dormido,
creo que debería despertarlo se hace tarde”.
Seunghyun se levantó de golpe al recordarlo, había perdido. No sabía ni
cómo ni porque había hecho eso en ese momento. Estaba seguro de su sexualidad,
le gustaban las chicas sensuales, de esas que tenían grandes pechos y una
cintura pequeña que contrastaba con sus caderas, no le atraían las del tipo
escuálido, aunque admitía que algunas eran lindas. “Si, debe ser eso. He confundido a Jiyong con una escuálida chica. Y no
me culpo porque cualquiera lo haría”. Esa fue su escusa, no quería admitir
que mas allá de eso, quizá brotando dentro de su corazón empezaba a nacer un me
gustas o tal vez un te quiero. Se recostó intentando dormir de nuevo.
“Creo que lo hemos perdido,
volteo a ver a mi acompañante, se ve exhausto. Tropieza, lo sostengo antes de
que caiga. –Sube – le ordeno montar en mi espalda, lo llevare. Es tan ligero.
Busco señales de nuestro perseguidor, me topo con el hermoso perfil de Ji, me
sonrojo, es bueno que tenga los ojos cerrados. Puedo olerlo, ese aroma mezclado
de leche y manzanos, aspiro lentamente muy cerca de su rostro. Se ve muy pálido,
más de lo normal, comienzó a asustarme debido a que no reacciona… corro a su
casa… Su madre me ha explicado la situación, me siento una basura, pudo morir a
causa de mi imprudencia… lleva un rato descansando… está abriendo los ojos pero
no está consciente, me acerco, le retiro algunos mechones de cabello que tiene
en la cara, sonrío, me sonríe con esa hermosa expresión que tiene, no me
resisto, le beso en la nariz… suspira… una risilla traviesa se escapa de mi
boca… le acaricio la mejilla, mientras con mi pulgar delineo sus suaves labios…
cierra los ojos y suspira… me está matando esta ansiedad de volver a probar sus
labios… lo beso….”.
Entre sueños Seunghyun revivió momento a momento, todas las sensaciones
que experimento con Jiyong ese día. Despertó por la mañana ya no estando tan
seguro sobre su sexualidad, el castaño despertaba nuevas emociones en él. No
sabía que era exactamente, se sentía confundido, pero de algo estaba seguro, y
eso era que de protegería al pequeño de los insistentes ataques. Se levantó y
decidido a encontrar el motivo de las agresiones.
Youngbae lo esperaba como siempre fuera de su casa para ir juntos a la
escuela, pero hoy estaba diferente, se le notaba un poco más serio.
−¿Qué tienes? Te ves muy huraño.
−nada – respondió cortantemente – bueno sí, quiero saber ¿qué
pretendendes?
−¿Qué pretendo de qué o qué?
−No te hagas, hablo de Ji por supuesto – habían llegado cerca de la
calle de Ji, por lo que se detuvieron.
−No pretendo nada, solo quiero cuidar de él. ¿Acaso no te contó?
−Sí, lo hizo – dijo bajando la cabeza, le daba coraje pensar en lo que
le hicieron a su angelito, y más rabia no estar ahí para protegerlo, sino que
ese lugar lo ocupaba el mayor. No lo entendía, por alguna razón sus celos se
disparaban hacia su mejor amigo. Respiró para tranquilizarse − ¿Por qué lo
hacen?
−¿Hacer qué? – Seunghyun no entendía ahora el hilo del asunto.
−¿Por qué lo molestan de esa manera? – dijo un Youngbae fastidiado.
−¡Ah! ¡Eso! – Seunghyun había olvidado por completo el asunto de las agresoras.
“Asi que no sabe de la condición de Ji,
no me corresponde decirle, esperaré a que él mismo se lo cuente”. A pesar
de que su apariencia ruda, su amigo era de las personas más inocentes que
conocía.
−Siii esooo – Bae se estaba fastidiando más y más. Durante su práctica
pensó una y otra vez sobre el asunto, pero no le cabía en la cabeza que hubiese
alguien que no quisiera a su angelito.
−Pues no estoy muy seguro, Ji no me aclaro muy bien las cosas. Pensaba
indagar un poco por ahí ¿quieres venir?
−¡Sí!... no, no puedo. La competencia está a la vuelta de la esquina,
apenas si tengo tiempo para dormir – dijo cansadamente.
−Cierto, lo había olvidado. Bueno te mantendré informado ¿te parece? –
dijo el mayor revolviéndole los cabellos cariñosamente.
−m… − Bae asintió. No podía creer que hubiese pasado la noche pensando
en que su hyung quisiese algo más con su ángel. Pero no podía evitar sentir un
hueco en el estomago, que nada tenía que ver con el hambre, sino mas bien con
el hecho de que Ji miraba diferente a su amigo.
Si, lo había notado, no supo exactamente en qué momento, pero sabía que
la mirada que Ji le daba a Top no era la misma que les daba a todos los demás,
incluyéndose el mismo. Durante el poco tiempo que eran amigos, se había
dedicado a observar cada uno de los gestos del pequeño, desde los mohines que hacía
cuando estaba aburrido ó cuando no entendía lo que le estaban diciendo ó cuando
tenía hambre; la risa contagiosa que tanto le gustaba, la forma en la que se
rascaba la nariz inconscientemente durante clases, el color de sus mejillas
sonrojadas, lo pequeños que se hacían sus ojos cuando éste sonreía y su mirada.
Cálida para todos, pero solo dulce y tierna, quizá incluso enamorada, para
Seunghyun. También había notado como secretamente lo miraba de camino a la
escuela o como se sonrojaba ligeramente si se topaba con hyung en los pasillos.
El hueco de su estomago se hacía cada vez más grande, sentía celos.
Jiyong los esperaba fuera de su casa, distraídamente miraba al cielo
azul, cuando sintió unos ojos clavados en él, volteó buscando a la persona,
pero no encontró a nadie. En la calle no vislumbró a persona alguna, pero
seguía sintiendo la insistente mirada. Un escalofrío le recorrió la espalda.
Comenzó a sentir miedo. La mirada era tan incesante que sentía como si lo estuvieran desnudando con ella.
Una lata rodó hasta sus pies proveniente de quien sabe dónde… escuchó pasos
pero no conseguía ver a nadie…se aterró cuando un hombre con una gabardina de
negro apareció por la esquina más cercana a él. Trató de meterse en su casa,
pero los nervios lo traicionaron haciendo q soltara las llaves. El hombre
estaba muy cerca, lo tomó de las muñecas y lo estrelló contra la pared. Quiso
gritar, pero de su boca no salió ni un sonido. Estaba aterrado. El hombre se
acercó a su cuello, saco la lengua y la pasó por todo el espacio níveo que
estaba desde su lóbulo hasta la camisa. Sintió asco. Se sentía mareado
comenzaba a hiperventilar, pero sabía que si se desmayaba sería su fin. Gritó.
Seunghyun y Youngbae se encontraban dando la vuelta a la esquina cuando
escucharon el agudo grito. Lo vieron, Ji estaba contra la pared mientras un
hombre le sujetaba las manos y lo acorralaba.
−¡Hey! ¡Déjalo maldito mal nacido! – gritaron. El hombre los miró,
soltó a su presa y echó a correr. Ambos chicos corrieron hasta donde se
encontraba Ji. Bae salió persiguiendo al tipo, mientras le dirigía una mirada a
Top para que este se quedara con Ji.
Seunghyun miró a Ji, frágil cual cristal, hecho bolita ahí donde el
agresor lo había soltado, sollozando. El mayor lo abrazó, lo sintió temblar en
sus brazos. “¡Maldito sea!” maldijo
mentalmente al notar los moretones en los brazos del pequeño causados por el agarre.
Afianzó su abrazo. Ji poco a poco dejo de temblar, pero no podía dejar de
llorar, si, aun sentía pánico. Le era
bien sabido que algunos hombres gustaban de él, pero ninguno se había atrevido
a tanto. El cálido abrazo y el aroma de Top lo hicieron sentir más seguro. Respiró
hipeando, sus manos se movieron lentamente hasta que correspondió el abrazo. Su
miedo fue desapareciendo lentamente en los brazos del mayor, quien lo levanto y
así lo sostuvo hasta que se calmo.
Bae corría por las calles detrás de un tipo, hasta que un auto negro le
cerró el paso. A lo lejos observó como el otro subía a otro auto negro. Trato
de ver las placas de ambos carros, pero ninguno de los dos traía, aquello no le
gusto nada. Regresó al lugar donde se encontraban sus amigos y lo que vio le
oprimió el pecho. Seunghyun sostenía a Jiyong en un abrazo estilo princesa, eso
lo entendió, pero lo que realmente le sorprendió fue cuando el pequeño que
hasta ese momento tenía la cabeza gacha, levanto la vista para encontrarla con
la del mayor. La mirada que Ji le dedicaba ahora al mayor la había visto en
muchas ocasiones, pero era la primera vez que veía esa mirada en Seunghyun. “¿Qué significa esto?”. Camino hacia
ellos haciendo un poco de ruido para que notaran su presencia.
−No lo he podido atrapar – dijo Bae mientras que con la mirada le decía
al mayor que el asunto era serio.
−Ji – dijo el mayor – hoy deberías quedarte en casa – el rostro de
Seunghyun reflejaba ternura y preocupación. Al escuchar esto, el pequeño abrió
los ojos de susto.
−No, no quiero quedarme en casa. Mamá no regresará hasta tarde.
T-tengo miedo de que regrese –dijo
comenzando a temblar de nuevo.
−Me quedaré contigo hasta que ella regrese.
−¡Yo igual! – dijo un Bae que no
estaba dispuesto a dejar a su Ji en aquel estado.
“Sé que está mal, pero no
puedo evitarlo… - solo son mis alucinaciones – me repito una y otra vez. Sé que
no es el momento, pero esto me carcome por dentro. Quiero que lo suelte…
¡Rayos! ¡Contrólate! ¡Piensa!... Ji está mal y yo con mis tontas inseguridades.
Aunque ¿Quién me asegura que solo son mis alucines? Lo que vi, estoy
completamente seguro fue real… pero… la
situación puede que lo haya originado… ¡Aaahhhhggggrrrr! ¡Basta!”.
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