CAPITULO
DIECISIETE
Yunho se paseó por la anchura de la pequeña sala de
instrucción de la enfermería mientras luchaba para mantener su impaciencia bajo
control. Eso resultó ser una de las mayores pruebas para su disciplina, debido
a que cada ‘tic’ ‘tac’ del reloj, era un doloroso recordatorio de que Jaejoong
todavía estaba allí, esperando que Yunho fuera a rescatarlo.
Ocho semanas, cinco días, trece horas y veinticinco
minutos.
Ese era el tiempo que había pasado desde que el mundo
de Yunho se había derrumbado.
Si viviera 300 años, todavía dudaba de que fuera capaz
de olvidar el horror que lo reventó cuando fue al apartamento de Jaejoong y
encontró el lugar en ruinas, y apestando al Cobra y a miedo. No podía
olvidarlo, no más de lo que podía olvidar la vista del pequeño charco de sangre
ya coagulado en el centro de la pequeña cocina. Le había costado a Yunho sólo
una aspiración darse cuenta de que pertenecía a su compañero.
Su compañero. Jaejoong. El hombre al que Yunho amaba
más que a la vida misma. Ahora que se había ido y estaba en peligro, se sentía
como si una parte de él mismo hubiera muerto.
Mientras tanto, el pequeño malcriado cambiaformas
Lince, no podía estar más relajado. Estaba sentado en el borde de una mesa de
examen, bebiendo leche a través de una paja. ¡Una paja joder! ¿Quién hacía eso,
además de los niños pequeños en la clase de la guardería? Lo único que le
faltaba eran las galletas y tendría el cuadro completo. El vándalo movía sus
pies adelante y atrás mientras inspeccionaba su entorno.
Yunho quería ir y exigirle algunas respuestas al
Lince. No, mejor aún, quería agarrar a Taemin por sus adorables tobillos y
agitar hasta que los ojos de gamo del lindo vómito se tambalearan un poco.
Como si sintiera su pensamiento, Junjin se adelantó
ligeramente, poniendo su cuerpo parcialmente entre Taemin y él. Yunho dejó
escapar un gruñido bajo que se hizo más fuerte cuando Taemin le sonrió. No era
una sonrisa sarcástica o desagradable, sino más bien la que había visto que los
cachorros le daban a un hermano mayor. Eso confundió a Yunho, más que por la
sonrisa, porque nadie le había dado nunca una así. ¿Taemin no lo había visto
desmenuzar a todo un nido de serpientes? La mayoría de los demás estaría
temblando de miedo, en su lugar Taemin miraba a Yunho con esos ojos suyos, tan
lindos como un botón.
Yunho frunció los labios hacia arriba. Genial, justo
lo que necesitaba, un Lince acosador que tenía un caso grave de culto por los
héroes.
—¿Cuándo fue la última vez que viste a Jaejoong?
—preguntó Junjin a Taemin.
«Finalmente, se
pone manos a la obra». Yunho había querido comenzar el interrogatorio de
inmediato, pero los hermanos Jaguares insistieron en llevar a Taemin a la
enfermería en primer lugar. Así que ahora, Yunho se encontraba a sí mismo
teniendo que practicar buenos modales, algo que nunca había sido capaz de hacer
ni incluso en su mejor día.
Taemin tomó un sorbo más antes de responder: —Hablé
con él una hora antes de que me vendieran a mi nuevo amo.
Yunho mantuvo un sonido de irritación. Conseguir una
respuesta concreta de Taemin estaba demostrando ser tan difícil como lavarle
los dientes a un elefante con nada más que un cepillo de dientes. Junjin no
parecía nervioso en absoluto, pero claro, el chico tenía quinientos millones de
hermanos, además de una hermana. Tal vez era ahí donde había aprendido
paciencia.
Dándole una sonrisa alentadora, Junjin presionó.
—Bien, ¿cuándo fuiste vendido?
El Lince tomó otro sorbo, el gorgoteo fuerte que
provino de la bebida casi vacía llenó la habitación. —Hace aproximadamente una
semana. Fue entonces cuando perdí la esperanza.
—¿Por qué? ¿Jaejoong te protegía o algo así? —preguntó
Junjin.
—Sí, me mantuvo alejado de los esclavos más agresivos.
Pero fue más que eso. No dejaba de hablar de que Yunho iba a venir por él. Así
que pensé que si me quedaba a su lado, entonces tal vez a Yunho no le
importaría salvarme a mí también. —Taemin sonrió a Yunho, al igual que un niño
mira al bombero que lo rescató. Yunho parpadeó genuinamente un par de veces
cuando la confusión lo golpeó. Una vez más, nadie lo había mirado de esa
manera. Le habían dado miradas llenas de terror, de odio y mucho más que unas
pocas llenas de lágrimas. Le recordaba un poco a la manera en la que Heechul y Seungri
miraban a Eric o a Junjin de vez en cuando. Si no lo supiera, habría jurado...
—¡Oh Dios! De hecho, lo sientes como si fuera tu
hermano mayor, lo de la adoración por el héroe es por Yunho —exclamó Junjin,
sus ojos cada vez más abiertos.
—No estamos relacionados. No pertenecemos ni siquiera
a la misma raza de felinos —señaló Yunho, aún perdido de por qué el chico
quería aferrarse a él de entre todos los felinos.
—También me gusta Jaejoong —añadió Taemin con
impaciencia.
Un gruñido bajo retumbó en la garganta de Yunho.
—Debes saber que Jaejoong y yo estamos acoplados, y a ninguno de los dos nos
gusta compartir.
Taemin negó, su cabello claro dejándose caer en los
ojos. —Eso lo sé, tonto. Sólo quiero que me protejas y me enseñes a ser malo
como tú. Eres gracioso cuando pones esa mirada de mal humor en tu cara.
Yunho se encontró a sí mismo sin palabras. La última
vez que alguien que no fueran los Jaguares o Jaejoong le había hablado de esa
manera, había sido un cambiaformas Cuervo sarcástico. Yunho lo había golpeado
con tanta fuerza en el intestino, que el ave no había sido capaz de decir nada
más por falta de aliento.
Junjin se levantó y sacudió la cabeza hacia la puerta.
Yunho lo siguió fuera, aunque lo mataba que Taemin todavía le lanzara esa
jodida mirada. Una vez que estuvieron en el pasillo, Junjin cerró la puerta.
—¿Por qué lo dejamos? —exigió Yunho—. No hemos
descubierto ni una mierda más de lo que ya sabíamos antes de encontrar a Taemin.
Nosotros ya la hemos jodido bastante trayéndolo de vuelta y asegurándonos de que
tuviera su leche y galletas. No voy a pararme aquí y seguirle la corriente,
mientras que pueda tener alguna información que me lleve a mi compañero.
—Entiendo. Si fuera mi propio compañero, me sentiría
de la misma manera —aseguró Junjin.
Yunho ladeó la cabeza hacia un lado. —Luego, una vez
más tengo que preguntar, ¿por qué coño estamos de este lado de la puerta?
—Porque creo que las cosas pueden ir mejor si
retrocedes y eres agradable con Taemin.
Yunho sacudió la cabeza. Toda la coalición debía estar
empezando a fumar hierba de gato mezclada con droga o algo así —¿Estás
bromeando? Como ya le dije al chiquillo, tengo un compañero, y eso es todo lo
que quiero.
—Tranquilo, no creo que Taemin piense en Jaejoong o en
ti de esa manera —le aseguró Junjin.
—Todavía estoy confundido —Yunho finalmente admitió.
Era eso o empezaría a golpear algo, a pesar de que le había prometido a Eric
que dejaría de destruir las propiedades de la coalición. El Jaguar tendía a
ponerse un poco irritable cuando tenía que reemplazar constantemente los
equipos y el mobiliario.
—Hace varios meses, Orión eliminó a toda la familia de
Linces civiles. Supongo que Taemin fue el único que sobrevivió a ese ataque
—dijo Junjin.
Yunho asintió, feliz de tener finalmente algo a lo que
aferrarse. Recordó el día en que había estado con Minwoo y Dongwon cuando
habían contestado la llamada de socorro que el padre Lince envió. A pesar de
que habían llegado solo algunos minutos después de recibir la llamada, todo lo
que encontraron fue muerte, y no había señales de quién podía haber sido el
responsable. En ese momento, no tenían forma de saber que esa sería la primera
de las muchas veces que las Serpientes matarían felinos, más de lo que podrían
haber sabido que el cambiaformas Cobra dirigía los asaltos.
—Así que piensas que se unió a Jaejoong como un
cachorro callejero para formar un grupo o coalición improvisada para protegerse
—Yunho conjeturó.
Eso tenía más sentido, ya que tanto Jaejoong como él,
habían pertenecido a dos grupos formados por diferentes razas antes de que
llegaran a servir a las órdenes de Eric. Yunho había crecido pensando en Seungri
y Minho como hermanos, a pesar de que ninguno de ellos era de la misma raza de
felinos. El grupo de Jaejoong había sido más ecléctico. Había habido un par de
cambiaformas felinos, pero su grupo estaba formado también por un Lobo, un
Halcón y un Águila.
—Sí, lo que significa que confiará en ti lo suficiente
como para compartir todos los detalles de su secuestro, incluso las partes
embarazosas —subrayó Junjin.
Yunho dejó escapar un silbido bajo. —¿Qué demonios?
¿No ha habido nadie que le diera a ese chico una pista de que soy el residente
psicótico? No estoy en condiciones de ser el mentor de nadie.
Junjin le dio una triste sonrisa. —No, el único que le
ha hablado acerca de ti es Jaejoong, y en lo que a la Pantera concierne, tú no
le harías daño. Por lo que es lógico que Taemin pensara lo mismo después de
escuchar a Jaejoong hablar y hablar sobre ti.
—Mierda —Yunho cerró sus manos en puños.
—¿Que alguien te busque y respete es algo malo? —Junjin
exigió suavemente.
Su Leopardo se dio cuenta de su malestar y se puso
inquieto. Para desahogarse un poco de su tensión Yunho empezó a caminar.
—Demonios, sí que es una mala cosa. ¿Quieres saber lo que hice anoche?
—Probablemente no.
Yunho continuó de todos modos. —Rastreé a una
serpiente Coral a un bar de mala muerte. Cuando llegué allí, golpeé jodidamente
al tipo hasta dejarlo solo con un aliento de su vida. Cuando todavía se negó a
decirme dónde estaba la guarida de Orión, le disparé al hombre en las rótulas y
luego lo dejé sufrir. Luego, al salir, lancé una granada en el coche del chico,
sólo para joderlo y reírme. Ahora bien, ¿eso suena como el tipo de persona a la
que admirar?
El estúpido Jaguar tuvo la audacia de encogerse de
hombros. —Incluso si tiene sentido o no, Taemin piensa que eres la mejor cosa
desde los pantalones de cuero y los condones con sabor a cereza.
Yunho detuvo su paseo, golpeado por la elección de las
palabras de Junjin, entrecerró los ojos. —¿Alguien te ha dicho que tienes una
jodida forma de procesar tu pensamiento?
—Todos los días de mi vida.
Yunho se pasó una mano por el pelo. —Sabes que hay una
razón por la que los Leopardos sólo tienen un hijo, en lugar de camadas como el
resto de las razas de cambiaformas. No estamos hechos para ese tipo de unidad
familiar y todo ese conjunto de cosas.
—Sin embargo, todavía vas a entrar ahí y hacer las
paces con Taemin, ¿y quieres saber por qué?
—Porque es la única manera de conseguir a Jaejoong de
vuelta —dijo Yunho, lanzando hacia la puerta cerrada una mirada sucia. ¿Por qué
diablos ese tonto Lince tenía que complicar las cosas mezclando lo emocional y
conectándose con él?
—Por eso, y porque en el fondo sabes que necesita a
alguien a quien aferrarse. Puedes actuar como si no te importara y ser todo lo
frío que quieras, pero te conozco lo suficiente como para darme cuenta de que
tienes corazón. Simplemente lo entierras bajo toneladas de frialdad y locura.
—Recuérdame una vez más por qué no te he matado —Yunho
nunca le haría ningún daño a Junjin. Respetaba demasiado a Eric y a todos sus
hermanos. Simplemente era un intercambio de bromas que Junjin y él compartían a
menudo.
En el momento justo, Junjin torció los labios en una
mueca. —Porque, ¿quién más te permitiría sacar el lanzagranadas y las
ametralladoras de la armería?
Yunho le dio una sonrisa con los labios apretados a
cambio antes de abrir la puerta. Taemin se dio la vuelta, su mirada tan
esperanzada al ver a su héroe, que Yunho se encontró a sí mismo perdido sobre
la forma de proceder. Matar. Mutilar. Causar que se mearan de miedo. Esas eran
sus especialidades. Las emociones de ese otro lado siempre las había eludido. Yunho
siempre había pensado que eso era una parte de él que no existía. Eso fue hasta
que Jaejoong cayó en su vida.
«Jaejoong».
El nombre rodó por la mente de Yunho y se armó de
resolución. Podía hacer esto por su compañero.
Tenía que hacerlo, porque si perdía a Jaejoong, Yunho
nunca sería capaz de perdonarse a sí mismo. Más aún, si Jaejoong muriera, Yunho
sabía que pronto lo seguiría. Para él no valdría vivir la vida sin su Pantera.
Respiró hondo y puso lo que esperaba fuera una expresión de consuelo.
—Entonces, ¿tienes hambre? ¿Sed? —preguntó, a pesar de
que Dara ya le había arrojado la mitad de la cafetería al chico.
Taemin negó con la cabeza, un mechón de su oscuro
claro de punta cayó sobre sus ojos. —No, no creo que pueda meter ninguna cosa
más en mi barriga.
Yunho asintió mientras se acercaba un par de pasos
más. A pesar de que todavía podía sentir los segundos pasando, Yunho se obligó
a sonar ocasional cuando siguió adelante. —Me preguntaba si podrías decirme
alguna cosa sobre la serpiente que los tenía prisioneros a Jaejoong y a ti.
—Oh, ¿te refieres a Orión? —Taemin levantó su cara—.
Odiaba a ese imbécil más que a todos los demás juntos.
Una punzada de dolor golpeó el corazón de Yunho ante
el sonido de ese nombre. —¿Por qué lo odiabas más?
Un escalofrío pasó a través de Taemin cuando su mirada
cambió a horrorizada. —Es tan mezquino. No hay... más que eso, es malo. Tanto
es así que apestaba a eso. Me refiero a que todas las serpientes apestaban,
pero Orión tenía ese aroma especial. No sé cómo describirlo, es esa cosa que
desprendía y me aterrorizaba como el infierno.
—¿Dijiste que Jaejoong y tú no eran los únicos
cautivos felinos?
—Tenía a muchos de nosotros. En realidad, todas las
serpientes los tienen. Coleccionar felinos parece ser la nueva moda para ellos.
Desde que Orión controla esa parte del mercado de esclavos, todas las demás
serpientes se han vuelto muy protectoras y reservadas en lo que concierne a él.
Es un poco extraño, lo adoran a pesar de que tienen que arrastrarse a sus pies.
La mente de Yunho calculó fríamente en cuántas de las
casas de los felinos atacados, no habían encontrado los restos de todos los
miembros de la familia. Siempre habían asumido que los cuerpos habían sido
consumidos por las serpientes. Ahora estaba claro que los felinos desaparecidos
estaban siendo secuestrados por un conjunto de razones diferentes, pero
igualmente repugnantes.
—¿Ellos querían que tú criaras para ellos? —preguntó Yunho.
Otro escalofrío recorrió el cuerpo de Taemin. —Sí.
Después de un momento de silencio, Yunho se dio cuenta
de que Taemin no iba a dar muchas explicaciones sobre el tema, por lo que
decidió ir por un camino diferente. —¿Tienes alguna idea de en qué lugar
estaban Jaejoong y tú encerrados?
—Todo lo que puedo imaginar es que se trataba de algún
enorme sistema de túneles subterráneos. Casi como una vieja alcantarilla o
sistema de metro.
—¿Puedes recordar algo más sobre eso?
—No sé. A ellos les gustaba mantenernos muy aislados y
nunca nos sacaban de nuestras jaulas. La única razón por la que pude acercarme
a Jaejoong, era que su jaula estaba al lado de la mía.
La furia arrasó a Yunho ante el pensamiento de que su
atrevido y dulce compañero, estuviera básicamente, confinado en una jaula para
perros. —¿Mantenían a Jaejoong encerrado todo el tiempo?
—No, a Orión le gustaba tomar a Jaejoong y mostrarlo.
Su corazón se apoderó de miedo al pensar en todas las
retorcidas cosas que la jodida serpiente podría estar haciéndole a Jaejoong.
—¿Qué...? —Por una vez en su vida, Yunho se encontró a sí mismo teniendo
problemas para articular palabras—. ¿Qué le hizo a Jaejoong? ¿Le hizo...?
La comprensión pasó por el rostro de Taemin, junto con
un suave rubor. —No, Orión no es gay y nadie tiene las pelotas de tocar a Jaejoong,
ya que lo consideran propiedad de Orión.
El alivio inundó a Yunho hasta que Taemin agregó:
—Ellos lo están llenando de drogas.
—¿Jaejoong u Orión? —preguntó Yunho estúpidamente.
—Jaejoong. La primera vez que lo trajeron, luchó
contra ellos demasiado, por lo que necesitaron una manera de calmarlo. —Los
dedos de Taemin tocaron su propio cuello en un gesto inconsciente, sus ojos se
quedaron distantes de nuevo.
—¿Qué tipo de drogas? Tienen que ser muy potentes para
que funcionen en un cambiaformas.
—No estoy seguro, algún tipo raro de cambiaformas
serpiente lo llena con su veneno. Todo lo que sé con certeza, es que duele como
la mierda cuando te muerde y después, lo que haces... —Taemin se miró las
manos, cuando un rubor se apoderó de sus mejillas.
—Cuéntamelo todo —ordenó Yunho, luchando duro para
mantener su tono de voz suave.
—Te pone caliente como el infierno. Es tan malo que te
sientes agonizar.
—¿Supongo que también has sido drogado con ella?
El rubor se hizo más profundo. —¿Cómo infiernos crees
que me acostaría con una mujer? Sé que la mayoría de los felinos son bisexuales,
pero yo no. Las mujeres nunca me han atraído.
A pesar de sí mismo, Yunho se encontró extendiendo su
mano hacia el rebelde pelo de Taemin, alborotándoselo. —No te sientas tan mal,
siempre he sentido lo mismo.
Entonces un pensamiento inquietante le llegó a Yunho.
—Si no están abusando sexualmente de Jaejoong, ¿por qué están utilizando el
veneno con él?
Había muchos otros tranquilizantes que las serpientes
sin duda tendrían a su disposición. Claro, no eran los de acción rápida y
avanzados que el hermano de crianza de Yunho, Minho, había desarrollado, pero a
largo plazo, trabajarían igual de bien para mantener a Jaejoong cooperativo.
Taemin lanzó una mirada comprensiva desde debajo de su
flequillo. —Orión lo está haciendo para torturar a Jaejoong. Sabe que la única
manera de hundirte es rompiendo a tu pareja. La otra cosa es que la droga se
supone que es altamente adictiva. Sólo la utilizaron en mí una vez, así que no
me enganché, pero con tantas veces como se la han dado a Jaejoong, ya necesita
el veneno, de lo contrario, se pone muy enfermo. Y eso por sí mismo es toda una
jodida tortura diferente.
Yunho se apoderó de la punta de la mesa cuando su
mundo se vino abajo a su alrededor. Aunque la noticia no era exactamente
inesperada, oírla en voz alta hacía que fuera real, y devastadora. Dejó escapar
un rugido de furia, se volvió y golpeó la ventana, rompiéndola en mil pedazos.
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